La tentación se define como el impulso que nos induce a desear o hacer algo prohibido, especialmente algo malo. Según la Biblia, existen tres puertas que conducen a la tentación: los deseos de la carne, los deseos de los ojos y el orgullo de la vida. Para combatir la tentación, la Biblia recomienda concentrarse en pensamientos positivos, meditar en las consecuencias de ceder a la tentación, y orar a Dios para pedir fuerza y resistencia.