M A R C O
PARA LA BUENA
ENSEÑANZA
DE EDUCACIÓN
PARVULARIA
Referente para una práctica
pedagógica reflexiva y pertinente
Marco para la Buena Enseñanza de Educación Parvularia
Referente para una práctica pedagógica reflexiva y pertinente
ISBN
Subsecretaría de Educación Parvularia
Gobierno de Chile. Ministerio de Educación
Ahumada 48, Santiago
www.mineduc.cl
Agosto 2019
M A R C O
PARA LA BUENA
ENSEÑANZA
DE EDUCACIÓN
PARVULARIA
Referente para una práctica
pedagógica reflexiva y pertinente
4 5MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
ÍNDICE
Presentación
Página
Dominios,
Criterios y
Descriptores
Glosario
Referencias
Bibliográficas
I 6
16
60
66
II
III
IV
6 7MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
Un Marco para la Buena Enseñan-
za es un referente que orienta a
los/as docentes o educadores/as
respecto de la reflexión y la prác-
tica pedagógica que deben desa-
rrollar como profesionales de la
educación para la mejora conti-
nua de su quehacer, establecien-
do los desempeños que se espe-
ra de ellos en su labor educativa.
El año 2003, el Ministerio de
Educación publicó por primera
vez un Marco para la Buena En-
señanza (MBE) con el propósito
de orientar la política profesio-
nal docente y dar a conocer a la
comunidad los estándares que
deben alcanzar los profesores
del sistema escolar. En su elabo-
ración, liderada por el Centro de
Perfeccionamiento, Experimen-
tación e Investigaciones Peda-
gógicas (CPEIP) del Ministerio
de Educación, participaron ex-
pertos nacionales y extranjeros,
el Colegio de Profesores, la Aso-
ciación Chilena de Municipali-
dades y una parte importante
de docentes, principalmente del
sector escolar, a quienes se les
consultó sobre la propuesta.
Si bien dicho MBE integra prác-
ticas comunes con la Educación
Parvularia, se requería contar
con un referente propio del ni-
vel que guiara el desempeño de
los/as profesionales del campo
y que incluyera los elementos
esenciales que caracterizan a la
educación de los niños y las ni-
ñas desde su nacimiento hasta
su ingreso a Educación Básica.
En esta elaboración, un rol cen-
tral lo tienen las Bases Curricu-
lares de Educación Parvularia
(BCEP) del año 2018, las que
se constituyen en el referente
principal que sustenta esta pro-
puesta. La necesidad de contar
con un MBE para el nivel se
ve reforzada al considerar que
este referente orienta la cons-
trucción de los Estándares de
Formación Inicial Docente (FID)
y los Estándares de Desempeño
Profesional, de los cuales sur-
gen los instrumentos de eva-
luación que nutren la Carrera
Docente.
La construcción del MBE EP ha
sido un proceso participativo y
riguroso, considerando como
I. 		 PRESENTACIÓN
base el Marco para la Buena
Enseñanza de Educación Ge-
neral (reeditado el año 2008).
A partir de él, se incorporan
elementos distintivos del ni-
vel de Educación Parvularia
en sintonía con lo definido en
las BCEP, además se considera
el contexto legal y normativo
vigente del sistema educati-
vo, los aportes de la investiga-
ción nacional e internacional
sobre prácticas docentes que
impactan positivamente en
los aprendizajes de los niños
y las niñas y las retroalimenta-
ciones entregadas por el Con-
sejo Nacional de Educación
(CNED). Durante el proceso de
construcción, se desarrollaron
diversas instancias de recolec-
ción de información y consulta
a múltiples actores del nivel:
educadores/as de párvulos,
técnicos en Educación Parvu-
laria, asesores/as especialistas
en temas relacionados con la
primera infancia, docentes y
académicos de distintas uni-
versidades del país, y miem-
bros de las principales institu-
ciones vinculadas al nivel.
6 MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
8 9MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
1. PRESENTACIÓN
CARACTERÍSTICAS DEL MARCO PARA
LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
El MBE EP es un referente que
busca orientar las prácticas pe-
dagógicas que debe desarrollar
cada educador/a de párvulos
para fortalecer su ejercicio ético
profesional y generar las mejo-
res oportunidades de aprendiza-
je de todos los niños y las niñas
desde los primeros meses de
vida hasta el ingreso a la Educa-
ción Básica, teniendo como fun-
damento principal las BCEP.
El MBE EP supone que los/as
profesionales que se desempe-
ñan en las aulas son primordial-
mente educadores/as que están
comprometidos/as con los dere-
chos y la formación de todos los
niños y las niñas. En este sentido,
para lograr una buena enseñanza
se requiere que los/as educado-
res/as se involucren en la acción
de enseñar con todos sus cono-
cimientos, capacidades y valores
para establecer una interrelación
empática y sensible que hace
distintiva e insustituible la tarea
educativa en este nivel.
Este MBE EP reconoce la impor-
tancia de los primeros años de
vida y considera “los hallazgos
que evidencian que lo que su-
cede en etapas tempranas del
desarrollo influye en la estruc-
tura cerebral, afectando la dife-
renciación y función neuronal,
lo que implica un gran desafío
El énfasis central que da sentido a este MBE EP consiste en ofrecer
a todos los niños y las niñas la oportunidad de involucrarse en inte-
racciones de calidad, que favorezcan el aprendizaje y el máximo de-
sarrollo de todas sus potencialidades. De acuerdo con ello, tres son
las preguntas básicas que han orientado la construcción de este MBE
EP, las que buscan dar respuesta a aspectos esenciales del ejercicio
profesional del/la educador/a de párvulos:
Como se señaló anteriormente, el MBE EP se construye a partir del
referente BCEP el cual, entre otros elementos, explicita los funda-
mentos y principios pedagógicos sobre los que se sustenta la edu-
cación en este nivel, junto con indicar la trayectoria educativa1 que
deben seguir los niños y las niñas desde los primeros meses de vida
hasta el ingreso a la Educación Básica, y los contextos requeridos
para su implementación.
Con la intención de complementar y fortalecer lo expresado en los
fundamentos de las BCEP (Orientaciones valóricas, Labor educativa
conjunta, Enfoque pedagógico de la Educación Parvularia, Fin y pro-
pósitos en la Educación Parvularia), en el MBE EP se ha dado espe-
cial relevancia a seis conceptos centrales del nivel: “enfoque de de-
rechos, inclusión, juego, liderazgo, trabajo colaborativo y reflexión
pedagógica, los que orientan la responsabilidad y el actuar ético
de todo/a educador/a en su práctica profesional”. Estos conceptos
se encuentran desarrollados en los distintos apartados de este re-
ferente, para resguardar su consideración a lo largo de todo el pro-
ceso educativo con la finalidad de intencionar permanentemente
que toda práctica pedagógica se desarrolle según las características
esenciales y distintivas del nivel.
Esto significa que el/la educador/a debe sustentar su quehacer pe-
dagógico considerando los elementos que fundamentan las BCEP, de
modo que asegure oportunidades de aprendizaje donde se resguar-
de que todos los niños y las niñas sean respetados y considerados
desde su singularidad, identidad y contexto familiar y sociocultural,
propiciando en todo momento su plena inclusión en el proceso edu-
cativo, evitando estereotipos, sesgos de género y todo tipo de prác-
ticas discriminatorias que desvaloricen su condición de niño o niña.
y responsabilidad para la prác-
tica pedagógica. La plasticidad
cerebral ofrece la posibilidad
de aprender y desaprender en
forma permanente, reorganizán-
dose y formando nuevas cone-
xiones acorde a las experiencias
que va vivenciando cada niño
y niña, las que a su vez poten-
cian aprendizajes cada vez más
complejos” (BCEP, 2018, p.12).
Por otra parte, reconoce la com-
plejidad y particularidad de los
procesos de enseñanza y apren-
dizaje y los variados contextos
culturales en que éstos ocurren,
tomando en cuenta las necesida-
des de desarrollo de competen-
cias y conocimientos por parte
de los/as educadores/as, tanto
en contenidos que han de ser
aprendidos como en estrategias
para enseñarlos; la generación
de ambientes propicios para el
aprendizaje; y la responsabilidad
y compromiso ético de los/as
educadores/as con el aprendiza-
je de cada niño y niña. “La en-
señanza representa, entonces,
la acción pedagógica al servi-
cio de las potencialidades de
aprendizaje de todas las niñas
y los niños” (BCEP, 2018, p.28).
El MBE EP busca dar una visión
de las diferentes responsabilida-
des profesionales que tiene un/a
educador/a en su trabajo diario,
considerando para ello la rela-
ción que establece con los niños
y las niñas, sus familias, los equi-
pos de aula y los otros miembros
de la comunidad educativa, así
como también con la comunidad
local. Esto, con el objetivo de
contribuir a un óptimo desem-
peño en su quehacer educativo,
favoreciendo efectivamente el
desarrollo integral y el aprendi-
zaje de todos y todas.
Además, este referente orienta
el desarrollo de los Estándares
de Formación Inicial Docente y
los Estándares de Desempeño
Profesional, así como también
contribuye al mejoramiento de
la enseñanza y de las interaccio-
nes entre los diferentes miem-
bros de la comunidad educativa
y local, mediante un «itinerario»
que guíe a los/as educadores/
as en sus primeras experiencias
y ayude a los más experimenta-
dos a ser más eficaces, en fun-
ción de establecer, a través de
una serie de dominios, criterios
y descriptores, un marco estruc-
turado para la reflexión sobre su
propia práctica pedagógica, que
los lleve a definir metas de me-
jora continua y trayectorias for-
mativas para una enseñanza de
mayor calidad; todo ello bajo un
contexto ordenado y consensua-
do, en cuanto a lo que se espera
de su desempeño profesional
como educador/a de párvulos.
¿Qué es necesario saber?
¿Qué es necesario saber hacer?
¿Cuán bien se está haciendo?
(1) La trayectoria educativa es el re-
corrido que realizan los niños y las
niñas dentro del sistema educativo.
En Educación Parvularia se organi-
za en tres niveles curriculares, que
abarcan tramos de dos años cada
uno: 1° Nivel (Sala Cuna) hacia los
dos años; 2° Nivel (Medio) hacia los
cuatro años y 3° Nivel (Transición)
hacia los seis años (BCEP, 2018).
10 11MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
1.	 Orientar a los/as educadores/as de párvulos respecto de las prác-
ticas pedagógicas que deben reflejar en su ejercicio profesional.
2.	 Promover la reflexión pedagógica crítica, individual y entre pares,
en contextos educativos diversos.
3.	 Dar a conocer las características del ejercicio profesional de los/
as educadores/as a los miembros de las comunidades y organiza-
ciones educativas, instituciones formadoras de docentes y otras
organizaciones ligadas al nivel de Educación Parvularia.
4.	 Aportar lineamientos a las instituciones de formación docen-
te inicial y continua, para que puedan evaluar y enriquecer sus
programas y procesos de formación y desarrollo profesional, para
hacerlos coherentes con las prácticas definidas en el MBE EP.
5.	 Orientar la definición de instrumentos y la construcción de
juicios evaluativos en los procesos del desempeño docente
de los/as educadores/as.
El MBE EP se articula con la normativa legal definida por el
Ministerio de Educación, entre la que se destaca: Ley Ge-
neral de Educación N°20.370; Ley de Inclusión Escolar
N°20.845; Sistema Nacional de Aseguramiento de la
Calidad de la Educación Parvularia, Básica y Media
y su fiscalización Ley N°20.529; Sistema de Desa-
rrollo Profesional Docente Ley N°20.903; Decreto
N°83/2015 Aprueba Criterios y Orientaciones de
Adecuación Curricular para Estudiantes con Nece-
sidades Educativas Especiales de Educación Parvu-
laria y Educación Básica; y Decreto N°373 Establece
Principios y Definiciones Técnicas para la Elabora-
ción de Estrategias de Transición Educativa para los
niveles de Educación Parvularia y Primer Año de Edu-
cación Básica, entre otras.
PROPÓSITOS DEL MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA
DE EDUCACIÓN PARVULARIA
1. PRESENTACIÓN
11MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
El Sistema Nacional de Desarro-
llo Profesional Docente recono-
ce y promueve “el avance de los
profesionales de la educación
hasta un nivel esperado de de-
sarrollo profesional, así como
también ofrece una trayectoria
profesional atractiva para con-
tinuar desempeñándose pro-
fesionalmente en el aula” (Ley
N°20.903, 2016).
Entre otros aspectos, este sis-
tema establece un mecanismo
de progresión en la carrera pro-
fesional por medio de tramos
de desempeño que consideran
elementos como la experiencia
y saberes disciplinares y peda-
gógicos, los que en el caso de
la Educación Parvularia se vin-
culan directamente con los ejes
esenciales de la política curri-
cular propia de este nivel edu-
cativo, las Bases Curriculares de
Educación Parvularia.
Este MBE EP recoge los princi-
pios que inspiran el Sistema de
Desarrollo Profesional Docente,
debido a que:
•	 Promueve y orienta la autoevaluación y diálogo reflexi-
vo de los equipos de aula, con otros docentes y con di-
rectivos con el fin de detectar aquellas necesidades de
formación individual y colectiva, las fortalezas de los
equipos e identificar y/o diseñar los programas de per-
feccionamiento que se requieran.
•	 Favorece la autonomía profesional de los/as educadores/
as, promoviendo la revisión permanente de sus propias
prácticas y las de la comunidad educativa y local, propen-
diendo a procesos de mejora continua en su quehacer.
•	Orienta la construcción de los Estándares de Formación
Inicial Docente y constituye la base técnica para los pro-
gramas de perfeccionamiento y de formación continua
diseñados por organismos del Estado, universidades y
otras instituciones autorizadas, y para aquellas instan-
cias de formación que organizan los establecimientos de
acuerdo con sus propias necesidades de actualización o
fortalecimiento.
•	Orienta la construcción de los Estándares de Desem-
peño Profesional, los cuales describen conocimientos
y habilidades genéricas (desprendidos del MBE EP y en
coherencia con los estándares FID) que un docente de-
muestra considerando distintos niveles de su trayecto-
ria profesional, además de ser el insumo principal para
diseñar y elaborar los instrumentos de evaluación de la
Carrera Docente.
•	Constituye la base para la elaboración de criterios y
juicios en las evaluaciones docentes para los/as educa-
dores/as de párvulos, en los tramos que constituyen la
trayectoria profesional presentes en el Sistema de De-
sarrollo Profesional Docente. En estos procesos evalua-
tivos, se considerarán evidencias de aquellas prácticas
pedagógicas a las que refiere este MBE EP, que son facti-
bles de observar y documentar, las que serán un requisi-
to clave para avanzar dentro del sistema.
MBE EP Y DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE
12 13MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
La Ley General de Educación
(LGE) define que la educa-
ción es un proceso permanen-
te, cuyo propósito es alcanzar
el desarrollo espiritual, ético,
moral, afectivo, intelectual, ar-
tístico y físico de las personas,
mediante la transmisión y el
cultivo de valores, conocimien-
tos y destrezas. En este contex-
1. PRESENTACIÓN
MBE EP Y CALIDAD DE LA EDUCACIÓN
to, una educación de calidad
contribuirá a esta finalidad “ca-
pacitando a las personas para
conducir su vida en forma ple-
na, para convivir y participar en
forma responsable, tolerante,
solidaria, democrática y activa
en la comunidad, y para traba-
jar y contribuir al desarrollo del
país” (Ley N°20.370, 2009).
•	Entrega lineamientos y criterios acerca de los desempeños que los/as educadores/
as de párvulos han de demostrar para que todos los niños y las niñas aprendan,
permitiendo enriquecer las prácticas pedagógicas de educadores/as experimenta-
dos/as y orientando a aquellos/as que están iniciando su trayectoria profesional.
•	 Abarca la mayor parte de las instancias del quehacer educativo, describiendo prác-
ticas pedagógicas que orientan la preparación de la enseñanza, las interacciones
pedagógicas, la planificación y evaluación y el compromiso ético profesional, en-
tre otros aspectos, acorde a los tramos educativos definidos para el nivel.
•	 Describe desempeños relativos a las competencias de los/as educadores/as para
crear ambientes propicios para el aprendizaje en coherencia con los tramos educa-
tivos definidos para el nivel; aspecto central en la educación integral de todos los
niños y las niñas.
•	 Destaca el trabajo colaborativo entre educadores/as de párvulos, técnicos de Educa-
ción Parvularia, la familia y otros actores de la comunidad educativa y local, como
condición indispensable para favorecer el desarrollo, bienestar integral y aprendiza-
jes de calidad de todos los niños y las niñas.
•	 Fortalece el liderazgo técnico pedagógico de los/las educadores/as para orientar y
desarrollar procesos educativos reflexivos, innovadores y pertinentes a los diversos
contextos.
•	Mantiene coherencia con las BCEP, puesto que promueve prácticas pedagógicas
que favorecen que todos los niños y las niñas construyan aprendizajes vinculados
con variados conocimientos, habilidades y actitudes que configuran este referen-
te curricular, relevando el juego como un eje central de expresión y aprendizaje.
Asimismo, con el fin de asegu-
rar que niños, niñas y jóvenes
tengan las mismas oportunida-
des de recibir una educación
de calidad, el Sistema Nacional
de Aseguramiento de la Calidad
(Ley N°20.529) refuerza este
contenido de la LGE y concibe
el aprendizaje como un proce-
so permanente e integral, que
incorpora aspectos individua-
les y sociales. Es decir, pone el
foco en los procesos de ense-
ñanza y aprendizaje de niños,
niñas, jóvenes y/o adultos, pro-
moviendo el despliegue de
todas las dimensiones de
su desarrollo (Ministerio
de Educación, [MINE-
DUC], 2016c).
Por su parte, la Subsecretaría de Educación Parvularia, como órgano del MINEDUC encargado de la pro-
moción, desarrollo, organización general y coordinación de la Educación Parvularia (Ley N°20.835, 2015),
ha definido un proceso de fortalecimiento de este nivel educativo para avanzar a mayores grados de
equidad y calidad, considerando la responsabilidad que asignan las investigaciones, expertos y docentes
al desempeño profesional de los/as educadores/as de párvulos en el logro de aprendizajes.
Por tanto, el MBE EP:
14 15MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
El MBE EP se estructura en cua-
tro dominios definidos legal-
mente en la Ley de Desarro-
llo Profesional Docente (Ley
N°20.903). Cada uno de ellos
hace referencia a un aspecto
distinto del proceso de ense-
ñanza y aprendizaje:
Los lineamientos esenciales
que establece la Ley General
de Educación (Ley N°20.370) y
la Ley de Inclusión Escolar (Ley
N°20.845) respecto a un siste-
ma educativo inclusivo, contri-
buyen a garantizar un sistema
educacional que otorga posibi-
lidades a las familias de esco-
ger el establecimiento educa-
tivo que decidan, garantizando
las condiciones necesarias para
el acceso y permanencia de los
estudiantes.
En esta línea, el MBE EP con-
tribuye a identificar, guiar y
reflexionar en torno a los des-
empeños que favorecen la in-
clusión en el nivel de Educa-
ción Parvularia, debido a que:
ORGANIZACIÓN DEL MBE EP
ESTRUCTURA MBE EP
MBE EP E INCLUSIÓN
Cada uno de estos dominios contiene un conjunto de criterios interdependientes que describen dis-
tintos aspectos de las prácticas pedagógicas y que en su conjunto dan cuenta del sentido del domi-
nio. A su vez, cada criterio se desglosa en un conjunto de descriptores, que corresponden a unidades
acotadas de desempeño, expresadas en acciones encabezadas por un verbo.
•	 Valora la diversidad presente en el aula como una carac-
terística que desafía y enriquece el proceso de enseñan-
za y aprendizaje, promoviendo que los/as educadores/
as de párvulos la consideren en el diseño, desarrollo y
evaluación de la enseñanza, con el fin de asegurar opor-
tunidades equitativas para el aprendizaje de todos los
niños y las niñas.
•	 Promueve prácticas educativas con altas expectativas de
aprendizaje hacia todos los niños y las niñas, orientadas
a generar un ambiente de aprendizaje basado en la con-
fianza, el ejercicio de la ciudadanía, la participación, el
respeto, el juego, la colaboración, el compañerismo y la
reciprocidad, dentro y fuera del aula, y prácticas que fa-
vorezcan la convivencia y un clima de buen trato entre
todos los niños y las niñas y con los otros miembros de la
comunidad educativa y local.
•	Promueve interacciones pedagógicas que consideran y
valoran la interculturalidad, entendida ésta como un pro-
ceso dinámico que enfatiza las relaciones horizontales y
que se encuentra en constante construcción, puesto que
“favorece la creación de nuevas formas de convivencia
ciudadana entre todos, sin distinción de nacionalidad u
origen. Para ello, el diálogo simétrico es posible recono-
ciendo y valorando la riqueza de la diversidad lingüísti-
co-cultural, natural y espiritual” (MINEDUC, 2018, p.21).
•	Orienta prácticas pedagógicas libres de estereotipos de
género, ampliando la construcción social y cultural del
enfoque de género el que permite reconocer que niños y
niñas tienen el mismo potencial de aprendizaje y desa-
rrollo, y las mismas posibilidades de disfrutar por igual
de aquellos bienes valorados socialmente, oportunida-
des, recursos y recompensas, de manera independiente
a sus diferencias biológicas y reconociendo la igualdad
de derechos (MINEDUC, s.f.).
El MBE EP está estrechamen-
te relacionado con todos
los procesos anteriormente
señalados, vinculados con
mejorar la calidad de la edu-
cación ofrecida a todos los ni-
ños y las niñas, constituyén-
dose como el referente que
orienta una práctica docente
pertinente al nivel y que re-
leva la Educación Parvularia
como la primera etapa en la
trayectoria educativa.
• Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje
• Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje
•EnseñanzaparaelAprendizajedetodoslosniñosylasniñas
• Compromiso y Desarrollo Profesional
16 17MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
II. 	
DOMINIOS,
CRITERIOS Y
DESCRIPTORES
A continuación, se presenta un cuadro resumen que integra una visión panorámica de los cuatro domi-
nios del MBE EP y sus respectivos criterios, mostrando así una síntesis del desempeño esperado para
los/as educadores/as del nivel de Educación Parvularia.
DOMINIO A
Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje
DOMINIO C
Enseñanza para el Aprendizaje de todos los niños y las niñas
DOMINIO B
Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje
DOMINIO D
Compromiso y Desarrollo Profesional
Domina los
conocimientos
disciplinares y
pedagógicos vinculados
al currículum vigente
Lidera al equipo de
aula en la
implementación de la
práctica pedagógica en
función del bienestar
integral y el aprendizaje
Genera y mantiene un
ambiente de bienestar
integral para el
aprendizaje
Demuestra compromiso
con los niños y las
niñas, su profesión y el
rol que desempeña en
la sociedad
Planifica las estrategias
de enseñanza y
aprendizaje de acuerdo
con las características
de todos los niños
y las niñas y el
currículum
vigente
Genera interacciones
pedagógicas que
favorezcan el desarrollo
integral y la adquisición
de aprendizajes
significativos
Establece e implementa
una organización
del tiempo para
favorecer el
aprendizaje
Reflexiona críticamente
sobre las políticas y
orientaciones educativas
vigentes y su
implementación
en la práctica
pedagógica
Considera las
características y las formas
de aprender de todos los
niños y las niñas en la
preparación del proceso de
enseñanza y aprendizaje
Establece una
comunicación efectiva
para enriquecer las
oportunidades de
aprendizaje
Organiza ambientes
físicos funcionales
y seguros para el
aprendizaje
Establece relaciones de
colaboración
con la comunidad
educativa y local
Planifica procesos de
evaluación coherentes
con las características
de todos los niños
y las niñas y el
currículum
vigente
Toma decisiones
oportunas considerando
la evaluación de la
enseñanza y el
aprendizaje
Genera una cultura
de aprendizaje
desafiante
y lúdica
Reflexiona crítica y
sistemáticamente sobre
su práctica pedagógica
para favorecer
aprendizajes
CRITERIO A.1
CRITERIO C.1
CRITERIO B.1
CRITERIO D.1
CRITERIO A.3
CRITERIO C.3
CRITERIO B.3
CRITERIO D.3
CRITERIO A.2
CRITERIO C.2
CRITERIO B.2
CRITERIO D.2
CRITERIO A.4
CRITERIO C.4
CRITERIO B.4
CRITERIO D.4
18 19MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
Este dominio refiere a las com-
petencias fundamentales que
deben movilizar los/as educa-
dores/as para el diseño del pro-
ceso de enseñanza y aprendiza-
je en cuanto a la planificación y
evaluación. Estas competencias
aluden al dominio de conoci-
mientos y habilidades necesa-
Asimismo, el/la educador/a “re-
quiere disponer de un saber
profesional especializado para
fundamentar las decisiones to-
madas, saber que incluye la re-
flexión individual y colectiva
sobre la propia práctica, constru-
yendo así el conocimiento peda-
gógico para hacer su tarea cada
vez mejor” (BCEP, 2018, p.29).
DOMINIO A
Preparación del Proceso de
Enseñanza y Aprendizaje
rias para la implementación del
currículum vigente, conside-
rando los diferentes hitos del
desarrollo, tramos curriculares,
trayectoria educativa (recorri-
do que realizan los niños y las
niñas dentro del sistema edu-
cativo) y las características del
contexto en que se despliega
la enseñanza, para promover
aprendizajes que favorezcan el
desarrollo armónico e integral
de cada niño y niña.
Con la finalidad de asegurar
procesos de enseñanza favore-
cedores de aprendizajes signi-
ficativos para todos y todas, el/
la educador/a debe tener domi-
nio de los saberes disciplina-
res y saberes pedagógicos del
nivel de Educación Parvularia.
Este conjunto de habilidades,
conocimientos y disposicio-
nes refleja lo que debe saber y
debe saber hacer en su ejer-
cicio profesional el/la edu-
cador/a de párvulos para
que las prácticas pe-
dagógicas permitan a
todos los niños y las
niñas aprender.
• Saberes disciplinares: conocimientos que corresponden a los distintos campos
del saber (Tardif, 2004). En el caso de la Educación Parvularia, éstos se refieren a los
contenidos definidos en el currículum y a los hitos del desarrollo, entendidos como
la adquisición de nuevas habilidades que sientan las bases para construir las si-
guientes. Ello implica que el/la educador/a conozca y comprenda en profundidad los
conceptos y especificidades de lo que enseña, para otorgar mayores oportunidades
y desafíos en el proceso educativo, generando de esta forma aprendizajes significa-
tivos que trascienden en la vida de cada niño y niña.
• Saberes pedagógicos: conjunto de saberes que le permiten al docente desem-
peñar su función social e identitaria y que debe estar a la base de la formación
(Darling-Hammond & Bransford, 2005; Shulman, 2004; Martínez y Bonafé, 2004;
Tardif y Gauthier, 2001 citados en Mineduc 2012a). Para este nivel educativo,
refiere a las capacidades del/la educador/a para desarrollar estrategias de apren-
dizaje, enseñanza y evaluación coherentes con las características del desarrollo y
aprendizaje (habilidades, conocimientos, intereses, necesidades, estilos y ritmos,
entre otros) de los niños y las niñas, con los tramos curriculares, con los hitos del
desarrollo y con los contenidos expresados en el currículum de Educación Parvu-
laria, relevando el juego y las experiencias lúdicas como estrategias pedagógicas
esenciales en la primera infancia, para promover el desarrollo de capacidades
físicas, sociales, emocionales, cognitivas y de lenguaje. Estos saberes permiten
que el/la educador/a defina estrategias situadas y, por tanto, pertinentes a cada
contexto y nivel educativo.
Lo anterior es el insumo necesa-
rio para que el/la educador/a di-
señe estrategias y experiencias
de enseñanza y evaluación in-
clusivas, diversas, integradas y
pertinentes para el aprendizaje,
las cuales deben ser organiza-
das en función de la diversidad
del grupo, evitando todo tipo de
estereotipos, fomentando la in-
corporación activa tanto de los
niños como de las niñas a par-
tir de sus experiencias y de lo
que saben, reconociendo e in-
corporando la multiculturalidad
(valores, creencias, costumbres,
etc.) avanzando gradualmente
a la interculturalidad. Ofrecien-
do oportunidades reales para
que puedan participar y hacer
20 21MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
elecciones so-
bre qué quieren
aprender, cómo
quieren lograrlo
y cómo pueden
expresar cuánto
han aprendido. De
esta manera, el pro-
ceso de enseñanza
es concebido como un
proceso flexible, innova-
dor, dinámico y coherente
con respecto a los cambios y
las características de cada grupo,
donde el rol del/la educador/a es
clave para avanzar hacia una en-
señanza equitativa y de calidad.
Esto requiere “saber en profun-
didad cómo aprenden y se de-
sarrollan los párvulos y el lugar
importantísimo que le cabe al
juego en estos procesos; supo-
ne saber cómo y cuándo promo-
ver juegos y otras actividades
lúdicas. Implica también reco-
nocer y responder pedagógica-
mente a la singularidad de cada
uno en cuanto a ritmos, formas
de aprendizaje, género, cultura,
contexto social, religión, entre
otros” (BCEP, 2018, p.29).
En este contexto, el/la educa-
dor/a debe reconocer al niño y
la niña como un ser único, con
características, intereses y ha-
bilidades propias y comprender
que cuando aprenden, lo hacen
de manera integral, accionando
sus sentidos, emociones, pensa-
mientos, corporalidad, espiritua-
lidad, experiencias, sueños y de-
seos; reconociendo también que
el desarrollo y aprendizaje se da
en diversos contextos y junto con
otros, donde el juego se constitu-
ye en la herramienta pedagógica
por excelencia que el/la educa-
dor/a, al momento de preparar la
enseñanza, debe considerar como
eje central para el aprendizaje.
Por otra parte, el/la educador/a
debe conocer a todos los niños
y las niñas del grupo respecto
de sus características de desa-
rrollo, formas y ritmos de apren-
dizaje, intereses, saberes, capa-
cidades diversas, experiencias
previas, contextos familiares y
socioculturales, entre otros; este
conocimiento permite al/la edu-
cador/a preparar un proceso de
enseñanza y aprendizaje cohe-
rente con las características del
grupo y favorecer la adquisición
de aprendizajes significativos.
Junto con ello, el/la educador/a
debe conocer y considerar la di-
versidad de características que
presentan aquellos niños y niñas
que requieren apoyos adicio-
nales en el proceso educativo,
dado que presentan necesida-
des educativas especiales2, con
la finalidad de preparar procesos
educativos que incorporen la di-
versidad. Para esto debe revisar
o ajustar los Objetivos de Apren-
dizaje (OA) cuando se requiera;
diversificar la enseñanza; definir
estrategias de aprendizaje que
incorporen recursos didácti-
cos variados en cuanto a tama-
ño, textura, peso, colores, entre
otros; y utilizar Tecnologías de
la Información y Comunicación
(TIC) como una herramienta que
presenta múltiples finalidades y
oportunidades que se adaptan a
diversas necesidades de todos
los niños y niñas.
En la preparación de la ense-
ñanza, para que el aprendizaje
y la participación efectivamente
ocurran, el/la educador/a debe
considerar la presencia, el reco-
nocimiento y la pertinencia. La
presencia, en cuanto favorece
el acceso al aprendizaje, la in-
teracción permanente de los ni-
ños y las niñas durante todas las
oportunidades de aprendizaje,
el respeto y valoración mutua de
las diferencias y el aprendizaje
compartido. El reconocimien-
to y la pertinencia, en cuanto a
incorporar en la preparación de
la enseñanza las diversas cultu-
ras y saberes de origen, favore-
ciendo que la construcción del
conocimiento integral se realice
desde los niños y niñas, con én-
fasis en sus intereses, capacida-
des, motivaciones y protagonis-
mo que deben tener en todo el
proceso educativo.
En relación con la planificación
del trabajo pedagógico, su im-
portancia radica en la necesidad
de anticipar y organizar de ma-
nera coherente lo que se quiere
lograr en el proceso educativo.
Esto implica tomar decisiones
previas a la práctica sobre qué,
para qué y cómo se aprende
(EducarChile, 2008), teniendo en
consideración tanto la evalua-
ción, los fundamentos y princi-
pios de la Educación Parvularia,
los objetivos del nivel curricular
y la organización del ambiente
educativo, como también las fa-
milias y otros profesionales que
intervienen directamente en la
práctica pedagógica. De esta ma-
nera, se favorece el bienestar in-
tegral y el aprendizaje de todos
los niños y las niñas.
En este contexto, la evaluación
para el aprendizaje es esencial
en el proceso de enseñanza
y aprendizaje, lo que implica
llevar a cabo evaluaciones sis-
temáticas que contemplen la
diversidad de niños y niñas, res-
petando ritmos y características
particulares; siendo necesario
definir distintas estrategias de
evaluación que respondan a los
focos que se desean observar
como también instrumentos y
medios de registro de informa-
ción pertinentes para lograrlo.
Además, requiere realizar un
análisis profundo de la infor-
mación obtenida, lo que servirá
posteriormente para retroali-
mentar tanto a los niños y las ni-
ñas en sus procesos cotidianos,
como también a las familias y
equipos de aula.
(2) Se entenderá por alumno o
alumna que presenta Necesidades
Educativas Especiales a aquel que
precisa ayudas y recursos adiciona-
les, ya sea humanos, materiales o
pedagógicos, para conducir su pro-
ceso de desarrollo y aprendizaje, y
contribuir al logro de los fines de la
educación (LGE art. 23).
22 23MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO A
Preparación del Proceso de
Enseñanza y Aprendizaje
CRITERIOS DEL DOMINIO A:
Criterio A.1
Domina los conocimientos disciplinares y pedagógicos vinculados
al currículum vigente
El/la educador/a conoce, com-
prende y profundiza perma-
nentemente los conocimientos
que requiere para ejercer su rol
profesional con todos los niños
y las niñas; conocimientos rela-
tivos al para qué enseñar (fun-
damentos, propósito y fin de la
Educación Parvularia), qué en-
señar (contenidos y objetivos
de aprendizaje) y cómo enseñar
(estrategias pedagógicas), con
la finalidad de favorecer el de-
sarrollo integral y aprendizajes
relevantes y significativos en
todos los niños y las niñas del
grupo.
A partir de lo anterior, organi-
za el proceso de enseñanza y
aprendizaje según los conoci-
mientos, habilidades y actitu-
des que debe enseñar, consi-
derando las características del
grupo y lo definido en el currí-
culum vigente.
A continuación, se describen
las áreas del saber disciplina-
rio que los/as educadores/as
deben manejar para promover
aprendizajes de calidad en los
niños y niñas, según los propó-
sitos declarados en los distin-
tos núcleos de aprendizaje de
las BCEP:
Núcleo
Identidad
y Autonomía
Convivencia y
Ciudadanía
Corporalidad y
Movimiento
Lenguaje
Verbal
Lenguajes
Artísticos
Exploración del
Entorno Natural
Comprensión
del Entorno
Sociocultural
Pensamiento
Matemático
Identidad y valoración
de sí mismo. Autonomía
progresiva
Colaboración, solidaridad y
valoración de la diversidad y
cultura. Normas de convivencia,
derechos y ciudadanía. Cuidado
de sí mismo.
Conocimiento de sí
mismo. Corporalidad y
psicomotricidad.
Comprensión y
Expresión Oral.
Interpretación y producción
de mensajes escritos
simples.
Expresión artística.
Sensibilidad y
apreciación artística.
Descubrimiento de su
entorno y desarrollo
sostenible.
Pensamiento científico.
Reconocimiento de la
comunidad y el entorno
geográfico. Tecnología y
aprecio de la cultura.
Espacio y tiempo. Noción
de número y empleo de
cuantificadores. Resolución
de problemas.
Construcción gradual de la identidad; conciencia
de sí mismos como personas únicas y valiosas;
identificación, comprensión y expresión de las
emociones (“alfabetización emocional”) y desarrollo
progresivo de la autonomía.
Ejercicio práctico de la ciudadanía a través de la
colaboración, la solidaridad y la convivencia con
otros; y conductas de cuidado de sí mismo, de los
otros y del medio ambiente, en un marco de res-
peto por la diversidad y la inclusión.
Toma de conciencia y valoración de las posibilidades
motrices, para ampliar la exploración del medio y
conquistar una mayor autonomía tanto motora como
de pensamiento.
Comprensión del lenguaje verbal, no verbal y
paraverbal que manifiestan los otros (palabras,
frases, gestos, movimientos) y expresión de
emociones, vivencias y pensamientos, a través de
diferentes recursos lingüísticos (lenguaje oral, de
imágenes, grafismos, letras, palabras).
Expresión de la creatividad y desarrollo de una
sensibilidad estética para interpretar el mundo a
través de diversos lenguajes artísticos.
Desarrollo del pensamiento científico a partir del
asombro, la curiosidad y la indagación del entorno
natural en el marco de potenciar un desarrollo
sostenible del planeta.
Reconocimiento y aprecio de la comunidad y
entorno geográfico, valorando la diversidad cultural
(en las costumbres, juegos, ritos y otros).
Desarrollo de la resolución de problemas a
partir del razonamiento lógico; establecimiento
de relaciones causales; desarrollo de nociones
témporo-espaciales; y uso de la cuantificación en
situaciones cotidianas.
Áreas del saber
disciplinario
Principales conocimientos disciplinarios
24 25MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
Relacionado con esto, el/la
educador/a conoce el enfoque
y los fundamentos del desa-
rrollo sostenible y comprende
cómo incorporarlo transversal-
mente en sus prácticas peda-
gógicas, de manera de propiciar
experiencias de aprendizaje
mediante las cuales niños y ni-
ñas, desde los primeros años,
sean conscientes de las “po-
tencialidades, oportunidades
y riesgos que implica sostener
la vida humana en un planeta
con recursos limitados” (BCEP,
2018, p.80). En este sentido,
el/la educador/a entiende que
al propiciar una actitud positi-
va hacia el entorno está contri-
buyendo a que los niños y las
niñas cuiden el ambiente na-
tural y su biodiversidad, desde
la perspectiva de la sostenibili-
dad (BCEP, 2018).
En cuanto a los saberes peda-
gógicos, el/la educador/a de-
muestra conocimiento sobre di-
dácticas generales y específicas
para promover los aprendizajes
considerados en los diversos
núcleos y en los distintos tra-
mos curriculares. Este conoci-
miento le permite incorporar en
la preparación del proceso edu-
cativo, técnicas de enseñanza
pertinentes para desarrollar
practicas pedagógicas efectivas
El/la educador/a considera di-
versas fuentes de información
disponibles en el establecimien-
to sobre los niños y las niñas del
grupo y enriquece estos antece-
dentes a través de la interacción
que establece con ellos/as, con
el equipo de aula, sus familias
y otros actores de la comunidad
educativa y local; constituyén-
dose en un recurso significativo
para la preparación del proceso
de enseñanza y aprendizaje, para
la pertinencia de la practica pe-
dagógica, el bienestar integral y
el protagonismo de todos los ni-
ños y las niñas.
Así mismo, el/la educador/a co-
noce las características y eta-
pas del desarrollo cognitivo, so-
cioemocional y motriz de cada
niño y niña del grupo, las nece-
sidades educativas especiales
que presentan, sus intereses
y conocimientos previos, sus
formas y ritmos de aprendizaje,
y las características de su con-
texto familiar y sociocultural,
incluyendo las representacio-
nes, valores y costumbres. Este
conocimiento le permite tomar
DOMINIO A
Preparación del Proceso de
Enseñanza y Aprendizaje
y flexibles a los contextos y ne-
cesidades que van presentando
los niños y niñas.
Además, el/la educador/a cono-
ce y domina los fundamentos
y estrategias para la diversifi-
cación de la enseñanza (múlti-
ples medios de presentación y
representación de las nuevas
informaciones y contenidos;
múltiples medios de ejecución
de las actividades propuestas
y de expresión de los produc-
tos de sus aprendizajes; y múl-
tiples medios de participación
en las situaciones de aprendi-
zaje y de nivel de compromiso
con ellas3), lo que considera en
las definiciones pedagógicas
para generar oportunidades de
aprendizaje equitativas para
todos los niños y las niñas del
grupo, respondiendo así a la
diversidad presente en el aula
y evitando todo tipo de exclu-
sión. En este contexto, incorpora
el juego como la forma natural
que tienen los niños y las niñas
para adquirir habilidades que
enriquecen el desarrollo de las
funciones cognitivas, comunica-
tivas, motrices, entre otras.
Lo anterior permite al/la edu-
cador/a preparar la enseñanza
de acuerdo con lo definido en
las BCEP y generar mayores ex-
pectativas y oportunidades de
aprendizaje, en ambientes de-
safiantes y enriquecidos para
todos los niños y las niñas del
grupo, resguardando la identi-
dad pedagógica del nivel expre-
sada en: los principios pedagó-
gicos, la trayectoria educativa,
la articulación y la atención a la
diversidad.
Criterio A.2
Considera las características y las formas de aprender de todos
los niños y niñas en la preparación del proceso de enseñanza y
aprendizaje
decisiones para diversificar la
enseñanza, constituyéndose,
por una parte, en una oportuni-
dad para que todos los niños y
las niñas participen, desarrollen
sus capacidades y aprendan y,
por otra, en un desafío de de-
sarrollo profesional, en que el/
la educador/a busca respuestas
educativas diversas para todos
los niños y las niñas del grupo,
aprendiendo constantemente a
partir de ello.
Los niños y las niñas aprenden
básicamente jugando y siendo
protagonistas en sus procesos,
desarrollando en su entorno
conductas de exploración, des-
cubrimiento, manipulación y
experimentación, todo lo cual
les permite conocer y ampliar
su comprensión de sí mismos
y del mundo que los rodea.
Para favorecer estas conduc-
tas, es importante que el/la
educador/a ofrezca a los ni-
ños y niñas, oportunidades de
aprendizaje que promuevan el
desarrollo de su sensorialidad
(presentándoles variedad de
estímulos visuales, táctiles, ol-
(3) Estas estrategias corresponden
al Diseño Universal de Aprendizaje
(DUA) para dar respuesta a la diver-
sidad en el aula (MINEDUC, Decreto
N°83/2015).
fativos, gustativos, auditivos);
sus conductas de desplaza-
miento y coordinación moto-
ra, tanto gruesa como fina; su
capacidad de simbolización
-que les permite a los niños y
las niñas comprender y expre-
sarse cada vez con mayor do-
minio por medio del lenguaje
verbal y artístico-; su desarrollo
emocional; y su capacidad de
socialización, de atención, de
concentración y de memoria.
Asimismo es fundamental que
el/la educador/a considere las
formas de aprender que tienen
los niños y niñas en cada área,
de manera que la preparación
del proceso de enseñanza y
aprendizaje sea pertinente y
desafiante en todas ellas.
26 27MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
El/la educador/a planifica
estrategias de enseñanza y
aprendizaje a largo, mediano y
corto plazo, coherentes con el
currículum vigente, el Proyec-
to Educativo Institucional y el
reconocimiento y valoración
de la diversidad como criterios
fundamentales para los proce-
sos educativos en Educación
Parvularia. Esto requiere que
el/la educador/a tome decisio-
nes respecto a la selección y
organización de los Objetivos
de Aprendizaje, considerando
las características propias aso-
ciadas a cada etapa de desarro-
llo, nivel curricular y a los an-
tecedentes evaluativos de los
niños y las niñas, resguardando
una distribución equilibrada
(cobertura total de los aprendi-
zajes), secuenciada e integrada
de estos objetivos, permitiendo
preparar un proceso de ense-
ñanza que facilite a los niños y
las niñas desarrollar al máximo
sus habilidades, conocimientos
y actitudes en cada área, para lo
cual debe considerar las formas
de aprender que predominan
en cada caso.
DOMINIO A
Preparación del Proceso de
Enseñanza y Aprendizaje
Junto con ello, en la planificación
de la enseñanza y el aprendizaje
el/la educador/a debe tener en
cuenta el tiempo, el espacio, los
recursos, la intencionalidad pe-
dagógica de las interacciones,
las experiencias lúdicas y el jue-
go como estrategia permanente.
También debe considerar a las
familias, al equipo de aula y a
otros profesionales que intervie-
nen directamente en la práctica
pedagógica. A partir de esto, pla-
nifica estrategias de enseñanza y
aprendizaje diversificadas, desa-
fiantes y lúdicas para que todos
los niños y las niñas se sientan
acogidos y reconocidos como
sujetos de derechos, en tanto
personas únicas, con capacida-
des y potencialidades distintas,
resguardando así su protagonis-
mo y favoreciendo el desarrollo
progresivo de sentimientos de
confianza en relación con sus
propias fortalezas y talentos.
Por otra parte, la diversifica-
ción de la enseñanza es la po-
sibilidad de proporcionar a los
niños y las niñas múltiples me-
dios de presentación y repre-
sentación, lo que favorece la
percepción, comprensión y re-
presentación de la información
por parte de todos y todas;
múltiples medios de ejecución
y expresión, lo que permite a
los niños y las niñas respon-
der con los medios de expre-
sión y acción que prefieran; y
múltiples medios de participa-
ción y compromiso, aludiendo
a las variadas formas en que
los niños y las niñas pueden
participar de una situación de
aprendizaje (Decreto N°83). De
acuerdo con ello, “sería impor-
tante que el educador consi-
derara que el alumno además
de aprender de manera visual,
auditiva, lingüística y lógica
tiene la capacidad de aprender
de manera reflexiva, impulsiva,
analítica, global, conceptual,
perceptiva, motora, emocional,
intrapersonal e interpersonal.
Una clase programada pensan-
do en diferentes formas de en-
señar para diferentes formas
de aprender indudablemente
es una verdadera oportunidad
para el desarrollo humano”
(Campos, 2010).
Criterio A.3
Planifica estrategias de enseñanza y aprendizaje de acuerdo con
las características de todos los niños y las niñas y el currículum
vigente
Criterio A.4
Planifica procesos de evaluación coherentes con las características
de todos los niños y las niñas y el currículum vigente
En esta línea, la integración de
las TICs como recursos para la
enseñanza y el aprendizaje re-
sulta altamente beneficioso, ya
que éstas pueden adaptarse a
las diversas demandas del grupo
y, por ende, responder a sus ca-
El/la educador/a planifica la eva-
luación a largo, mediano y corto
plazo, diseñando procesos eva-
luativos integrales, cooperativos,
sistemáticos y pertinentes a la
diversidad de todos los niños y
las niñas, a las formas que tienen
de aprender y a sus contextos de
aprendizaje. Para ello, define qué
información es importante reco-
ger para ajustar la práctica pe-
dagógica (focos de observación),
considerando la coherencia con
los Objetivos de Aprendizaje y
las características de los niños y
las niñas del grupo. Además, esta-
blece la forma de sistematizar la
información seleccionada, para lo
cual define estrategias, criterios
y/o indicadores mediante los cua-
les podrá observar cómo se des-
pliegan los Objetivos de Aprendi-
zaje (Paniagua y Palacios, 2005).
De acuerdo con ello, selecciona
diversos instrumentos para re-
racterísticas particulares (Viquez,
2014), respetando los ritmos de
cada niño y niña, de modo que
todos/as logren aprendizajes
significativos necesarios para
desenvolverse en diferentes
contextos.
gistrar su observación evaluativa,
con la finalidad de reunir suficien-
te información y evidencia acerca
del proceso educativo que sigue
cada niño y niña considerando su
singularidad, sin perder de vista
su potencialidad para aprender.
A su vez, el/la educador/a planifica
los diversos usos que se dará a las
evidencias recogidas, con la fina-
lidad de retroalimentar el proceso
educativo desde una perspectiva
formativa. Para ello, diseña ins-
trumentos de comunicación de la
información (por ejemplo, infor-
mes o carpetas de antecedentes
de aprendizaje) y momentos de
encuentro con el equipo de aula,
familias u otros profesionales que
intervienen directamente en la
acción pedagógica. Esto, con el
fin de analizar, reflexionar y tomar
decisiones respecto de prácticas
que generen mejores oportuni-
dades de desarrollo y aprendizaje
para todos los niños y las niñas del
grupo.
Además, esta información le ser-
virá al/la educador/a para retroa-
limentar, a través de interacciones
verbales, a los niños y las niñas du-
rante la práctica pedagógica con la
intención de apoyarlos en el logro
de nuevos aprendizajes y relevar
los conocimientos, las capacida-
des y las potencialidades de cada
niño y niña del grupo, siendo una
instancia cercana, amigable, em-
pática y participativa, en la que se
resguarda el rol protagónico de
cada uno de ellos/as.
A continuación, se presen-
ta un cuadro del Dominio A,
con sus cuatro criterios y los
descriptores asociados a cada
uno de ellos.
28 29MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO A
Preparación del Proceso de
Enseñanza y Aprendizaje
Criterio A.1
Domina los conocimientos
disciplinares y pedagógicos
vinculados al currículum vi-
gente.
A.1.1
Domina los conocimien-
tos referidos a los funda-
mentos y principios de la
Educación Parvularia y los
incorpora al quehacer edu-
cativo.
A.1.2
Domina los conocimientos
fundamentales referidos a
la identidad y autonomía,
convivencia y ciudadanía,
corporalidad y movimiento,
y conoce la didáctica para
promoverlos.
A.1.3
Domina los conocimientos
fundamentales referidos al
lenguaje verbal y los len-
guajes artísticos, y conoce la
didáctica para promoverlos.
A.1.4
Domina los conocimientos
fundamentales referidos al
entorno natural y sociocul-
tural y al pensamiento ma-
temático, y conoce la didác-
tica para promoverlos.
Criterio A.2
Considera las características
y las formas de aprender de
todos los niños y las niñas en
la preparación del proceso
de enseñanza y aprendizaje.
A.2.1
Recaba información sobre
las características indivi-
duales, colectivas y contex-
tuales de todos los niños y
las niñas del grupo y la in-
corpora en la preparación
de la enseñanza.
A.2.2
Considera las formas y rit-
mos de aprendizaje de to-
dos los niños y las niñas
del grupo para preparar la
enseñanza de manera per-
tinente y diversificada.
A.2.3
Considera en la prepara-
ción de la enseñanza los
intereses y conocimientos
previos de todos los niños
y las niñas del grupo para
que las experiencias de
aprendizaje sean significa-
tivas y desafiantes.
A.2.4
Considera en la prepara-
ción de la enseñanza las
características del contexto
familiar y sociocultural de
todos los niños y las niñas
del grupo para enrique-
cer las oportunidades de
aprendizaje.
Criterio A.3
Planifica estrategias de en-
señanza y aprendizaje de
acuerdo con las caracte-
rísticas de todos los niños
y las niñas, y el currículum
vigente.
A.3.1
Planifica el proceso de en-
señanza y aprendizaje a lar-
go, mediano y corto plazo
considerando una distribu-
ción equilibrada, secuen-
ciada e integrada de los ob-
jetivos de aprendizaje del
currículum vigente.
A.3.2
Planifica estrategias y ex-
periencias de aprendizaje
coherentes con los obje-
tivos de aprendizaje del
nivel curricular y los ante-
cedentes evaluativos de
todos los niños y las niñas
del grupo.
A.3.3
Planifica estrategias de en-
señanza y experiencias de
aprendizaje que conside-
ran el ambiente educativo,
el juego y la participación
de la familia, la comunidad
educativa y local.
A.3.4
Incorpora en la planifica-
ción estrategias diversifi-
cadas de enseñanza, consi-
derando las características
individuales y colectivas
de los niños y las niñas del
grupo para favorecer su
participación y aprendizaje.
Criterio A.4
Planifica procesos de eva-
luación coherentes con las
características de todos los
niños y las niñas y el currí-
culum vigente.
A.4.1
Planifica procesos evalua-
tivos sistemáticos y perti-
nentes a la diversidad de
niños y niñas y sus contex-
tos de aprendizaje.
A.4.2
Define focos de observa-
ción y estrategias de eva-
luación coherentes con los
objetivos de aprendizaje y
pertinentes a las caracte-
rísticas de todos los niños y
las niñas del grupo.
A.4.3
Define instrumentos de
evaluación diversificados
y contextualizados para
registrar y evidenciar el
aprendizaje de todos los
niños y las niñas del grupo.
A.4.4
Establece instancias siste-
máticas de reflexión y aná-
lisis de los antecedentes
de evaluación para retroali-
mentar el proceso de ense-
ñanza y aprendizaje desde
una perspectiva formativa.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL
DE LOS/AS EDUCADORES/AS DE PÁRVULOS, EN ESTE DOMINIO,
POR NIVEL CURRICULAR
NIVEL SALA CUNA
Los educadores/as conocen y comprenden las características y necesidades de aprendizaje
y bienestar de los niños y niñas de este nivel, entendiendo que se encuentran en un perio-
do de mayor dependencia de los adultos en cuanto a su adaptación, alimentación, descan-
so, higiene, afecto, socialización; y que están en una etapa en que establecen sus primeras
relaciones de afecto y seguridad a partir de los vínculos de apego seguro, lo que les permite
crecer en armonía y confianza para desarrollarse plenamente. De acuerdo con esto, es relevante que
los/las educadores/as promuevan, en el diseño de sus prácticas, acciones y estrategias que permitan el
fortalecimiento de relaciones afectivas positivas.
En este nivel, el/la educador/a observa, reconoce y valora que los niños y niñas presentan diversos
intentos comunicativos, expresando sus emociones, necesidades e intereses a través del llanto, ges-
tos, sonidos, movimientos y palabras. Por tanto, en la preparación de la enseñanza incorpora diversas
estrategias que le permitan responder oportunamente a las diferentes formas de comunicación del
grupo y promover un lenguaje verbal más enriquecido. Asimismo, considera en esta preparación, el in-
terés gradual que presentan los niños y niñas por los materiales escritos, la manipulación de libros con
imágenes, el escuchar relatos cortos, aspectos fundamentales en el aprendizaje del lenguaje verbal.En cuanto al desplazamiento, los/as educadores/as comprenden que los niños y niñas van adquiriendo
de manera paulatina la seguridad, equilibrio y control de su cuerpo, alcanzando la locomoción, lo que
les permite mayor autonomía para explorar su entorno, incorporando acciones para contribuir al enri-
quecimiento de sus experiencias tempranas.
En la preparación de la enseñanza, un aspecto importante es que el/la educador/a tenga presente que
los tiempos de concentración de los niños y niñas son breves y su comportamiento egocéntrico, ya que
su capacidad para ponerse en el lugar de otros aún no se manifiesta o es muy incipiente.
Relevante para la preparación de la enseñanza es el juego -de tipo sensoriomotriz-, lo que propicia la
activación cognitiva y motriz mediante situaciones de exploración de las propias posibilidades corpo-
rales y de resolución de problemas sensoriales y motrices (tocan, miran, gustan, escuchan, huelen, ga-
tean, entre otras). El/la educadora/a considera que los niños y niñas de manera progresiva descubren,
a través de acciones de ensayo y error y de causa-efecto, que sus conductas tienen consecuencias y
comienzan a probar el efecto de su acción en el entorno. Por otra parte, reconoce el valor de los juegos
en esta etapa, los que contribuyen a la autonomía, autoconfianza, aprendizajes y enriquecen las posi-
bilidades expresivas, cognoscitivas, comunicativas, lúdicas y de movimiento.
De acuerdo con lo anterior, la preparación de la enseñanza debe considerar el acceso a variadas ex-
periencias sensoriales y motoras, intencionando la exploración de espacios y objetos de uso diario,
el descubrimiento de su cuerpo, sus emociones; el movimiento, así como también el desarrollo de la
capacidad comunicativa a nivel oral como gestual, tanto expresiva como comprensiva.
30 31MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
NIVEL MEDIO
Los/ as educador/as comprenden que los niños y niñas de este nivel avanzan hacia una ma-
yor autonomía, adquiriendo paulatinamente hábitos de higiene y alimentación. Buscan ser
independientes y autoafirmar su identidad constantemente, manifiestan progresivamente
conciencia de los otros y disfrutan al relacionarse con niños y niñas, a través de juegos y
conversaciones colectivas. Este conocimiento por parte de los/as educadores/as está pre-
sente en el diseño de experiencias y en las estrategias utilizadas.
En esta etapa, gracias a la aparición de la capacidad simbólica, el lenguaje se desarrolla rápi-
damente con una progresiva ampliación del vocabulario y un notorio avance en la capacidad
de estructurar oraciones y expresar mensajes más elaborados. Los/as niños /as muestran un
interés creciente por el mundo letrado, disfrutando explorar libros con imágenes y peque-
ños textos, así como también escuchar cuentos sencillos. Este significativo avance implica
para el/la educador/a, la búsqueda y selección de recursos de aprendizaje y didácticas
congruentes con la promoción del lenguaje verbal de los niños y niñas.
Por otra parte, los/as educadores/as saben que los niños y las niñas adquieren un mayor
control y precisión en sus movimientos, logrando paulatinamente capacidades más com-
plejas en su desarrollo motor grueso: trepar, caminar, saltar y correr, utilizando diferentes
velocidades y superando obstáculos simples. En cuanto a su motricidad fina, van adquirien-
do mayor destreza en la manipulación de objetos y en la coordinación óculo-manual, lo que
les permite avanzar en sus primeras construcciones gráficas y plásticas. Estos progresos en
el desarrollo motriz de los niños y niñas implica para la práctica de los/as educadores/as
ofrecerles experiencias de movimiento que promuevan aprendizajes, en ambientes seguros
y de bienestar.
El nivel de concentración en esta etapa les permite participar en experiencias de aprendiza-
je de mayor duración. Sus juegos, además de ser sensoriales y de movimiento, también son
de representación, debido al desarrollo del pensamiento simbólico.
En esta etapa los niños y las niñas aprenden principalmente interactuando con otros, por
tanto, la preparación de la enseñanza debe considerar la organización heterogénea, en di-
ferentes tipos de agrupaciones (parejas, tríos, cuartetos, entre otros), el aprendizaje colabo-
rativo y los juegos sociales. El/la educador/a debe dar la posibilidad que
todos los niños y las niñas disfruten de experiencias educativas que pro-
muevan la exploración y el descubrimiento en espacios interiores y exterio-
res, así como también la resolución pacífica de conflictos a partir de lo cual
van construyendo aprendizajes significativos y su identidad.
NIVEL TRANSICIÓN
El/la educador/a conoce que en este nivel educativo los niños y las ni-ñas muestran mayor autonomía e independencia respecto del cuidadode su cuerpo, sus pertenencias y de la relación que establecen con suspares y con los adultos. Asimismo, sabe que manifiestan mayor empatíahacia otros, les gusta ayudar y participar en actividades de colabora-ción grupal y asumir normas y responsabilidades dentro del grupo, porlo que intenciona la participación y la generación de acuerdos basadosen el diálogo.
En este tramo curricular, los/as educadores/as saben que los niños y niñas dominan las estruc-turas básicas del lenguaje, pudiendo establecer conversaciones con fluidez, y comprenderindicaciones y juegos reglados. Igualmente, saben que los niños y niñas evidencian mayordesarrollo y coordinación de la motricidad gruesa y fina, lo que les permite ser más preci-sos en sus movimientos y desplazamientos, y en actividades de representación y expresióngráfica y artística. Esto es considerado por el/la educador/a para entregarles oportunidadesde aprendizaje que amplían sus posibilidades de representar, integrando diversos recursos.
En la preparación de la enseñanza el/la educador/a entiende que los niños en este nivelcurricular formulan hipótesis, relacionan hechos y resuelven problemas utilizando procesossimples de abstracción. Son capaces de planificar tareas y retomar actividades, recordar loque han realizado y dar a conocer cómo lo han hecho, iniciándose así en la autoevaluaciónde sus aprendizajes. El/la educador/a también sabe que los niños y niñas avanzan en el de-sarrollo de la conciencia fonológica, comenzando a asociar fonemas con sus respectivos gra-femas, lo que será un indicador significativo al momento de iniciarse a la lectura y escrituraen Primer año de Educación Básica, y una oportunidad
para los/as educadores/as de integrar nuevos
recursos y juegos.
De esta manera, en este nivel los ni-
ños y las niñas aprenden obser-
vando, explorando, descubrien-
do e indagando en su entorno;
imitando comportamientos
de otros que les son signi-
ficativos; y desarrollando
juegos simbólicos, de
carácter social y regla-
dos, tanto espontá-
neos como dirigidos.
Requieren de un am-
biente enriquecido
lingüísticamente, don-
de los textos se cons-
tituyan en un recurso
permanente a partir
de los cuales inician
procesos paulatinos
de alfabetización.
DOMINIO A
Preparación del Proceso de
Enseñanza y Aprendizaje
32 33MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO B
Creación de un Ambiente
propicio para el Aprendizaje
Este dominio refiere al diseño e
implementación permanente de
ambientes educativos, defini-
dos como “sistemas integrados
de elementos consistentes entre
sí, que generan condiciones que
favorecen el aprendizaje de los
niños y las niñas” (BCEP, 2018,
p.113), constituyéndose en el es-
pacio privilegiado que promue-
ve el desarrollo de habilidades,
conocimientos y actitudes, inde-
pendientemente de la etapa de
vida y nivel de desarrollo en que
se encuentren.
Relacionado a cómo aprenden
los niños y las niñas, Vosnia-
dou (2006) plantea que hay tres
principios que el/la educador/a
debe considerar como base al
momento de diseñar ambientes
de aprendizaje: la participación
constructiva de quien aprende;
la participación social, en tan-
to experiencias de enseñanza y
aprendizaje colaborativas; y la
participación en experiencias
significativas, entendidas como
aquellas que niños y niñas perci-
ben útiles en el día a día. Es decir,
afirma que el/la educador/a debe
promover ambientes de aprendi-
zaje que incentiven a los niños
y niñas a aprender activamen-
te, a colaborar con sus pares y a
realizar actividades significativas
con materiales auténticos. Des-
de una perspectiva inclusiva, el/
la educador/a debe generar am-
bientes donde todos y todas se
sientan incorporados, reconoci-
dos y aceptados, lo que implica
generar diseños curriculares que
contemplen la diversidad.
Por otra parte, Hamre y Pianta
(2007) manifiestan que las inte-
racciones que el/la educador/a
genera con cada niño y niña son
determinantes para el proceso
de aprendizaje, relevando los
climas relacionales positivos, de
respeto y buen trato, donde los/
as educadores/as responden
a las necesidades de todos los
niños y las niñas y manifiestan
altas expectativas respecto a
sus capacidades y aprendizajes,
favoreciendo así su desarrollo
socioemocional y cognitivo.
Lo anterior implica que el/la edu-
cador/a organice los espacios,
tiempos, rutinas y recursos edu-
cativos considerando las caracte-
rísticas, intereses y necesidades
de los niños y las niñas, en favor
de un ambiente potenciador de
aprendizajes y de bienestar in-
tegral, donde promueva la con-
fianza y las relaciones participa-
tivas y democráticas entre todos
quienes componen la comunidad
educativa y local: niños y niñas,
familias, equipos de aula y otros
actores. “Los primeros años de
vida son el período más significa-
tivo en la formación del individuo,
por lo tanto, la calidad de los am-
bientes es sustancial para el desa-
rrollo de sus capacidades físicas,
sociales, emocionales, cognitivas
y de lenguaje. En consecuencia,
si los niños y las niñas no cuen-
tan con entornos protectores y
enriquecidos donde las familias
y equipos educativos cumplen un
rol protagónico, estarán perdien-
do oportunidades de desarrollo y
aprendizaje” (BCEP, 2018).
Ello requiere que el/la edu-
cador/a de párvulos organice
ambientes para el aprendizaje
seguros y de bienestar integral,
con un sentido pedagógico cla-
ro, que promuevan la autonomía
y confianza progresiva, la cola-
boración, el rol protagónico de
niños y niñas en la construcción
de aprendizajes significativos
y heurísticos (descubrimiento,
creatividad, actividad, intuición,
investigación) y el aprendizaje
a partir de los errores, intencio-
nando que toda posibilidad que
tiene el niño y la niña de interac-
tuar se convierta en una oportu-
nidad de jugar y aprender. Todo
esto, con el fin de generar y man-
tener una cultura de aprendizaje
lúdica y desafiante.
Por otra parte, al incorporar en el
ambiente para el aprendizaje el
juego como estrategia pedagógi-
ca, se releva su rol impulsor tanto
del desarrollo de las funciones
cognitivas superiores como de la
afectividad, la socialización y la
adaptación creativa a la realidad
de los niños y las niñas (BCEP,
2018), siendo además el medio
por el cual expresan lo que saben,
lo que quieren, lo que les motiva y
lo que necesitan para su desarro-
llo y aprendizaje. Respecto a esto,
los juegos “tienen una estructura
interna creada espontáneamente
por los propios niños y niñas, que
los hace muy valiosos para la Edu-
cación Parvularia, por cuanto res-
ponden plena y singularmente no
sólo a sus motivaciones internas,
sino a sus requerimientos de de-
sarrollo” (BCEP, 2018, p.32).
De acuerdo con los principios y
fundamentos éticos propios de la
profesión docente en Educación
Parvularia, el/la educador/a debe
propiciar ambientes de aprendiza-
jequegaranticenelderechodelos
niños y las niñas a ser tratados con
dignidad y respeto, reconociendo
que tanto las niñas como los niños
tienen capacidades para aprender
y, por tanto, deben tener las mis-
mas oportunidades para desarro-
llar estas capacidades; para ello
se requiere de espacios libres de
estereotipos, donde los juegos y
los recursos sean pensados e in-
tencionados para que tanto niñas
como niños disfruten plenamente.
A partir de lo anterior, el am-
biente para el aprendizaje debe
ser pensado para que todos los
niños y las niñas desplieguen
sus potencialidades, por lo que
debe ser física y culturalmente
accesible para todos (Adlerstein,
Manns y González, 2016). En este
contexto, el/la educador/a debe
identificar las habilidades y los
recursos de apoyo que requieren
aquellos niños y niñas que pre-
sentan necesidades educativas
especiales, con el propósito de
realizar los ajustes necesa-
rios o incorporar recur-
sos específicos de
acuerdo con
las posibi-
lidades
de su
contexto. Por ejemplo, organizar
el tiempo de manera flexible;
contar con espacios y mobilia-
rios que permitan el movimiento,
considerando las características
de los niños y las niñas; acceso a
los diversos recursos didácticos;
e incorporación de nuevos de-
safíos. Todos estos son factores
centrales para favorecer el bien-
estar integral y el aprendizaje
de todos y todas y responder de
manera efectiva a la diversidad
del grupo.
34 35MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
CRITERIOS DEL DOMINIO B:
Criterio B.1
Genera y mantiene un ambiente de
bienestar integral para el aprendizaje
Criterio B.2
Organiza ambientes físicos funcionales
y seguros para el aprendizaje
En la creación de un ambien-
te de bienestar integral, el/la
educador/a genera y mantie-
ne interacciones de confianza
y respeto con los niños y las
niñas, entre ellos y entre los
adultos; considerando las ca-
racterísticas, necesidades e in-
tereses de los niños y las niñas,
lo que favorece el desarrollo
de sentimientos de aceptación,
plenitud, confortabilidad y se-
guridad, permitiéndoles gozar
del proceso de aprender (BCEP,
2018). Asimismo, establece un
vínculo con la familia, reconoci-
da como el principal referente
en la formación de los niños y
las niñas, incorporándola en
la creación de los ambientes
de aprendizaje para que estos
sean contextualizados y signifi-
cativos.
Asimismo, el/la educador/a
mantiene una actitud empáti-
ca y comprende que sus acti-
tudes, comportamientos e in-
teracciones en el aula influyen
en la motivación y construcción
del aprendizaje que logran los
El/la educador/a dispone am-
bientes físicos amplios, variados,
seguros e inclusivos, con espa-
cios y recursos educativos plani-
ficados previamente, de acuerdo
con las características de todos
los niños y las niñas del grupo
y con las posibilidades que tie-
ne cada establecimiento. Am-
bientes libres de estereotipos,
con variados recursos de apoyo
según los requerimientos indivi-
duales y colectivos, teniendo es-
pecial atención con aquellos que
presentan necesidades educa-
tivas especiales, procurando así
que todos y todas tengan acceso
al juego, la participación y pro-
greso en el aprendizaje. Asimis-
mo, considera la participación de
las familias en la creación de un
ambiente propicio para el apren-
dizaje, entendiendo que el apor-
te que éstas hagan contribuirá a
que los niños y las niñas se sien-
tan acogidos, seguros y cómo-
dos, lo cual favorecerá el bien-
estar integral y la adquisición de
aprendizajes significativos.
Al hablar de ambientes funcio-
nales, la distribución del espa-
cio físico del aula debe prever
niños y las niñas. “La relación
pedagógica entre niños y do-
centes ha demostrado ser más
efectiva cuando incluye cuida-
do, crianza, preocupación por
el bienestar general de cada
niño o niña y apoyo al apren-
dizaje” (Programa Estado de la
Nación, 2011, p.99).
Por otra parte, con el objetivo
de organizar ambientes moti-
vantes, acogedores, desafiantes,
que potencian la participación y
el rol protagónico de los niños y
las niñas, llevándolos a disfrutar
de sus procesos de aprendizaje,
el/la educador/a considera la
integración de TICs como herra-
mientas que enriquecen los am-
bientes de aprendizaje, logran-
do que los contenidos sean más
ricos, atractivos y pertinentes
(Hepp, 2007).
El/la educador/a modela con el
ejemplo y fomenta la participa-
ción de los niños y las niñas, or-
ganizando espacios educativos
en conjunto con ellos/as, favore-
ciendo la autonomía progresiva,
la intencionalidad pedagógi-
ca y adaptarse a los distintos
escenarios o necesidades de
aprendizaje de todos y todas.
Hoyuelos (2005b, citado en
Castro y Morales, 2015) subra-
ya la importancia del acomodo
del mobiliario dispuesto para
las exigencias pedagógicas o
funcionales, de manera que el
ambiente se constituya en un
espacio amigable, acogedor,
delicado y sensible para todas
las personas que lo habitan y
que contribuya al desarrollo
integral de los niños y niñas.
Junto con ello, el/la educador/a,
al organizar ambientes funcio-
nales, procura que tanto niñas
como niños desplieguen sus
máximas potencialidades y ad-
quieran aprendizajes significa-
tivos dentro de un espacio que
permite el libre desplazamiento,
la exploración y el juego. Para
ello, en la organización del es-
pacio considera la selección de
los recursos y la ambientación,
y también la participación y co-
laboración de los niños y las ni-
ñas, sus familias y el equipo de
aula. Esto, con la intención de
el diálogo y la colaboración, así
como el creciente ejercicio de la
ciudadanía de cada niño y niña,
poniéndolos al centro del proce-
so educativo y propiciando, según
el nivel educativo y las caracte-
rísticas de desarrollo, conductas
tales como: mostrar preferencias,
elegir, iniciar acciones, realizar
actividades con otros, opinar, de-
cidir, cuestionar, resolver proble-
mas, desarrollar talentos, entre
otros. De esta forma, favorece la
afirmación de la identidad y el
reconocimiento sustentado en la
valoración de la singularidad y el
bienestar integral de todos los ni-
ños y las niñas.
darle mayor pertinencia y signi-
ficado al ambiente educativo, de
manera que los niños y niñas se
sientan seguros en este espacio
y parte de él.
DOMINIO B
Creación de un Ambiente
propicio para el Aprendizaje
36 37MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIAMARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
Criterio B.3
Establece e implementa una organización del tiempo
para favorecer el aprendizaje
Criterio B.4
Genera una cultura de aprendizaje desafiante y lúdica
El/la educador/a considera el
tiempo como un componen-
te fundamental del ambiente
educativo, por ello intenciona
pedagógicamente todas las
instancias de la jornada, de
acuerdo con los objetivos del
currículum vigente y las ca-
racterísticas de los niños y las
niñas del grupo. A su vez, res-
guarda un equilibrio entre: pe-
ríodos constantes y variables,
períodos asignados a cada nú-
cleo, actividades colectivas e
individuales y espacios inte-
riores y exteriores al aula, con
la finalidad de ampliar y enri-
quecer las oportunidades de
aprendizaje, acercando a los
niños y las niñas a su entorno
natural y sociocultural. A partir
de ello “las niñas y los niños se
sienten cada vez más partícipes
del entorno natural, en tanto
tienen frecuentes oportunida-
des de convivir con él. Así, me-
diante actividades de explo-
ración espontáneas, observan,
se asombran, hacen preguntas,
formulan interpretaciones so-
bre diversos elementos y seres
vivos que encuentran, como el
agua, la luz, los animales, la tra-
“La nueva cultura del aprendiza-
je es adaptarse a los cambios y
buscar nuevas formas de apren-
der a través de la innovación,
cultivar la imaginación y apren-
der haciendo. Según el profe-
sor Douglas Thomas su objetivo
principal es buscar un equilibrio
entre la estructura institucional
y la libertad individual”
(Tobar, 2012).
yectoria seguida por el sol; y
sobre fenómenos como la llu-
via, los sismos, y otros” (BCEP,
2018, p.81).
Además, organiza transicio-
nes fluidas entre los distin-
tos períodos de la jornada
diaria, resguardando la inten-
cionalidad pedagógica y los
Objetivos de Aprendizaje, y
respetando las características
individuales de los niños y las
niñas. Así también, flexibiliza
el uso del tiempo en función
de los ritmos, intereses y ne-
cesidades y de las situa-
ciones emergentes que se
presentan; todo ello, con
el propósito de organi-
zar un ambiente edu-
cativo seguro, estable
y pertinente, que res-
ponda de manera efec-
tiva a lo que los niños
y las niñas del grupo
necesitan para jugar,
interesarse por apren-
der y desarrollarse ple-
namente.
Para ello, el/la educador/a reco-
noce e incorpora las habilidades,
capacidades y conocimientos de
todos los niños y las niñas y, a
partir de esto, organiza experien-
cias desafiantes, lúdicas e inno-
vadoras que favorecen la creati-
vidad, el rol activo y protagónico
de todos los niños y las niñas, así
como el disfrute durante el pro-
ceso de aprendizaje.
Además, el/la educador/a con-
sidera el juego como estrategia
pedagógica fundamental para
promover en niños y niñas la cu-
riosidad y la indagación indi-
vidual y colectiva, ofrecién-
doles oportunidades para
buscar soluciones de for-
ma autónoma; con ello,
les permite identificar
paulatinamente sus
conocimientos, habi-
lidades y las diversas
estrategias que utili-
zan para aprender.
A partir de los ele-
mentos menciona-
dos, el/la educador/a
implementa estrate-
gias para que familias y
equipos de aula manten-
gan altas expectativas so-
bre los aprendizajes de los niños
y las niñas, lo que permite gene-
rar una cultura de aprendizaje
que favorece la implementación
de ambientes educativos movili-
zadores de nuevas experiencias
y nuevos aprendizajes. Cuando
el/la educador/a concibe al niño
o niña como un ser irrepetible, ca-
paz, con características distintas y
con derechos, se sitúa desde una
perspectiva que reconoce que to-
dos y todas pueden progresar si
se les brindan las oportunidades
y apoyos necesarios; por tanto
orienta su práctica hacia contex-
tos educativos donde los niños y
niñas se sientan reconocidos, res-
petados, considerados y desafia-
dos, equiparando de esta manera
sus oportunidades de aprendizaje,
presencia y participación desde
los primeros años de vida. Asi-
mismo, comparte la importancia
de favorecer el juego y las activi-
dades lúdicas al interior de cada
familia, como una oportunidad
constante que tienen los niños y
las niñas para aprender.
DOMINIO B
Creación de un Ambiente
propicio para el Aprendizaje
A continuación, se presen-
ta un cuadro del Dominio B,
con sus cuatro criterios y los
descriptores asociados a cada
uno de ellos.
38 39MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO B
Creación de un Ambiente
propicio para el Aprendizaje
Criterio B.1
Genera y mantiene un am-
biente de bienestar integral
para el aprendizaje.
B.1.1
Establece interacciones de
confianza y respeto mu-
tuo entre todos los niños y
las niñas, y entre ellos y el
equipo de aula, para favo-
recer un clima de bienestar
integral y aprendizaje.
B.1.2
Organiza ambientes aco-
gedores y desafiantes que
motiven a todos los niños y
las niñas del grupo a disfru-
tar y aprender.
B.1.3
Organiza ambientes que fa-
vorecen la participación y
la autonomía progresiva de
todos los niños y las niñas
del grupo, contribuyendo a
su confortabilidad y apren-
dizaje.
B.1.4
Establece interacciones
bientratantes con las fami-
lias para favorecer ambien-
tes educativos promotores
de aprendizajes integrales.
Criterio B.2
Organiza ambientes físicos
funcionales y seguros para
el aprendizaje.
B.2.1
Organiza y renueva espa-
cios y recursos educativos
de acuerdo con las carac-
terísticas y necesidades de
aprendizaje de todos los
niños y las niñas del grupo.
B.2.2
Organiza los espacios edu-
cativos resguardando que
sean seguros y favorezcan
el desplazamiento, la ex-
ploración y el juego.
B.2.3
Dispone los espacios y re-
cursos educativos en con-
junto con los niños y las
niñas y el equipo de aula
para potenciar procesos de
aprendizaje significativos.
B.2.4
Organiza los espacios edu-
cativos considerando a las
familias y sus contextos,
favoreciendo la pertenen-
cia, la inclusión y el apren-
dizaje.
Criterio B.3
Establece e implementa una
organización del tiempo para
favorecer el aprendizaje.
B.3.1
Define los diferentes pe-
riodos de la jornada con-
siderando los objetivos de
aprendizaje y las caracte-
rísticas de todos los niños
y las niñas del grupo para
favorecer la estabilidad y
equilibrio en las experien-
cias de aprendizaje.
B.3.2
Organiza la jornada con-
siderando periodos cons-
tantes y variables, agrupa-
ciones diversas y espacios
educativos interiores y ex-
teriores para enriquecer las
oportunidades de aprendi-
zaje de todos los niños y las
niñas del grupo.
B.3.3
Flexibiliza la organización
del tiempo considerando las
situaciones emergentes, ne-
cesidades e intereses de to-
dos los niños y las niñas del
grupo para favorecer la mo-
tivación por el aprendizaje.
B.3.4
Define estrategias diversi-
ficadas de transición consi-
derando los ritmos e intere-
ses de todos los niños y las
niñas del grupo para res-
guardar la fluidez y conti-
nuidad entre los diferentes
momentos de la jornada.
Criterio B.4
Genera una cultura de apren-
dizaje desafiante y lúdica
B.4.1
Incorpora las habilidades,
conocimientos y actitudes
de todos los niños y las
niñas del grupo para im-
plementar experiencias de
aprendizaje innovadoras y
desafiantes.
B.4.2
Implementa experiencias
de aprendizaje que pro-
muevan el rol activo y pro-
tagónico de todos los niños
y las niñas del grupo para
favorecer aprendizajes sig-
nificativos.
B.4.3
Utiliza el juego como una
estrategia pedagógica que
promueve la libre elección y
el disfrute para potenciar los
aprendizajes de todos los ni-
ños y las niñas del grupo.
B.4.4
Implementa estrategias de
trabajo con las familias y
equipo de aula para promo-
ver, en ellos, altas expecta-
tivas de aprendizaje hacia
todos los niños y las niñas
del grupo.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL
DE LOS/AS EDUCADORES/AS DE PÁRVULOS, EN ESTE DOMINIO,
POR NIVEL CURRICULAR
NIVEL SALA CUNA
El/la educador/a conoce que el Ambiente para el Aprendizaje debe estar organizado de
acuerdo con las características de los niños y las niñas de este nivel, con la finalidad de
favorecer el desplazamiento, la autonomía y el aprendizaje y lo considera para implementar
espacios despejados que resguarden la seguridad y el bienestar integral de todos y todas,
de igual forma incorpora diversos recursos educativos que respondan a las características y
particularidades del grupo, lo que implica que el educador/a reconoce que tanto los niños como las y
niñas se encuentran en una etapa donde el cuerpo, el movimiento y los sentidos juegan un rol funda-
mental en el aprendizaje.
Es relevante, entonces, que el educador/a integre en el ambiente para el aprendizaje diferentes ti-
pos de recursos y objetos, considerando distintos tamaños, sonidos, colores, texturas, formas y olo-
res, que permitan favorecer la exploración, manipulación, socialización y aprendizaje. Asimismo, e/la
educador/a comprende que este ambiente debe propiciar la aproximación natural al mundo escrito,
por lo que promueve la interacción con diversos tipos de textos, auténticos y significativos.
En cuanto a la definición del tiempo, el/la educador/a conoce que la incorporación de rutinas estables
y predecibles permiten a los niños y las niñas de este nivel anticiparse, y a los adultos responder a las
necesidades básicas de alimentación, sueño, muda y contención emocional, promoviendo con ello que
se establezcan vínculos de apego seguro que favorecen el desarrollo integral y armónico.
De acuerdo con esto, para la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, el/la educador/a
debe resguardar que los niños y las niñas de este nivel puedan disfrutar de ambientes responsivos
y respetuosos de sus diversas características y necesidades (descanso, alimentación, higiene, entre
otros), e intencionar progresivamente su desplazamiento y exploración, elementos clave para el desa-
rrollo integral y aprendizaje.
40 41MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
NIVEL MEDIO
En este nivel curricular, el/la educador/a comprende que los espacios deben favorecer tanto
las actividades individuales como grupales. Además, que deben ser flexibles y modificables
según los requerimientos de los niños y las niñas.
Del mismo modo, el/la educador/a considera la implementación de espacios que contribu-
yan al juego autoiniciado, la exploración, la indagación, la creación, la representación de
roles y la recreación de actividades cotidianas, considerando su contexto familiar y socio-
cultural. Especial relevancia tiene para el/la educador/a, la incorporación progresiva de los
niños y las niñas al mundo letrado, promoviendo la manipulación y exploración de diversos
textos escritos; la lectura predecible, independiente y grupal; y las narraciones de cuentos
y/o historias que permitan a los niños y niñas disfrutar, conocer e interpretar el mundo.
El/la educador/a promueve la participación de los niños y las niñas en los periodos varia-
bles, favoreciendo su independencia, curiosidad y creatividad; no obstante, es importante
que resguarde también la permanencia de los momentos constantes destinados a los pe-
riodos de alimentación, higiene, sueño y vigilia, como una forma de favorecer la autonomía
progresiva en un contexto de respeto a los diversos ritmos que tienen los niños y las niñas.
De acuerdo con ello, para la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, el/
la educador/a sabe que debe resguardar que los niños y las niñas de este nivel pue-
dan disfrutar de experiencias en espacios educativos interiores y exteriores, lo que les
permite enriquecer sus oportunidades de exploración, descubrimiento
y seguridad, todos ellos elementos claves para su desarrollo integral y
aprendizaje. Asimismo, es relevante que el/la educador/a intencione la
organización y selección de recursos y materiales nobles que permitan
a los niños y las niñas habitar dichos espacios y transformarlos en esce-
narios para el aprendizaje.
NIVEL TRANSICIÓN
En este nivel curricular, el educador sabe que el Ambiente para elAprendizaje debe considerar la participación de los niños y las niñasen la toma de decisiones, la indagación, la exploración y los juegos,así como también en la resolución de problemas. Por tanto, la orga-nización de los espacios debe contemplar posibilidades para que losniños y niñas puedan escoger con quién, a qué y cómo jugar, además depromover acciones motrices gruesas que les permitan adquirir mayorconocimiento de su corporalidad y movimiento.
En esta etapa los niños y las niñas requieren de recursos educativos que les permitan per-
feccionar las acciones motrices finas, así como también su iniciación en el proceso de lectu-
ra y escritura emergente, por lo que el/la educador/a se preocupa de enriquecer el ambiente
educativo con diversos tipos de textos, los cuales deben ser auténticos, significativos y
pertinentes a cada grupo.
El/la educador/a comprende que los niños y niñas ya poseen una mayor capacidad de aten-
ción y concentración, que les permite participar por un tiempo más prolongado de expe-
riencias, tanto individuales como colectivas. Por tanto, lo considera para la planificación de
experiencias de aprendizaje, resguardando la flexibilidad y fluidez de los momentos pla-
nificados y los que surgen espontáneamente, así como los procesos de transición que van
vivenciando diariamente.
De acuerdo con ello, en la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, el/la edu-
cador/a debe promover que los niños y las niñas desarrollen su curiosidad por aprender y
amplíen sus aprendizajes, siendo relevante favorecer experiencias en espacios interiores y
exteriores que permitan indagar, cuestionar, encontrar respuestas y hacer nuevas preguntas,
elementos clave para el desarrollo integral y el aprendizaje.
DOMINIO B
Creación de un Ambiente
propicio para el Aprendizaje
42 43MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO C
Enseñanza para el Aprendizaje
de todos los niños y las niñas
Este dominio involucra el trabajo
pedagógico intencionado de los/
as educadores/as, con foco en
las interacciones que establecen
con todos los niños y las niñas
para favorecer su bienestar inte-
gral, desarrollo y aprendizaje. En
lo esencial, refiere a las compe-
tencias de los/as educadores/as
para liderar la implementación
de prácticas pedagógicas cohe-
rentes con el currículum vigente
y las necesidades, intereses, ca-
racterísticas, potencialidades y
formas de aprender de todos los
niños y las niñas del grupo, otor-
gándoles oportunidades equi-
tativas para disfrutar, participar
y aprender en las interacciones
pedagógicas que establecen en
cada momento de la jornada.
El/la educador/a debe tener clara
la decisiva influencia de las expe-
riencias tempranas en el desarro-
llo y aprendizaje de los niños y
las niñas y la importancia de una
educación de calidad, que les per-
mita desplegar lo más plenamen-
te posible sus potencialidades, a
través de intervenciones educati-
vas oportunas y pertinentes.
Las interacciones integran varia-
das estrategias de enseñanza ba-
sadas en la valoración a la diver-
sidad y en la mantención de altas
expectativas de aprendizaje hacia
todos los niños y las niñas. A par-
tir de la individualidad de cada
uno de ellos/as, el/la educa-
dor/a genera una comunicación
efectiva y asertiva donde niños
y niñas intercambian y constru-
yen significados con los otros
(BCEP, 2018). Paralelamente, el/
la educador/a incorpora el juego
como una estrategia que permi-
te a cada niño y niña desarrollar
cualidades como la creatividad,
el interés por participar, el respe-
to por los demás, actuar con más
seguridad e internalizar los co-
nocimientos de manera signifi-
cativa. Así, el juego se constituye
en una estrategia trascendental
de aprendizaje, que enriquece
las estructuras que el niño y la
niña posee y da la posibilidad
de buscar soluciones y construir
nuevos aprendizajes.
Por otra parte, el/la educador/a
incorpora en la enseñanza es-
trategias de mediación, lo que
implica establecer andamiaje; es
decir, facilita la conexión de los
aprendizajes previos con la cons-
trucción de nuevos aprendizajes
a través de procesos mediante
los cuales los estudiantes toman
conciencia, paulatinamente, de
la forma que tienen de aprender
y la transferencia de lo aprendi-
do (Escobar, 2011). Esto permite
guiar y potenciar aprendizajes
cada vez más complejos, consi-
derando las características de
todos los niños y las niñas y el
nivel educativo. Junto con ello,
establece una relación afectiva,
respetuosa y empática que le
permite comprender el proceso
de cada niño y niña y a partir de
ello otorgar los apoyos necesa-
rios, entregando retroalimenta-
ción, formulando preguntas y
motivándolos al pensamiento y
expresión de éste.
De acuerdo con las teorías
actuales del aprendizaje y la
experiencia docente, las prác-
ticas efectivas de enseñanza
promueven interacciones para
apoyar el desarrollo cognitivo,
socioemocional y del lenguaje
de todos los niños y las niñas.
Las interacciones pedagógicas
efectivas procuran incorporar
los conocimientos previos y el
contexto de vida de los párvu-
los, así como oportunidades
para expresar y ejercitar ha-
bilidades ya existentes y de-
sarrollar otras más complejas
(Davis & Miyake, 2004; Skibbe,
Behnke, & Justice 2004; Vy-
gostky, 1991 citados en Pianta,
2012), implementando expe-
riencias significativas y cohe-
rentes con las características
de desarrollo y aprendizaje de
todos los niños y las niñas del
grupo. Relacionado con lo ante-
rior, Sánchez (s.f.) plantea que
las posturas constructivistas
en educación propician el rol
activo y protagónico de niños y
niñas, a la vez que relevan sus
percepciones, pensamientos y
emociones en las interacciones
presentes en el aprendizaje.
Asimismo, dan mayor impor-
tancia a los aprendizajes sig-
nificativos, que perduran en el
tiempo, sobre aquellos de corto
plazo relacionados con proce-
sos memorísticos limitados.
Igualmente, el/la educador/a
considera la evaluación como
una oportunidad de aprendizaje
y de mejora continua, a partir de
la cual, junto con el equipo de
aula, toma decisiones y realiza
ajustes a los procesos educati-
vos en función de la evaluación
de los diferentes contextos, sus
componentes y lo que van ma-
nifestando los niños y las ni-
ñas del grupo. En este sentido,
considera durante la práctica
un proceso de recopilación de
información sobre los contextos
para el aprendizaje y los pro-
gresos de los niños y las niñas,
con el objetivo final de conocer-
los y apoyarlos oportunamente
en el aprendizaje. También el/
la educador/a incorpora a la fa-
milia, promoviendo una cultura
colaborativa, dialogante y con
una intención formativa clara
y precisa, reconociendo así su
rol fundamental en el proceso
educativo de cada niño y niña.
Por otra parte, el/la educador/a
utiliza la retroalimentación
como una forma de apoyar el
aprendizaje de todos los niños
y las niñas, dando pautas para
ayudarles a disminuir la brecha
entre su nivel actual y el desea-
do; de esto dependerá, en gran
medida, su desempeño en cada
una de las áreas de desarrollo
y aprendizaje. Así, la retroali-
mentación es relevante cuando
“los comentarios que se les dan
a los estudiantes les permiten
conocer dónde están, qué les
hace falta y qué tienen que ha-
cer para alcanzar sus metas de
aprendizaje” (Osorio y López,
2014, p.15). Por su parte, Irons
(2007, citado en Hamre y Pian-
ta, 2007) sostiene que la re-
troalimentación se considera
formativa cuando se propor-
cionan oportunidades positivas
de aprendizaje a los niños y las
niñas con el fin de mejorar sus
experiencias de aprendizaje y
su motivación.
Junto con ello, es fundamen-
tal el trabajo colaborativo con
el equipo de aula, donde el/la
educador/a, en función de su
responsabilidad y ética profe-
sional, debe desarrollar com-
petencias asociadas a un lide-
razgo basado en la valoración
de los aportes de los demás, la
colaboración y la gestión del
equipo. En este sentido, lidera
al equipo de aula destacando
sus fortalezas, retroalimentan-
do respetuosa y oportunamen-
te la labor educativa de cada
miembro, promoviendo un tra-
bajo reflexivo que favorezca el
fortalecimiento de las compe-
tencias técnicas individuales
y colectivas y generando es-
pacios de diálogo constructivo
respecto del desempeño de la
práctica pedagógica, en fun-
ción del bienestar integral y los
aprendizajes de todos los niños
y las niñas del grupo.
44 45MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO C
Enseñanza para el Aprendizaje
de todos los niños y las niñas
CRITERIOS DEL DOMINIO C:
Criterio C.1
Lidera al equipo de aula en la implementación de la práctica
pedagógica en función del bienestar integral y el aprendizaje
Criterio C.2
Establece una comunicación efectiva para enriquecer las
oportunidades de aprendizaje
El/la educador/a conduce y
orienta al equipo de aula en
la labor educativa, valorando,
reconociendo e incorporando
las habilidades y competencias
técnicas de cada uno de sus
miembros, con la finalidad de
favorecer el bienestar integral y
aprendizaje de todos los niños
y las niñas del grupo y el desa-
rrollo de prácticas pedagógicas
contextualizadas y desafiantes.
En este sentido, considera al
equipo de trabajo como actores
que “comparten percepciones,
tienen una propuesta en común,
están de acuerdo con los proce-
dimientos de trabajo, cooperan
entre sí, aceptan un compromi-
so, resuelven sus desacuerdos
en discusiones abiertas …(todo
lo cual)… no aparece automá-
ticamente, sino que debe irse
construyendo poco a poco” (Bell,
1992, citado en Antúnez, 1999,
p. 95-96).
Junto con ello, en el trabajo co-
laborativo el/la educador/a pro-
mueve la observación y reflexión
conjunta del quehacer individual
La comunicación efectiva tiene
como propósito transmitir men-
sajes claros y entendibles, de
modo que se evite todo tipo de
confusión, dudas o interpretacio-
nes erróneas de lo que se quiere
transmitir, lo cual es fundamental
para desarrollar procesos educati-
vos que faciliten los aprendizajes
de todos los niños y las niñas. De
acuerdo con ello, es relevante que
el/la educador/a utilice for-
mas de comunica-
ción compren-
sibles para
todos los
y colectivo en favor de una prác-
tica pedagógica continua y co-
herente con los propósitos de-
finidos, considerando para ello
la trayectoria educativa de cada
niño y niña y el desarrollo de
prácticas pedagógicas que res-
guarden el derecho a desenvol-
verse en un ambiente armónico
y movilizador de aprendizajes
significativos, en función del
bienestar integral, el desarro-
llo pleno y la trascendencia del
niño y la niña.
Además, incorpora en su
desempeño profesional la re-
troalimentación como una
oportunidad de mejora, para lo
cual propicia instancias de re-
flexión que permitan al equipo
de aula identificar sus logros
y aquellas competencias téc-
nicas que requieren fortale-
cer para desarrollar prácticas
pedagógicas innovadoras y
lúdicas. “La retroalimentación
ajustada es una competencia
del o la educadora -más bien
del equipo- y conlleva a consi-
derarla como fuente de apren-
niños y las niñas, mediante el
uso de un lenguaje verbal y no
verbal pertinente a la situación
comunicativa y a las caracterís-
ticas del grupo.
Además, el/la educador/a
acompaña y desafía a todos
los niños y las niñas del grupo
a buscar diferentes soluciones
que los lleven a desarrollar su
pensamiento, fortaleciendo
los recursos de comunicación,
el lenguaje articulado y la ex-
presión verbal y corporal, a tra-
vés de diversas verbalizacio-
nes, de tal manera que el niño
y la niña las utilicen como un
instrumento de interrelación
afectiva e intelectual. Por otra
parte, el/la educador/a contri-
buye a un clima de confianza
y seguridad, lo que permite a
niños y niñas fortalecer sus ha-
bilidades sociales, cognitivas y
emocionales, favoreciendo así
las posibilidades de expresión
y de aprendizaje.
Junto con ello, en las interac-
ciones pedagógicas que el/la
educador/a establece eviden-
cia un lenguaje enriquecido
con la finalidad de dar opor-
dizaje” (BCEP, 2018, p.114).
Ávila (2009, citado en Valdivia,
2014, p.20) señala que la retro-
alimentación es un proceso en
el que se comparten inquietu-
des y sugerencias para conocer
el desempeño y mejorar en el
futuro, además de potenciar e
invitar a la reflexión.
tunidades para que el niño y
la niña amplíen su vocabulario,
responde a sus iniciativas co-
municativas, ya sean verbales
o no verbales, a través de una
actitud de acogida, de respeto
y de una escucha atenta y ac-
tiva, enriqueciendo las verba-
lizaciones de todos y todas y
diversificando estrategias para
que aquellos niños y niñas que
presentan necesidades educa-
tivas especiales sean también
protagonistas de acuerdo a sus
propios ritmos y estilos comu-
nicativos.
Además, el/la educador/a pre-
senta un adecuado manejo del
léxico propio de cada núcleo de
aprendizaje, utilizando ejem-
plos relacionados con las expe-
riencias previas y la vida coti-
diana de los niños y las niñas, lo
que favorece el interés de ellos/
as por participar de las diferen-
tes situaciones educativas y am-
pliar sus aprendizajes.
46 47MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
Criterio C.4
Toma decisiones oportunas considerando la evaluación de la
enseñanza y el aprendizaje
El/la educador/a reconoce la eva-
luación como un proceso funda-
mental para el aprendizaje y la in-
corpora en su práctica de manera
contextualizada y sistemática, con-
siderando a las familias, al equipo
de aula, los Objetivos de Aprendi-
zaje definidos para el grupo y los
contextos para el aprendizaje. Ade-
más, utiliza estrategias evaluativas
diversificadas ofreciendo variadas
posibilidades de expresión, donde
todos los niños y las niñas puedan
manifestar lo que han aprendido y
cómo han aprendido.
Durante las experiencias cotidia-
nas y lúdicas, el/la educador/a
reúne, registra y documenta infor-
mación relevante, con un enfoque
predominantemente cualitativo,
para reflexionar en conjunto con el
equipo de aula sobre los aprendi-
zajes de los niños y las niñas y la
relación de éstos con la práctica
pedagógica. Lo anterior permite to-
mar acuerdos y hacer ajustes para
una mejora continua en función
del bienestar integral y el aprendi-
zaje de todos los niños y las niñas
del grupo. “Ejercer su rol profesio-
nal significa, por tanto, valorar la
relevancia y el sentido de su labor
pedagógica y asumir en forma au-
tónoma y responsable (a través
de un código ético específico) la
toma de decisiones para el diseño,
implementación y evaluación de
un proceso educativo sistemático”
(BCEP, 2018, p.28-29).
Por otra parte, el/la educador/a
utiliza la información evalua-
tiva de la práctica pedagógica
para potenciar los aprendizajes
de todos los niños y las niñas
y comparte con la familia el re-
porte de las evaluaciones con
una intención formativa -res-
guardando la confidencialidad
de la información-, a través de
estrategias apropiadas al con-
texto y considerando la opinión
de la familia en relación con
los procesos de aprendizaje
de cada niño y niña. “Respec-
to de los y las docentes, tienen
el rol de liderar el proceso de
enseñanza y aprendizaje, pla-
nificando, implementando y
evaluando, mediante el análisis
sistemático de las evidencias
de aprendizaje provenientes de
diversas fuentes. Tanto la pla-
nificación como la evaluación
son herramientas de apoyo, las
cuales se benefician de la re-
flexión con otros, por lo que es
relevante llevarlas a cabo colec-
tivamente” (BCEP, 2018, p.103).
Asimismo, el/la educador/a reali-
za una retroalimentación oportu-
na y efectiva con los niños y las
niñas a través de verbalizacio-
nes que reconocen sus avances
y requerimientos. “Durante las
experiencias para el aprendizaje,
a menudo ya hay retroalimenta-
ción, bajo la forma de pregun-
tas y comentarios del aprendi-
zaje que se está construyendo”
(BCEP, 2018, p.112). Por ejem-
plo: “lograste tomar el juguete”,
“ya te sientas solo/a”, “puedes
equilibrar tu cuerpo con un pie”
o utilizando preguntas que les
permitan darse cuenta de sus
habilidades o de sus necesida-
des para lograr ciertos aprendi-
zajes; por ejemplo: “¿de qué ma-
nera lograste construir esa nave?
(identificación de habilidades),
¿puedes intentar equilibrar tu
cuerpo buscando algún apoyo?
(identificación de apoyos). De
esta forma, el/la educador/a ga-
rantiza un proceso evaluativo
formativo, con relación a lo que
se espera en cada dimensión de
desarrollo y aprendizaje de los
niños y las niñas del grupo.
DOMINIO C
Enseñanza para el Aprendizaje
de todos los niños y las niñas
Criterio C.3
Genera interacciones pedagógicas que favorezcan el desarrollo
integral y la adquisición de aprendizajes significativos
“La interacción es la principal he-
rramienta pedagógica del proceso
de aprendizaje, desde temprana
edad. El/la educador/a y el equipo
pedagógico deben asegurar que
las interacciones entre adultos y
párvulos, entre las niñas y los niños
y entre los adultos, constituyan un
escenario favorable para el bien-
estar, el aprendizaje y desarrollo
integral, así como para aquellos
sentidos que de manera particular
cada comunidad educativa se ha
propuesto imprimir a su proyecto
educativo” (BCEP, 2018, p.114).
Relacionado con lo anterior, para
que las interacciones pedagógicas
sean coherentes con las formas de
aprender de los niños y las niñas,
el/la educador/a debe propiciar la
activación de aprendizajes previos
que les permitan establecer las
bases para la construcción de los
nuevos aprendizajes, intencionar
momentos en que niños y niñas
planifiquen, monitoreen y evalúen
sus propios procesos de aprendi-
zaje y transfieran lo aprendido a
distintas situaciones de la vida co-
tidiana (Vosniadou, 2006), esto es
el sentido de trascendencia.
Así, el/la educador/a, a través de
diversas estrategias metodológicas
lúdicas y desafiantes, promueve
la interacción en el aula con la fi-
nalidad de favorecer el desarrollo
de habilidades socioemociona-
les, motrices y de pensamiento,
pertinentes con los Objetivos de
Aprendizaje de las Bases Curri-
culares y con las características
de todos los niños y las niñas del
grupo e incorpora el juego como
el “escenario donde comienza la
participación infantil, ya que den-
tro de él es posible escuchar las
voces de niños y niñas con natu-
ralidad, conocer sus experiencias
personales, sus intereses indivi-
duales, colectivos y las relaciones
que se dan entre ellos; donde la
palabra y la acción dan cuenta de
la implicación y compromiso de
ellos y ellas dentro del juego. Sólo
se aprende a participar participan-
do” (Peña y Castro, 2012, p.128).
El/la educador/a responde de for-
ma oportuna y efectiva a las carac-
terísticas y necesidades que van
presentando los niños y las niñas,
mantiene un diálogo enriquecido
y una actitud de acogida y respeto,
promueve que se expresen desde
suscontextosdevidayestablezcan
conexiones entre sus experiencias
previas y nuevas -de acuerdo con
sus posibilidades comunicativas-,
dandomayorsentidoysignificadoa
su aprendizaje. También problema-
tiza situaciones e incorpora pregun-
tas para despertar la curiosidad y la
motivación por aprender. En este
sentido, Vosniadou (2006) afirma
que el aprendizaje está fuertemen-
te influido por la motivación, por lo
que las interacciones del/la educa-
dor/a inciden directamente en los
procesos de aprendizaje de los ni-
ños y las niñas.
Junto con ello, utiliza diversos re-
cursos adicionales con la finalidad
de favorecer las interacciones y la
participación de aquellos niños
y niñas que requieren de apoyos
específicos como, por ejemplo, lá-
minas y sistemas alternativos de
comunicación que anticipan accio-
nes como son los pictogramas, los
paneles comunicativos, las herra-
mientas tecnológicas, entre otros.
Por otra parte, el/la educador/a ob-
serva y respeta las experiencias de
aprendizaje autodeterminadas por
los niños y las niñas y se incorpora
de manera oportuna a la acción de
cada uno/a respetando sus ritmos
e intereses, por lo que van descu-
briendo y aprendiendo, interac-
tuando con una actitud receptiva
para enriquecer la experiencia que
cada uno/a va adquiriendo.
48 49MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
Criterio C.1
Lidera al equipo de aula
en la implementación de la
práctica pedagógica en fun-
ción del bienestar integral
y el aprendizaje.
C.1.1
Reconoce los logros indi-
viduales y colectivos del
equipo de aula en función
de prácticas pedagógicas
que promuevan el bienes-
tar integral y aprendizaje
de todos los niños y las ni-
ñas del grupo.
C.1.2
Organiza el trabajo pedagó-
gico considerando las habi-
lidades y competencias del
equipo de aula para brindar
a todos los niños y las niñas
del grupo oportunidades de
aprendizaje desafiantes.
C.1.3
Establece estrategias de
trabajo colaborativo con el
equipo de aula para resguar-
dar la coherencia y continui-
dad de la trayectoria educa-
tiva de cada niño y niña y de
la práctica pedagógica.
C.1.4
Retroalimenta el desempeño
del equipo de aula para forta-
lecer las competencias técni-
cas en favor del aprendizaje
y el desarrollo de prácticas
pedagógicas reflexivas, inno-
vadoras y lúdicas.
Criterio C.2
Establece una comunicación
efectiva para enriquecer las
oportunidades de aprendi-
zaje.
C.2.1
Utiliza un lenguaje com-
prensible considerando las
diversas características de
todos los niños y las niñas
del grupo.
C.2.2
Utiliza un lenguaje verbal
enriquecido con la finalidad
de que todos los niños y las
niñas del grupo amplíen su
vocabulario con palabras y
conceptos nuevos.
C.2.3
Responde a las iniciativas
comunicativas (no verba-
les y verbales) de todos los
niños y las niñas del grupo,
imitando, extendiendo y/o
reelaborando su expresión.
C.2.4
Utiliza un lenguaje perti-
nente y apropiado a los
núcleos y Objetivos de
Aprendizaje del currículum
vigente.
Criterio C.3
Genera interacciones peda-
gógicas que favorezcan el
desarrollo integral y la ad-
quisición de aprendizajes
significativos.
C.3.1
Implementa un repertorio
amplio de interacciones
promotoras de habilidades
socioemocionales, motri-
ces y de pensamiento de
acuerdo a las característi-
cas de todos los niños y las
niñas del grupo.
C.3.2
Establece interacciones pe-
dagógicas que favorecen la
conexión con las experien-
cias y los aprendizajes pre-
vios de todos los niños y las
niñas del grupo.
C.3.3
Incorpora estrategias de
aprendizaje lúdicas y de-
safiantes que favorecen la
interacción entre los niños
y las niñas y entre ellos y el
equipo de aula para aprendi-
zajes más significativos.
C.3.4
Se involucra en experien-
cias autoiniciadas por los
niños y las niñas del gru-
po, observándolos y apo-
yándolos en su proceso de
aprendizaje.
Criterio C.4
Toma decisiones oportu-
nas considerando la eva-
luación de la enseñanza y
el aprendizaje.
C.4.1
Evalúa los diferentes com-
ponentes de los contextos
de aprendizaje de acuerdo
con las orientaciones del
currículum vigente.
C.4.2
Evalúa los aprendizajes de
todos los niños y las niñas,
llevando un registro de ello
y asegurando un proceso
sistemático, auténtico y di-
versificado, considerando las
características de todos los
niños y las niñas del grupo.
C.4.3
Modifica la práctica peda-
gógica en función de la evi-
dencia documentada, con-
siderando los antecedentes
evaluativos de todos los ni-
ños y las niñas del grupo y de
los contextos de aprendizaje.
C.4.4
Utiliza los resultados eva-
luativos de todos los niños
y las niñas del grupo en las
interacciones que estable-
ce con ellos para favorecer
oportunamente sus apren-
dizajes y los comparte con
las familias con una inten-
ción formativa.
DOMINIO C
Enseñanza para el Aprendizaje
de todos los niños y las niñas
A continuación, se presenta un cuadro del Dominio C, con
sus cuatro criterios y los descriptores asociados a cada
uno de ellos.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL
DE LOS/AS EDUCADORES/AS DE PÁRVULOS, EN ESTE DOMINIO,
POR NIVEL CURRICULAR
NIVEL SALA CUNA
En este nivel es necesario que el/la educador/a desarrolle un cuidado sensiblehacia los niños y las niñas, lo que implica responder oportunamente a sus señales,participar en sus experiencias y juegos, seguir su iniciativa y reflejar sus comporta-mientos y los sonidos que emiten. De esta forma establece interacciones comuni-cativas permanentes con ellos/as. Además, para propiciar un buen clima relacionalel/la educador/a se preocupa de acoger sus necesidades, manifestarles afecto tanto físicacomo verbalmente, ser amable, cálido y tranquilo, mostrar respeto y anticiparles las accionesque se realizarán con ellos/as. Para esto, es importante que el/la educador/a conozca las pre-ferencias de los niños y niñas, reconozca sus señales, ajuste sus respuestas según la reacciónde cada niño y niña y establezca rutinas diarias de modo que el ambiente educativo sea unlugar predecible.
Para facilitar las conductas exploratorias el/la educador/a guía a los niños y las niñas ennuevas experiencias, apoyando y acompañando sus acciones y enriqueciendo su mundo conpalabras. Con este fin, utiliza la observación intencionada para conocer qué hacen, qué lesinteresa, qué necesitan, de manera de orientar su respuesta y otorgar a los niños y las niñasposibilidades de elegir y de ampliar sus experiencias, favoreciendo, de esta forma, su desa-rrollo integral y la adquisición de nuevos aprendizajes.
El apoyo temprano del lenguaje es esencial en esta etapa; algunos ejemplos para esto son:exponerlos al lenguaje de forma constante y describir verbalmente los objetos de su en-torno, imitar sus sonidos e iniciar otros, proporcionarles un lenguaje enriquecido, modelarpermanentemente conversaciones y apoyar la interacción verbal con la lectura de cuentosapropiados para su edad, tanto en extensión, como en tamaño, colores, formas, texturas, demanera de motivarlos a explorar y favorecer el desarrollo de su imaginación.
50 51MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
NIVEL MEDIO
En este nivel el apoyo emocional y conductual de niños y niñas requiere que el/la educador/a
promueva un clima de aula positivo, con relaciones cálidas y colaborativas entre pares y entre
niños/as y adultos, modelando y fomentando un lenguaje y acciones respetuosas y ayudándolos a
sentirse apreciados y parte del grupo. Para ello, el/la educador/a debe ser sensible a las necesida-
des de los niños y las niñas -estando atento y reaccionando tanto a sus verbalizaciones como a su
lenguaje corporal y comportamiento-, conocerlos en sus características individuales y estar dispo-
nible para ellos/as en todo momento. Es relevante también que ayude a niños y niñas a reconocer
e identificar sus emociones, junto con mostrarles empatía frente a sus sentimientos, poniendo en
palabras lo que sienten, invitándolos a calmarse o a acercarse cuando lo necesiten.
Es fundamental que el/la educador/a considere la perspectiva del niño o la niña, teniendo en
cuenta sus intereses, motivaciones y puntos de vista. De esta manera, es importante apoyar las
conductas positivas que manifiesten, transmitir con claridad las expectativas que se tienen hacia
ellos/as, alentarlos/as a elegir entre diferentes opciones, a tomar pequeñas responsabilidades en
el aula, a decidir sobre el ritmo de una actividad o explorar activamente su entorno, dentro del
aula o fuera de ella. Asimismo, es importante ayudarlos a considerar las perspectivas de los otros
(pares y educador/a) en sus acciones y decisiones.
El/la educador/a facilita el aprendizaje del niño y la niña guiándolos en sus experiencias educa-
tivas, las que conecta con sus vidas cotidianas y aprendizajes previos, aplicando los conceptos al
mundo real y aprovechando cada momento de la jornada para conversar y hacerles preguntas que
los desafíen a pensar sobre lo que están haciendo. También es importante que los/as educadores/
as retroalimenten y alienten los esfuerzos y logros de los niños y las niñas y les den pistas y ayudas
cuando tengan dificultad para responder una pregunta, comprender un concepto o realizar una
acción física.
Por último, es fundamental que el/la educador/a modele y ejemplifique el lenguaje
con los niños y las niñas, involucrándose en conversaciones significativas con ellos
y ellas, dándoles tiempo para responder, repitiendo y ampliando sus respuestas,
usando palabras para describir acciones propias y de los demás, utilizando una va-
riedad de palabras y proporcionándoles términos y frases que puedan usar.
NIVEL TRANSICIÓN
En este nivel curricular el apoyo emocional a niños y niñas estará dado porla generación de un clima positivo donde se promueva el respeto mutuo, lasrelaciones cálidas y colaborativas y el disfrute por enseñar y aprender. Estoimplica compartir momentos gratos y relajantes con los niños y las niñas, rea-lizar experiencias de aprendizaje que les resulten divertidas, reconocer susesfuerzos y participación, conversar sobre temas que los motiven y facilitarlas interacciones positivas entre los compañeros.
El/la educador/a debe ser sensible a las necesidades y fortalezas de los niños y las niñas, observandolo que hace cada uno e involucrándose en sus juegos, escuchando sus preguntas y peticiones, res-pondiendo rápida y oportunamente a sus demandas o dificultades y transmitiéndoles explícitamen-te su intención de ayudarlos y apoyarlos cada vez que lo necesiten. Igualmente, es importante queel/la educador/a muestre que considera y aprecia las perspectivas de los niños y las niñas por igual,tomando en cuenta sus intereses, motivaciones, ideas e iniciativas. También brinda oportunidadesde elegir entre diferentes opciones, asumir responsabilidades en el aula, ser mentores de otros ni-ños y niñas del grupo y moverse de manera natural y cómoda por los diversos espacios educativos.
Para lograr una óptima organización del aula es relevante que el/la educador/a exprese claramen-te las expectativas que tiene hacia los niños y las niñas, anticipándose a eventuales conflictosy ayudándolos a resolver sus problemas. Junto con esto, es importante ofrecer experiencias deaprendizaje claras y coherentes, en un ambiente organizado y planificado, y utilizar formatos di-dácticos variables, considerando distintas modalidades (visuales, orales, de movimiento u otras)para incluir activamente a los niños y las niñas en los aprendizajes.
El apoyo pedagógico que debe proveer el/la educador/a a los niños y las niñas implica promoverel desarrollo de estructuras de conocimiento más elaboradas, enriquecer la capacidad de análisisy razonamiento, favorecer la creatividad y la capacidad de relacionar ideas y conectarlas con elmundo real. Para ello es importante que proporcione y gradúe diversos apoyos (andamiaje), quepermitan a los niños y niñas adquirir y desarrollar habilidades y aprendizajes. Es fundamental queel/la educador/a considere sus conocimientos previos; realice preguntas que permitan a los niñosy niñas profundizar en las ideas o en la búsqueda de nuevas respuestas; los guíe en el descubri-miento y/o comprensión de diferentes fenómenos; los apoye en la reflexión sobre sus respuestas;los incentive a ser perseverantes en sus diferentes acciones, los acompañe y les proporcione algu-nas señales que les ayuden a enfrentar diferentes desafíos, entre otros.
Modelar el lenguaje es otra estrategia que el/la educador/a debe utilizar para enriquecer las habi-lidades lingüísticas de los niños y las niñas, haciéndoles preguntas abiertas, desarrollando conver-saciones significativas, promoviendo el lenguaje iniciado por ellos y ellas, ampliando sus respues-tas, usando un lenguaje avanzado que incluya diferentes tipos de palabras y vocabulario nuevoy alentando la comunicación verbal entre pares. Además, el/la educador/a ayuda a los niños y lasniñas a comprender el propósito y utilidad del lenguaje escrito, a motivarse por el conocimientodel mundo letrado y a familiarizarse con unidades del código a través de juegos que potencien laconciencia fonológica, la lectura de cuentos, el nombre y sonido de letras (Fonemas).
DOMINIO C
Enseñanza para el Aprendizaje
de todos los niños y las niñas
52 53MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO D
Compromiso y
Desarrollo Profesional
Este dominio integra las respon-
sabilidades éticas y profesiona-
les del/la educador/a en cuanto
a la práctica pedagógica y a otros
compromisos que van más allá
del trabajo de aula y que son fun-
damentales para la educación de
todos los niños y las niñas; los
que debe hacer efectivos tanto
desde la teoría como desde la
práctica cotidiana.
La especificidad de este do-
minio destaca aspectos éticos
de la profesión, como el com-
promiso y la comprensión que
debe tener el/la educador/a
en relación con su práctica, sus
necesidades de aprendizaje,
sus conocimientos y valores,
así como la responsabilidad de
fortalecerlos y ponerlos a dis-
posición de la educación, con la
finalidad de favorecer el desa-
rrollo afectivo, cognitivo y va-
lórico de cada niño y niña. Es
importante también la reflexión
crítica de su práctica, el trabajo
colaborativo que debe desarro-
llar con la comunidad educativa
y local, así como también el co-
nocimiento profundo que debe
tener de la política educativa
nacional y local. Es decir, en
este dominio se abordan aque-
llos aspectos de la labor educa-
tiva que constituyen un soporte
a su desarrollo profesional, lo
que implica una responsabili-
dad ética con la profesión y
con los principios de la Edu-
cación Parvularia. Tal y como
plantea Rojas (2011; p.19), el
fin propio del educador es la
formación de un ser humano
en su integralidad, comprome-
tiéndose profundamente con
lo que hace porque cree en el
valor de sus actos para formar
personas y humanizar a los ni-
ños y niñas, responsabilizán-
dose de las implicancias que
comportan sus decisiones.
Este dominio orienta a los/as
educadores/as de párvulos a
incorporar en su práctica pe-
dagógica una actitud crítica de
constante observación, autoe-
valuación y reflexión sobre su
desempeño y la búsqueda de
renovación para el perfecciona-
miento continuo de sus prácti-
cas, reconociendo así sus pro-
pias capacidades y necesidades
de aprendizaje, lo que eviden-
cia un actuar ético que permite
al educador/a otorgar mejores
oportunidades educativas tanto
a las niñas como a los niños del
grupo desde un enfoque de de-
rechos. En este sentido, trabajar
en educación “plantea para el/
la educador/a una exigencia in-
eludible: tratar de ser cada día
más consciente de cuáles son
los factores que operan sobre
sí mismo y de qué manera influ-
yen en su trabajo. (…), entre más
nos acerquemos a los elementos
que conforman nuestras normas
de actuación, más podremos re-
solver si hemos actuado bien o
mal, tanto actitudinal como prác-
ticamente desde el punto de vis-
ta pedagógico, didáctico y perso-
nal” (Rojas, 2011, p.10).
Por otra parte, este dominio
releva la importancia que tie-
ne compartir y contrastar la
experiencia profesional con
sus pares y trabajar en con-
junto con el equipo de aula
con el fin de detectar las ne-
cesidades de formación y au-
tocuidado, entendiendo que
el bienestar psicológico incide
positivamente en el aprendiza-
je de niños y niñas. Asimismo,
destaca la reflexión sistemá-
tica sobre el propio quehacer
pedagógico considerando, en
esta reflexión, la confidencia-
lidad de la información, la cul-
tura del establecimiento, las
políticas educativas vigentes,
los instrumentos de gestión y
los vínculos con el contexto,
todo lo cual permite al/la edu-
cador/a comprender el efecto
que tienen las diversas deci-
siones educativas en los avan-
ces y logros de aprendizaje de
todos los niños y las niñas. En
este sentido “resulta funda-
mental promover la reflexión
personal y colectiva, reconocer
las características de nuestra
sociedad, los prejuicios y es-
tereotipos arraigados en nues-
tra cultura y generar acceso a
fuentes de información respe-
tuosas de los derechos huma-
nos, como base para compartir
significados sobre la diversi-
dad y su valor, impulsar prácti-
cas inclusivas en forma perma-
nente y por parte de todos los
integrantes de la comunidad
educativa y generar redes para
apoyar iniciativas que la favo-
rezcan” (BCEP, 2018, p.23).
Además, el dominio convoca al/la
educador/a a formar parte activa
del entorno en que se desempe-
ña profesionalmente, coordinan-
do sus acciones con los demás
miembros del establecimiento,
integrando a las familias en los
procesos educativos y compar-
tiendo con ellas la importancia
pedagógica del juego, con un in-
terés común en el bienestar in-
tegral y aprendizaje de todos los
niños y las niñas. Asimismo, y de
acuerdo a cada contexto, impul-
sa la formación de redes de apo-
yo con otros actores de la comu-
nidad educativa y local, a través
de un trabajo colaborativo para
abordar y disminuir las barreras
para el aprendizaje presentes en
el contexto educativo, junto con
promover acciones orientadas a
la construcción de lazos que fa-
vorezcan la transición educativa;
lo cual debe estar en coherencia
con la organización interna de
cada establecimiento.
54 55MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
DOMINIO D
Compromiso y
Desarrollo Profesional
CRITERIOS DEL DOMINIO D:
Criterio D.1
Demuestra compromiso con los niños y las niñas, su profesión y el
rol que desempeña en la sociedad
El/la educador/a manifiesta su
compromiso con los niños y las
niñas, poniéndolos al centro de
todo proceso educativo, por lo
que considera en su desempe-
ño favorecer y promover los de-
rechos de los niños y las niñas,
y los contextos inclusivos, equi-
tativos y sin discriminaciones,
con la finalidad de favorecer el
desarrollo integral de cada niño
y niña. Gupta y Kulshreshtha
(2009, citados en Fuentealba
& Imbarack, 2014) mencionan
que el compromiso alude, en-
tre otras cosas, a: dedicación a
la tarea, adhesión a los objeti-
vos de la educación, profunda
preocupación por sus estu-
diantes, conciencia de la res-
ponsabilidad y del rol docente
y, finalmente, un alto grado de
profesionalismo. “Asimismo,
los profesores comprometidos
tienen la certeza de que tanto
ellos -su identidad como su tra-
bajo-, su conocimiento pedagó-
gico, disciplinar, profesional, las
estrategias de enseñanza que
utilizan y también sus creencias,
actitudes y valores, tendrán un
impacto significativo en sus
alumnos e instituciones en las
cuales trabajan” (Day, 2007,
2009; Sammons et al, 2007,
citados en Fuentealba & Imba-
rack, 2014, p. 261).
El compromiso es una dimen-
sión descriptible que puede
ser intencionada en los pro-
cesos de formación docente y
que se asume como aprendido,
en interacción con otros y en
un determinado contexto, lo
que hace directa referencia a
su carácter situado (Abd y Ngu-
rah, 2010; Crosswell y Elliott,
2004, citados en Fuentealba
& Imbarack, 2014); por lo tan-
to, no puede ser considerado
como competencia de solo
unos pocos, ya que es esen-
cial para una buena enseñanza
(Day, 2006, citado en Ulloa y
Gajardo, 2016).
El/la educador/a a partir de su
compromiso con los niños y ni-
ñas resguarda la información
que tiene del grupo y la utili-
za en beneficio del bienestar
integral y aprendizaje de cada
uno de ellos, manteniendo una
actitud de respeto y confiden-
cialidad, lo que favorece una
cultura de confianza y respeto
mutuo, siendo relevante para
su desempeño ético profesio-
nal. Junto con ello, reconoce
la importancia de la Educación
Parvularia y los fundamentos
que la sustentan, promoviendo
en la comunidad educativa y
local la valoración y significado
que tiene el primer nivel edu-
cativo en la trayectoria educa-
tiva de los niños y niñas, cons-
tituyéndose de esta manera en
un referente significativo para
la comunidad.
Criterio D.2
Establece relaciones de colaboración con la comunidad educativa
y local
El/la educador/a reconoce que
la colaboración con distintos ac-
tores de la comunidad permite
generar un clima institucional
profesionalizante y de bienestar;
además, enriquece el contexto
y favorece la disminución de las
barreras para el aprendizaje. Des-
de una perspectiva inclusiva, la
posibilidad de establecer relacio-
nes de colaboración significa re-
conocer que todos y todas tienen
un saber importante que debe
ser considerado en los procesos
de aprendizaje de los niños y las
niñas. De esta forma, el/la educa-
dor/a va instalando una cultura
de relaciones de mutua coope-
ración para contribuir al logro de
los propósitos educativos que en-
riquecen el trabajo del aula.
Junto con ello, el/la educador/a
incorpora a la familia en la de-
finición e implementación de
estrategias con la finalidad de
potenciar su participación en el
proceso educativo, para lo cual
considera las posibilidades y los
intereses de las familias, relevan-
do su rol insustituible como pri-
mer educador. “La familia ejerce
un fuerte influjo formativo en los
niños y las niñas. En consecuen-
cia, el docente requiere generar
alianzas con las familias de los
párvulos y una relación cercana
con ellas para cooperar mutua-
mente en una labor formativa
conjunta y coherente” (BCEP,
2018, p.30). Además, incorpo-
ra en su práctica pedagógica la
participación de los diferentes
actores de la comunidad edu-
cativa y local para enriquecer
las oportunidades de aprendi-
zaje. “La Educación Parvularia
de calidad es fruto del esfuerzo
común entre todas las personas
que directa o indirectamente se
encuentran comprometidas en
la educación de las niñas y los
niños: las familias, los equipos
pedagógicos y directivos, entre
otros. A todos ellos les asiste la
responsabilidad de contribuir al
proceso de aprendizaje y desa-
rrollo integral de los párvulos.
Esto por cuanto la participación
y la colaboración solidaria cons-
tituyen piezas claves, en la for-
mación de ciudadanos respon-
sables y comprometidos con la
infancia y su educación” (BCEP,
2018, p.27).
También el/la educador/a parti-
cipa en el diseño e implementa-
ción de estrategias de transición
con la finalidad de velar por la
coherencia del proceso educati-
vo de niños y niñas de Primer y
Segundo Nivel de Transición y
Primer año de Educación Básica,
junto con las transiciones de los
niños y las niñas a otras institu-
ciones. “La Educación Parvularia
enfrenta el desafío de resguar-
dar su identidad pedagógica
cuando se encuentra tensiona-
da por la organización escolar.
Al mismo tiempo, requiere ar-
ticularse adecuadamente con
ésta para que los párvulos ha-
gan la transición esperada, en
los términos que definen las
Bases Curriculares. Dicha arti-
culación, que forma parte de los
desafíos actuales de la trayecto-
ria educativa, debe insistir en el
valor pedagógico de los princi-
pios de la Educación Parvularia,
extendiéndolos para el primer
y segundo año de la Educación
Básica” (BCEP, 2018, p.26).
Asimismo, coordina y gestiona
redes de apoyo para ampliar las
oportunidades de aprendizaje
pertinentes a la realidad de la
comunidad local donde desem-
peña su rol profesional, así como
56 57MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
también enriquecer las opor-
tunidades educativas para los
niños y las niñas que presentan
necesidades educativas especia-
les. Este trabajo articulado con
las redes permite al educador o
educadora actualizar y enrique-
cer sus conocimientos, favore-
ciendo su desempeño en cuanto
a la identificación de las necesi-
dades específicas de los niños y
niñas para su desarrollo y apren-
dizaje, derivar oportunamente a
las redes específicas para com-
plementar los recursos y favo-
recer el aprendizaje, además de
prevenir posibles rezagos, dando
así un apoyo integral a los re-
querimientos que los niños y las
niñas van manifestando durante
su trayectoria educativa.
Respecto al equipo de aula, el/
la educador/a lidera la reflexión
conjunta, identificando las ne-
cesidades de autocuidado y
formación que se presentan en
distintos períodos del año, en-
tendiendo que el nivel de bien-
estar de cada miembro del equi-
po impacta directamente en su
desarrollo laboral y en la calidad
de la educación en el aula (Eli-
geEducar, 2018). Por ende, el/la
educador/a promueve espacios
de trabajo colaborativos, anali-
zando situaciones recurrentes
que requieren ser mejoradas
para contribuir al bienestar inte-
gral (físico, emocional, cognitivo,
entre otros). Asimismo, busca
instancias de formación acorde
a esas necesidades y al contexto
en el cual se desempeña, para fa-
vorecer el proceso de enseñanza
y aprendizaje en el aula.
DOMINIO D
Compromiso y
Desarrollo Profesional
Criterio D.3
Reflexiona críticamente sobre las políticas y orientaciones
educativas4
vigentes y su implementación en la práctica pedagógica
El/la educador/a conoce la nor-
mativa, los referentes curricu-
lares y orientaciones educa-
cionales desarrollados por los
diferentes organismos del es-
tado (a nivel nacional y local) y
realiza una reflexión crítica y ac-
tualizada sobre ellos. Entre estas
normativas el/la educador/a co-
noce los elementos fundamenta-
les relacionados con la transición
(Decreto N°373) para promover y
resguardar un proceso educativo
coherente y consistente para ni-
ños y niñas de Primer y Segundo
Nivel de Educación Parvularia y
Primer Año de Educación Básica
y considera también la “Diversifi-
cación de la Enseñanza” (Decre-
to N°83) como un referente clave
para generar propuestas edu-
cativas pertinentes y de calidad
para todos los niños y las niñas,
dar respuesta a la diversidad de
estilos y ritmos de aprendizaje y
también para responder a las ne-
cesidades educativas especiales
que pueden presentar los niños
y las niñas del grupo.
El/la educador/a considera en su
quehacer pedagógico los funda-
mentos que caracterizan el buen
trato en Educación Parvularia para
fortalecer un clima de sana convi-
vencia e instalar una cultura que
resguarde el respeto entre los ni-
ños y las niñas, entre niños/as y
adultos y entre adultos. El buen
trato incluye todos los estilos de
relación y comportamiento que
promueven el bienestar y asegu-
ran una buena calidad de vida, lo
que supone el reconocimiento de
lasnecesidadespropiasydelotro,
así como el respeto por los dere-
chos que tienen las personas a
vivir bien (Arón y Machuca, 2002,
citados en SdEP, 2018). El buen
trato hacia la infancia implica que
los adultos se vinculan con niños
y niñas proporcionando cuidado,
afecto y protección; visibilizando
sus necesidades y sus particula-
ridades y reconociendo a cada
niño y niña como un legítimo otro
y sujeto de derechos (Arón y Ma-
chuca, 2002; Ministerio de Salud,
2013, citados en SdEP, 2018c)
Además, la actualización perma-
nente de su conocimiento en
relación con las políticas y nor-
mativas vigentes permite al/la
educador/a conocer en profundi-
dad las diferentes orientaciones
y referentes curriculares de este
nivel educativo para orientar y
(4) Las principales leyes y políticas públi-
cas que deben ser de conocimiento del/la
educador/a de párvulos en el ejercicio de
su profesión son las siguientes: Texto Re-
fundido, Coordinado y Sistematizado de la
Ley N°20.370, con las normas no deroga-
das del decreto con fuerza de Ley N°1, del
2005. Ley N°20.835, Crea la Subsecretaria
de Educación Parvularia, la Intendencia de
Educación Parvularia y modifica diversos
cuerpos legales. Ley N°20.529, Sistema Na-
cional de Aseguramiento de la Calidad de
la Educación Parvularia, Básica y Media y
su fiscalización. Particularmente importan-
tes de conocer son las leyes y normativas
referidas al Maltrato Infantil, en el Código
Penal, artículos 403 bis, 403 ter, 403 quár-
ter, Artículo 175 Código Procesal Penal.
Para profundizar en los contenidos de estas
leyes, se recomienda consultar las siguien-
tes páginas web: https://www.leychile.cl/
Consulta/homebasico y https://parvularia.
mineduc.cl/marco-legal/
58 59MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
Criterio D.4
Reflexiona crítica y sistemáticamente sobre su práctica pedagógica
para favorecer aprendizajes
El/la educador/a comprende la
importancia que tiene su prácti-
ca pedagógica en el aprendiza-
je de todos los niños y las niñas
del grupo y, por tanto, desarrolla
una reflexión crítica y sistemática,
tanto individual como colectiva,
sobre sus fortalezas y mejora pro-
fesional, en función de las oportu-
nidades de aprendizaje y evalua-
ción que realiza; esta reflexión se
constituye en una oportunidad de
aprendizaje para los/as educado-
res/as que les permite interpretar
las situaciones de enseñanza e
incorporar cambios que mejoren
la práctica en base a evidencias
de la cotidianidad del aula.
Según Schön (1998), la “reflexión
en la acción” o la conversación
reflexiva del/la educador/a le
permite construir un saber pe-
dagógico, criticar su práctica y
transformarla, haciéndola más
pertinente a las necesidades del
medio. Por otra parte, Restrepo,
B. (2004), plantea que cuando
el/la educador/a se constituye
en un investigador en la acción
pedagógica da origen a una nue-
va relación ética con el niño o la
niña, haciéndolos copartícipes
en la búsqueda de un saber pe-
dagógico, lo que permite hacer
más efectiva su práctica y armo-
nizar sus relaciones.
El/la educador/a, a partir del
análisis reflexivo de su práctica,
identifica las necesidades de
formación con la finalidad de
enriquecer y actualizar sus cono-
cimientos que servirán para im-
plementar prácticas pedagógicas
innovadoras, desafiantes y flexi-
bles a los contextos y característi-
cas de todos los niños y las niñas
del grupo.
DOMINIO D
Compromiso y
Desarrollo Profesional
actualizar su práctica pedagógica
y favorecer el desarrollo integral,
de acuerdo con los contextos na-
cionales y locales.
En relación con su desarrollo
profesional, el/la educador/a
comprende los alcances del Sis-
tema de Desarrollo Profesional
Docente (Ley N°20.903) en su
práctica; entiende que éste está
orientado a transformar el ejerci-
cio de la docencia y que aborda
desde la formación inicial hasta
el ejercicio mismo de la profe-
sión, con foco en el trabajo cola-
borativo, desarrollo profesional
y perfeccionamiento constan-
te, con el fin último de incidir
en mejores prácticas en el aula.
Asimismo, participa en el dise-
ño y en la implementación del
Proyecto Educativo Institucional
(PEI) y, a partir de ello, constru-
ye una práctica pedagógica en
sintonía y coherencia con los
sellos institucionales, aportando
constantemente a través de su
opinión y reflexión pedagógica,
elementos que contribuyen a la
mejora continua del centro edu-
cativo y, por ende, a los procesos
de aprendizaje del grupo.
A continuación, se presen-
ta un cuadro del Dominio D,
con sus cuatro criterios y los
descriptores asociados a cada
uno de ellos.
Criterio D.1
Demuestra compromiso
con los niños y las niñas,
su profesión y el rol que
desempeña en la sociedad.
D.1.1
Incorpora en todo su que-
hacer profesional acciones
que consideran a los ni-
ños y las niñas del grupo
como sujetos activos de su
educación, promoviendo
la plena realización de sus
derechos.
D.1.2
Realiza diversas acciones
que favorecen la responsa-
bilidad y dedicación por los
niños y las niñas del grupo
con el fin de promover el
desarrollo y aprendizaje de
todos y todas.
D.1.3
Utiliza la información de los
niños y las niñas, sus fami-
lias y equipo de aula con
responsabilidad y confi-
dencialidad, en función del
bienestar integral y apren-
dizaje del grupo.
D.1.4
Implementa estrategias para
que la comunidad educativa
y local reconozcan la Educa-
ción Parvularia como un eje
fundamental en el desarrollo
y aprendizaje de todos los ni-
ños y las niñas.
Criterio D.2
Establece relaciones
de colaboración con la
comunidad educativa
y local.
D.2.1
Trabaja colaborativamente
con la comunidad educati-
va para favorecer el bienes-
tar integral y disminuir las
barreras para el aprendiza-
je de todos los niños y las
niñas.
D.2.2
Define en conjunto con la
familia estrategias de cola-
boración que les permitan
participar activamente de
los procesos de enseñanza
y aprendizaje de todos los
niños y las niñas del grupo.
D.2.3
Implementa estrategias di-
versificadas con la comuni-
dad educativa y local para
favorecer los procesos de
transición educativa de to-
dos los niños y las niñas.
D.2.4
Trabaja colaborativamente
con el equipo de aula para
identificar las necesidades
de autocuidado y forma-
ción para favorecer am-
bientes bientratantes y de
aprendizaje.
Criterio D.3
Reflexiona críticamente sobre
las políticas y orientaciones
educativas vigentes y su
implementación en la
práctica pedagógica.
D.3.1
Considera en su quehacer
profesional las políticas
educativas nacionales y lo-
cales vigentes.
D.3.2
Considera en su quehacer
profesional los referentes
curriculares de Educación
Parvularia.
D.3.3
Participa activamente en el
diseño del Proyecto Educa-
tivo Institucional del esta-
blecimiento, en función de
las políticas y orientaciones
educativas vigentes.
D.3.4
Contribuye en la implemen-
tación y mejora del Proyec-
to Educativo Institucional a
partir de las orientaciones
educativas vigentes.
Criterio D.4
Reflexiona crítica y
sistemáticamente sobre su
práctica pedagógica para
favorecer aprendizajes.
D.4.1
Observa y sistematiza su
práctica pedagógica a tra-
vés de diferentes estrate-
gias que favorecen el au-
toanálisis.
D.4.2
Utiliza las evidencias de
aprendizaje de todos los ni-
ños y las niñas como recurso
para reflexionar sobre sus
prácticas pedagógicas e im-
plementar estrategias para
la mejora.
D.4.3
Identifica sus fortalezas y
oportunidades de mejora
profesionales y trabaja sobre
ellas para potenciar su prácti-
ca pedagógica.
D.4.4
Identifica sus necesidades
de formación en función de
lo cual se actualiza y man-
tiene en constante desarro-
llo profesional.
60 61MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
III. 	 GLOSARIO
Las definiciones que se presentan en este documento surgen a partir de la revisión bibliográfica que sus-
tenta la elaboración del MBE EP, con la finalidad de complementar la comprensión y apropiación de este
nuevo referente para el nivel de Educación Parvularia.
• Actividades de aprendizaje autodeterminadas: refiere a actividades de aprendizaje iniciadas por los
niños y las niñas, en las que el equipo pedagógico acompaña y apoya.
• Ambiente bientratante: refiere a un ambiente educativo en donde se resguarda el bienestar y cuidado
emocional tanto de niños y niñas como de los adultos que forman parte de la comunidad educativa, a
través de relaciones de respeto mutuo, confianza y empatía.
• Ambientes de aprendizaje: los ambientes de aprendizaje refieren a sistemas integrados de elementos
consistentes entre sí que generan condiciones que favorecen el aprendizaje de los niños y las niñas. Estos
sistemas están conformados por las interacciones pedagógicas que se desarrollan en espacios educati-
vos, con recursos y tiempos determinados.
• Ambiente inclusivo: refiere a un ambiente que responde a las características, intereses y necesidades
de aprendizaje de la diversidad de niños y niñas que forman parte de la comunidad educativa, tanto a
través de las interacciones pedagógicas que allí se desarrollan, como a través de la organización que se
realiza del tiempo y del espacio educativo.
• Antecedentes evaluativos de los niños y las niñas: alude a la información sobre los niños y las niñas
(resultados de aprendizaje, contexto familiar y social, entre otros) que se tiene disponible en el centro
educativo, cuya consideración es relevante para el desarrollo de un proceso de enseñanza y aprendizaje
pertinente y significativo para los niños y las niñas.
• Asistentes de la educación: los asistentes de la educación son un grupo heterogéneo de personas que tra-
bajan en los establecimientos educacionales y que forman parte de la comunidad educativa. Abarcan desde
servicios auxiliares hasta profesionales; sus principales roles y funciones son de colaboración con la función
educativa (curricular y pedagógica) y contribución al desarrollo del Proyecto Educativo Institucional.
• Barreras para el aprendizaje: las barreras para el aprendizaje y la participación, son todos aquellos
factores del contexto que dificultan o limitan el pleno acceso a la educación y a las oportunidades de
aprendizaje de niñas, niños y jóvenes. Aparecen en relación con su interacción en los diferentes contex-
tos: social, político, institucional, cultural.
• Bienestar infantil: es el conjunto de percepciones, evaluaciones y aspiraciones que los niños y niñas
tienen sobre sus vidas. La felicidad, la calidad de vida o la satisfacción vital son conceptos familiares que
se pueden relacionar con el bienestar. El nivel de bienestar de los niños y niñas variará considerablemen-
te en función de muchos factores vinculados a su situación personal y de contexto.
• Comunidad educativa: agrupación de personas que, inspiradas en un propósito común, integran una institu-
ción educativa. Ese objetivo común es contribuir a la formación y el logro de aprendizajes de todos los alumnos
y las alumnas que son miembros de ésta, propendiendo a asegurar su pleno desarrollo espiritual, ético, moral,
afectivo, intelectual, artístico y físico. El propósito compartido de la comunidad se expresa en la adhesión al
proyecto educativo del establecimiento y a sus reglas de convivencia establecidas en el reglamento interno.
62 63MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
La comunidad educativa está integrada por alumnos, alumnas, padres, madres y apoderados, profesionales de
la educación, asistentes de la educación, equipos docentes directivos y sostenedores educacionales.
• Comunidad local: contexto físico, cultural y natural del establecimiento educativo, compuesto por per-
sonas, familias, espacios, servicios e instituciones públicas y privadas, con las que se pueden establecer
redes y alianzas colaborativas para el fortalecimiento de los procesos pedagógicos y de gestión.
• Cultura de aprendizaje: ambiente propiciado por los/as educadores/as y los diversos miembros de la
comunidad educativa, que promueve la participación progresiva, activa y autónoma de todos los niños
y las niñas sobre la base de altas expectativas que se tienen respecto de su capacidad de aprendizaje.
• Diversificación de la enseñanza: se refiere a la implementación de diferentes estrategias y recursos
educativos considerando las distintas habilidades, estilos de aprendizaje y preferencias de los niños
y las niñas con el objetivo de maximizar sus oportunidades de aprendizaje. La diversificación de la
enseñanza constituye una oportunidad para que todos los niños y las niñas participen, desarrollen sus
capacidades y aprendan y, a la vez, es una oportunidad de desarrollo profesional para los/as educado-
res/as y la comunidad educativa.
• Educación responsiva: alude a una educación en que el/la educador/a es sensible y responde de forma
efectiva y contingente a las necesidades socioemocionales y de aprendizaje de los niños y las niñas.
• Elaborar/parafrasear verbalizaciones: refiere a una técnica de facilitación y estimulación del lenguaje
que consiste en “devolver” la comunicación realizada por el niño y la niña, pero ampliada y con un mayor
nivel de elaboración, con el fin de enriquecer su lenguaje. Ejemplo: niño dice: “má”; educador/a le res-
ponde: “¿quieres más plátano?
• Equipo de aula o pedagógico: está constituido por todas aquellas personas que tienen una responsa-
bilidad directa en la implementación de prácticas pedagógicas intencionadas con los niños y las niñas,
con el fin de acompañarlos y apoyarlos en sus aprendizajes. Por ejemplo, el/la educador/a y técnico en
Educación Parvularia que realizan su labor pedagógica con un mismo grupo.
• Estereotipo: imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un
determinado colectivo. Esta imagen se forma a partir de una concepción estática sobre las características
generalizadas de los miembros de esa comunidad.
• Estrategias lúdicas: en el contexto de las Bases Curriculares de Educación Parvularia, refieren al conjun-
to de acciones relativas al juego que se intenciona para favorecer los aprendizajes propuestos, de manera
de resguardar experiencias educativas entretenidas y motivantes para los niños y las niñas.
• Evaluación auténtica: es un proceso orientado a mejorar la calidad de los aprendizajes y de la ense-
ñanza. Posibilita evaluar conocimientos, habilidades y/o actitudes en contextos que son significativos y
cotidianos para los párvulos; se realiza a partir de situaciones que requieren solución de problemas, por
lo que se centra en las fortalezas de los niños y las niñas. Constituye un proceso colaborativo en el que
se realza el carácter de la evaluación como proceso multidimensional, en el cual se puede utilizar el error
como una instancia de aprendizaje.
• Inclusión educativa: es un proceso orientado a eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendi-
zaje y la participación de los niños y las niñas mediante cambios y adecuaciones en las políticas, cultura
y prácticas de modo que todos tengan acceso a un proceso educativo que responda a sus características,
intereses, necesidades, habilidades y actitudes.
• Interacciones pedagógicas: son aquellas relaciones que se establecen entre los adultos y los niños y
las niñas en un ambiente educativo, y se caracterizan por iniciar y mantener procesos que favorecen el
aprendizaje significativo de los párvulos a través de la mediación del/la educador/a, quién promueve
la construcción de vínculos afectivos positivos y estables, la participación activa y el juego.
• Intersector: relativo a la intersectorialidad, que corresponde a la acción conjunta de diversos actores
públicos y/o privados con el fin de solucionar o dar una respuesta integral a diversas problemáticas de
carácter social.
• Lenguaje enriquecido: refiere a las interacciones verbales entre el/la educador/a con los niños y
las niñas en las que se despliegan y superan estructuras del lenguaje previas, buscándose nuevas
posibilidades de expresión. Se facilita preguntando a los niños y las niñas qué harán, qué han hecho,
cómo lo han hecho, entre otras interrogantes, invitándolos a construir hipótesis, narrar experiencias
y construir fantasías.
• Lenguaje situado: es el lenguaje que se utiliza considerando situaciones contextualizadas en la vida
real de los niños y las niñas y mediante el cual se conectan con sus conocimientos y experiencias previas.
Responde a sus intereses y cobra sentido para ellos y ellas.
• Léxico: vocabulario, conjunto de las palabras de un idioma o de las que pertenecen al uso de una región
o a una actividad determinada o a un campo semántico dado, etc.
• Mediación: refiere al uso del lenguaje u otro signo o instrumento por parte del/la educador/a u otro
niño, niña o actor de la comunidad educativa, que intercede entre un estímulo (de aprendizaje) y la res-
puesta, tal como un símbolo, una fórmula, una palabra, entre otros.
• NEE: Las Necesidades Educativas Especiales están relacionadas con las ayudas y los recursos especiales
que hay que proporcionar a determinados alumnos y alumnas que, por diferentes causas, enfrentan ba-
rreras para su proceso de aprendizaje y participación (UNESCO).
• Niños y niñas que presentan Necesidades Educativas Especiales (NEE): son quienes precisan ayudas y
recursos adicionales, ya sean humanos, materiales o pedagógicos, para conducir su proceso de desarrollo
y aprendizaje, y contribuir al logro de los fines de la educación (LGE Art. 23).
• Nivel o tramo curricular: refiere a la organización temporal de los Objetivos de Aprendizaje en tres
etapas, que abarcan períodos de dos años, respondiendo con mayor precisión a las necesidades y carac-
terísticas de aprendizaje y desarrollo de los niños y niñas. En las BCEP se definen los siguientes niveles
curriculares: sala cuna (0 a 2 años), medio (2 a 4 años) y transición (4 a 6 años). También refiere a la or-
ganización administrativa del sistema de Educación Parvularia en estos tres niveles.
64 65MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
• Pertinencia: refiere a la cualidad que asume el proceso educativo al basarse en lo que es correspondien-
te o adecuado, según:
- las características, necesidades e intereses propios y diversos de cada niño y niña, acorde a su
etapa de vida. Implica considerar sus conocimientos y experiencias previas.
- las características del contexto sociocultural al que pertenecen y del que se sienten participes
los niños y las niñas, la comunidad educativa y local.
- el currículum vigente, orientaciones y énfasis para el aprendizaje en el nivel.
• Práctica pedagógica: conjunto de acciones significativas que el/la educador/a intenciona para alcanzar
logros de aprendizaje.
• Proceso de enseñanza y aprendizaje: refiere a múltiples y diversas acciones a lo largo de la trayecto-
ria educativa, consistentes entre sí, que pone a disposición el/la educador/a en conjunto con el equipo
pedagógico para generar aprendizajes y desarrollo integral, en un ambiente de bienestar para todos los
niños y las niñas, estableciendo una interacción constante de saberes y valores pertinentes al contexto.
Para ello se utilizan métodos, técnicas y recursos diversos y pertinentes.
• Proyecto Educativo Institucional (PEI): es un instrumento técnico-político que orienta el quehacer y la
gestión de cada establecimiento educativo. Representa el sello que identifica y caracteriza a la institución
educativa en torno a concepciones que se construyen colectivamente respecto a la tarea de educar, de-
finiendo de qué manera pondrá en marcha lo que, en su ideario, “sello o impronta” busca desarrollar en
sus niñas, niños y jóvenes y con la propia comunidad educativa.
• Recursos educativos o para el aprendizaje: refiere a todos aquellos elementos tangibles e intangibles
que el niño y niña utiliza o el adulto intenciona como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, y
que han sido elaborados o seleccionados a partir de las características, necesidades e intereses de los
párvulos, incluidos los producidos por los mismos niños y niñas.
• Redes de apoyo: alude al conjunto de organizaciones y personas naturales que prestan servicios de
apoyo dirigidos al logro de metas comunes referidas al aprendizaje, desarrollo y bienestar integral de
niños y niñas. Estas redes pueden estar dentro de la misma institución o fuera de ésta. Algunos ejemplos
de estas redes de apoyo: servicios de salud, instituciones educativas, centros de recursos, de diagnóstico,
deportivos, culturales, judiciales, carabineros, profesionales de la salud y educación de la comunidad,
familia, junta de vecinos, municipalidad, CONAMA, CONADI, entre otros.
• Situaciones emergentes: conjunto de circunstancias no planificadas que surgen espontáneamente en
la práctica pedagógica, las cuales deben ser consideradas para tomar decisiones en favor de una mejora
en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
• Trabajo colaborativo: refiere al trabajo coordinado que desarrollan los niños y las niñas entre sí con
los adultos; así como también entre los adultos para solucionar un problema o abordar una tarea con un
objetivo común. Este supone el desarrollo de habilidades y actitudes que permiten que el conocimiento
se construya de forma conjunta.
• Transición educativa: busca promover y resguardar un proceso educativo coherente y consistente para
los niños y las niñas en su paso de una etapa educativa a otra. Ejemplo: entre los diferentes tramos curri-
culares y entre el Nivel Transición y Primer Año Básico.
• Trayectoria educativa: es el recorrido que realizan los niños y las niñas dentro del sistema educativo. En
Educación Parvularia se organiza en tres niveles curriculares, que abarcan tramos de dos años cada uno:
1° Nivel (Sala Cuna) hacia los dos años; 2° Nivel (Medio) hacia los cuatro años y 3° Nivel (Transición) hacia
los seis años (BCEP, 2018).
66 67MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
IV. 	 REFERENCIAS
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Educacional Oportunidad; Hogar de Cristo; Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); Fondo de
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Fundación Crispilago, Fundación Cristo Vive, Fundación Educacional Alma, Fundación Educacional Arauco, Fundación Educacional Choshuen-
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PARA LA BUENA
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  • 1.
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  • 2.
    Marco para laBuena Enseñanza de Educación Parvularia Referente para una práctica pedagógica reflexiva y pertinente ISBN Subsecretaría de Educación Parvularia Gobierno de Chile. Ministerio de Educación Ahumada 48, Santiago www.mineduc.cl Agosto 2019 M A R C O PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Referente para una práctica pedagógica reflexiva y pertinente
  • 3.
    4 5MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA ÍNDICE Presentación Página Dominios, Criterios y Descriptores Glosario Referencias Bibliográficas I 6 16 60 66 II III IV
  • 4.
    6 7MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Un Marco para la Buena Enseñan- za es un referente que orienta a los/as docentes o educadores/as respecto de la reflexión y la prác- tica pedagógica que deben desa- rrollar como profesionales de la educación para la mejora conti- nua de su quehacer, establecien- do los desempeños que se espe- ra de ellos en su labor educativa. El año 2003, el Ministerio de Educación publicó por primera vez un Marco para la Buena En- señanza (MBE) con el propósito de orientar la política profesio- nal docente y dar a conocer a la comunidad los estándares que deben alcanzar los profesores del sistema escolar. En su elabo- ración, liderada por el Centro de Perfeccionamiento, Experimen- tación e Investigaciones Peda- gógicas (CPEIP) del Ministerio de Educación, participaron ex- pertos nacionales y extranjeros, el Colegio de Profesores, la Aso- ciación Chilena de Municipali- dades y una parte importante de docentes, principalmente del sector escolar, a quienes se les consultó sobre la propuesta. Si bien dicho MBE integra prác- ticas comunes con la Educación Parvularia, se requería contar con un referente propio del ni- vel que guiara el desempeño de los/as profesionales del campo y que incluyera los elementos esenciales que caracterizan a la educación de los niños y las ni- ñas desde su nacimiento hasta su ingreso a Educación Básica. En esta elaboración, un rol cen- tral lo tienen las Bases Curricu- lares de Educación Parvularia (BCEP) del año 2018, las que se constituyen en el referente principal que sustenta esta pro- puesta. La necesidad de contar con un MBE para el nivel se ve reforzada al considerar que este referente orienta la cons- trucción de los Estándares de Formación Inicial Docente (FID) y los Estándares de Desempeño Profesional, de los cuales sur- gen los instrumentos de eva- luación que nutren la Carrera Docente. La construcción del MBE EP ha sido un proceso participativo y riguroso, considerando como I. PRESENTACIÓN base el Marco para la Buena Enseñanza de Educación Ge- neral (reeditado el año 2008). A partir de él, se incorporan elementos distintivos del ni- vel de Educación Parvularia en sintonía con lo definido en las BCEP, además se considera el contexto legal y normativo vigente del sistema educati- vo, los aportes de la investiga- ción nacional e internacional sobre prácticas docentes que impactan positivamente en los aprendizajes de los niños y las niñas y las retroalimenta- ciones entregadas por el Con- sejo Nacional de Educación (CNED). Durante el proceso de construcción, se desarrollaron diversas instancias de recolec- ción de información y consulta a múltiples actores del nivel: educadores/as de párvulos, técnicos en Educación Parvu- laria, asesores/as especialistas en temas relacionados con la primera infancia, docentes y académicos de distintas uni- versidades del país, y miem- bros de las principales institu- ciones vinculadas al nivel. 6 MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA
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    8 9MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA 1. PRESENTACIÓN CARACTERÍSTICAS DEL MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA El MBE EP es un referente que busca orientar las prácticas pe- dagógicas que debe desarrollar cada educador/a de párvulos para fortalecer su ejercicio ético profesional y generar las mejo- res oportunidades de aprendiza- je de todos los niños y las niñas desde los primeros meses de vida hasta el ingreso a la Educa- ción Básica, teniendo como fun- damento principal las BCEP. El MBE EP supone que los/as profesionales que se desempe- ñan en las aulas son primordial- mente educadores/as que están comprometidos/as con los dere- chos y la formación de todos los niños y las niñas. En este sentido, para lograr una buena enseñanza se requiere que los/as educado- res/as se involucren en la acción de enseñar con todos sus cono- cimientos, capacidades y valores para establecer una interrelación empática y sensible que hace distintiva e insustituible la tarea educativa en este nivel. Este MBE EP reconoce la impor- tancia de los primeros años de vida y considera “los hallazgos que evidencian que lo que su- cede en etapas tempranas del desarrollo influye en la estruc- tura cerebral, afectando la dife- renciación y función neuronal, lo que implica un gran desafío El énfasis central que da sentido a este MBE EP consiste en ofrecer a todos los niños y las niñas la oportunidad de involucrarse en inte- racciones de calidad, que favorezcan el aprendizaje y el máximo de- sarrollo de todas sus potencialidades. De acuerdo con ello, tres son las preguntas básicas que han orientado la construcción de este MBE EP, las que buscan dar respuesta a aspectos esenciales del ejercicio profesional del/la educador/a de párvulos: Como se señaló anteriormente, el MBE EP se construye a partir del referente BCEP el cual, entre otros elementos, explicita los funda- mentos y principios pedagógicos sobre los que se sustenta la edu- cación en este nivel, junto con indicar la trayectoria educativa1 que deben seguir los niños y las niñas desde los primeros meses de vida hasta el ingreso a la Educación Básica, y los contextos requeridos para su implementación. Con la intención de complementar y fortalecer lo expresado en los fundamentos de las BCEP (Orientaciones valóricas, Labor educativa conjunta, Enfoque pedagógico de la Educación Parvularia, Fin y pro- pósitos en la Educación Parvularia), en el MBE EP se ha dado espe- cial relevancia a seis conceptos centrales del nivel: “enfoque de de- rechos, inclusión, juego, liderazgo, trabajo colaborativo y reflexión pedagógica, los que orientan la responsabilidad y el actuar ético de todo/a educador/a en su práctica profesional”. Estos conceptos se encuentran desarrollados en los distintos apartados de este re- ferente, para resguardar su consideración a lo largo de todo el pro- ceso educativo con la finalidad de intencionar permanentemente que toda práctica pedagógica se desarrolle según las características esenciales y distintivas del nivel. Esto significa que el/la educador/a debe sustentar su quehacer pe- dagógico considerando los elementos que fundamentan las BCEP, de modo que asegure oportunidades de aprendizaje donde se resguar- de que todos los niños y las niñas sean respetados y considerados desde su singularidad, identidad y contexto familiar y sociocultural, propiciando en todo momento su plena inclusión en el proceso edu- cativo, evitando estereotipos, sesgos de género y todo tipo de prác- ticas discriminatorias que desvaloricen su condición de niño o niña. y responsabilidad para la prác- tica pedagógica. La plasticidad cerebral ofrece la posibilidad de aprender y desaprender en forma permanente, reorganizán- dose y formando nuevas cone- xiones acorde a las experiencias que va vivenciando cada niño y niña, las que a su vez poten- cian aprendizajes cada vez más complejos” (BCEP, 2018, p.12). Por otra parte, reconoce la com- plejidad y particularidad de los procesos de enseñanza y apren- dizaje y los variados contextos culturales en que éstos ocurren, tomando en cuenta las necesida- des de desarrollo de competen- cias y conocimientos por parte de los/as educadores/as, tanto en contenidos que han de ser aprendidos como en estrategias para enseñarlos; la generación de ambientes propicios para el aprendizaje; y la responsabilidad y compromiso ético de los/as educadores/as con el aprendiza- je de cada niño y niña. “La en- señanza representa, entonces, la acción pedagógica al servi- cio de las potencialidades de aprendizaje de todas las niñas y los niños” (BCEP, 2018, p.28). El MBE EP busca dar una visión de las diferentes responsabilida- des profesionales que tiene un/a educador/a en su trabajo diario, considerando para ello la rela- ción que establece con los niños y las niñas, sus familias, los equi- pos de aula y los otros miembros de la comunidad educativa, así como también con la comunidad local. Esto, con el objetivo de contribuir a un óptimo desem- peño en su quehacer educativo, favoreciendo efectivamente el desarrollo integral y el aprendi- zaje de todos y todas. Además, este referente orienta el desarrollo de los Estándares de Formación Inicial Docente y los Estándares de Desempeño Profesional, así como también contribuye al mejoramiento de la enseñanza y de las interaccio- nes entre los diferentes miem- bros de la comunidad educativa y local, mediante un «itinerario» que guíe a los/as educadores/ as en sus primeras experiencias y ayude a los más experimenta- dos a ser más eficaces, en fun- ción de establecer, a través de una serie de dominios, criterios y descriptores, un marco estruc- turado para la reflexión sobre su propia práctica pedagógica, que los lleve a definir metas de me- jora continua y trayectorias for- mativas para una enseñanza de mayor calidad; todo ello bajo un contexto ordenado y consensua- do, en cuanto a lo que se espera de su desempeño profesional como educador/a de párvulos. ¿Qué es necesario saber? ¿Qué es necesario saber hacer? ¿Cuán bien se está haciendo? (1) La trayectoria educativa es el re- corrido que realizan los niños y las niñas dentro del sistema educativo. En Educación Parvularia se organi- za en tres niveles curriculares, que abarcan tramos de dos años cada uno: 1° Nivel (Sala Cuna) hacia los dos años; 2° Nivel (Medio) hacia los cuatro años y 3° Nivel (Transición) hacia los seis años (BCEP, 2018).
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    10 11MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA 1. Orientar a los/as educadores/as de párvulos respecto de las prác- ticas pedagógicas que deben reflejar en su ejercicio profesional. 2. Promover la reflexión pedagógica crítica, individual y entre pares, en contextos educativos diversos. 3. Dar a conocer las características del ejercicio profesional de los/ as educadores/as a los miembros de las comunidades y organiza- ciones educativas, instituciones formadoras de docentes y otras organizaciones ligadas al nivel de Educación Parvularia. 4. Aportar lineamientos a las instituciones de formación docen- te inicial y continua, para que puedan evaluar y enriquecer sus programas y procesos de formación y desarrollo profesional, para hacerlos coherentes con las prácticas definidas en el MBE EP. 5. Orientar la definición de instrumentos y la construcción de juicios evaluativos en los procesos del desempeño docente de los/as educadores/as. El MBE EP se articula con la normativa legal definida por el Ministerio de Educación, entre la que se destaca: Ley Ge- neral de Educación N°20.370; Ley de Inclusión Escolar N°20.845; Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Parvularia, Básica y Media y su fiscalización Ley N°20.529; Sistema de Desa- rrollo Profesional Docente Ley N°20.903; Decreto N°83/2015 Aprueba Criterios y Orientaciones de Adecuación Curricular para Estudiantes con Nece- sidades Educativas Especiales de Educación Parvu- laria y Educación Básica; y Decreto N°373 Establece Principios y Definiciones Técnicas para la Elabora- ción de Estrategias de Transición Educativa para los niveles de Educación Parvularia y Primer Año de Edu- cación Básica, entre otras. PROPÓSITOS DEL MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA 1. PRESENTACIÓN 11MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA El Sistema Nacional de Desarro- llo Profesional Docente recono- ce y promueve “el avance de los profesionales de la educación hasta un nivel esperado de de- sarrollo profesional, así como también ofrece una trayectoria profesional atractiva para con- tinuar desempeñándose pro- fesionalmente en el aula” (Ley N°20.903, 2016). Entre otros aspectos, este sis- tema establece un mecanismo de progresión en la carrera pro- fesional por medio de tramos de desempeño que consideran elementos como la experiencia y saberes disciplinares y peda- gógicos, los que en el caso de la Educación Parvularia se vin- culan directamente con los ejes esenciales de la política curri- cular propia de este nivel edu- cativo, las Bases Curriculares de Educación Parvularia. Este MBE EP recoge los princi- pios que inspiran el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, debido a que: • Promueve y orienta la autoevaluación y diálogo reflexi- vo de los equipos de aula, con otros docentes y con di- rectivos con el fin de detectar aquellas necesidades de formación individual y colectiva, las fortalezas de los equipos e identificar y/o diseñar los programas de per- feccionamiento que se requieran. • Favorece la autonomía profesional de los/as educadores/ as, promoviendo la revisión permanente de sus propias prácticas y las de la comunidad educativa y local, propen- diendo a procesos de mejora continua en su quehacer. • Orienta la construcción de los Estándares de Formación Inicial Docente y constituye la base técnica para los pro- gramas de perfeccionamiento y de formación continua diseñados por organismos del Estado, universidades y otras instituciones autorizadas, y para aquellas instan- cias de formación que organizan los establecimientos de acuerdo con sus propias necesidades de actualización o fortalecimiento. • Orienta la construcción de los Estándares de Desem- peño Profesional, los cuales describen conocimientos y habilidades genéricas (desprendidos del MBE EP y en coherencia con los estándares FID) que un docente de- muestra considerando distintos niveles de su trayecto- ria profesional, además de ser el insumo principal para diseñar y elaborar los instrumentos de evaluación de la Carrera Docente. • Constituye la base para la elaboración de criterios y juicios en las evaluaciones docentes para los/as educa- dores/as de párvulos, en los tramos que constituyen la trayectoria profesional presentes en el Sistema de De- sarrollo Profesional Docente. En estos procesos evalua- tivos, se considerarán evidencias de aquellas prácticas pedagógicas a las que refiere este MBE EP, que son facti- bles de observar y documentar, las que serán un requisi- to clave para avanzar dentro del sistema. MBE EP Y DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE
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    12 13MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA La Ley General de Educación (LGE) define que la educa- ción es un proceso permanen- te, cuyo propósito es alcanzar el desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, ar- tístico y físico de las personas, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimien- tos y destrezas. En este contex- 1. PRESENTACIÓN MBE EP Y CALIDAD DE LA EDUCACIÓN to, una educación de calidad contribuirá a esta finalidad “ca- pacitando a las personas para conducir su vida en forma ple- na, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para traba- jar y contribuir al desarrollo del país” (Ley N°20.370, 2009). • Entrega lineamientos y criterios acerca de los desempeños que los/as educadores/ as de párvulos han de demostrar para que todos los niños y las niñas aprendan, permitiendo enriquecer las prácticas pedagógicas de educadores/as experimenta- dos/as y orientando a aquellos/as que están iniciando su trayectoria profesional. • Abarca la mayor parte de las instancias del quehacer educativo, describiendo prác- ticas pedagógicas que orientan la preparación de la enseñanza, las interacciones pedagógicas, la planificación y evaluación y el compromiso ético profesional, en- tre otros aspectos, acorde a los tramos educativos definidos para el nivel. • Describe desempeños relativos a las competencias de los/as educadores/as para crear ambientes propicios para el aprendizaje en coherencia con los tramos educa- tivos definidos para el nivel; aspecto central en la educación integral de todos los niños y las niñas. • Destaca el trabajo colaborativo entre educadores/as de párvulos, técnicos de Educa- ción Parvularia, la familia y otros actores de la comunidad educativa y local, como condición indispensable para favorecer el desarrollo, bienestar integral y aprendiza- jes de calidad de todos los niños y las niñas. • Fortalece el liderazgo técnico pedagógico de los/las educadores/as para orientar y desarrollar procesos educativos reflexivos, innovadores y pertinentes a los diversos contextos. • Mantiene coherencia con las BCEP, puesto que promueve prácticas pedagógicas que favorecen que todos los niños y las niñas construyan aprendizajes vinculados con variados conocimientos, habilidades y actitudes que configuran este referen- te curricular, relevando el juego como un eje central de expresión y aprendizaje. Asimismo, con el fin de asegu- rar que niños, niñas y jóvenes tengan las mismas oportunida- des de recibir una educación de calidad, el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad (Ley N°20.529) refuerza este contenido de la LGE y concibe el aprendizaje como un proce- so permanente e integral, que incorpora aspectos individua- les y sociales. Es decir, pone el foco en los procesos de ense- ñanza y aprendizaje de niños, niñas, jóvenes y/o adultos, pro- moviendo el despliegue de todas las dimensiones de su desarrollo (Ministerio de Educación, [MINE- DUC], 2016c). Por su parte, la Subsecretaría de Educación Parvularia, como órgano del MINEDUC encargado de la pro- moción, desarrollo, organización general y coordinación de la Educación Parvularia (Ley N°20.835, 2015), ha definido un proceso de fortalecimiento de este nivel educativo para avanzar a mayores grados de equidad y calidad, considerando la responsabilidad que asignan las investigaciones, expertos y docentes al desempeño profesional de los/as educadores/as de párvulos en el logro de aprendizajes. Por tanto, el MBE EP:
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    14 15MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA El MBE EP se estructura en cua- tro dominios definidos legal- mente en la Ley de Desarro- llo Profesional Docente (Ley N°20.903). Cada uno de ellos hace referencia a un aspecto distinto del proceso de ense- ñanza y aprendizaje: Los lineamientos esenciales que establece la Ley General de Educación (Ley N°20.370) y la Ley de Inclusión Escolar (Ley N°20.845) respecto a un siste- ma educativo inclusivo, contri- buyen a garantizar un sistema educacional que otorga posibi- lidades a las familias de esco- ger el establecimiento educa- tivo que decidan, garantizando las condiciones necesarias para el acceso y permanencia de los estudiantes. En esta línea, el MBE EP con- tribuye a identificar, guiar y reflexionar en torno a los des- empeños que favorecen la in- clusión en el nivel de Educa- ción Parvularia, debido a que: ORGANIZACIÓN DEL MBE EP ESTRUCTURA MBE EP MBE EP E INCLUSIÓN Cada uno de estos dominios contiene un conjunto de criterios interdependientes que describen dis- tintos aspectos de las prácticas pedagógicas y que en su conjunto dan cuenta del sentido del domi- nio. A su vez, cada criterio se desglosa en un conjunto de descriptores, que corresponden a unidades acotadas de desempeño, expresadas en acciones encabezadas por un verbo. • Valora la diversidad presente en el aula como una carac- terística que desafía y enriquece el proceso de enseñan- za y aprendizaje, promoviendo que los/as educadores/ as de párvulos la consideren en el diseño, desarrollo y evaluación de la enseñanza, con el fin de asegurar opor- tunidades equitativas para el aprendizaje de todos los niños y las niñas. • Promueve prácticas educativas con altas expectativas de aprendizaje hacia todos los niños y las niñas, orientadas a generar un ambiente de aprendizaje basado en la con- fianza, el ejercicio de la ciudadanía, la participación, el respeto, el juego, la colaboración, el compañerismo y la reciprocidad, dentro y fuera del aula, y prácticas que fa- vorezcan la convivencia y un clima de buen trato entre todos los niños y las niñas y con los otros miembros de la comunidad educativa y local. • Promueve interacciones pedagógicas que consideran y valoran la interculturalidad, entendida ésta como un pro- ceso dinámico que enfatiza las relaciones horizontales y que se encuentra en constante construcción, puesto que “favorece la creación de nuevas formas de convivencia ciudadana entre todos, sin distinción de nacionalidad u origen. Para ello, el diálogo simétrico es posible recono- ciendo y valorando la riqueza de la diversidad lingüísti- co-cultural, natural y espiritual” (MINEDUC, 2018, p.21). • Orienta prácticas pedagógicas libres de estereotipos de género, ampliando la construcción social y cultural del enfoque de género el que permite reconocer que niños y niñas tienen el mismo potencial de aprendizaje y desa- rrollo, y las mismas posibilidades de disfrutar por igual de aquellos bienes valorados socialmente, oportunida- des, recursos y recompensas, de manera independiente a sus diferencias biológicas y reconociendo la igualdad de derechos (MINEDUC, s.f.). El MBE EP está estrechamen- te relacionado con todos los procesos anteriormente señalados, vinculados con mejorar la calidad de la edu- cación ofrecida a todos los ni- ños y las niñas, constituyén- dose como el referente que orienta una práctica docente pertinente al nivel y que re- leva la Educación Parvularia como la primera etapa en la trayectoria educativa. • Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje • Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje •EnseñanzaparaelAprendizajedetodoslosniñosylasniñas • Compromiso y Desarrollo Profesional
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    16 17MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA II. DOMINIOS, CRITERIOS Y DESCRIPTORES A continuación, se presenta un cuadro resumen que integra una visión panorámica de los cuatro domi- nios del MBE EP y sus respectivos criterios, mostrando así una síntesis del desempeño esperado para los/as educadores/as del nivel de Educación Parvularia. DOMINIO A Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje DOMINIO C Enseñanza para el Aprendizaje de todos los niños y las niñas DOMINIO B Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje DOMINIO D Compromiso y Desarrollo Profesional Domina los conocimientos disciplinares y pedagógicos vinculados al currículum vigente Lidera al equipo de aula en la implementación de la práctica pedagógica en función del bienestar integral y el aprendizaje Genera y mantiene un ambiente de bienestar integral para el aprendizaje Demuestra compromiso con los niños y las niñas, su profesión y el rol que desempeña en la sociedad Planifica las estrategias de enseñanza y aprendizaje de acuerdo con las características de todos los niños y las niñas y el currículum vigente Genera interacciones pedagógicas que favorezcan el desarrollo integral y la adquisición de aprendizajes significativos Establece e implementa una organización del tiempo para favorecer el aprendizaje Reflexiona críticamente sobre las políticas y orientaciones educativas vigentes y su implementación en la práctica pedagógica Considera las características y las formas de aprender de todos los niños y las niñas en la preparación del proceso de enseñanza y aprendizaje Establece una comunicación efectiva para enriquecer las oportunidades de aprendizaje Organiza ambientes físicos funcionales y seguros para el aprendizaje Establece relaciones de colaboración con la comunidad educativa y local Planifica procesos de evaluación coherentes con las características de todos los niños y las niñas y el currículum vigente Toma decisiones oportunas considerando la evaluación de la enseñanza y el aprendizaje Genera una cultura de aprendizaje desafiante y lúdica Reflexiona crítica y sistemáticamente sobre su práctica pedagógica para favorecer aprendizajes CRITERIO A.1 CRITERIO C.1 CRITERIO B.1 CRITERIO D.1 CRITERIO A.3 CRITERIO C.3 CRITERIO B.3 CRITERIO D.3 CRITERIO A.2 CRITERIO C.2 CRITERIO B.2 CRITERIO D.2 CRITERIO A.4 CRITERIO C.4 CRITERIO B.4 CRITERIO D.4
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    18 19MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Este dominio refiere a las com- petencias fundamentales que deben movilizar los/as educa- dores/as para el diseño del pro- ceso de enseñanza y aprendiza- je en cuanto a la planificación y evaluación. Estas competencias aluden al dominio de conoci- mientos y habilidades necesa- Asimismo, el/la educador/a “re- quiere disponer de un saber profesional especializado para fundamentar las decisiones to- madas, saber que incluye la re- flexión individual y colectiva sobre la propia práctica, constru- yendo así el conocimiento peda- gógico para hacer su tarea cada vez mejor” (BCEP, 2018, p.29). DOMINIO A Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje rias para la implementación del currículum vigente, conside- rando los diferentes hitos del desarrollo, tramos curriculares, trayectoria educativa (recorri- do que realizan los niños y las niñas dentro del sistema edu- cativo) y las características del contexto en que se despliega la enseñanza, para promover aprendizajes que favorezcan el desarrollo armónico e integral de cada niño y niña. Con la finalidad de asegurar procesos de enseñanza favore- cedores de aprendizajes signi- ficativos para todos y todas, el/ la educador/a debe tener domi- nio de los saberes disciplina- res y saberes pedagógicos del nivel de Educación Parvularia. Este conjunto de habilidades, conocimientos y disposicio- nes refleja lo que debe saber y debe saber hacer en su ejer- cicio profesional el/la edu- cador/a de párvulos para que las prácticas pe- dagógicas permitan a todos los niños y las niñas aprender. • Saberes disciplinares: conocimientos que corresponden a los distintos campos del saber (Tardif, 2004). En el caso de la Educación Parvularia, éstos se refieren a los contenidos definidos en el currículum y a los hitos del desarrollo, entendidos como la adquisición de nuevas habilidades que sientan las bases para construir las si- guientes. Ello implica que el/la educador/a conozca y comprenda en profundidad los conceptos y especificidades de lo que enseña, para otorgar mayores oportunidades y desafíos en el proceso educativo, generando de esta forma aprendizajes significa- tivos que trascienden en la vida de cada niño y niña. • Saberes pedagógicos: conjunto de saberes que le permiten al docente desem- peñar su función social e identitaria y que debe estar a la base de la formación (Darling-Hammond & Bransford, 2005; Shulman, 2004; Martínez y Bonafé, 2004; Tardif y Gauthier, 2001 citados en Mineduc 2012a). Para este nivel educativo, refiere a las capacidades del/la educador/a para desarrollar estrategias de apren- dizaje, enseñanza y evaluación coherentes con las características del desarrollo y aprendizaje (habilidades, conocimientos, intereses, necesidades, estilos y ritmos, entre otros) de los niños y las niñas, con los tramos curriculares, con los hitos del desarrollo y con los contenidos expresados en el currículum de Educación Parvu- laria, relevando el juego y las experiencias lúdicas como estrategias pedagógicas esenciales en la primera infancia, para promover el desarrollo de capacidades físicas, sociales, emocionales, cognitivas y de lenguaje. Estos saberes permiten que el/la educador/a defina estrategias situadas y, por tanto, pertinentes a cada contexto y nivel educativo. Lo anterior es el insumo necesa- rio para que el/la educador/a di- señe estrategias y experiencias de enseñanza y evaluación in- clusivas, diversas, integradas y pertinentes para el aprendizaje, las cuales deben ser organiza- das en función de la diversidad del grupo, evitando todo tipo de estereotipos, fomentando la in- corporación activa tanto de los niños como de las niñas a par- tir de sus experiencias y de lo que saben, reconociendo e in- corporando la multiculturalidad (valores, creencias, costumbres, etc.) avanzando gradualmente a la interculturalidad. Ofrecien- do oportunidades reales para que puedan participar y hacer
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    20 21MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA elecciones so- bre qué quieren aprender, cómo quieren lograrlo y cómo pueden expresar cuánto han aprendido. De esta manera, el pro- ceso de enseñanza es concebido como un proceso flexible, innova- dor, dinámico y coherente con respecto a los cambios y las características de cada grupo, donde el rol del/la educador/a es clave para avanzar hacia una en- señanza equitativa y de calidad. Esto requiere “saber en profun- didad cómo aprenden y se de- sarrollan los párvulos y el lugar importantísimo que le cabe al juego en estos procesos; supo- ne saber cómo y cuándo promo- ver juegos y otras actividades lúdicas. Implica también reco- nocer y responder pedagógica- mente a la singularidad de cada uno en cuanto a ritmos, formas de aprendizaje, género, cultura, contexto social, religión, entre otros” (BCEP, 2018, p.29). En este contexto, el/la educa- dor/a debe reconocer al niño y la niña como un ser único, con características, intereses y ha- bilidades propias y comprender que cuando aprenden, lo hacen de manera integral, accionando sus sentidos, emociones, pensa- mientos, corporalidad, espiritua- lidad, experiencias, sueños y de- seos; reconociendo también que el desarrollo y aprendizaje se da en diversos contextos y junto con otros, donde el juego se constitu- ye en la herramienta pedagógica por excelencia que el/la educa- dor/a, al momento de preparar la enseñanza, debe considerar como eje central para el aprendizaje. Por otra parte, el/la educador/a debe conocer a todos los niños y las niñas del grupo respecto de sus características de desa- rrollo, formas y ritmos de apren- dizaje, intereses, saberes, capa- cidades diversas, experiencias previas, contextos familiares y socioculturales, entre otros; este conocimiento permite al/la edu- cador/a preparar un proceso de enseñanza y aprendizaje cohe- rente con las características del grupo y favorecer la adquisición de aprendizajes significativos. Junto con ello, el/la educador/a debe conocer y considerar la di- versidad de características que presentan aquellos niños y niñas que requieren apoyos adicio- nales en el proceso educativo, dado que presentan necesida- des educativas especiales2, con la finalidad de preparar procesos educativos que incorporen la di- versidad. Para esto debe revisar o ajustar los Objetivos de Apren- dizaje (OA) cuando se requiera; diversificar la enseñanza; definir estrategias de aprendizaje que incorporen recursos didácti- cos variados en cuanto a tama- ño, textura, peso, colores, entre otros; y utilizar Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) como una herramienta que presenta múltiples finalidades y oportunidades que se adaptan a diversas necesidades de todos los niños y niñas. En la preparación de la ense- ñanza, para que el aprendizaje y la participación efectivamente ocurran, el/la educador/a debe considerar la presencia, el reco- nocimiento y la pertinencia. La presencia, en cuanto favorece el acceso al aprendizaje, la in- teracción permanente de los ni- ños y las niñas durante todas las oportunidades de aprendizaje, el respeto y valoración mutua de las diferencias y el aprendizaje compartido. El reconocimien- to y la pertinencia, en cuanto a incorporar en la preparación de la enseñanza las diversas cultu- ras y saberes de origen, favore- ciendo que la construcción del conocimiento integral se realice desde los niños y niñas, con én- fasis en sus intereses, capacida- des, motivaciones y protagonis- mo que deben tener en todo el proceso educativo. En relación con la planificación del trabajo pedagógico, su im- portancia radica en la necesidad de anticipar y organizar de ma- nera coherente lo que se quiere lograr en el proceso educativo. Esto implica tomar decisiones previas a la práctica sobre qué, para qué y cómo se aprende (EducarChile, 2008), teniendo en consideración tanto la evalua- ción, los fundamentos y princi- pios de la Educación Parvularia, los objetivos del nivel curricular y la organización del ambiente educativo, como también las fa- milias y otros profesionales que intervienen directamente en la práctica pedagógica. De esta ma- nera, se favorece el bienestar in- tegral y el aprendizaje de todos los niños y las niñas. En este contexto, la evaluación para el aprendizaje es esencial en el proceso de enseñanza y aprendizaje, lo que implica llevar a cabo evaluaciones sis- temáticas que contemplen la diversidad de niños y niñas, res- petando ritmos y características particulares; siendo necesario definir distintas estrategias de evaluación que respondan a los focos que se desean observar como también instrumentos y medios de registro de informa- ción pertinentes para lograrlo. Además, requiere realizar un análisis profundo de la infor- mación obtenida, lo que servirá posteriormente para retroali- mentar tanto a los niños y las ni- ñas en sus procesos cotidianos, como también a las familias y equipos de aula. (2) Se entenderá por alumno o alumna que presenta Necesidades Educativas Especiales a aquel que precisa ayudas y recursos adiciona- les, ya sea humanos, materiales o pedagógicos, para conducir su pro- ceso de desarrollo y aprendizaje, y contribuir al logro de los fines de la educación (LGE art. 23).
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    22 23MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO A Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje CRITERIOS DEL DOMINIO A: Criterio A.1 Domina los conocimientos disciplinares y pedagógicos vinculados al currículum vigente El/la educador/a conoce, com- prende y profundiza perma- nentemente los conocimientos que requiere para ejercer su rol profesional con todos los niños y las niñas; conocimientos rela- tivos al para qué enseñar (fun- damentos, propósito y fin de la Educación Parvularia), qué en- señar (contenidos y objetivos de aprendizaje) y cómo enseñar (estrategias pedagógicas), con la finalidad de favorecer el de- sarrollo integral y aprendizajes relevantes y significativos en todos los niños y las niñas del grupo. A partir de lo anterior, organi- za el proceso de enseñanza y aprendizaje según los conoci- mientos, habilidades y actitu- des que debe enseñar, consi- derando las características del grupo y lo definido en el currí- culum vigente. A continuación, se describen las áreas del saber disciplina- rio que los/as educadores/as deben manejar para promover aprendizajes de calidad en los niños y niñas, según los propó- sitos declarados en los distin- tos núcleos de aprendizaje de las BCEP: Núcleo Identidad y Autonomía Convivencia y Ciudadanía Corporalidad y Movimiento Lenguaje Verbal Lenguajes Artísticos Exploración del Entorno Natural Comprensión del Entorno Sociocultural Pensamiento Matemático Identidad y valoración de sí mismo. Autonomía progresiva Colaboración, solidaridad y valoración de la diversidad y cultura. Normas de convivencia, derechos y ciudadanía. Cuidado de sí mismo. Conocimiento de sí mismo. Corporalidad y psicomotricidad. Comprensión y Expresión Oral. Interpretación y producción de mensajes escritos simples. Expresión artística. Sensibilidad y apreciación artística. Descubrimiento de su entorno y desarrollo sostenible. Pensamiento científico. Reconocimiento de la comunidad y el entorno geográfico. Tecnología y aprecio de la cultura. Espacio y tiempo. Noción de número y empleo de cuantificadores. Resolución de problemas. Construcción gradual de la identidad; conciencia de sí mismos como personas únicas y valiosas; identificación, comprensión y expresión de las emociones (“alfabetización emocional”) y desarrollo progresivo de la autonomía. Ejercicio práctico de la ciudadanía a través de la colaboración, la solidaridad y la convivencia con otros; y conductas de cuidado de sí mismo, de los otros y del medio ambiente, en un marco de res- peto por la diversidad y la inclusión. Toma de conciencia y valoración de las posibilidades motrices, para ampliar la exploración del medio y conquistar una mayor autonomía tanto motora como de pensamiento. Comprensión del lenguaje verbal, no verbal y paraverbal que manifiestan los otros (palabras, frases, gestos, movimientos) y expresión de emociones, vivencias y pensamientos, a través de diferentes recursos lingüísticos (lenguaje oral, de imágenes, grafismos, letras, palabras). Expresión de la creatividad y desarrollo de una sensibilidad estética para interpretar el mundo a través de diversos lenguajes artísticos. Desarrollo del pensamiento científico a partir del asombro, la curiosidad y la indagación del entorno natural en el marco de potenciar un desarrollo sostenible del planeta. Reconocimiento y aprecio de la comunidad y entorno geográfico, valorando la diversidad cultural (en las costumbres, juegos, ritos y otros). Desarrollo de la resolución de problemas a partir del razonamiento lógico; establecimiento de relaciones causales; desarrollo de nociones témporo-espaciales; y uso de la cuantificación en situaciones cotidianas. Áreas del saber disciplinario Principales conocimientos disciplinarios
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    24 25MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Relacionado con esto, el/la educador/a conoce el enfoque y los fundamentos del desa- rrollo sostenible y comprende cómo incorporarlo transversal- mente en sus prácticas peda- gógicas, de manera de propiciar experiencias de aprendizaje mediante las cuales niños y ni- ñas, desde los primeros años, sean conscientes de las “po- tencialidades, oportunidades y riesgos que implica sostener la vida humana en un planeta con recursos limitados” (BCEP, 2018, p.80). En este sentido, el/la educador/a entiende que al propiciar una actitud positi- va hacia el entorno está contri- buyendo a que los niños y las niñas cuiden el ambiente na- tural y su biodiversidad, desde la perspectiva de la sostenibili- dad (BCEP, 2018). En cuanto a los saberes peda- gógicos, el/la educador/a de- muestra conocimiento sobre di- dácticas generales y específicas para promover los aprendizajes considerados en los diversos núcleos y en los distintos tra- mos curriculares. Este conoci- miento le permite incorporar en la preparación del proceso edu- cativo, técnicas de enseñanza pertinentes para desarrollar practicas pedagógicas efectivas El/la educador/a considera di- versas fuentes de información disponibles en el establecimien- to sobre los niños y las niñas del grupo y enriquece estos antece- dentes a través de la interacción que establece con ellos/as, con el equipo de aula, sus familias y otros actores de la comunidad educativa y local; constituyén- dose en un recurso significativo para la preparación del proceso de enseñanza y aprendizaje, para la pertinencia de la practica pe- dagógica, el bienestar integral y el protagonismo de todos los ni- ños y las niñas. Así mismo, el/la educador/a co- noce las características y eta- pas del desarrollo cognitivo, so- cioemocional y motriz de cada niño y niña del grupo, las nece- sidades educativas especiales que presentan, sus intereses y conocimientos previos, sus formas y ritmos de aprendizaje, y las características de su con- texto familiar y sociocultural, incluyendo las representacio- nes, valores y costumbres. Este conocimiento le permite tomar DOMINIO A Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje y flexibles a los contextos y ne- cesidades que van presentando los niños y niñas. Además, el/la educador/a cono- ce y domina los fundamentos y estrategias para la diversifi- cación de la enseñanza (múlti- ples medios de presentación y representación de las nuevas informaciones y contenidos; múltiples medios de ejecución de las actividades propuestas y de expresión de los produc- tos de sus aprendizajes; y múl- tiples medios de participación en las situaciones de aprendi- zaje y de nivel de compromiso con ellas3), lo que considera en las definiciones pedagógicas para generar oportunidades de aprendizaje equitativas para todos los niños y las niñas del grupo, respondiendo así a la diversidad presente en el aula y evitando todo tipo de exclu- sión. En este contexto, incorpora el juego como la forma natural que tienen los niños y las niñas para adquirir habilidades que enriquecen el desarrollo de las funciones cognitivas, comunica- tivas, motrices, entre otras. Lo anterior permite al/la edu- cador/a preparar la enseñanza de acuerdo con lo definido en las BCEP y generar mayores ex- pectativas y oportunidades de aprendizaje, en ambientes de- safiantes y enriquecidos para todos los niños y las niñas del grupo, resguardando la identi- dad pedagógica del nivel expre- sada en: los principios pedagó- gicos, la trayectoria educativa, la articulación y la atención a la diversidad. Criterio A.2 Considera las características y las formas de aprender de todos los niños y niñas en la preparación del proceso de enseñanza y aprendizaje decisiones para diversificar la enseñanza, constituyéndose, por una parte, en una oportuni- dad para que todos los niños y las niñas participen, desarrollen sus capacidades y aprendan y, por otra, en un desafío de de- sarrollo profesional, en que el/ la educador/a busca respuestas educativas diversas para todos los niños y las niñas del grupo, aprendiendo constantemente a partir de ello. Los niños y las niñas aprenden básicamente jugando y siendo protagonistas en sus procesos, desarrollando en su entorno conductas de exploración, des- cubrimiento, manipulación y experimentación, todo lo cual les permite conocer y ampliar su comprensión de sí mismos y del mundo que los rodea. Para favorecer estas conduc- tas, es importante que el/la educador/a ofrezca a los ni- ños y niñas, oportunidades de aprendizaje que promuevan el desarrollo de su sensorialidad (presentándoles variedad de estímulos visuales, táctiles, ol- (3) Estas estrategias corresponden al Diseño Universal de Aprendizaje (DUA) para dar respuesta a la diver- sidad en el aula (MINEDUC, Decreto N°83/2015). fativos, gustativos, auditivos); sus conductas de desplaza- miento y coordinación moto- ra, tanto gruesa como fina; su capacidad de simbolización -que les permite a los niños y las niñas comprender y expre- sarse cada vez con mayor do- minio por medio del lenguaje verbal y artístico-; su desarrollo emocional; y su capacidad de socialización, de atención, de concentración y de memoria. Asimismo es fundamental que el/la educador/a considere las formas de aprender que tienen los niños y niñas en cada área, de manera que la preparación del proceso de enseñanza y aprendizaje sea pertinente y desafiante en todas ellas.
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    26 27MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA El/la educador/a planifica estrategias de enseñanza y aprendizaje a largo, mediano y corto plazo, coherentes con el currículum vigente, el Proyec- to Educativo Institucional y el reconocimiento y valoración de la diversidad como criterios fundamentales para los proce- sos educativos en Educación Parvularia. Esto requiere que el/la educador/a tome decisio- nes respecto a la selección y organización de los Objetivos de Aprendizaje, considerando las características propias aso- ciadas a cada etapa de desarro- llo, nivel curricular y a los an- tecedentes evaluativos de los niños y las niñas, resguardando una distribución equilibrada (cobertura total de los aprendi- zajes), secuenciada e integrada de estos objetivos, permitiendo preparar un proceso de ense- ñanza que facilite a los niños y las niñas desarrollar al máximo sus habilidades, conocimientos y actitudes en cada área, para lo cual debe considerar las formas de aprender que predominan en cada caso. DOMINIO A Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje Junto con ello, en la planificación de la enseñanza y el aprendizaje el/la educador/a debe tener en cuenta el tiempo, el espacio, los recursos, la intencionalidad pe- dagógica de las interacciones, las experiencias lúdicas y el jue- go como estrategia permanente. También debe considerar a las familias, al equipo de aula y a otros profesionales que intervie- nen directamente en la práctica pedagógica. A partir de esto, pla- nifica estrategias de enseñanza y aprendizaje diversificadas, desa- fiantes y lúdicas para que todos los niños y las niñas se sientan acogidos y reconocidos como sujetos de derechos, en tanto personas únicas, con capacida- des y potencialidades distintas, resguardando así su protagonis- mo y favoreciendo el desarrollo progresivo de sentimientos de confianza en relación con sus propias fortalezas y talentos. Por otra parte, la diversifica- ción de la enseñanza es la po- sibilidad de proporcionar a los niños y las niñas múltiples me- dios de presentación y repre- sentación, lo que favorece la percepción, comprensión y re- presentación de la información por parte de todos y todas; múltiples medios de ejecución y expresión, lo que permite a los niños y las niñas respon- der con los medios de expre- sión y acción que prefieran; y múltiples medios de participa- ción y compromiso, aludiendo a las variadas formas en que los niños y las niñas pueden participar de una situación de aprendizaje (Decreto N°83). De acuerdo con ello, “sería impor- tante que el educador consi- derara que el alumno además de aprender de manera visual, auditiva, lingüística y lógica tiene la capacidad de aprender de manera reflexiva, impulsiva, analítica, global, conceptual, perceptiva, motora, emocional, intrapersonal e interpersonal. Una clase programada pensan- do en diferentes formas de en- señar para diferentes formas de aprender indudablemente es una verdadera oportunidad para el desarrollo humano” (Campos, 2010). Criterio A.3 Planifica estrategias de enseñanza y aprendizaje de acuerdo con las características de todos los niños y las niñas y el currículum vigente Criterio A.4 Planifica procesos de evaluación coherentes con las características de todos los niños y las niñas y el currículum vigente En esta línea, la integración de las TICs como recursos para la enseñanza y el aprendizaje re- sulta altamente beneficioso, ya que éstas pueden adaptarse a las diversas demandas del grupo y, por ende, responder a sus ca- El/la educador/a planifica la eva- luación a largo, mediano y corto plazo, diseñando procesos eva- luativos integrales, cooperativos, sistemáticos y pertinentes a la diversidad de todos los niños y las niñas, a las formas que tienen de aprender y a sus contextos de aprendizaje. Para ello, define qué información es importante reco- ger para ajustar la práctica pe- dagógica (focos de observación), considerando la coherencia con los Objetivos de Aprendizaje y las características de los niños y las niñas del grupo. Además, esta- blece la forma de sistematizar la información seleccionada, para lo cual define estrategias, criterios y/o indicadores mediante los cua- les podrá observar cómo se des- pliegan los Objetivos de Aprendi- zaje (Paniagua y Palacios, 2005). De acuerdo con ello, selecciona diversos instrumentos para re- racterísticas particulares (Viquez, 2014), respetando los ritmos de cada niño y niña, de modo que todos/as logren aprendizajes significativos necesarios para desenvolverse en diferentes contextos. gistrar su observación evaluativa, con la finalidad de reunir suficien- te información y evidencia acerca del proceso educativo que sigue cada niño y niña considerando su singularidad, sin perder de vista su potencialidad para aprender. A su vez, el/la educador/a planifica los diversos usos que se dará a las evidencias recogidas, con la fina- lidad de retroalimentar el proceso educativo desde una perspectiva formativa. Para ello, diseña ins- trumentos de comunicación de la información (por ejemplo, infor- mes o carpetas de antecedentes de aprendizaje) y momentos de encuentro con el equipo de aula, familias u otros profesionales que intervienen directamente en la acción pedagógica. Esto, con el fin de analizar, reflexionar y tomar decisiones respecto de prácticas que generen mejores oportuni- dades de desarrollo y aprendizaje para todos los niños y las niñas del grupo. Además, esta información le ser- virá al/la educador/a para retroa- limentar, a través de interacciones verbales, a los niños y las niñas du- rante la práctica pedagógica con la intención de apoyarlos en el logro de nuevos aprendizajes y relevar los conocimientos, las capacida- des y las potencialidades de cada niño y niña del grupo, siendo una instancia cercana, amigable, em- pática y participativa, en la que se resguarda el rol protagónico de cada uno de ellos/as. A continuación, se presen- ta un cuadro del Dominio A, con sus cuatro criterios y los descriptores asociados a cada uno de ellos.
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    28 29MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO A Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje Criterio A.1 Domina los conocimientos disciplinares y pedagógicos vinculados al currículum vi- gente. A.1.1 Domina los conocimien- tos referidos a los funda- mentos y principios de la Educación Parvularia y los incorpora al quehacer edu- cativo. A.1.2 Domina los conocimientos fundamentales referidos a la identidad y autonomía, convivencia y ciudadanía, corporalidad y movimiento, y conoce la didáctica para promoverlos. A.1.3 Domina los conocimientos fundamentales referidos al lenguaje verbal y los len- guajes artísticos, y conoce la didáctica para promoverlos. A.1.4 Domina los conocimientos fundamentales referidos al entorno natural y sociocul- tural y al pensamiento ma- temático, y conoce la didác- tica para promoverlos. Criterio A.2 Considera las características y las formas de aprender de todos los niños y las niñas en la preparación del proceso de enseñanza y aprendizaje. A.2.1 Recaba información sobre las características indivi- duales, colectivas y contex- tuales de todos los niños y las niñas del grupo y la in- corpora en la preparación de la enseñanza. A.2.2 Considera las formas y rit- mos de aprendizaje de to- dos los niños y las niñas del grupo para preparar la enseñanza de manera per- tinente y diversificada. A.2.3 Considera en la prepara- ción de la enseñanza los intereses y conocimientos previos de todos los niños y las niñas del grupo para que las experiencias de aprendizaje sean significa- tivas y desafiantes. A.2.4 Considera en la prepara- ción de la enseñanza las características del contexto familiar y sociocultural de todos los niños y las niñas del grupo para enrique- cer las oportunidades de aprendizaje. Criterio A.3 Planifica estrategias de en- señanza y aprendizaje de acuerdo con las caracte- rísticas de todos los niños y las niñas, y el currículum vigente. A.3.1 Planifica el proceso de en- señanza y aprendizaje a lar- go, mediano y corto plazo considerando una distribu- ción equilibrada, secuen- ciada e integrada de los ob- jetivos de aprendizaje del currículum vigente. A.3.2 Planifica estrategias y ex- periencias de aprendizaje coherentes con los obje- tivos de aprendizaje del nivel curricular y los ante- cedentes evaluativos de todos los niños y las niñas del grupo. A.3.3 Planifica estrategias de en- señanza y experiencias de aprendizaje que conside- ran el ambiente educativo, el juego y la participación de la familia, la comunidad educativa y local. A.3.4 Incorpora en la planifica- ción estrategias diversifi- cadas de enseñanza, consi- derando las características individuales y colectivas de los niños y las niñas del grupo para favorecer su participación y aprendizaje. Criterio A.4 Planifica procesos de eva- luación coherentes con las características de todos los niños y las niñas y el currí- culum vigente. A.4.1 Planifica procesos evalua- tivos sistemáticos y perti- nentes a la diversidad de niños y niñas y sus contex- tos de aprendizaje. A.4.2 Define focos de observa- ción y estrategias de eva- luación coherentes con los objetivos de aprendizaje y pertinentes a las caracte- rísticas de todos los niños y las niñas del grupo. A.4.3 Define instrumentos de evaluación diversificados y contextualizados para registrar y evidenciar el aprendizaje de todos los niños y las niñas del grupo. A.4.4 Establece instancias siste- máticas de reflexión y aná- lisis de los antecedentes de evaluación para retroali- mentar el proceso de ense- ñanza y aprendizaje desde una perspectiva formativa. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL DE LOS/AS EDUCADORES/AS DE PÁRVULOS, EN ESTE DOMINIO, POR NIVEL CURRICULAR NIVEL SALA CUNA Los educadores/as conocen y comprenden las características y necesidades de aprendizaje y bienestar de los niños y niñas de este nivel, entendiendo que se encuentran en un perio- do de mayor dependencia de los adultos en cuanto a su adaptación, alimentación, descan- so, higiene, afecto, socialización; y que están en una etapa en que establecen sus primeras relaciones de afecto y seguridad a partir de los vínculos de apego seguro, lo que les permite crecer en armonía y confianza para desarrollarse plenamente. De acuerdo con esto, es relevante que los/las educadores/as promuevan, en el diseño de sus prácticas, acciones y estrategias que permitan el fortalecimiento de relaciones afectivas positivas. En este nivel, el/la educador/a observa, reconoce y valora que los niños y niñas presentan diversos intentos comunicativos, expresando sus emociones, necesidades e intereses a través del llanto, ges- tos, sonidos, movimientos y palabras. Por tanto, en la preparación de la enseñanza incorpora diversas estrategias que le permitan responder oportunamente a las diferentes formas de comunicación del grupo y promover un lenguaje verbal más enriquecido. Asimismo, considera en esta preparación, el in- terés gradual que presentan los niños y niñas por los materiales escritos, la manipulación de libros con imágenes, el escuchar relatos cortos, aspectos fundamentales en el aprendizaje del lenguaje verbal.En cuanto al desplazamiento, los/as educadores/as comprenden que los niños y niñas van adquiriendo de manera paulatina la seguridad, equilibrio y control de su cuerpo, alcanzando la locomoción, lo que les permite mayor autonomía para explorar su entorno, incorporando acciones para contribuir al enri- quecimiento de sus experiencias tempranas. En la preparación de la enseñanza, un aspecto importante es que el/la educador/a tenga presente que los tiempos de concentración de los niños y niñas son breves y su comportamiento egocéntrico, ya que su capacidad para ponerse en el lugar de otros aún no se manifiesta o es muy incipiente. Relevante para la preparación de la enseñanza es el juego -de tipo sensoriomotriz-, lo que propicia la activación cognitiva y motriz mediante situaciones de exploración de las propias posibilidades corpo- rales y de resolución de problemas sensoriales y motrices (tocan, miran, gustan, escuchan, huelen, ga- tean, entre otras). El/la educadora/a considera que los niños y niñas de manera progresiva descubren, a través de acciones de ensayo y error y de causa-efecto, que sus conductas tienen consecuencias y comienzan a probar el efecto de su acción en el entorno. Por otra parte, reconoce el valor de los juegos en esta etapa, los que contribuyen a la autonomía, autoconfianza, aprendizajes y enriquecen las posi- bilidades expresivas, cognoscitivas, comunicativas, lúdicas y de movimiento. De acuerdo con lo anterior, la preparación de la enseñanza debe considerar el acceso a variadas ex- periencias sensoriales y motoras, intencionando la exploración de espacios y objetos de uso diario, el descubrimiento de su cuerpo, sus emociones; el movimiento, así como también el desarrollo de la capacidad comunicativa a nivel oral como gestual, tanto expresiva como comprensiva.
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    30 31MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA NIVEL MEDIO Los/ as educador/as comprenden que los niños y niñas de este nivel avanzan hacia una ma- yor autonomía, adquiriendo paulatinamente hábitos de higiene y alimentación. Buscan ser independientes y autoafirmar su identidad constantemente, manifiestan progresivamente conciencia de los otros y disfrutan al relacionarse con niños y niñas, a través de juegos y conversaciones colectivas. Este conocimiento por parte de los/as educadores/as está pre- sente en el diseño de experiencias y en las estrategias utilizadas. En esta etapa, gracias a la aparición de la capacidad simbólica, el lenguaje se desarrolla rápi- damente con una progresiva ampliación del vocabulario y un notorio avance en la capacidad de estructurar oraciones y expresar mensajes más elaborados. Los/as niños /as muestran un interés creciente por el mundo letrado, disfrutando explorar libros con imágenes y peque- ños textos, así como también escuchar cuentos sencillos. Este significativo avance implica para el/la educador/a, la búsqueda y selección de recursos de aprendizaje y didácticas congruentes con la promoción del lenguaje verbal de los niños y niñas. Por otra parte, los/as educadores/as saben que los niños y las niñas adquieren un mayor control y precisión en sus movimientos, logrando paulatinamente capacidades más com- plejas en su desarrollo motor grueso: trepar, caminar, saltar y correr, utilizando diferentes velocidades y superando obstáculos simples. En cuanto a su motricidad fina, van adquirien- do mayor destreza en la manipulación de objetos y en la coordinación óculo-manual, lo que les permite avanzar en sus primeras construcciones gráficas y plásticas. Estos progresos en el desarrollo motriz de los niños y niñas implica para la práctica de los/as educadores/as ofrecerles experiencias de movimiento que promuevan aprendizajes, en ambientes seguros y de bienestar. El nivel de concentración en esta etapa les permite participar en experiencias de aprendiza- je de mayor duración. Sus juegos, además de ser sensoriales y de movimiento, también son de representación, debido al desarrollo del pensamiento simbólico. En esta etapa los niños y las niñas aprenden principalmente interactuando con otros, por tanto, la preparación de la enseñanza debe considerar la organización heterogénea, en di- ferentes tipos de agrupaciones (parejas, tríos, cuartetos, entre otros), el aprendizaje colabo- rativo y los juegos sociales. El/la educador/a debe dar la posibilidad que todos los niños y las niñas disfruten de experiencias educativas que pro- muevan la exploración y el descubrimiento en espacios interiores y exterio- res, así como también la resolución pacífica de conflictos a partir de lo cual van construyendo aprendizajes significativos y su identidad. NIVEL TRANSICIÓN El/la educador/a conoce que en este nivel educativo los niños y las ni-ñas muestran mayor autonomía e independencia respecto del cuidadode su cuerpo, sus pertenencias y de la relación que establecen con suspares y con los adultos. Asimismo, sabe que manifiestan mayor empatíahacia otros, les gusta ayudar y participar en actividades de colabora-ción grupal y asumir normas y responsabilidades dentro del grupo, porlo que intenciona la participación y la generación de acuerdos basadosen el diálogo. En este tramo curricular, los/as educadores/as saben que los niños y niñas dominan las estruc-turas básicas del lenguaje, pudiendo establecer conversaciones con fluidez, y comprenderindicaciones y juegos reglados. Igualmente, saben que los niños y niñas evidencian mayordesarrollo y coordinación de la motricidad gruesa y fina, lo que les permite ser más preci-sos en sus movimientos y desplazamientos, y en actividades de representación y expresióngráfica y artística. Esto es considerado por el/la educador/a para entregarles oportunidadesde aprendizaje que amplían sus posibilidades de representar, integrando diversos recursos. En la preparación de la enseñanza el/la educador/a entiende que los niños en este nivelcurricular formulan hipótesis, relacionan hechos y resuelven problemas utilizando procesossimples de abstracción. Son capaces de planificar tareas y retomar actividades, recordar loque han realizado y dar a conocer cómo lo han hecho, iniciándose así en la autoevaluaciónde sus aprendizajes. El/la educador/a también sabe que los niños y niñas avanzan en el de-sarrollo de la conciencia fonológica, comenzando a asociar fonemas con sus respectivos gra-femas, lo que será un indicador significativo al momento de iniciarse a la lectura y escrituraen Primer año de Educación Básica, y una oportunidad para los/as educadores/as de integrar nuevos recursos y juegos. De esta manera, en este nivel los ni- ños y las niñas aprenden obser- vando, explorando, descubrien- do e indagando en su entorno; imitando comportamientos de otros que les son signi- ficativos; y desarrollando juegos simbólicos, de carácter social y regla- dos, tanto espontá- neos como dirigidos. Requieren de un am- biente enriquecido lingüísticamente, don- de los textos se cons- tituyan en un recurso permanente a partir de los cuales inician procesos paulatinos de alfabetización. DOMINIO A Preparación del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje
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    32 33MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO B Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje Este dominio refiere al diseño e implementación permanente de ambientes educativos, defini- dos como “sistemas integrados de elementos consistentes entre sí, que generan condiciones que favorecen el aprendizaje de los niños y las niñas” (BCEP, 2018, p.113), constituyéndose en el es- pacio privilegiado que promue- ve el desarrollo de habilidades, conocimientos y actitudes, inde- pendientemente de la etapa de vida y nivel de desarrollo en que se encuentren. Relacionado a cómo aprenden los niños y las niñas, Vosnia- dou (2006) plantea que hay tres principios que el/la educador/a debe considerar como base al momento de diseñar ambientes de aprendizaje: la participación constructiva de quien aprende; la participación social, en tan- to experiencias de enseñanza y aprendizaje colaborativas; y la participación en experiencias significativas, entendidas como aquellas que niños y niñas perci- ben útiles en el día a día. Es decir, afirma que el/la educador/a debe promover ambientes de aprendi- zaje que incentiven a los niños y niñas a aprender activamen- te, a colaborar con sus pares y a realizar actividades significativas con materiales auténticos. Des- de una perspectiva inclusiva, el/ la educador/a debe generar am- bientes donde todos y todas se sientan incorporados, reconoci- dos y aceptados, lo que implica generar diseños curriculares que contemplen la diversidad. Por otra parte, Hamre y Pianta (2007) manifiestan que las inte- racciones que el/la educador/a genera con cada niño y niña son determinantes para el proceso de aprendizaje, relevando los climas relacionales positivos, de respeto y buen trato, donde los/ as educadores/as responden a las necesidades de todos los niños y las niñas y manifiestan altas expectativas respecto a sus capacidades y aprendizajes, favoreciendo así su desarrollo socioemocional y cognitivo. Lo anterior implica que el/la edu- cador/a organice los espacios, tiempos, rutinas y recursos edu- cativos considerando las caracte- rísticas, intereses y necesidades de los niños y las niñas, en favor de un ambiente potenciador de aprendizajes y de bienestar in- tegral, donde promueva la con- fianza y las relaciones participa- tivas y democráticas entre todos quienes componen la comunidad educativa y local: niños y niñas, familias, equipos de aula y otros actores. “Los primeros años de vida son el período más significa- tivo en la formación del individuo, por lo tanto, la calidad de los am- bientes es sustancial para el desa- rrollo de sus capacidades físicas, sociales, emocionales, cognitivas y de lenguaje. En consecuencia, si los niños y las niñas no cuen- tan con entornos protectores y enriquecidos donde las familias y equipos educativos cumplen un rol protagónico, estarán perdien- do oportunidades de desarrollo y aprendizaje” (BCEP, 2018). Ello requiere que el/la edu- cador/a de párvulos organice ambientes para el aprendizaje seguros y de bienestar integral, con un sentido pedagógico cla- ro, que promuevan la autonomía y confianza progresiva, la cola- boración, el rol protagónico de niños y niñas en la construcción de aprendizajes significativos y heurísticos (descubrimiento, creatividad, actividad, intuición, investigación) y el aprendizaje a partir de los errores, intencio- nando que toda posibilidad que tiene el niño y la niña de interac- tuar se convierta en una oportu- nidad de jugar y aprender. Todo esto, con el fin de generar y man- tener una cultura de aprendizaje lúdica y desafiante. Por otra parte, al incorporar en el ambiente para el aprendizaje el juego como estrategia pedagógi- ca, se releva su rol impulsor tanto del desarrollo de las funciones cognitivas superiores como de la afectividad, la socialización y la adaptación creativa a la realidad de los niños y las niñas (BCEP, 2018), siendo además el medio por el cual expresan lo que saben, lo que quieren, lo que les motiva y lo que necesitan para su desarro- llo y aprendizaje. Respecto a esto, los juegos “tienen una estructura interna creada espontáneamente por los propios niños y niñas, que los hace muy valiosos para la Edu- cación Parvularia, por cuanto res- ponden plena y singularmente no sólo a sus motivaciones internas, sino a sus requerimientos de de- sarrollo” (BCEP, 2018, p.32). De acuerdo con los principios y fundamentos éticos propios de la profesión docente en Educación Parvularia, el/la educador/a debe propiciar ambientes de aprendiza- jequegaranticenelderechodelos niños y las niñas a ser tratados con dignidad y respeto, reconociendo que tanto las niñas como los niños tienen capacidades para aprender y, por tanto, deben tener las mis- mas oportunidades para desarro- llar estas capacidades; para ello se requiere de espacios libres de estereotipos, donde los juegos y los recursos sean pensados e in- tencionados para que tanto niñas como niños disfruten plenamente. A partir de lo anterior, el am- biente para el aprendizaje debe ser pensado para que todos los niños y las niñas desplieguen sus potencialidades, por lo que debe ser física y culturalmente accesible para todos (Adlerstein, Manns y González, 2016). En este contexto, el/la educador/a debe identificar las habilidades y los recursos de apoyo que requieren aquellos niños y niñas que pre- sentan necesidades educativas especiales, con el propósito de realizar los ajustes necesa- rios o incorporar recur- sos específicos de acuerdo con las posibi- lidades de su contexto. Por ejemplo, organizar el tiempo de manera flexible; contar con espacios y mobilia- rios que permitan el movimiento, considerando las características de los niños y las niñas; acceso a los diversos recursos didácticos; e incorporación de nuevos de- safíos. Todos estos son factores centrales para favorecer el bien- estar integral y el aprendizaje de todos y todas y responder de manera efectiva a la diversidad del grupo.
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    34 35MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA CRITERIOS DEL DOMINIO B: Criterio B.1 Genera y mantiene un ambiente de bienestar integral para el aprendizaje Criterio B.2 Organiza ambientes físicos funcionales y seguros para el aprendizaje En la creación de un ambien- te de bienestar integral, el/la educador/a genera y mantie- ne interacciones de confianza y respeto con los niños y las niñas, entre ellos y entre los adultos; considerando las ca- racterísticas, necesidades e in- tereses de los niños y las niñas, lo que favorece el desarrollo de sentimientos de aceptación, plenitud, confortabilidad y se- guridad, permitiéndoles gozar del proceso de aprender (BCEP, 2018). Asimismo, establece un vínculo con la familia, reconoci- da como el principal referente en la formación de los niños y las niñas, incorporándola en la creación de los ambientes de aprendizaje para que estos sean contextualizados y signifi- cativos. Asimismo, el/la educador/a mantiene una actitud empáti- ca y comprende que sus acti- tudes, comportamientos e in- teracciones en el aula influyen en la motivación y construcción del aprendizaje que logran los El/la educador/a dispone am- bientes físicos amplios, variados, seguros e inclusivos, con espa- cios y recursos educativos plani- ficados previamente, de acuerdo con las características de todos los niños y las niñas del grupo y con las posibilidades que tie- ne cada establecimiento. Am- bientes libres de estereotipos, con variados recursos de apoyo según los requerimientos indivi- duales y colectivos, teniendo es- pecial atención con aquellos que presentan necesidades educa- tivas especiales, procurando así que todos y todas tengan acceso al juego, la participación y pro- greso en el aprendizaje. Asimis- mo, considera la participación de las familias en la creación de un ambiente propicio para el apren- dizaje, entendiendo que el apor- te que éstas hagan contribuirá a que los niños y las niñas se sien- tan acogidos, seguros y cómo- dos, lo cual favorecerá el bien- estar integral y la adquisición de aprendizajes significativos. Al hablar de ambientes funcio- nales, la distribución del espa- cio físico del aula debe prever niños y las niñas. “La relación pedagógica entre niños y do- centes ha demostrado ser más efectiva cuando incluye cuida- do, crianza, preocupación por el bienestar general de cada niño o niña y apoyo al apren- dizaje” (Programa Estado de la Nación, 2011, p.99). Por otra parte, con el objetivo de organizar ambientes moti- vantes, acogedores, desafiantes, que potencian la participación y el rol protagónico de los niños y las niñas, llevándolos a disfrutar de sus procesos de aprendizaje, el/la educador/a considera la integración de TICs como herra- mientas que enriquecen los am- bientes de aprendizaje, logran- do que los contenidos sean más ricos, atractivos y pertinentes (Hepp, 2007). El/la educador/a modela con el ejemplo y fomenta la participa- ción de los niños y las niñas, or- ganizando espacios educativos en conjunto con ellos/as, favore- ciendo la autonomía progresiva, la intencionalidad pedagógi- ca y adaptarse a los distintos escenarios o necesidades de aprendizaje de todos y todas. Hoyuelos (2005b, citado en Castro y Morales, 2015) subra- ya la importancia del acomodo del mobiliario dispuesto para las exigencias pedagógicas o funcionales, de manera que el ambiente se constituya en un espacio amigable, acogedor, delicado y sensible para todas las personas que lo habitan y que contribuya al desarrollo integral de los niños y niñas. Junto con ello, el/la educador/a, al organizar ambientes funcio- nales, procura que tanto niñas como niños desplieguen sus máximas potencialidades y ad- quieran aprendizajes significa- tivos dentro de un espacio que permite el libre desplazamiento, la exploración y el juego. Para ello, en la organización del es- pacio considera la selección de los recursos y la ambientación, y también la participación y co- laboración de los niños y las ni- ñas, sus familias y el equipo de aula. Esto, con la intención de el diálogo y la colaboración, así como el creciente ejercicio de la ciudadanía de cada niño y niña, poniéndolos al centro del proce- so educativo y propiciando, según el nivel educativo y las caracte- rísticas de desarrollo, conductas tales como: mostrar preferencias, elegir, iniciar acciones, realizar actividades con otros, opinar, de- cidir, cuestionar, resolver proble- mas, desarrollar talentos, entre otros. De esta forma, favorece la afirmación de la identidad y el reconocimiento sustentado en la valoración de la singularidad y el bienestar integral de todos los ni- ños y las niñas. darle mayor pertinencia y signi- ficado al ambiente educativo, de manera que los niños y niñas se sientan seguros en este espacio y parte de él. DOMINIO B Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje
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    36 37MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIAMARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Criterio B.3 Establece e implementa una organización del tiempo para favorecer el aprendizaje Criterio B.4 Genera una cultura de aprendizaje desafiante y lúdica El/la educador/a considera el tiempo como un componen- te fundamental del ambiente educativo, por ello intenciona pedagógicamente todas las instancias de la jornada, de acuerdo con los objetivos del currículum vigente y las ca- racterísticas de los niños y las niñas del grupo. A su vez, res- guarda un equilibrio entre: pe- ríodos constantes y variables, períodos asignados a cada nú- cleo, actividades colectivas e individuales y espacios inte- riores y exteriores al aula, con la finalidad de ampliar y enri- quecer las oportunidades de aprendizaje, acercando a los niños y las niñas a su entorno natural y sociocultural. A partir de ello “las niñas y los niños se sienten cada vez más partícipes del entorno natural, en tanto tienen frecuentes oportunida- des de convivir con él. Así, me- diante actividades de explo- ración espontáneas, observan, se asombran, hacen preguntas, formulan interpretaciones so- bre diversos elementos y seres vivos que encuentran, como el agua, la luz, los animales, la tra- “La nueva cultura del aprendiza- je es adaptarse a los cambios y buscar nuevas formas de apren- der a través de la innovación, cultivar la imaginación y apren- der haciendo. Según el profe- sor Douglas Thomas su objetivo principal es buscar un equilibrio entre la estructura institucional y la libertad individual” (Tobar, 2012). yectoria seguida por el sol; y sobre fenómenos como la llu- via, los sismos, y otros” (BCEP, 2018, p.81). Además, organiza transicio- nes fluidas entre los distin- tos períodos de la jornada diaria, resguardando la inten- cionalidad pedagógica y los Objetivos de Aprendizaje, y respetando las características individuales de los niños y las niñas. Así también, flexibiliza el uso del tiempo en función de los ritmos, intereses y ne- cesidades y de las situa- ciones emergentes que se presentan; todo ello, con el propósito de organi- zar un ambiente edu- cativo seguro, estable y pertinente, que res- ponda de manera efec- tiva a lo que los niños y las niñas del grupo necesitan para jugar, interesarse por apren- der y desarrollarse ple- namente. Para ello, el/la educador/a reco- noce e incorpora las habilidades, capacidades y conocimientos de todos los niños y las niñas y, a partir de esto, organiza experien- cias desafiantes, lúdicas e inno- vadoras que favorecen la creati- vidad, el rol activo y protagónico de todos los niños y las niñas, así como el disfrute durante el pro- ceso de aprendizaje. Además, el/la educador/a con- sidera el juego como estrategia pedagógica fundamental para promover en niños y niñas la cu- riosidad y la indagación indi- vidual y colectiva, ofrecién- doles oportunidades para buscar soluciones de for- ma autónoma; con ello, les permite identificar paulatinamente sus conocimientos, habi- lidades y las diversas estrategias que utili- zan para aprender. A partir de los ele- mentos menciona- dos, el/la educador/a implementa estrate- gias para que familias y equipos de aula manten- gan altas expectativas so- bre los aprendizajes de los niños y las niñas, lo que permite gene- rar una cultura de aprendizaje que favorece la implementación de ambientes educativos movili- zadores de nuevas experiencias y nuevos aprendizajes. Cuando el/la educador/a concibe al niño o niña como un ser irrepetible, ca- paz, con características distintas y con derechos, se sitúa desde una perspectiva que reconoce que to- dos y todas pueden progresar si se les brindan las oportunidades y apoyos necesarios; por tanto orienta su práctica hacia contex- tos educativos donde los niños y niñas se sientan reconocidos, res- petados, considerados y desafia- dos, equiparando de esta manera sus oportunidades de aprendizaje, presencia y participación desde los primeros años de vida. Asi- mismo, comparte la importancia de favorecer el juego y las activi- dades lúdicas al interior de cada familia, como una oportunidad constante que tienen los niños y las niñas para aprender. DOMINIO B Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje A continuación, se presen- ta un cuadro del Dominio B, con sus cuatro criterios y los descriptores asociados a cada uno de ellos.
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    38 39MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO B Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje Criterio B.1 Genera y mantiene un am- biente de bienestar integral para el aprendizaje. B.1.1 Establece interacciones de confianza y respeto mu- tuo entre todos los niños y las niñas, y entre ellos y el equipo de aula, para favo- recer un clima de bienestar integral y aprendizaje. B.1.2 Organiza ambientes aco- gedores y desafiantes que motiven a todos los niños y las niñas del grupo a disfru- tar y aprender. B.1.3 Organiza ambientes que fa- vorecen la participación y la autonomía progresiva de todos los niños y las niñas del grupo, contribuyendo a su confortabilidad y apren- dizaje. B.1.4 Establece interacciones bientratantes con las fami- lias para favorecer ambien- tes educativos promotores de aprendizajes integrales. Criterio B.2 Organiza ambientes físicos funcionales y seguros para el aprendizaje. B.2.1 Organiza y renueva espa- cios y recursos educativos de acuerdo con las carac- terísticas y necesidades de aprendizaje de todos los niños y las niñas del grupo. B.2.2 Organiza los espacios edu- cativos resguardando que sean seguros y favorezcan el desplazamiento, la ex- ploración y el juego. B.2.3 Dispone los espacios y re- cursos educativos en con- junto con los niños y las niñas y el equipo de aula para potenciar procesos de aprendizaje significativos. B.2.4 Organiza los espacios edu- cativos considerando a las familias y sus contextos, favoreciendo la pertenen- cia, la inclusión y el apren- dizaje. Criterio B.3 Establece e implementa una organización del tiempo para favorecer el aprendizaje. B.3.1 Define los diferentes pe- riodos de la jornada con- siderando los objetivos de aprendizaje y las caracte- rísticas de todos los niños y las niñas del grupo para favorecer la estabilidad y equilibrio en las experien- cias de aprendizaje. B.3.2 Organiza la jornada con- siderando periodos cons- tantes y variables, agrupa- ciones diversas y espacios educativos interiores y ex- teriores para enriquecer las oportunidades de aprendi- zaje de todos los niños y las niñas del grupo. B.3.3 Flexibiliza la organización del tiempo considerando las situaciones emergentes, ne- cesidades e intereses de to- dos los niños y las niñas del grupo para favorecer la mo- tivación por el aprendizaje. B.3.4 Define estrategias diversi- ficadas de transición consi- derando los ritmos e intere- ses de todos los niños y las niñas del grupo para res- guardar la fluidez y conti- nuidad entre los diferentes momentos de la jornada. Criterio B.4 Genera una cultura de apren- dizaje desafiante y lúdica B.4.1 Incorpora las habilidades, conocimientos y actitudes de todos los niños y las niñas del grupo para im- plementar experiencias de aprendizaje innovadoras y desafiantes. B.4.2 Implementa experiencias de aprendizaje que pro- muevan el rol activo y pro- tagónico de todos los niños y las niñas del grupo para favorecer aprendizajes sig- nificativos. B.4.3 Utiliza el juego como una estrategia pedagógica que promueve la libre elección y el disfrute para potenciar los aprendizajes de todos los ni- ños y las niñas del grupo. B.4.4 Implementa estrategias de trabajo con las familias y equipo de aula para promo- ver, en ellos, altas expecta- tivas de aprendizaje hacia todos los niños y las niñas del grupo. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL DE LOS/AS EDUCADORES/AS DE PÁRVULOS, EN ESTE DOMINIO, POR NIVEL CURRICULAR NIVEL SALA CUNA El/la educador/a conoce que el Ambiente para el Aprendizaje debe estar organizado de acuerdo con las características de los niños y las niñas de este nivel, con la finalidad de favorecer el desplazamiento, la autonomía y el aprendizaje y lo considera para implementar espacios despejados que resguarden la seguridad y el bienestar integral de todos y todas, de igual forma incorpora diversos recursos educativos que respondan a las características y particularidades del grupo, lo que implica que el educador/a reconoce que tanto los niños como las y niñas se encuentran en una etapa donde el cuerpo, el movimiento y los sentidos juegan un rol funda- mental en el aprendizaje. Es relevante, entonces, que el educador/a integre en el ambiente para el aprendizaje diferentes ti- pos de recursos y objetos, considerando distintos tamaños, sonidos, colores, texturas, formas y olo- res, que permitan favorecer la exploración, manipulación, socialización y aprendizaje. Asimismo, e/la educador/a comprende que este ambiente debe propiciar la aproximación natural al mundo escrito, por lo que promueve la interacción con diversos tipos de textos, auténticos y significativos. En cuanto a la definición del tiempo, el/la educador/a conoce que la incorporación de rutinas estables y predecibles permiten a los niños y las niñas de este nivel anticiparse, y a los adultos responder a las necesidades básicas de alimentación, sueño, muda y contención emocional, promoviendo con ello que se establezcan vínculos de apego seguro que favorecen el desarrollo integral y armónico. De acuerdo con esto, para la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, el/la educador/a debe resguardar que los niños y las niñas de este nivel puedan disfrutar de ambientes responsivos y respetuosos de sus diversas características y necesidades (descanso, alimentación, higiene, entre otros), e intencionar progresivamente su desplazamiento y exploración, elementos clave para el desa- rrollo integral y aprendizaje.
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    40 41MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA NIVEL MEDIO En este nivel curricular, el/la educador/a comprende que los espacios deben favorecer tanto las actividades individuales como grupales. Además, que deben ser flexibles y modificables según los requerimientos de los niños y las niñas. Del mismo modo, el/la educador/a considera la implementación de espacios que contribu- yan al juego autoiniciado, la exploración, la indagación, la creación, la representación de roles y la recreación de actividades cotidianas, considerando su contexto familiar y socio- cultural. Especial relevancia tiene para el/la educador/a, la incorporación progresiva de los niños y las niñas al mundo letrado, promoviendo la manipulación y exploración de diversos textos escritos; la lectura predecible, independiente y grupal; y las narraciones de cuentos y/o historias que permitan a los niños y niñas disfrutar, conocer e interpretar el mundo. El/la educador/a promueve la participación de los niños y las niñas en los periodos varia- bles, favoreciendo su independencia, curiosidad y creatividad; no obstante, es importante que resguarde también la permanencia de los momentos constantes destinados a los pe- riodos de alimentación, higiene, sueño y vigilia, como una forma de favorecer la autonomía progresiva en un contexto de respeto a los diversos ritmos que tienen los niños y las niñas. De acuerdo con ello, para la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, el/ la educador/a sabe que debe resguardar que los niños y las niñas de este nivel pue- dan disfrutar de experiencias en espacios educativos interiores y exteriores, lo que les permite enriquecer sus oportunidades de exploración, descubrimiento y seguridad, todos ellos elementos claves para su desarrollo integral y aprendizaje. Asimismo, es relevante que el/la educador/a intencione la organización y selección de recursos y materiales nobles que permitan a los niños y las niñas habitar dichos espacios y transformarlos en esce- narios para el aprendizaje. NIVEL TRANSICIÓN En este nivel curricular, el educador sabe que el Ambiente para elAprendizaje debe considerar la participación de los niños y las niñasen la toma de decisiones, la indagación, la exploración y los juegos,así como también en la resolución de problemas. Por tanto, la orga-nización de los espacios debe contemplar posibilidades para que losniños y niñas puedan escoger con quién, a qué y cómo jugar, además depromover acciones motrices gruesas que les permitan adquirir mayorconocimiento de su corporalidad y movimiento. En esta etapa los niños y las niñas requieren de recursos educativos que les permitan per- feccionar las acciones motrices finas, así como también su iniciación en el proceso de lectu- ra y escritura emergente, por lo que el/la educador/a se preocupa de enriquecer el ambiente educativo con diversos tipos de textos, los cuales deben ser auténticos, significativos y pertinentes a cada grupo. El/la educador/a comprende que los niños y niñas ya poseen una mayor capacidad de aten- ción y concentración, que les permite participar por un tiempo más prolongado de expe- riencias, tanto individuales como colectivas. Por tanto, lo considera para la planificación de experiencias de aprendizaje, resguardando la flexibilidad y fluidez de los momentos pla- nificados y los que surgen espontáneamente, así como los procesos de transición que van vivenciando diariamente. De acuerdo con ello, en la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, el/la edu- cador/a debe promover que los niños y las niñas desarrollen su curiosidad por aprender y amplíen sus aprendizajes, siendo relevante favorecer experiencias en espacios interiores y exteriores que permitan indagar, cuestionar, encontrar respuestas y hacer nuevas preguntas, elementos clave para el desarrollo integral y el aprendizaje. DOMINIO B Creación de un Ambiente propicio para el Aprendizaje
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    42 43MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO C Enseñanza para el Aprendizaje de todos los niños y las niñas Este dominio involucra el trabajo pedagógico intencionado de los/ as educadores/as, con foco en las interacciones que establecen con todos los niños y las niñas para favorecer su bienestar inte- gral, desarrollo y aprendizaje. En lo esencial, refiere a las compe- tencias de los/as educadores/as para liderar la implementación de prácticas pedagógicas cohe- rentes con el currículum vigente y las necesidades, intereses, ca- racterísticas, potencialidades y formas de aprender de todos los niños y las niñas del grupo, otor- gándoles oportunidades equi- tativas para disfrutar, participar y aprender en las interacciones pedagógicas que establecen en cada momento de la jornada. El/la educador/a debe tener clara la decisiva influencia de las expe- riencias tempranas en el desarro- llo y aprendizaje de los niños y las niñas y la importancia de una educación de calidad, que les per- mita desplegar lo más plenamen- te posible sus potencialidades, a través de intervenciones educati- vas oportunas y pertinentes. Las interacciones integran varia- das estrategias de enseñanza ba- sadas en la valoración a la diver- sidad y en la mantención de altas expectativas de aprendizaje hacia todos los niños y las niñas. A par- tir de la individualidad de cada uno de ellos/as, el/la educa- dor/a genera una comunicación efectiva y asertiva donde niños y niñas intercambian y constru- yen significados con los otros (BCEP, 2018). Paralelamente, el/ la educador/a incorpora el juego como una estrategia que permi- te a cada niño y niña desarrollar cualidades como la creatividad, el interés por participar, el respe- to por los demás, actuar con más seguridad e internalizar los co- nocimientos de manera signifi- cativa. Así, el juego se constituye en una estrategia trascendental de aprendizaje, que enriquece las estructuras que el niño y la niña posee y da la posibilidad de buscar soluciones y construir nuevos aprendizajes. Por otra parte, el/la educador/a incorpora en la enseñanza es- trategias de mediación, lo que implica establecer andamiaje; es decir, facilita la conexión de los aprendizajes previos con la cons- trucción de nuevos aprendizajes a través de procesos mediante los cuales los estudiantes toman conciencia, paulatinamente, de la forma que tienen de aprender y la transferencia de lo aprendi- do (Escobar, 2011). Esto permite guiar y potenciar aprendizajes cada vez más complejos, consi- derando las características de todos los niños y las niñas y el nivel educativo. Junto con ello, establece una relación afectiva, respetuosa y empática que le permite comprender el proceso de cada niño y niña y a partir de ello otorgar los apoyos necesa- rios, entregando retroalimenta- ción, formulando preguntas y motivándolos al pensamiento y expresión de éste. De acuerdo con las teorías actuales del aprendizaje y la experiencia docente, las prác- ticas efectivas de enseñanza promueven interacciones para apoyar el desarrollo cognitivo, socioemocional y del lenguaje de todos los niños y las niñas. Las interacciones pedagógicas efectivas procuran incorporar los conocimientos previos y el contexto de vida de los párvu- los, así como oportunidades para expresar y ejercitar ha- bilidades ya existentes y de- sarrollar otras más complejas (Davis & Miyake, 2004; Skibbe, Behnke, & Justice 2004; Vy- gostky, 1991 citados en Pianta, 2012), implementando expe- riencias significativas y cohe- rentes con las características de desarrollo y aprendizaje de todos los niños y las niñas del grupo. Relacionado con lo ante- rior, Sánchez (s.f.) plantea que las posturas constructivistas en educación propician el rol activo y protagónico de niños y niñas, a la vez que relevan sus percepciones, pensamientos y emociones en las interacciones presentes en el aprendizaje. Asimismo, dan mayor impor- tancia a los aprendizajes sig- nificativos, que perduran en el tiempo, sobre aquellos de corto plazo relacionados con proce- sos memorísticos limitados. Igualmente, el/la educador/a considera la evaluación como una oportunidad de aprendizaje y de mejora continua, a partir de la cual, junto con el equipo de aula, toma decisiones y realiza ajustes a los procesos educati- vos en función de la evaluación de los diferentes contextos, sus componentes y lo que van ma- nifestando los niños y las ni- ñas del grupo. En este sentido, considera durante la práctica un proceso de recopilación de información sobre los contextos para el aprendizaje y los pro- gresos de los niños y las niñas, con el objetivo final de conocer- los y apoyarlos oportunamente en el aprendizaje. También el/ la educador/a incorpora a la fa- milia, promoviendo una cultura colaborativa, dialogante y con una intención formativa clara y precisa, reconociendo así su rol fundamental en el proceso educativo de cada niño y niña. Por otra parte, el/la educador/a utiliza la retroalimentación como una forma de apoyar el aprendizaje de todos los niños y las niñas, dando pautas para ayudarles a disminuir la brecha entre su nivel actual y el desea- do; de esto dependerá, en gran medida, su desempeño en cada una de las áreas de desarrollo y aprendizaje. Así, la retroali- mentación es relevante cuando “los comentarios que se les dan a los estudiantes les permiten conocer dónde están, qué les hace falta y qué tienen que ha- cer para alcanzar sus metas de aprendizaje” (Osorio y López, 2014, p.15). Por su parte, Irons (2007, citado en Hamre y Pian- ta, 2007) sostiene que la re- troalimentación se considera formativa cuando se propor- cionan oportunidades positivas de aprendizaje a los niños y las niñas con el fin de mejorar sus experiencias de aprendizaje y su motivación. Junto con ello, es fundamen- tal el trabajo colaborativo con el equipo de aula, donde el/la educador/a, en función de su responsabilidad y ética profe- sional, debe desarrollar com- petencias asociadas a un lide- razgo basado en la valoración de los aportes de los demás, la colaboración y la gestión del equipo. En este sentido, lidera al equipo de aula destacando sus fortalezas, retroalimentan- do respetuosa y oportunamen- te la labor educativa de cada miembro, promoviendo un tra- bajo reflexivo que favorezca el fortalecimiento de las compe- tencias técnicas individuales y colectivas y generando es- pacios de diálogo constructivo respecto del desempeño de la práctica pedagógica, en fun- ción del bienestar integral y los aprendizajes de todos los niños y las niñas del grupo.
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    44 45MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO C Enseñanza para el Aprendizaje de todos los niños y las niñas CRITERIOS DEL DOMINIO C: Criterio C.1 Lidera al equipo de aula en la implementación de la práctica pedagógica en función del bienestar integral y el aprendizaje Criterio C.2 Establece una comunicación efectiva para enriquecer las oportunidades de aprendizaje El/la educador/a conduce y orienta al equipo de aula en la labor educativa, valorando, reconociendo e incorporando las habilidades y competencias técnicas de cada uno de sus miembros, con la finalidad de favorecer el bienestar integral y aprendizaje de todos los niños y las niñas del grupo y el desa- rrollo de prácticas pedagógicas contextualizadas y desafiantes. En este sentido, considera al equipo de trabajo como actores que “comparten percepciones, tienen una propuesta en común, están de acuerdo con los proce- dimientos de trabajo, cooperan entre sí, aceptan un compromi- so, resuelven sus desacuerdos en discusiones abiertas …(todo lo cual)… no aparece automá- ticamente, sino que debe irse construyendo poco a poco” (Bell, 1992, citado en Antúnez, 1999, p. 95-96). Junto con ello, en el trabajo co- laborativo el/la educador/a pro- mueve la observación y reflexión conjunta del quehacer individual La comunicación efectiva tiene como propósito transmitir men- sajes claros y entendibles, de modo que se evite todo tipo de confusión, dudas o interpretacio- nes erróneas de lo que se quiere transmitir, lo cual es fundamental para desarrollar procesos educati- vos que faciliten los aprendizajes de todos los niños y las niñas. De acuerdo con ello, es relevante que el/la educador/a utilice for- mas de comunica- ción compren- sibles para todos los y colectivo en favor de una prác- tica pedagógica continua y co- herente con los propósitos de- finidos, considerando para ello la trayectoria educativa de cada niño y niña y el desarrollo de prácticas pedagógicas que res- guarden el derecho a desenvol- verse en un ambiente armónico y movilizador de aprendizajes significativos, en función del bienestar integral, el desarro- llo pleno y la trascendencia del niño y la niña. Además, incorpora en su desempeño profesional la re- troalimentación como una oportunidad de mejora, para lo cual propicia instancias de re- flexión que permitan al equipo de aula identificar sus logros y aquellas competencias téc- nicas que requieren fortale- cer para desarrollar prácticas pedagógicas innovadoras y lúdicas. “La retroalimentación ajustada es una competencia del o la educadora -más bien del equipo- y conlleva a consi- derarla como fuente de apren- niños y las niñas, mediante el uso de un lenguaje verbal y no verbal pertinente a la situación comunicativa y a las caracterís- ticas del grupo. Además, el/la educador/a acompaña y desafía a todos los niños y las niñas del grupo a buscar diferentes soluciones que los lleven a desarrollar su pensamiento, fortaleciendo los recursos de comunicación, el lenguaje articulado y la ex- presión verbal y corporal, a tra- vés de diversas verbalizacio- nes, de tal manera que el niño y la niña las utilicen como un instrumento de interrelación afectiva e intelectual. Por otra parte, el/la educador/a contri- buye a un clima de confianza y seguridad, lo que permite a niños y niñas fortalecer sus ha- bilidades sociales, cognitivas y emocionales, favoreciendo así las posibilidades de expresión y de aprendizaje. Junto con ello, en las interac- ciones pedagógicas que el/la educador/a establece eviden- cia un lenguaje enriquecido con la finalidad de dar opor- dizaje” (BCEP, 2018, p.114). Ávila (2009, citado en Valdivia, 2014, p.20) señala que la retro- alimentación es un proceso en el que se comparten inquietu- des y sugerencias para conocer el desempeño y mejorar en el futuro, además de potenciar e invitar a la reflexión. tunidades para que el niño y la niña amplíen su vocabulario, responde a sus iniciativas co- municativas, ya sean verbales o no verbales, a través de una actitud de acogida, de respeto y de una escucha atenta y ac- tiva, enriqueciendo las verba- lizaciones de todos y todas y diversificando estrategias para que aquellos niños y niñas que presentan necesidades educa- tivas especiales sean también protagonistas de acuerdo a sus propios ritmos y estilos comu- nicativos. Además, el/la educador/a pre- senta un adecuado manejo del léxico propio de cada núcleo de aprendizaje, utilizando ejem- plos relacionados con las expe- riencias previas y la vida coti- diana de los niños y las niñas, lo que favorece el interés de ellos/ as por participar de las diferen- tes situaciones educativas y am- pliar sus aprendizajes.
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    46 47MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Criterio C.4 Toma decisiones oportunas considerando la evaluación de la enseñanza y el aprendizaje El/la educador/a reconoce la eva- luación como un proceso funda- mental para el aprendizaje y la in- corpora en su práctica de manera contextualizada y sistemática, con- siderando a las familias, al equipo de aula, los Objetivos de Aprendi- zaje definidos para el grupo y los contextos para el aprendizaje. Ade- más, utiliza estrategias evaluativas diversificadas ofreciendo variadas posibilidades de expresión, donde todos los niños y las niñas puedan manifestar lo que han aprendido y cómo han aprendido. Durante las experiencias cotidia- nas y lúdicas, el/la educador/a reúne, registra y documenta infor- mación relevante, con un enfoque predominantemente cualitativo, para reflexionar en conjunto con el equipo de aula sobre los aprendi- zajes de los niños y las niñas y la relación de éstos con la práctica pedagógica. Lo anterior permite to- mar acuerdos y hacer ajustes para una mejora continua en función del bienestar integral y el aprendi- zaje de todos los niños y las niñas del grupo. “Ejercer su rol profesio- nal significa, por tanto, valorar la relevancia y el sentido de su labor pedagógica y asumir en forma au- tónoma y responsable (a través de un código ético específico) la toma de decisiones para el diseño, implementación y evaluación de un proceso educativo sistemático” (BCEP, 2018, p.28-29). Por otra parte, el/la educador/a utiliza la información evalua- tiva de la práctica pedagógica para potenciar los aprendizajes de todos los niños y las niñas y comparte con la familia el re- porte de las evaluaciones con una intención formativa -res- guardando la confidencialidad de la información-, a través de estrategias apropiadas al con- texto y considerando la opinión de la familia en relación con los procesos de aprendizaje de cada niño y niña. “Respec- to de los y las docentes, tienen el rol de liderar el proceso de enseñanza y aprendizaje, pla- nificando, implementando y evaluando, mediante el análisis sistemático de las evidencias de aprendizaje provenientes de diversas fuentes. Tanto la pla- nificación como la evaluación son herramientas de apoyo, las cuales se benefician de la re- flexión con otros, por lo que es relevante llevarlas a cabo colec- tivamente” (BCEP, 2018, p.103). Asimismo, el/la educador/a reali- za una retroalimentación oportu- na y efectiva con los niños y las niñas a través de verbalizacio- nes que reconocen sus avances y requerimientos. “Durante las experiencias para el aprendizaje, a menudo ya hay retroalimenta- ción, bajo la forma de pregun- tas y comentarios del aprendi- zaje que se está construyendo” (BCEP, 2018, p.112). Por ejem- plo: “lograste tomar el juguete”, “ya te sientas solo/a”, “puedes equilibrar tu cuerpo con un pie” o utilizando preguntas que les permitan darse cuenta de sus habilidades o de sus necesida- des para lograr ciertos aprendi- zajes; por ejemplo: “¿de qué ma- nera lograste construir esa nave? (identificación de habilidades), ¿puedes intentar equilibrar tu cuerpo buscando algún apoyo? (identificación de apoyos). De esta forma, el/la educador/a ga- rantiza un proceso evaluativo formativo, con relación a lo que se espera en cada dimensión de desarrollo y aprendizaje de los niños y las niñas del grupo. DOMINIO C Enseñanza para el Aprendizaje de todos los niños y las niñas Criterio C.3 Genera interacciones pedagógicas que favorezcan el desarrollo integral y la adquisición de aprendizajes significativos “La interacción es la principal he- rramienta pedagógica del proceso de aprendizaje, desde temprana edad. El/la educador/a y el equipo pedagógico deben asegurar que las interacciones entre adultos y párvulos, entre las niñas y los niños y entre los adultos, constituyan un escenario favorable para el bien- estar, el aprendizaje y desarrollo integral, así como para aquellos sentidos que de manera particular cada comunidad educativa se ha propuesto imprimir a su proyecto educativo” (BCEP, 2018, p.114). Relacionado con lo anterior, para que las interacciones pedagógicas sean coherentes con las formas de aprender de los niños y las niñas, el/la educador/a debe propiciar la activación de aprendizajes previos que les permitan establecer las bases para la construcción de los nuevos aprendizajes, intencionar momentos en que niños y niñas planifiquen, monitoreen y evalúen sus propios procesos de aprendi- zaje y transfieran lo aprendido a distintas situaciones de la vida co- tidiana (Vosniadou, 2006), esto es el sentido de trascendencia. Así, el/la educador/a, a través de diversas estrategias metodológicas lúdicas y desafiantes, promueve la interacción en el aula con la fi- nalidad de favorecer el desarrollo de habilidades socioemociona- les, motrices y de pensamiento, pertinentes con los Objetivos de Aprendizaje de las Bases Curri- culares y con las características de todos los niños y las niñas del grupo e incorpora el juego como el “escenario donde comienza la participación infantil, ya que den- tro de él es posible escuchar las voces de niños y niñas con natu- ralidad, conocer sus experiencias personales, sus intereses indivi- duales, colectivos y las relaciones que se dan entre ellos; donde la palabra y la acción dan cuenta de la implicación y compromiso de ellos y ellas dentro del juego. Sólo se aprende a participar participan- do” (Peña y Castro, 2012, p.128). El/la educador/a responde de for- ma oportuna y efectiva a las carac- terísticas y necesidades que van presentando los niños y las niñas, mantiene un diálogo enriquecido y una actitud de acogida y respeto, promueve que se expresen desde suscontextosdevidayestablezcan conexiones entre sus experiencias previas y nuevas -de acuerdo con sus posibilidades comunicativas-, dandomayorsentidoysignificadoa su aprendizaje. También problema- tiza situaciones e incorpora pregun- tas para despertar la curiosidad y la motivación por aprender. En este sentido, Vosniadou (2006) afirma que el aprendizaje está fuertemen- te influido por la motivación, por lo que las interacciones del/la educa- dor/a inciden directamente en los procesos de aprendizaje de los ni- ños y las niñas. Junto con ello, utiliza diversos re- cursos adicionales con la finalidad de favorecer las interacciones y la participación de aquellos niños y niñas que requieren de apoyos específicos como, por ejemplo, lá- minas y sistemas alternativos de comunicación que anticipan accio- nes como son los pictogramas, los paneles comunicativos, las herra- mientas tecnológicas, entre otros. Por otra parte, el/la educador/a ob- serva y respeta las experiencias de aprendizaje autodeterminadas por los niños y las niñas y se incorpora de manera oportuna a la acción de cada uno/a respetando sus ritmos e intereses, por lo que van descu- briendo y aprendiendo, interac- tuando con una actitud receptiva para enriquecer la experiencia que cada uno/a va adquiriendo.
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    48 49MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Criterio C.1 Lidera al equipo de aula en la implementación de la práctica pedagógica en fun- ción del bienestar integral y el aprendizaje. C.1.1 Reconoce los logros indi- viduales y colectivos del equipo de aula en función de prácticas pedagógicas que promuevan el bienes- tar integral y aprendizaje de todos los niños y las ni- ñas del grupo. C.1.2 Organiza el trabajo pedagó- gico considerando las habi- lidades y competencias del equipo de aula para brindar a todos los niños y las niñas del grupo oportunidades de aprendizaje desafiantes. C.1.3 Establece estrategias de trabajo colaborativo con el equipo de aula para resguar- dar la coherencia y continui- dad de la trayectoria educa- tiva de cada niño y niña y de la práctica pedagógica. C.1.4 Retroalimenta el desempeño del equipo de aula para forta- lecer las competencias técni- cas en favor del aprendizaje y el desarrollo de prácticas pedagógicas reflexivas, inno- vadoras y lúdicas. Criterio C.2 Establece una comunicación efectiva para enriquecer las oportunidades de aprendi- zaje. C.2.1 Utiliza un lenguaje com- prensible considerando las diversas características de todos los niños y las niñas del grupo. C.2.2 Utiliza un lenguaje verbal enriquecido con la finalidad de que todos los niños y las niñas del grupo amplíen su vocabulario con palabras y conceptos nuevos. C.2.3 Responde a las iniciativas comunicativas (no verba- les y verbales) de todos los niños y las niñas del grupo, imitando, extendiendo y/o reelaborando su expresión. C.2.4 Utiliza un lenguaje perti- nente y apropiado a los núcleos y Objetivos de Aprendizaje del currículum vigente. Criterio C.3 Genera interacciones peda- gógicas que favorezcan el desarrollo integral y la ad- quisición de aprendizajes significativos. C.3.1 Implementa un repertorio amplio de interacciones promotoras de habilidades socioemocionales, motri- ces y de pensamiento de acuerdo a las característi- cas de todos los niños y las niñas del grupo. C.3.2 Establece interacciones pe- dagógicas que favorecen la conexión con las experien- cias y los aprendizajes pre- vios de todos los niños y las niñas del grupo. C.3.3 Incorpora estrategias de aprendizaje lúdicas y de- safiantes que favorecen la interacción entre los niños y las niñas y entre ellos y el equipo de aula para aprendi- zajes más significativos. C.3.4 Se involucra en experien- cias autoiniciadas por los niños y las niñas del gru- po, observándolos y apo- yándolos en su proceso de aprendizaje. Criterio C.4 Toma decisiones oportu- nas considerando la eva- luación de la enseñanza y el aprendizaje. C.4.1 Evalúa los diferentes com- ponentes de los contextos de aprendizaje de acuerdo con las orientaciones del currículum vigente. C.4.2 Evalúa los aprendizajes de todos los niños y las niñas, llevando un registro de ello y asegurando un proceso sistemático, auténtico y di- versificado, considerando las características de todos los niños y las niñas del grupo. C.4.3 Modifica la práctica peda- gógica en función de la evi- dencia documentada, con- siderando los antecedentes evaluativos de todos los ni- ños y las niñas del grupo y de los contextos de aprendizaje. C.4.4 Utiliza los resultados eva- luativos de todos los niños y las niñas del grupo en las interacciones que estable- ce con ellos para favorecer oportunamente sus apren- dizajes y los comparte con las familias con una inten- ción formativa. DOMINIO C Enseñanza para el Aprendizaje de todos los niños y las niñas A continuación, se presenta un cuadro del Dominio C, con sus cuatro criterios y los descriptores asociados a cada uno de ellos. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL DE LOS/AS EDUCADORES/AS DE PÁRVULOS, EN ESTE DOMINIO, POR NIVEL CURRICULAR NIVEL SALA CUNA En este nivel es necesario que el/la educador/a desarrolle un cuidado sensiblehacia los niños y las niñas, lo que implica responder oportunamente a sus señales,participar en sus experiencias y juegos, seguir su iniciativa y reflejar sus comporta-mientos y los sonidos que emiten. De esta forma establece interacciones comuni-cativas permanentes con ellos/as. Además, para propiciar un buen clima relacionalel/la educador/a se preocupa de acoger sus necesidades, manifestarles afecto tanto físicacomo verbalmente, ser amable, cálido y tranquilo, mostrar respeto y anticiparles las accionesque se realizarán con ellos/as. Para esto, es importante que el/la educador/a conozca las pre-ferencias de los niños y niñas, reconozca sus señales, ajuste sus respuestas según la reacciónde cada niño y niña y establezca rutinas diarias de modo que el ambiente educativo sea unlugar predecible. Para facilitar las conductas exploratorias el/la educador/a guía a los niños y las niñas ennuevas experiencias, apoyando y acompañando sus acciones y enriqueciendo su mundo conpalabras. Con este fin, utiliza la observación intencionada para conocer qué hacen, qué lesinteresa, qué necesitan, de manera de orientar su respuesta y otorgar a los niños y las niñasposibilidades de elegir y de ampliar sus experiencias, favoreciendo, de esta forma, su desa-rrollo integral y la adquisición de nuevos aprendizajes. El apoyo temprano del lenguaje es esencial en esta etapa; algunos ejemplos para esto son:exponerlos al lenguaje de forma constante y describir verbalmente los objetos de su en-torno, imitar sus sonidos e iniciar otros, proporcionarles un lenguaje enriquecido, modelarpermanentemente conversaciones y apoyar la interacción verbal con la lectura de cuentosapropiados para su edad, tanto en extensión, como en tamaño, colores, formas, texturas, demanera de motivarlos a explorar y favorecer el desarrollo de su imaginación.
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    50 51MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA NIVEL MEDIO En este nivel el apoyo emocional y conductual de niños y niñas requiere que el/la educador/a promueva un clima de aula positivo, con relaciones cálidas y colaborativas entre pares y entre niños/as y adultos, modelando y fomentando un lenguaje y acciones respetuosas y ayudándolos a sentirse apreciados y parte del grupo. Para ello, el/la educador/a debe ser sensible a las necesida- des de los niños y las niñas -estando atento y reaccionando tanto a sus verbalizaciones como a su lenguaje corporal y comportamiento-, conocerlos en sus características individuales y estar dispo- nible para ellos/as en todo momento. Es relevante también que ayude a niños y niñas a reconocer e identificar sus emociones, junto con mostrarles empatía frente a sus sentimientos, poniendo en palabras lo que sienten, invitándolos a calmarse o a acercarse cuando lo necesiten. Es fundamental que el/la educador/a considere la perspectiva del niño o la niña, teniendo en cuenta sus intereses, motivaciones y puntos de vista. De esta manera, es importante apoyar las conductas positivas que manifiesten, transmitir con claridad las expectativas que se tienen hacia ellos/as, alentarlos/as a elegir entre diferentes opciones, a tomar pequeñas responsabilidades en el aula, a decidir sobre el ritmo de una actividad o explorar activamente su entorno, dentro del aula o fuera de ella. Asimismo, es importante ayudarlos a considerar las perspectivas de los otros (pares y educador/a) en sus acciones y decisiones. El/la educador/a facilita el aprendizaje del niño y la niña guiándolos en sus experiencias educa- tivas, las que conecta con sus vidas cotidianas y aprendizajes previos, aplicando los conceptos al mundo real y aprovechando cada momento de la jornada para conversar y hacerles preguntas que los desafíen a pensar sobre lo que están haciendo. También es importante que los/as educadores/ as retroalimenten y alienten los esfuerzos y logros de los niños y las niñas y les den pistas y ayudas cuando tengan dificultad para responder una pregunta, comprender un concepto o realizar una acción física. Por último, es fundamental que el/la educador/a modele y ejemplifique el lenguaje con los niños y las niñas, involucrándose en conversaciones significativas con ellos y ellas, dándoles tiempo para responder, repitiendo y ampliando sus respuestas, usando palabras para describir acciones propias y de los demás, utilizando una va- riedad de palabras y proporcionándoles términos y frases que puedan usar. NIVEL TRANSICIÓN En este nivel curricular el apoyo emocional a niños y niñas estará dado porla generación de un clima positivo donde se promueva el respeto mutuo, lasrelaciones cálidas y colaborativas y el disfrute por enseñar y aprender. Estoimplica compartir momentos gratos y relajantes con los niños y las niñas, rea-lizar experiencias de aprendizaje que les resulten divertidas, reconocer susesfuerzos y participación, conversar sobre temas que los motiven y facilitarlas interacciones positivas entre los compañeros. El/la educador/a debe ser sensible a las necesidades y fortalezas de los niños y las niñas, observandolo que hace cada uno e involucrándose en sus juegos, escuchando sus preguntas y peticiones, res-pondiendo rápida y oportunamente a sus demandas o dificultades y transmitiéndoles explícitamen-te su intención de ayudarlos y apoyarlos cada vez que lo necesiten. Igualmente, es importante queel/la educador/a muestre que considera y aprecia las perspectivas de los niños y las niñas por igual,tomando en cuenta sus intereses, motivaciones, ideas e iniciativas. También brinda oportunidadesde elegir entre diferentes opciones, asumir responsabilidades en el aula, ser mentores de otros ni-ños y niñas del grupo y moverse de manera natural y cómoda por los diversos espacios educativos. Para lograr una óptima organización del aula es relevante que el/la educador/a exprese claramen-te las expectativas que tiene hacia los niños y las niñas, anticipándose a eventuales conflictosy ayudándolos a resolver sus problemas. Junto con esto, es importante ofrecer experiencias deaprendizaje claras y coherentes, en un ambiente organizado y planificado, y utilizar formatos di-dácticos variables, considerando distintas modalidades (visuales, orales, de movimiento u otras)para incluir activamente a los niños y las niñas en los aprendizajes. El apoyo pedagógico que debe proveer el/la educador/a a los niños y las niñas implica promoverel desarrollo de estructuras de conocimiento más elaboradas, enriquecer la capacidad de análisisy razonamiento, favorecer la creatividad y la capacidad de relacionar ideas y conectarlas con elmundo real. Para ello es importante que proporcione y gradúe diversos apoyos (andamiaje), quepermitan a los niños y niñas adquirir y desarrollar habilidades y aprendizajes. Es fundamental queel/la educador/a considere sus conocimientos previos; realice preguntas que permitan a los niñosy niñas profundizar en las ideas o en la búsqueda de nuevas respuestas; los guíe en el descubri-miento y/o comprensión de diferentes fenómenos; los apoye en la reflexión sobre sus respuestas;los incentive a ser perseverantes en sus diferentes acciones, los acompañe y les proporcione algu-nas señales que les ayuden a enfrentar diferentes desafíos, entre otros. Modelar el lenguaje es otra estrategia que el/la educador/a debe utilizar para enriquecer las habi-lidades lingüísticas de los niños y las niñas, haciéndoles preguntas abiertas, desarrollando conver-saciones significativas, promoviendo el lenguaje iniciado por ellos y ellas, ampliando sus respues-tas, usando un lenguaje avanzado que incluya diferentes tipos de palabras y vocabulario nuevoy alentando la comunicación verbal entre pares. Además, el/la educador/a ayuda a los niños y lasniñas a comprender el propósito y utilidad del lenguaje escrito, a motivarse por el conocimientodel mundo letrado y a familiarizarse con unidades del código a través de juegos que potencien laconciencia fonológica, la lectura de cuentos, el nombre y sonido de letras (Fonemas). DOMINIO C Enseñanza para el Aprendizaje de todos los niños y las niñas
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    52 53MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO D Compromiso y Desarrollo Profesional Este dominio integra las respon- sabilidades éticas y profesiona- les del/la educador/a en cuanto a la práctica pedagógica y a otros compromisos que van más allá del trabajo de aula y que son fun- damentales para la educación de todos los niños y las niñas; los que debe hacer efectivos tanto desde la teoría como desde la práctica cotidiana. La especificidad de este do- minio destaca aspectos éticos de la profesión, como el com- promiso y la comprensión que debe tener el/la educador/a en relación con su práctica, sus necesidades de aprendizaje, sus conocimientos y valores, así como la responsabilidad de fortalecerlos y ponerlos a dis- posición de la educación, con la finalidad de favorecer el desa- rrollo afectivo, cognitivo y va- lórico de cada niño y niña. Es importante también la reflexión crítica de su práctica, el trabajo colaborativo que debe desarro- llar con la comunidad educativa y local, así como también el co- nocimiento profundo que debe tener de la política educativa nacional y local. Es decir, en este dominio se abordan aque- llos aspectos de la labor educa- tiva que constituyen un soporte a su desarrollo profesional, lo que implica una responsabili- dad ética con la profesión y con los principios de la Edu- cación Parvularia. Tal y como plantea Rojas (2011; p.19), el fin propio del educador es la formación de un ser humano en su integralidad, comprome- tiéndose profundamente con lo que hace porque cree en el valor de sus actos para formar personas y humanizar a los ni- ños y niñas, responsabilizán- dose de las implicancias que comportan sus decisiones. Este dominio orienta a los/as educadores/as de párvulos a incorporar en su práctica pe- dagógica una actitud crítica de constante observación, autoe- valuación y reflexión sobre su desempeño y la búsqueda de renovación para el perfecciona- miento continuo de sus prácti- cas, reconociendo así sus pro- pias capacidades y necesidades de aprendizaje, lo que eviden- cia un actuar ético que permite al educador/a otorgar mejores oportunidades educativas tanto a las niñas como a los niños del grupo desde un enfoque de de- rechos. En este sentido, trabajar en educación “plantea para el/ la educador/a una exigencia in- eludible: tratar de ser cada día más consciente de cuáles son los factores que operan sobre sí mismo y de qué manera influ- yen en su trabajo. (…), entre más nos acerquemos a los elementos que conforman nuestras normas de actuación, más podremos re- solver si hemos actuado bien o mal, tanto actitudinal como prác- ticamente desde el punto de vis- ta pedagógico, didáctico y perso- nal” (Rojas, 2011, p.10). Por otra parte, este dominio releva la importancia que tie- ne compartir y contrastar la experiencia profesional con sus pares y trabajar en con- junto con el equipo de aula con el fin de detectar las ne- cesidades de formación y au- tocuidado, entendiendo que el bienestar psicológico incide positivamente en el aprendiza- je de niños y niñas. Asimismo, destaca la reflexión sistemá- tica sobre el propio quehacer pedagógico considerando, en esta reflexión, la confidencia- lidad de la información, la cul- tura del establecimiento, las políticas educativas vigentes, los instrumentos de gestión y los vínculos con el contexto, todo lo cual permite al/la edu- cador/a comprender el efecto que tienen las diversas deci- siones educativas en los avan- ces y logros de aprendizaje de todos los niños y las niñas. En este sentido “resulta funda- mental promover la reflexión personal y colectiva, reconocer las características de nuestra sociedad, los prejuicios y es- tereotipos arraigados en nues- tra cultura y generar acceso a fuentes de información respe- tuosas de los derechos huma- nos, como base para compartir significados sobre la diversi- dad y su valor, impulsar prácti- cas inclusivas en forma perma- nente y por parte de todos los integrantes de la comunidad educativa y generar redes para apoyar iniciativas que la favo- rezcan” (BCEP, 2018, p.23). Además, el dominio convoca al/la educador/a a formar parte activa del entorno en que se desempe- ña profesionalmente, coordinan- do sus acciones con los demás miembros del establecimiento, integrando a las familias en los procesos educativos y compar- tiendo con ellas la importancia pedagógica del juego, con un in- terés común en el bienestar in- tegral y aprendizaje de todos los niños y las niñas. Asimismo, y de acuerdo a cada contexto, impul- sa la formación de redes de apo- yo con otros actores de la comu- nidad educativa y local, a través de un trabajo colaborativo para abordar y disminuir las barreras para el aprendizaje presentes en el contexto educativo, junto con promover acciones orientadas a la construcción de lazos que fa- vorezcan la transición educativa; lo cual debe estar en coherencia con la organización interna de cada establecimiento.
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    54 55MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA DOMINIO D Compromiso y Desarrollo Profesional CRITERIOS DEL DOMINIO D: Criterio D.1 Demuestra compromiso con los niños y las niñas, su profesión y el rol que desempeña en la sociedad El/la educador/a manifiesta su compromiso con los niños y las niñas, poniéndolos al centro de todo proceso educativo, por lo que considera en su desempe- ño favorecer y promover los de- rechos de los niños y las niñas, y los contextos inclusivos, equi- tativos y sin discriminaciones, con la finalidad de favorecer el desarrollo integral de cada niño y niña. Gupta y Kulshreshtha (2009, citados en Fuentealba & Imbarack, 2014) mencionan que el compromiso alude, en- tre otras cosas, a: dedicación a la tarea, adhesión a los objeti- vos de la educación, profunda preocupación por sus estu- diantes, conciencia de la res- ponsabilidad y del rol docente y, finalmente, un alto grado de profesionalismo. “Asimismo, los profesores comprometidos tienen la certeza de que tanto ellos -su identidad como su tra- bajo-, su conocimiento pedagó- gico, disciplinar, profesional, las estrategias de enseñanza que utilizan y también sus creencias, actitudes y valores, tendrán un impacto significativo en sus alumnos e instituciones en las cuales trabajan” (Day, 2007, 2009; Sammons et al, 2007, citados en Fuentealba & Imba- rack, 2014, p. 261). El compromiso es una dimen- sión descriptible que puede ser intencionada en los pro- cesos de formación docente y que se asume como aprendido, en interacción con otros y en un determinado contexto, lo que hace directa referencia a su carácter situado (Abd y Ngu- rah, 2010; Crosswell y Elliott, 2004, citados en Fuentealba & Imbarack, 2014); por lo tan- to, no puede ser considerado como competencia de solo unos pocos, ya que es esen- cial para una buena enseñanza (Day, 2006, citado en Ulloa y Gajardo, 2016). El/la educador/a a partir de su compromiso con los niños y ni- ñas resguarda la información que tiene del grupo y la utili- za en beneficio del bienestar integral y aprendizaje de cada uno de ellos, manteniendo una actitud de respeto y confiden- cialidad, lo que favorece una cultura de confianza y respeto mutuo, siendo relevante para su desempeño ético profesio- nal. Junto con ello, reconoce la importancia de la Educación Parvularia y los fundamentos que la sustentan, promoviendo en la comunidad educativa y local la valoración y significado que tiene el primer nivel edu- cativo en la trayectoria educa- tiva de los niños y niñas, cons- tituyéndose de esta manera en un referente significativo para la comunidad. Criterio D.2 Establece relaciones de colaboración con la comunidad educativa y local El/la educador/a reconoce que la colaboración con distintos ac- tores de la comunidad permite generar un clima institucional profesionalizante y de bienestar; además, enriquece el contexto y favorece la disminución de las barreras para el aprendizaje. Des- de una perspectiva inclusiva, la posibilidad de establecer relacio- nes de colaboración significa re- conocer que todos y todas tienen un saber importante que debe ser considerado en los procesos de aprendizaje de los niños y las niñas. De esta forma, el/la educa- dor/a va instalando una cultura de relaciones de mutua coope- ración para contribuir al logro de los propósitos educativos que en- riquecen el trabajo del aula. Junto con ello, el/la educador/a incorpora a la familia en la de- finición e implementación de estrategias con la finalidad de potenciar su participación en el proceso educativo, para lo cual considera las posibilidades y los intereses de las familias, relevan- do su rol insustituible como pri- mer educador. “La familia ejerce un fuerte influjo formativo en los niños y las niñas. En consecuen- cia, el docente requiere generar alianzas con las familias de los párvulos y una relación cercana con ellas para cooperar mutua- mente en una labor formativa conjunta y coherente” (BCEP, 2018, p.30). Además, incorpo- ra en su práctica pedagógica la participación de los diferentes actores de la comunidad edu- cativa y local para enriquecer las oportunidades de aprendi- zaje. “La Educación Parvularia de calidad es fruto del esfuerzo común entre todas las personas que directa o indirectamente se encuentran comprometidas en la educación de las niñas y los niños: las familias, los equipos pedagógicos y directivos, entre otros. A todos ellos les asiste la responsabilidad de contribuir al proceso de aprendizaje y desa- rrollo integral de los párvulos. Esto por cuanto la participación y la colaboración solidaria cons- tituyen piezas claves, en la for- mación de ciudadanos respon- sables y comprometidos con la infancia y su educación” (BCEP, 2018, p.27). También el/la educador/a parti- cipa en el diseño e implementa- ción de estrategias de transición con la finalidad de velar por la coherencia del proceso educati- vo de niños y niñas de Primer y Segundo Nivel de Transición y Primer año de Educación Básica, junto con las transiciones de los niños y las niñas a otras institu- ciones. “La Educación Parvularia enfrenta el desafío de resguar- dar su identidad pedagógica cuando se encuentra tensiona- da por la organización escolar. Al mismo tiempo, requiere ar- ticularse adecuadamente con ésta para que los párvulos ha- gan la transición esperada, en los términos que definen las Bases Curriculares. Dicha arti- culación, que forma parte de los desafíos actuales de la trayecto- ria educativa, debe insistir en el valor pedagógico de los princi- pios de la Educación Parvularia, extendiéndolos para el primer y segundo año de la Educación Básica” (BCEP, 2018, p.26). Asimismo, coordina y gestiona redes de apoyo para ampliar las oportunidades de aprendizaje pertinentes a la realidad de la comunidad local donde desem- peña su rol profesional, así como
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    56 57MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA también enriquecer las opor- tunidades educativas para los niños y las niñas que presentan necesidades educativas especia- les. Este trabajo articulado con las redes permite al educador o educadora actualizar y enrique- cer sus conocimientos, favore- ciendo su desempeño en cuanto a la identificación de las necesi- dades específicas de los niños y niñas para su desarrollo y apren- dizaje, derivar oportunamente a las redes específicas para com- plementar los recursos y favo- recer el aprendizaje, además de prevenir posibles rezagos, dando así un apoyo integral a los re- querimientos que los niños y las niñas van manifestando durante su trayectoria educativa. Respecto al equipo de aula, el/ la educador/a lidera la reflexión conjunta, identificando las ne- cesidades de autocuidado y formación que se presentan en distintos períodos del año, en- tendiendo que el nivel de bien- estar de cada miembro del equi- po impacta directamente en su desarrollo laboral y en la calidad de la educación en el aula (Eli- geEducar, 2018). Por ende, el/la educador/a promueve espacios de trabajo colaborativos, anali- zando situaciones recurrentes que requieren ser mejoradas para contribuir al bienestar inte- gral (físico, emocional, cognitivo, entre otros). Asimismo, busca instancias de formación acorde a esas necesidades y al contexto en el cual se desempeña, para fa- vorecer el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula. DOMINIO D Compromiso y Desarrollo Profesional Criterio D.3 Reflexiona críticamente sobre las políticas y orientaciones educativas4 vigentes y su implementación en la práctica pedagógica El/la educador/a conoce la nor- mativa, los referentes curricu- lares y orientaciones educa- cionales desarrollados por los diferentes organismos del es- tado (a nivel nacional y local) y realiza una reflexión crítica y ac- tualizada sobre ellos. Entre estas normativas el/la educador/a co- noce los elementos fundamenta- les relacionados con la transición (Decreto N°373) para promover y resguardar un proceso educativo coherente y consistente para ni- ños y niñas de Primer y Segundo Nivel de Educación Parvularia y Primer Año de Educación Básica y considera también la “Diversifi- cación de la Enseñanza” (Decre- to N°83) como un referente clave para generar propuestas edu- cativas pertinentes y de calidad para todos los niños y las niñas, dar respuesta a la diversidad de estilos y ritmos de aprendizaje y también para responder a las ne- cesidades educativas especiales que pueden presentar los niños y las niñas del grupo. El/la educador/a considera en su quehacer pedagógico los funda- mentos que caracterizan el buen trato en Educación Parvularia para fortalecer un clima de sana convi- vencia e instalar una cultura que resguarde el respeto entre los ni- ños y las niñas, entre niños/as y adultos y entre adultos. El buen trato incluye todos los estilos de relación y comportamiento que promueven el bienestar y asegu- ran una buena calidad de vida, lo que supone el reconocimiento de lasnecesidadespropiasydelotro, así como el respeto por los dere- chos que tienen las personas a vivir bien (Arón y Machuca, 2002, citados en SdEP, 2018). El buen trato hacia la infancia implica que los adultos se vinculan con niños y niñas proporcionando cuidado, afecto y protección; visibilizando sus necesidades y sus particula- ridades y reconociendo a cada niño y niña como un legítimo otro y sujeto de derechos (Arón y Ma- chuca, 2002; Ministerio de Salud, 2013, citados en SdEP, 2018c) Además, la actualización perma- nente de su conocimiento en relación con las políticas y nor- mativas vigentes permite al/la educador/a conocer en profundi- dad las diferentes orientaciones y referentes curriculares de este nivel educativo para orientar y (4) Las principales leyes y políticas públi- cas que deben ser de conocimiento del/la educador/a de párvulos en el ejercicio de su profesión son las siguientes: Texto Re- fundido, Coordinado y Sistematizado de la Ley N°20.370, con las normas no deroga- das del decreto con fuerza de Ley N°1, del 2005. Ley N°20.835, Crea la Subsecretaria de Educación Parvularia, la Intendencia de Educación Parvularia y modifica diversos cuerpos legales. Ley N°20.529, Sistema Na- cional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Parvularia, Básica y Media y su fiscalización. Particularmente importan- tes de conocer son las leyes y normativas referidas al Maltrato Infantil, en el Código Penal, artículos 403 bis, 403 ter, 403 quár- ter, Artículo 175 Código Procesal Penal. Para profundizar en los contenidos de estas leyes, se recomienda consultar las siguien- tes páginas web: https://www.leychile.cl/ Consulta/homebasico y https://parvularia. mineduc.cl/marco-legal/
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    58 59MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA Criterio D.4 Reflexiona crítica y sistemáticamente sobre su práctica pedagógica para favorecer aprendizajes El/la educador/a comprende la importancia que tiene su prácti- ca pedagógica en el aprendiza- je de todos los niños y las niñas del grupo y, por tanto, desarrolla una reflexión crítica y sistemática, tanto individual como colectiva, sobre sus fortalezas y mejora pro- fesional, en función de las oportu- nidades de aprendizaje y evalua- ción que realiza; esta reflexión se constituye en una oportunidad de aprendizaje para los/as educado- res/as que les permite interpretar las situaciones de enseñanza e incorporar cambios que mejoren la práctica en base a evidencias de la cotidianidad del aula. Según Schön (1998), la “reflexión en la acción” o la conversación reflexiva del/la educador/a le permite construir un saber pe- dagógico, criticar su práctica y transformarla, haciéndola más pertinente a las necesidades del medio. Por otra parte, Restrepo, B. (2004), plantea que cuando el/la educador/a se constituye en un investigador en la acción pedagógica da origen a una nue- va relación ética con el niño o la niña, haciéndolos copartícipes en la búsqueda de un saber pe- dagógico, lo que permite hacer más efectiva su práctica y armo- nizar sus relaciones. El/la educador/a, a partir del análisis reflexivo de su práctica, identifica las necesidades de formación con la finalidad de enriquecer y actualizar sus cono- cimientos que servirán para im- plementar prácticas pedagógicas innovadoras, desafiantes y flexi- bles a los contextos y característi- cas de todos los niños y las niñas del grupo. DOMINIO D Compromiso y Desarrollo Profesional actualizar su práctica pedagógica y favorecer el desarrollo integral, de acuerdo con los contextos na- cionales y locales. En relación con su desarrollo profesional, el/la educador/a comprende los alcances del Sis- tema de Desarrollo Profesional Docente (Ley N°20.903) en su práctica; entiende que éste está orientado a transformar el ejerci- cio de la docencia y que aborda desde la formación inicial hasta el ejercicio mismo de la profe- sión, con foco en el trabajo cola- borativo, desarrollo profesional y perfeccionamiento constan- te, con el fin último de incidir en mejores prácticas en el aula. Asimismo, participa en el dise- ño y en la implementación del Proyecto Educativo Institucional (PEI) y, a partir de ello, constru- ye una práctica pedagógica en sintonía y coherencia con los sellos institucionales, aportando constantemente a través de su opinión y reflexión pedagógica, elementos que contribuyen a la mejora continua del centro edu- cativo y, por ende, a los procesos de aprendizaje del grupo. A continuación, se presen- ta un cuadro del Dominio D, con sus cuatro criterios y los descriptores asociados a cada uno de ellos. Criterio D.1 Demuestra compromiso con los niños y las niñas, su profesión y el rol que desempeña en la sociedad. D.1.1 Incorpora en todo su que- hacer profesional acciones que consideran a los ni- ños y las niñas del grupo como sujetos activos de su educación, promoviendo la plena realización de sus derechos. D.1.2 Realiza diversas acciones que favorecen la responsa- bilidad y dedicación por los niños y las niñas del grupo con el fin de promover el desarrollo y aprendizaje de todos y todas. D.1.3 Utiliza la información de los niños y las niñas, sus fami- lias y equipo de aula con responsabilidad y confi- dencialidad, en función del bienestar integral y apren- dizaje del grupo. D.1.4 Implementa estrategias para que la comunidad educativa y local reconozcan la Educa- ción Parvularia como un eje fundamental en el desarrollo y aprendizaje de todos los ni- ños y las niñas. Criterio D.2 Establece relaciones de colaboración con la comunidad educativa y local. D.2.1 Trabaja colaborativamente con la comunidad educati- va para favorecer el bienes- tar integral y disminuir las barreras para el aprendiza- je de todos los niños y las niñas. D.2.2 Define en conjunto con la familia estrategias de cola- boración que les permitan participar activamente de los procesos de enseñanza y aprendizaje de todos los niños y las niñas del grupo. D.2.3 Implementa estrategias di- versificadas con la comuni- dad educativa y local para favorecer los procesos de transición educativa de to- dos los niños y las niñas. D.2.4 Trabaja colaborativamente con el equipo de aula para identificar las necesidades de autocuidado y forma- ción para favorecer am- bientes bientratantes y de aprendizaje. Criterio D.3 Reflexiona críticamente sobre las políticas y orientaciones educativas vigentes y su implementación en la práctica pedagógica. D.3.1 Considera en su quehacer profesional las políticas educativas nacionales y lo- cales vigentes. D.3.2 Considera en su quehacer profesional los referentes curriculares de Educación Parvularia. D.3.3 Participa activamente en el diseño del Proyecto Educa- tivo Institucional del esta- blecimiento, en función de las políticas y orientaciones educativas vigentes. D.3.4 Contribuye en la implemen- tación y mejora del Proyec- to Educativo Institucional a partir de las orientaciones educativas vigentes. Criterio D.4 Reflexiona crítica y sistemáticamente sobre su práctica pedagógica para favorecer aprendizajes. D.4.1 Observa y sistematiza su práctica pedagógica a tra- vés de diferentes estrate- gias que favorecen el au- toanálisis. D.4.2 Utiliza las evidencias de aprendizaje de todos los ni- ños y las niñas como recurso para reflexionar sobre sus prácticas pedagógicas e im- plementar estrategias para la mejora. D.4.3 Identifica sus fortalezas y oportunidades de mejora profesionales y trabaja sobre ellas para potenciar su prácti- ca pedagógica. D.4.4 Identifica sus necesidades de formación en función de lo cual se actualiza y man- tiene en constante desarro- llo profesional.
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    60 61MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA III. GLOSARIO Las definiciones que se presentan en este documento surgen a partir de la revisión bibliográfica que sus- tenta la elaboración del MBE EP, con la finalidad de complementar la comprensión y apropiación de este nuevo referente para el nivel de Educación Parvularia. • Actividades de aprendizaje autodeterminadas: refiere a actividades de aprendizaje iniciadas por los niños y las niñas, en las que el equipo pedagógico acompaña y apoya. • Ambiente bientratante: refiere a un ambiente educativo en donde se resguarda el bienestar y cuidado emocional tanto de niños y niñas como de los adultos que forman parte de la comunidad educativa, a través de relaciones de respeto mutuo, confianza y empatía. • Ambientes de aprendizaje: los ambientes de aprendizaje refieren a sistemas integrados de elementos consistentes entre sí que generan condiciones que favorecen el aprendizaje de los niños y las niñas. Estos sistemas están conformados por las interacciones pedagógicas que se desarrollan en espacios educati- vos, con recursos y tiempos determinados. • Ambiente inclusivo: refiere a un ambiente que responde a las características, intereses y necesidades de aprendizaje de la diversidad de niños y niñas que forman parte de la comunidad educativa, tanto a través de las interacciones pedagógicas que allí se desarrollan, como a través de la organización que se realiza del tiempo y del espacio educativo. • Antecedentes evaluativos de los niños y las niñas: alude a la información sobre los niños y las niñas (resultados de aprendizaje, contexto familiar y social, entre otros) que se tiene disponible en el centro educativo, cuya consideración es relevante para el desarrollo de un proceso de enseñanza y aprendizaje pertinente y significativo para los niños y las niñas. • Asistentes de la educación: los asistentes de la educación son un grupo heterogéneo de personas que tra- bajan en los establecimientos educacionales y que forman parte de la comunidad educativa. Abarcan desde servicios auxiliares hasta profesionales; sus principales roles y funciones son de colaboración con la función educativa (curricular y pedagógica) y contribución al desarrollo del Proyecto Educativo Institucional. • Barreras para el aprendizaje: las barreras para el aprendizaje y la participación, son todos aquellos factores del contexto que dificultan o limitan el pleno acceso a la educación y a las oportunidades de aprendizaje de niñas, niños y jóvenes. Aparecen en relación con su interacción en los diferentes contex- tos: social, político, institucional, cultural. • Bienestar infantil: es el conjunto de percepciones, evaluaciones y aspiraciones que los niños y niñas tienen sobre sus vidas. La felicidad, la calidad de vida o la satisfacción vital son conceptos familiares que se pueden relacionar con el bienestar. El nivel de bienestar de los niños y niñas variará considerablemen- te en función de muchos factores vinculados a su situación personal y de contexto. • Comunidad educativa: agrupación de personas que, inspiradas en un propósito común, integran una institu- ción educativa. Ese objetivo común es contribuir a la formación y el logro de aprendizajes de todos los alumnos y las alumnas que son miembros de ésta, propendiendo a asegurar su pleno desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico. El propósito compartido de la comunidad se expresa en la adhesión al proyecto educativo del establecimiento y a sus reglas de convivencia establecidas en el reglamento interno.
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    62 63MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA La comunidad educativa está integrada por alumnos, alumnas, padres, madres y apoderados, profesionales de la educación, asistentes de la educación, equipos docentes directivos y sostenedores educacionales. • Comunidad local: contexto físico, cultural y natural del establecimiento educativo, compuesto por per- sonas, familias, espacios, servicios e instituciones públicas y privadas, con las que se pueden establecer redes y alianzas colaborativas para el fortalecimiento de los procesos pedagógicos y de gestión. • Cultura de aprendizaje: ambiente propiciado por los/as educadores/as y los diversos miembros de la comunidad educativa, que promueve la participación progresiva, activa y autónoma de todos los niños y las niñas sobre la base de altas expectativas que se tienen respecto de su capacidad de aprendizaje. • Diversificación de la enseñanza: se refiere a la implementación de diferentes estrategias y recursos educativos considerando las distintas habilidades, estilos de aprendizaje y preferencias de los niños y las niñas con el objetivo de maximizar sus oportunidades de aprendizaje. La diversificación de la enseñanza constituye una oportunidad para que todos los niños y las niñas participen, desarrollen sus capacidades y aprendan y, a la vez, es una oportunidad de desarrollo profesional para los/as educado- res/as y la comunidad educativa. • Educación responsiva: alude a una educación en que el/la educador/a es sensible y responde de forma efectiva y contingente a las necesidades socioemocionales y de aprendizaje de los niños y las niñas. • Elaborar/parafrasear verbalizaciones: refiere a una técnica de facilitación y estimulación del lenguaje que consiste en “devolver” la comunicación realizada por el niño y la niña, pero ampliada y con un mayor nivel de elaboración, con el fin de enriquecer su lenguaje. Ejemplo: niño dice: “má”; educador/a le res- ponde: “¿quieres más plátano? • Equipo de aula o pedagógico: está constituido por todas aquellas personas que tienen una responsa- bilidad directa en la implementación de prácticas pedagógicas intencionadas con los niños y las niñas, con el fin de acompañarlos y apoyarlos en sus aprendizajes. Por ejemplo, el/la educador/a y técnico en Educación Parvularia que realizan su labor pedagógica con un mismo grupo. • Estereotipo: imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un determinado colectivo. Esta imagen se forma a partir de una concepción estática sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad. • Estrategias lúdicas: en el contexto de las Bases Curriculares de Educación Parvularia, refieren al conjun- to de acciones relativas al juego que se intenciona para favorecer los aprendizajes propuestos, de manera de resguardar experiencias educativas entretenidas y motivantes para los niños y las niñas. • Evaluación auténtica: es un proceso orientado a mejorar la calidad de los aprendizajes y de la ense- ñanza. Posibilita evaluar conocimientos, habilidades y/o actitudes en contextos que son significativos y cotidianos para los párvulos; se realiza a partir de situaciones que requieren solución de problemas, por lo que se centra en las fortalezas de los niños y las niñas. Constituye un proceso colaborativo en el que se realza el carácter de la evaluación como proceso multidimensional, en el cual se puede utilizar el error como una instancia de aprendizaje. • Inclusión educativa: es un proceso orientado a eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendi- zaje y la participación de los niños y las niñas mediante cambios y adecuaciones en las políticas, cultura y prácticas de modo que todos tengan acceso a un proceso educativo que responda a sus características, intereses, necesidades, habilidades y actitudes. • Interacciones pedagógicas: son aquellas relaciones que se establecen entre los adultos y los niños y las niñas en un ambiente educativo, y se caracterizan por iniciar y mantener procesos que favorecen el aprendizaje significativo de los párvulos a través de la mediación del/la educador/a, quién promueve la construcción de vínculos afectivos positivos y estables, la participación activa y el juego. • Intersector: relativo a la intersectorialidad, que corresponde a la acción conjunta de diversos actores públicos y/o privados con el fin de solucionar o dar una respuesta integral a diversas problemáticas de carácter social. • Lenguaje enriquecido: refiere a las interacciones verbales entre el/la educador/a con los niños y las niñas en las que se despliegan y superan estructuras del lenguaje previas, buscándose nuevas posibilidades de expresión. Se facilita preguntando a los niños y las niñas qué harán, qué han hecho, cómo lo han hecho, entre otras interrogantes, invitándolos a construir hipótesis, narrar experiencias y construir fantasías. • Lenguaje situado: es el lenguaje que se utiliza considerando situaciones contextualizadas en la vida real de los niños y las niñas y mediante el cual se conectan con sus conocimientos y experiencias previas. Responde a sus intereses y cobra sentido para ellos y ellas. • Léxico: vocabulario, conjunto de las palabras de un idioma o de las que pertenecen al uso de una región o a una actividad determinada o a un campo semántico dado, etc. • Mediación: refiere al uso del lenguaje u otro signo o instrumento por parte del/la educador/a u otro niño, niña o actor de la comunidad educativa, que intercede entre un estímulo (de aprendizaje) y la res- puesta, tal como un símbolo, una fórmula, una palabra, entre otros. • NEE: Las Necesidades Educativas Especiales están relacionadas con las ayudas y los recursos especiales que hay que proporcionar a determinados alumnos y alumnas que, por diferentes causas, enfrentan ba- rreras para su proceso de aprendizaje y participación (UNESCO). • Niños y niñas que presentan Necesidades Educativas Especiales (NEE): son quienes precisan ayudas y recursos adicionales, ya sean humanos, materiales o pedagógicos, para conducir su proceso de desarrollo y aprendizaje, y contribuir al logro de los fines de la educación (LGE Art. 23). • Nivel o tramo curricular: refiere a la organización temporal de los Objetivos de Aprendizaje en tres etapas, que abarcan períodos de dos años, respondiendo con mayor precisión a las necesidades y carac- terísticas de aprendizaje y desarrollo de los niños y niñas. En las BCEP se definen los siguientes niveles curriculares: sala cuna (0 a 2 años), medio (2 a 4 años) y transición (4 a 6 años). También refiere a la or- ganización administrativa del sistema de Educación Parvularia en estos tres niveles.
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    64 65MARCO PARALA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA MARCO PARA LA BUENA ENSEÑANZA DE EDUCACIÓN PARVULARIA • Pertinencia: refiere a la cualidad que asume el proceso educativo al basarse en lo que es correspondien- te o adecuado, según: - las características, necesidades e intereses propios y diversos de cada niño y niña, acorde a su etapa de vida. Implica considerar sus conocimientos y experiencias previas. - las características del contexto sociocultural al que pertenecen y del que se sienten participes los niños y las niñas, la comunidad educativa y local. - el currículum vigente, orientaciones y énfasis para el aprendizaje en el nivel. • Práctica pedagógica: conjunto de acciones significativas que el/la educador/a intenciona para alcanzar logros de aprendizaje. • Proceso de enseñanza y aprendizaje: refiere a múltiples y diversas acciones a lo largo de la trayecto- ria educativa, consistentes entre sí, que pone a disposición el/la educador/a en conjunto con el equipo pedagógico para generar aprendizajes y desarrollo integral, en un ambiente de bienestar para todos los niños y las niñas, estableciendo una interacción constante de saberes y valores pertinentes al contexto. Para ello se utilizan métodos, técnicas y recursos diversos y pertinentes. • Proyecto Educativo Institucional (PEI): es un instrumento técnico-político que orienta el quehacer y la gestión de cada establecimiento educativo. Representa el sello que identifica y caracteriza a la institución educativa en torno a concepciones que se construyen colectivamente respecto a la tarea de educar, de- finiendo de qué manera pondrá en marcha lo que, en su ideario, “sello o impronta” busca desarrollar en sus niñas, niños y jóvenes y con la propia comunidad educativa. • Recursos educativos o para el aprendizaje: refiere a todos aquellos elementos tangibles e intangibles que el niño y niña utiliza o el adulto intenciona como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, y que han sido elaborados o seleccionados a partir de las características, necesidades e intereses de los párvulos, incluidos los producidos por los mismos niños y niñas. • Redes de apoyo: alude al conjunto de organizaciones y personas naturales que prestan servicios de apoyo dirigidos al logro de metas comunes referidas al aprendizaje, desarrollo y bienestar integral de niños y niñas. Estas redes pueden estar dentro de la misma institución o fuera de ésta. Algunos ejemplos de estas redes de apoyo: servicios de salud, instituciones educativas, centros de recursos, de diagnóstico, deportivos, culturales, judiciales, carabineros, profesionales de la salud y educación de la comunidad, familia, junta de vecinos, municipalidad, CONAMA, CONADI, entre otros. • Situaciones emergentes: conjunto de circunstancias no planificadas que surgen espontáneamente en la práctica pedagógica, las cuales deben ser consideradas para tomar decisiones en favor de una mejora en el proceso de enseñanza y aprendizaje. • Trabajo colaborativo: refiere al trabajo coordinado que desarrollan los niños y las niñas entre sí con los adultos; así como también entre los adultos para solucionar un problema o abordar una tarea con un objetivo común. Este supone el desarrollo de habilidades y actitudes que permiten que el conocimiento se construya de forma conjunta. • Transición educativa: busca promover y resguardar un proceso educativo coherente y consistente para los niños y las niñas en su paso de una etapa educativa a otra. Ejemplo: entre los diferentes tramos curri- culares y entre el Nivel Transición y Primer Año Básico. • Trayectoria educativa: es el recorrido que realizan los niños y las niñas dentro del sistema educativo. En Educación Parvularia se organiza en tres niveles curriculares, que abarcan tramos de dos años cada uno: 1° Nivel (Sala Cuna) hacia los dos años; 2° Nivel (Medio) hacia los cuatro años y 3° Nivel (Transición) hacia los seis años (BCEP, 2018).
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