El documento pide a las personas que recen un Padre Nuestro por la persona que les envió el mensaje y luego lo envíen a otras diez personas. Afirma que de esta manera diez personas orarán por el remitente y él podrá lograr que muchos recen a Dios por otros. Finalmente, insta a reflexionar sobre el poder de Dios y a no avergonzarse de compartir el mensaje si se cree en él.