El Partenón fue construido en Atenas entre 447-432 a.C. como templo dedicado a la diosa Atenea. Con una arquitectura dórica casi perfecta y técnicas ópticas, el Partenón simbolizó el esplendor de Atenas bajo la democracia de Pericles. A lo largo de los siglos sufrió daños de terremotos, guerras y contaminación, aunque sigue siendo el símbolo más importante de la cultura griega antigua.