El manejo de hemorragias masivas implica una identificación rápida y eficiente de pérdidas de sangre críticas y la implementación de tratamiento mediante transfusiones masivas de hemoderivados y fluidos, priorizando soluciones cristaloides y un enfoque de reanimación hemostática. Se debe monitorizar de forma continua la hemostasis, el estado del paciente y ajustar los tratamientos de acuerdo a los resultados analíticos y clínicos. Además, se incorporan nuevas estrategias como el manejo de la coagulopatía y la administración de fármacos específicos para optimizar el tratamiento en situaciones de hemorragia severa.