Faetón, hijo del dios Helios, pidió conducir el carro de fuego de su padre para convertir el día en la noche. Sin embargo, no pudo controlar los cuatro corceles y el carruaje se salió de control, incendiando la tierra. Para salvar la tierra, Júpiter lanzó un rayo contra Faetón, matándolo. Helios lloró la muerte de su hijo y se negó a continuar su recorrido diario hasta que Júpiter lo convenció de retomar su labor.