“Este es mi mandamiento:
Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)




                                                          Pedro Martínez González
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)




“Los Sacramentos de servicio son el Orden Sacerdotal y el Matrimonio, están
ordenados a la salvación de los demás. Contribuyen ciertamente a la propia
salvación, pero esto lo hacen mediante el servicio que prestan a los demás.
Confieren una misión particular en la Iglesia y sirven a la edificación del Pueblo
de Dios” (CIC 1534).
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)


      El Matrimonio
"La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un
consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los
cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo
Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (CIC 1601).

          Para que un matrimonio sea
auténticamente cristiano, hace falta
un paso previo y fundamental: la
libertad de los contrayentes.

         Su misión fundamental, su
vocación, a partir de ese momento,
será amarse el uno al otro, ser reflejo
y presencia del amor de Dios y formar
una familia cristiana, con la ayuda de
Dios, donde se manifieste esta
promesa.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)


      ¿Y por qué es diferente la unión civil del matrimonio cristiano?

                                               La unión civil, supone un acuerdo o
                                     contrato entre dos personas que, de forma
                                     libre, deciden unirse y puede romperse sin
                                     mayor trascendencia. El matrimonio cristiano
                                     no es sólo una unión, sino que ésta va
                                     precedida del compromiso y de la entrega
                                     total.

Símbolos del matrimonio
    Los anillos de boda.
    Las arras.

    El arroz.

    El ministro.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)


        El Orden Sacerdotal
“El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus
Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues,
el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el
presbiterado y el diaconado” (1536).

                                 “CIC 1591 La Iglesia entera es un pueblo
                                 sacerdotal. Por el Bautismo, todos los fieles
                                 participan del sacerdocio de Cristo. Esta
                                 participación se llama "sacerdocio común de los
                                 fieles“ (…) CIC 1592 El sacerdocio ministerial
                                 difiere esencialmente del sacerdocio común de los
                                 fieles porque confiere un poder sagrado para el
                                 servicio de los fieles. Los ministros ordenados
                                 ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante
                                 la enseñanza (munus docendi), el culto divino
                                 (munus liturgicum) y por el gobierno pastoral
                                 (munus regendi)”.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)

       Grados del sacerdocio
El obispo recibe la plenitud del sacramento
del Orden que lo incorpora al colegio
episcopal y hace de él la cabeza visible de la
Iglesia particular que le es confiada.

Los presbíteros están unidos a los obispos en
la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo
dependen de ellos en el ejercicio de sus
funciones pastorales; son llamados a ser
cooperadores diligentes de los obispos

Los diáconos son ministros ordenados para las
tareas de servicio de la Iglesia; no reciben el
sacerdocio ministerial.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)




           El sacramento del Orden es conferido por la imposición de las manos
  seguida de una oración consecratoria solemne que pide a Dios para el
  ordenando las gracias del Espíritu Santo requeridas para su ministerio. La
  ordenación imprime un carácter sacramental indeleble.




El Sacerdote:
Predica la Palabra.

Preside los Sacramentos.

Es Pastor y Guía del Pueblo.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)

                                               San Vicente:

                                                         “El sacerdote es a la vez
                                               hombre de la Eucaristía, de la misa, y
                                               hombre de la construcción, de la
                                               unión del cuerpo místico, por las
                                               instrucciones y la reconciliación,
                                               entre las familias y con Dios, por el
                                               sacramento” (El rostro del sacerdote
                                               según SVdP, CEME, 2004, p.54).


          “Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando
todo para vivir en la sencillez evangélica la obediencia, la pobreza y la castidad,
signos concretos de la espera del Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos
cristianos han promovido acciones en favor de la justicia, para hacer concreta la
palabra del Señor, que ha venido a proclamar la liberación de los oprimidos y un
año de gracia para todos (cf. Lc 4, 18-19)”(Benedicto XVI – Porta Fidei).
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)


       Los Sacramentos de Sanación
“CIC 1421 El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos,
que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo (cf Mc 2,1-
12), quiso que su Iglesia continuase, en la fuerza del Espíritu Santo, su obra de
curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Este es finalidad de los
dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de
los enfermos”.



El Sacramento de la Penitencia
          El sacramento de la Penitencia es la acción
que Dios realiza a través de su Iglesia, por medio de
los sacerdotes que administran el sacramento, por el
cuál el pecador, al recibir el perdón de sus pecados,
se reconcilia con Dios y con la Iglesia.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)




Pasos para una buena confesión
(rito propio):

1. Examen de Conciencia.
2. Arrepentimiento.
3. Propósito de no volver a pecar.
4. Decir los pecados al confesor.
5. Recibir la absolución y cumplir
   la penitencia.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)


       La Unción de Enfermos
"Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda
la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para
que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y
muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11).

          El sacramento de la unción de
enfermos comenzó a practicarse en la Iglesia
primitiva muy pronto:

“¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame
a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre
él y le unjan con óleo en el nombre del Señor.
Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el
Señor hará que se levante, y si hubiera
cometido pecados, le serán perdonados”.
Epístola de Santiago 5,14-15
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12)

                                           El óleo con el que los enfermos son
                                  ungidos es un aceite consagrado, que
                                  simboliza la fuerza y el vigor de Cristo
                                  resucitado que se hace presente de una
                                  forma plena y real.
                                           El ministro propio es el sacerdote.

                                  ¿Qué nos dice           la   Iglesia   sobre    el
                                  sufrimiento?

                                            “La enfermedad puede conducir a
                                  la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a
                                  veces incluso a la desesperación y a la
                                  rebelión contra Dios. Puede también hacer a
                                  la persona más madura, ayudarla a discernir
                                  en su vida lo que no es esencial para volverse
                                  hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la
                                  enfermedad empuja a una búsqueda de
                                  Dios, un retorno a Él”. (CIC 1501)
Sacramentos de servicio

Sacramentos de servicio

  • 1.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) Pedro Martínez González
  • 2.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) “Los Sacramentos de servicio son el Orden Sacerdotal y el Matrimonio, están ordenados a la salvación de los demás. Contribuyen ciertamente a la propia salvación, pero esto lo hacen mediante el servicio que prestan a los demás. Confieren una misión particular en la Iglesia y sirven a la edificación del Pueblo de Dios” (CIC 1534).
  • 3.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) El Matrimonio "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (CIC 1601). Para que un matrimonio sea auténticamente cristiano, hace falta un paso previo y fundamental: la libertad de los contrayentes. Su misión fundamental, su vocación, a partir de ese momento, será amarse el uno al otro, ser reflejo y presencia del amor de Dios y formar una familia cristiana, con la ayuda de Dios, donde se manifieste esta promesa.
  • 4.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) ¿Y por qué es diferente la unión civil del matrimonio cristiano? La unión civil, supone un acuerdo o contrato entre dos personas que, de forma libre, deciden unirse y puede romperse sin mayor trascendencia. El matrimonio cristiano no es sólo una unión, sino que ésta va precedida del compromiso y de la entrega total. Símbolos del matrimonio Los anillos de boda. Las arras. El arroz. El ministro.
  • 5.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) El Orden Sacerdotal “El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado” (1536). “CIC 1591 La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal. Por el Bautismo, todos los fieles participan del sacerdocio de Cristo. Esta participación se llama "sacerdocio común de los fieles“ (…) CIC 1592 El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles. Los ministros ordenados ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante la enseñanza (munus docendi), el culto divino (munus liturgicum) y por el gobierno pastoral (munus regendi)”.
  • 6.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) Grados del sacerdocio El obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden que lo incorpora al colegio episcopal y hace de él la cabeza visible de la Iglesia particular que le es confiada. Los presbíteros están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales; son llamados a ser cooperadores diligentes de los obispos Los diáconos son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia; no reciben el sacerdocio ministerial.
  • 7.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) El sacramento del Orden es conferido por la imposición de las manos seguida de una oración consecratoria solemne que pide a Dios para el ordenando las gracias del Espíritu Santo requeridas para su ministerio. La ordenación imprime un carácter sacramental indeleble. El Sacerdote: Predica la Palabra. Preside los Sacramentos. Es Pastor y Guía del Pueblo.
  • 8.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) San Vicente: “El sacerdote es a la vez hombre de la Eucaristía, de la misa, y hombre de la construcción, de la unión del cuerpo místico, por las instrucciones y la reconciliación, entre las familias y con Dios, por el sacramento” (El rostro del sacerdote según SVdP, CEME, 2004, p.54). “Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica la obediencia, la pobreza y la castidad, signos concretos de la espera del Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la justicia, para hacer concreta la palabra del Señor, que ha venido a proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para todos (cf. Lc 4, 18-19)”(Benedicto XVI – Porta Fidei).
  • 9.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) Los Sacramentos de Sanación “CIC 1421 El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo (cf Mc 2,1- 12), quiso que su Iglesia continuase, en la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Este es finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos”. El Sacramento de la Penitencia El sacramento de la Penitencia es la acción que Dios realiza a través de su Iglesia, por medio de los sacerdotes que administran el sacramento, por el cuál el pecador, al recibir el perdón de sus pecados, se reconcilia con Dios y con la Iglesia.
  • 10.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) Pasos para una buena confesión (rito propio): 1. Examen de Conciencia. 2. Arrepentimiento. 3. Propósito de no volver a pecar. 4. Decir los pecados al confesor. 5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia.
  • 11.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) La Unción de Enfermos "Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11). El sacramento de la unción de enfermos comenzó a practicarse en la Iglesia primitiva muy pronto: “¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados”. Epístola de Santiago 5,14-15
  • 12.
    “Este es mimandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. ” (Jn 15, 12) El óleo con el que los enfermos son ungidos es un aceite consagrado, que simboliza la fuerza y el vigor de Cristo resucitado que se hace presente de una forma plena y real. El ministro propio es el sacerdote. ¿Qué nos dice la Iglesia sobre el sufrimiento? “La enfermedad puede conducir a la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la desesperación y a la rebelión contra Dios. Puede también hacer a la persona más madura, ayudarla a discernir en su vida lo que no es esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él”. (CIC 1501)