El documento describe la experiencia del pueblo de Israel en el desierto camino a la Tierra Prometida. Israel pasó 40 años en el desierto, donde Dios los probó y purificó a través de dificultades. A pesar de la desconfianza del pueblo, Dios cumplió su promesa de darles una tierra que fluye leche y miel. Para los cristianos, el desierto simboliza el peregrinaje en la tierra hacia la verdadera patria celestial.