La segunda ley de la termodinámica establece que durante un proceso natural: 1) la energía involucrada se conserva pero no en calidad, transformándose de una forma a otra, 2) una parte de la energía transformada se pierde y no está disponible para ser aprovechada, y 3) la energía tiende a dispersarse de forma espontánea disminuyendo la capacidad de aprovecharla totalmente.