índice
Un hombre de confianza
Frentes estratégicos
24 horas de mayordomía
Sermonario de mayordomía para culto de adoración y culto joven
Una vida destruida
¡Cristo es el líder!
Creados para multiplicar
Usemos lo que tenemos
Nombrado para gobernar la vida
Un pacto de oración
Vida saludable en el siglo XXI
Gimnasia espiritual
Reflectores de su gracia
Pacto de fidelidad a la Biblia
A la sombra de su sabiduría
¿Cuál es mi salario?
El dueño del mundo
Cansados de esperar
Una obligación mayor
¿Existe algún futuro en sus planes?
Dueño de mi adoración
Comprometidos con el reino
Inmensamente ricos
Un pueblo próspero
Notas
3
5
5
6
8
13
18
23
28
33
39
44
50
55
61
66
70
75
80
85
91
96
101
106
111
1.-
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
8.-
9.-
10.-
11.-
12.-
13.-
14.-
15.-
16.-
17.-
18.-
19.-
20.-
21.-
22.-
23.-
24.-
25.-
El pueblo había experimentado una
reforma espiritual extraordinaria reciente-
mente a manos del nuevo joven rey. Las
cosas comenzaron a funcionar más rápido
de lo que ellos imaginaban, y se percibía
un clima completamente diferente,
positivo y reflexivo en cada habitante del
pueblo. Sin embargo; pronto pasarían por
una prueba durísima. El ejército enemigo
era conocido por su crueldad y excesiva
vileza al tratar con todos sus opositores.
Nadie lo había derrotado hasta aquel
momento. Todos preferían negociar y
pagar pesados tributos a cambio de
preservar sus vidas. El joven rey contaba
con un pequeño ejército, pocas armas y
muchas desventajas; no existía forma de
equipararse con el ejército enemigo.
Empero; había algo que tenía este rey que
inspiraba. Sin mayor pérdida de tiempo
reunió al pueblo y organizó a su ejército y
les dijo: “Esforzaos y animaos; no temáis,
ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de
toda la multitud que con él viene; porque
más hay con nosotros que con él. Con él
está el brazo de carne, mas con nosotros
está Jehová nuestro Dios para ayudarnos,
y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo
confianza en las palabras de Ezequías rey
de Judá” 2 Crónicas 32:7-8
Éste nuevo rey tenía algo que pocos
tienen, pero que marca la diferencia:
CONFIANZA. Ezequías confiaba en Dios.
No tenía a nadie más. No contaba con un
gran ejército, no contaba con sofisticadas
armas, no contaba con dinero, y menos
Unhombrede
Confianza
Apreciado
Director de Mayordomía
________________________________
3
aún contaba con experiencia. Pero
Ezequías contaba con Dios. ¡Suficiente!
Quien cuenta con Dios cuenta con todo.
¿Ya te preguntaste quién es un mayordo-
mo? Te respondo. Un mayordomo es un
HOMBRE DE CONFIANZA, es alguien
que confía en Dios completamente. Es
alguien que aunque la adversidad se
muestre durísima, él confía y confía, y
sigue confiando en Dios. Pero hay algo
más. ¿Notaste cómo termina el versículo
ocho? Dice: “Y el pueblo tuvo confianza
en las palabras de Ezequías rey de Judá”.
Un hombre que confía en Dios, también
es un hombre de confianza para su
pueblo. Si Ezequías decía que se podía,
entonces el pueblo le creía. Un mayordo-
mo es un hombre de confianza para Dios
y para su pueblo.
¿Quieres otro ejemplo? ¿Recuerdas la
historia de José? Nota lo siguiente: “Así
halló José gracia en sus ojos, y le servía; y
él le hizo mayordomo de su casa y entre-
gó en su poder todo lo que tenía” Génesis
39:4
José era un esclavo, un extranjero, un
desconocido. Pero Potifar le entregó todo
lo que tenía a él ¿Por qué? Porque Potifar
confiaba en él, y porque José era un
hombre de confianza. No se olvide: Un
mayordomo es un hombre que confía en
Dios y es un hombre de confianza para
Dios y para su pueblo.
La iglesia lo eligió a usted para liderar un
área delicada y con mucho desafío porque
cree que usted es un hombre de confian-
za. Dios ha puesto sus ojos en usted
porque confía en que usted hará un
extraordinario trabajo. Dios confía que
usted es la persona que faltaba para que
todo resulte en su iglesia. Dios quiere
utilizarlo poderosamente. Por favor; no
deje de confiar en Dios, porque Dios ya
colocó toda su confianza en usted.
Bienvenido al equipo de Mayordomía
Cristiana.
Pr. DANIEL VILLAR E.
Ministerio de Mayordomía Cristiana
Unión Peruana del Sur
4
Estratégicos
El 2015 continuaremos trabajando con
cinco estrategias claras en mayordomía
cristiana:
1. Seminarios de Enriquecimiento Espiri-
tual. Después que una persona es
bautizada inmediatamente debe
realizar el SEE I y de esta manera
consolidar su nueva vida espiritual.
Además; daremos un énfasis especial
para toda la feligresía con el SEE V
“Comunión y Profecía”.
2. Probad y Ved. Cada sábado los
testimonios “Probad y Ved” deben ser
proyectados. Ninguna iglesia urbana
tiene justificación para dejar de proyec-
tarlos. Además; ningún programa de
aniversario, ceremonia, u otra liturgia
debe desplazar la visualización de estos
testimonios.
3. 24 Horas de Mayordomía. Cada tercer
sábado o según indique el calendario
denominacional desarrollamos un
sábado completo a la educación y
promoción de la mayordomía cristiana
por medio de la Recepción de Sábado,
Estudio en Grupos Pequeños, Sermón
del Culto de adoración y Sermón para
Culto Joven.
4. Semana de Mayordomía. Durante el
año tenemos 02 semanas de mayor-
domía: Revive2.0 y el Impacto Mayor-
domía. Revive es la semana de mayor-
domía vía satélite; aquí un solo pastor
Frentes
Mayordomía
24 Horas de
experimentado en mayordomía llega a
todas las iglesias por medio del satélite
durante las noches; mientras las familias
son visitadas durante el día. Por otra
parte; Impacto mayordomía tiene un
predicador para cada iglesia durante las
noches y un equipo especial de
visitación durante el día. Además; cada
campo selecciona una zona o ciudad
para realizar el impacto durante la
semana y cerrar con un programa
estelar el sábado final por la tarde.
5. Equipo Distrital de Mayordomía. Los
EDM ya comenzaron en un 30% a
40% de los distritos de cada campo.
Los distritos con EDM tienen el desafío
de llegar a la iglesia 1 a 2 veces al año
con el programa “Un Día de Reaviva-
miento”.
Ahora permítame detallar en qué consiste
24 horas de mayordomía. Como mencio-
namos anteriormente cada tercer sábado
del mes, o según indicare el calendario
denominacional, dedicamos 24 horas al
estudio, promoción, y predicación del
ministerio de mayordomía cristiana, por
medio de devocionales, estudios interacti-
vos y sermones a través de cuatro
actividades básicas:
a. Recepción de sábado. Cada viernes se
recibe el sábado en Familia utilizando el
libro “Meditaciones para la Recepción
de Sábado”.
5
Sermonario de
Mayordomía para
Culto de Adoración
y Culto Joven
b. Estudio de Mayordomía en Grupos
Pequeños. Cada tercer viernes del
mes, o según indique el calendario
denominacional, se desarrolla un tema
de mayordomía en Grupos Pequeños
utilizando el libro “Estudios para
Grupos Pequeños”.
c. Sermón de Mayordomía para Culto de
Adoración. Cada tercer sábado del
mes o según indique el calendario
denominacional se predica el sermón
de mayordomía para la iglesia utilizan-
do el libro “Sermonario de Mayordo-
mía para Culto de Adoración y Culto
Joven”.
d. Sermón de Mayordomía para Culto
Joven. Cada tercer sábado del mes o
según indique el calendario denomina-
cional se predica el Tema de Mayordo-
mía para el Culto Joven [antes llamada
Sociedad de Jóvenes Adventistas]. Aquí
nuevamente utilizamos el libro
“Sermonario de Mayordomía para
Culto de Adoración y Culto Joven”.
Los sermones de mayordomía han sido
seleccionados de diferentes fuentes como
la Unión Mexicana Central, Union Colle-
ge, División Euroafricana, Loma Linda
University y Unión Peruana del Sur, en su
mayoría y otros. Agradecemos la colabo-
ración de quienes participaron de la
producción de estos enriquecedores
temas.
A continuación presentamos algunas
recomendaciones:
CULTO DE ADORACIÓN
a. El sermón de mayordomía debe ser
predicado en el Culto de Adoración el
sábado de mañana y según indique la
fecha establecida.
b. Puede ser predicado por el Director de
Mayordomía de la iglesia local o por
algún otro líder o hermano. Lo impor-
tante es que quien predique se prepare
cabalmente y con responsable anterio-
ridad.
c. Si ya existe un rol de predicadores para
su iglesia local comparta el sermón
correspondiente del mes con la perso-
na responsable, y anímelo a predicar
fervorosamente.
d. Antes de los anuncios y después de la
Escuela Sabática, el área de Tesorería
podría dar un pequeño informe de
diezmos, ofrendas y nuevos donantes.
Este informe no debería durar más de
10 minutos.
e. Antes de la recepción de diezmos y
ofrendas no olvide proyectar los
testimonios “Probad y Ved”. Nunca
debe pasarse por alto esta sección. Hay
hermosos e impactantes testimonios
que visualizados en 3 a 5 minutos
podrían ayudar a un hermano que está
luchando por ser fiel.
CULTO JOVEN
a. El sermón de mayordomía para Culto
Joven debe ser predicado como
6
mensaje central del Culto Joven el
sábado por la tarde, y según indique la
fecha establecida.
b. Puede ser predicado por el Director de
Mayordomía, Director de Jóvenes u
otro líder o hermano de la iglesia local.
Lo importante es que quien predique
se prepare cabalmente y con responsa-
ble anterioridad.
c. Comparta el sermón correspondiente
del mes con el Director de Jóvenes o la
persona responsable, y anímelo a
predicar fervorosamente.
d. Inmediatamente después del Sermón
debería proyectarse los testimonios
“Probad y Ved”. Luego los diáconos
pueden recibir las ofrendas.
Cada sermón para el Culto de Adoración
como Culto Joven es sugerente. Sin
embargo; esperamos que quien predique
en el día de 24 horas de Mayordomía
predique también sobre mayordomía.
Recuerde que es el único sábado que se
habla de mayordomía durante el mes. A
veces nos sorprenden visitas o predicado-
res itinerantes; a veces también algún
programa de la iglesia local compite con
este sábado de mayordomía. Nuestro
ruego es que usted como Director de
mayordomía coordine previamente con
el pastor distrital y el anciano de turno
para que se cumplan los objetivos de
mayordomía en cada sábado correspon-
diente del mes.
Que Dios lo bendiga ricamente. Desde la
Unión Peruana del Sur estaremos orando
por usted y su familia; por su vida espiritual
y por su mejor desempeño en este
ministerio.
Pr. DANIEL VILLAR E.
Ministerio de Mayordomía Cristiana
Unión Peruana del Sur
7
INTRODUCCIÓN
En poco tiempo Saúl olvidó de dónde
había venido. Descendía de la tribu más
pequeña, la de Benjamín; además, dentro
de las tribus, su familia era una familia
común. Aunque era el más alto de todos,
su autoestima era pequeña. Sin embargo;
pronto cambiaría su vida. Después de
recibir de parte de Dios, los honores
como rey y tener una posición, su vida dio
un giro completo. De ser sencillo y humil-
de se volvió en un hombre soberbio y
petulante; de un ser tímido en un hombre
amenazador; de seguro y tranquilo en un
hombre celoso y desesperado. Demasia-
do pronto se olvidó quién era y de dónde
había venido; pero sobretodo se olvidó
de Dios. Saúl no supo administrar las
bendiciones y privilegios que Dios le había
concedido. Dios le otorgó un nombre, un
lugar, reconocimiento, y mucho más;
pero él no supo ser un fiel mayordomo de
todo lo que Dios le regaló.
Dios le daría a Saúl repetidas oportunida-
des para cambiar, repetidas ocasiones
para comenzar de nuevo; lamentable-
mente las desaprovechó todas. En su
inmenso amor Dios le habló una y otra
vez. Dios siempre habla, lamentablemen-
te el hombre no siempre escucha.
Escuchó la reprensión de Dios por medio
del profeta Samuel, por medio de su hijo
Jonatán, por medio de su hija Mical, por
medio de su ejército israelita, por medio
de batallas perdidas, por medio de su vida
salvada por quien él consideraba su mayor
enemigo, David; pero todo esto sólo trajo
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 24 de enero
Unavida
Destruida
TEXTO BÍBLICO
1 Crónicas 10.
8
apenas un pequeño momento de
reflexión, o quizá mejor un momento de
remordimiento de unos cuantos días de
duración; pero pronto ese sentido de
reflexión fue ahogado por el sentimiento
de celos irracionales, por un espíritu de
persecución sin sentido a un hombre
inocente.
CONTENIDO
El capítulo 10 de 1 Crónicas es muy
similar al capítulo 31 de 1 Samuel. Existen
apenas pequeños detalles que suman la
historia; pero en su mayoría son casi
idénticos. 1 Crónicas describe el ocaso de
un rey que por sus malas decisiones, su
testarudez, su obstinación, su rebeldía
absurda, su resistencia al Espíritu Santo, y
su persistencia en hacer su propia volun-
tad, trajo ruina para su vida, para el pueblo
de Israel y para su propia familia. Ojalá las
consecuencias del pecado cayeran sólo
sobre el pecador. Ojalá sólo el pecador
afrontara con su desdicha; pero esto no es
cierto. El pecado siempre arrastra conse-
cuencias sobre otros; y muchas veces
sobre quienes más amamos. Una mala
administración o mayordomía de la vida
misma trae grandes pérdidas.
UN PUEBLO DESTRUIDO
El v. 1 comienza describiendo la derrota
de los israelitas a mano de los filisteos.
Sólo ser derrotado ya es un gran motivo
de tristeza; pero tener que huir del
enemigo es más humillante. Parece que
filisteos e israelitas protagonizaban una
batalla clásica de sus tiempos. Perder ante
su clásico rival duele más. Ahora; en
aquellos tiempos la derrota de una nación
no era apenas la derrota de un pueblo. En
el Antiguo Cercano Oriente (ACO) las
batallas significaban la lucha de los dioses
mismos. Por lo tanto; aquí no se trataba
apenas de filisteos e israelitas sino de
Jehová versus Dagón.
El texto bíblico narra que los israelitas
fueron heridos y cayeron finalmente en el
monte de Gilboa. El líder de Israel era
Saúl. El responsable en gran medida de las
victorias o derrotas de su nación era él
mismo. El pueblo llega hasta donde el
líder alcanza. Si tan sólo Saúl hubiera
buscado a Jehová, entonces, Jehová lo
hubiera librado de todas sus batallas. Pero
quien decide alejarse de Dios queda a
merced de sus enemigos. Estar lejos de
Dios le costó la derrota de su misma
nación.
UNA FAMILIA DESTRUIDA
El v. 2 registra de forma intencional que
los filisteos no estaban contentos con
ganar sólo la batalla, ellos querían al rey y
sus hijos. No quedarían satisfechos sólo
con ganar, ellos los seguirían hasta
destruirlos. Aquél día morirían los tres
hijos de Saúl: Jonatán, Abinadab y Malqui-
súa. Seguramente al oyente le dolerá más
la muerte de Jonatán ¿Por qué tuvo que
morir un valiente y buen hijo? No
podemos explicarlo. Pero la terca y oscura
vida espiritual de Saúl trajo destrucción
también para su familia. Así es el pecado.
No sólo afecta al hijo consumidor de
drogas, afecta también a la dignidad de sus
padres; no sólo afecta al esposo borracho,
afecta también a la salud de la esposa; no
sólo a la mujer celosa, también a la estabi-
lidad de los hijos; no sólo al feligrés con un
mal testimonio, también al buen nombre
de la iglesia. Las consecuencias de un
pecado nunca son aislados. Un pecado
puede destruir una familia, una empresa,
9
un equipo, una nación, una sociedad, el
mundo entero. Por el pecado de Saúl sus
tres hijos murieron en un mismo día.
UN REY DESTRUIDO
Los vv. 3-4 describen los minutos finales
de la existencia del rey Saúl. El texto
bíblico es ahora más enfático y declara que
la batalla arreciaba contra Saúl mismo.
Parece que los filisteos no descansarían
hasta verlo muerto. Los flecheros lo
alcanzaron a cierta distancia mientras él
huía. Entonces una flecha atraviesa parte
de su cuerpo. Ahora sólo queda pedir
auxilio divino. Seguir huyendo es casi
imposible. Sólo queda quebrantarse ante
Dios, confesar todos los pecados y pedir
la misericordiosa mano de Dios.
Saúl al igual que Sansón, en la última
oportunidad de su vida, pudo haber
implorado el perdón de todos sus
pecados y solicitar la ayuda divina, pero no
lo hizo. Saúl no sería el único rey que
registrase la Biblia que haya sido herido en
batalla: Josías (2Crónicas 35:23), y Acab
también pasaron la misma experiencia.
Incluso Manasés; considerado el peor de
los peores reyes de Israel después de ser
capturado por los asirios y llevado a
Babilonia con cadenas y puesto en angus-
tias, se humilló y oró al Señor. Después de
haberse humillado Jehová le restauró el
reino y el rey comenzó una reforma
completa en todo su gobierno. Por lo
tanto; Saúl no estaba aún perdido. Dios le
estaba concediendo una última oportuni-
dad. Lamentablemente él no quiso
aceptarla. Prefirió suicidarse que rendirse
en el último momento a Dios. Prefirió
quitarse la vida que entregarla a Jehová.
UN SERVIDOR DESTRUIDO
Es triste que aún en su misma muerte Saúl
influyó en su escudero para morir también
(v. 4). El suicidio de uno generó el suicidio
de otro. Pareciera el noticiero de las
10:00 pm o la portada del diario principal
de la ciudad: “Rey se suicida y su protector
también”. La muerte de Saúl no acabaría
allí. Aún muerto siguió trayendo muerte
para otros. En vez de inyectar vida en
otros ocasionó dolor, sufrimiento y
muerte.
UN TERRITORIO DESTRUIDO
Aquella batalla no solamente terminaría en
pérdida de hombres. Los israelitas se
llenaron de miedo y huyeron al igual que
su líder Saúl. El pánico se apoderó de ellos
y abandonaron sus ciudades. El enemigo
no sólo ganó la batalla, ganó también más
territorio. Los filisteos se apoderaron de
las ciudades fronterizas y habitaron en
ellas (v. 7). Ésta batalla no fue una más.
Esta batalla golpeó fuerte sobre el honor y
dignidad de los israelitas ¡Cuántas cosas se
perdieron por causa de un hombre terco
e insensible a la voz de Dios! ¡Cuántas
cosas perdemos por ser egoístas y autosu-
ficientes! Cuando no le damos a Dios el
lugar que le corresponde y lo que él nos
pide siempre perdemos. Y a veces lo
perdemos todo.
UN TESTIMONIO DESTRUIDO
Anteriormente mencionamos que en el
contexto del ACO las batallas significaban
la lucha de los dioses. Era la batalla entre
Jehová y Dagón. Lamentablemente los
filisteos, ahora, tenían la excusa perfecta
para no creer en Jehová. Si su rey y su
pueblo no nos pueden vencer, razonaban
los filisteos, cómo vamos a creer en su
10
Dios. Saúl fue el hazmerreír de los
filisteos. A Saúl le cortaron la cabeza, y
juntamente con sus armas, fueron a parar
en el templo de Dagón, como señal de
quien es el más fuerte (vv. 8-10). Muchas
veces nuestro Dios es cuestionado por los
incrédulos por causa de nuestros actos.
Saúl fue levantado por Dios para ser un
testimonio poderoso para las naciones,
pero terminó trayendo desgracia e
incredulidad sobre ellos. Ahora; creer en
Jehová como el único y verdadero Dios
sería más objetable para los filisteos.
Empero, los de Jabes de Galaad vindica-
rían el nombre de Jehová al recuperar el
cuerpo de Saúl y sus hijos (vv. 11-12).
SÍNTESIS DE UNA VIDA DESTRUIDA
Los vv. 13-14 resumen brevemente las
causas del ocaso del rey Saúl. En primer
lugar el cronista destaca la primera causa
de muerte de Saúl: la Rebelión; y especifi-
ca que esa rebelión fue a la palabra de
Jehová, al no obedecerla. Algunas versio-
nes traducen rebelión como infidelidad.
Un hijo o hija de Dios necesita escuchar la
voluntad divina cada mañana por medio
de su Palabra. Pero no es suficiente
escuchar, se necesita obedecer la Palabra,
ser fiel a los preceptos del Señor. El profe-
ta Samuel fue muy específico con las
ordenanzas de Jehová para con Saúl.
Samuel le reveló detalladamente qué
quería Dios. Pero Saúl quiso hacer como
a él le parecía, quiso que prevalezca su
voluntad; y cuando su voluntad era descu-
bierta, quiso justificar sus decisiones. La
rebelión es un rechazo a la autoridad
divina. Saúl no fue un fiel mayordomo
porque desobedeció a Dios en su palabra.
Hoy podemos cometer el mismo pecado
de Saúl: establecemos nuestros propios
horarios para guardar el sábado, y luego
nos justificamos; devolvemos parte del
diezmo o lo desviamos como ofrenda o
simplemente no lo devolvemos, y luego
nos justificamos; vamos a una fiesta sólo
para “saludar” y luego terminamos bailan-
do, y luego nos justificamos, ingerimos un
poco de cerveza para no quedar mal
socialmente, luego nos justificamos; nos
comprometemos sentimentalmente con
un hombre o mujer no adventista, y luego
nos justificamos. Es la misma actitud de
Saúl: Rebelión, hacer mi propia voluntad,
lo que yo quiero. Como resultados
somos hallados infieles mayordomos ante
el Señor.
La segunda causa de muerte de Saúl fue:
no consultar a Jehová. Esta falta está
íntimamente relacionada con la primera;
quien se rebela a la autoridad no la consul-
ta. Cuando no respetamos a alguien no le
pedimos permiso. Si un hijo de Dios no
consulta a Jehová ¿a quién consulta enton-
ces? ¿A sus amigos? ¿A sus asociados?
¿Escuchó alguna vez la historia de
Roboam? Salomón había muerto y en sus
últimos años había sido muy duro con el
pago de los impuestos. Entonces los
líderes de las tribus israelitas pidieron que
él sea más clemente. Entonces; Roboam
consultó a los ancianos y ellos le aconseja-
ron que accediera al pedido del pueblo y
ganaría inmediatamente su corazón. Sin
embargo; Roboam cometió el error de
consultar también a sus amigos. Sus
inexpertos amigos le recomendaron que
fuera más duro todavía que su padre, para
ganarse el respeto y autoridad. Resultado:
Roboam perdió el reino y se quedó
11
solamente liderando a la tribu a la cual
pertenecía. ¿A quién consulta usted sus
decisiones? ¿Es Dios el principio de sus
decisiones? ¿Prefiere consultar a quienes
les dirán sí a todo lo que usted pide?
Saúl fue más lejos. Saúl no sólo dejó de
consultar a Jehová en varios episodios de
su vida, sino que cuando Jehová no le
quiso responder le consultó al enemigo
de Dios. Aunque el profeta Samuel ya
estaba muerto, y Jehová no contestaba
por ningún sacerdote no era justificación
para consultar a una adivina. La adivina le
dijo todo lo que Dios ya había determina-
do sobre él. No dijo nada nuevo. Pero su
pecado consistió en recurrir al enemigo
de Dios ¿Qué consejo puede dar el
enemigo de Dios a un hijo de Dios? Hoy
los enemigos de Dios te pueden aconse-
jar: ¡Pero si es sólo un vaso! ¡Dios te va a
perdonar! ¡Si se aman pueden tener
relaciones sexuales! ¡Pero si en un mes ya
estarán casados! ¡Es sólo un examen en
sábado, Dios comprenderá! ¡Mejor entre-
gue el diezmo a los pobres, ellos lo
necesitan más! ¡Mejor utilicemos el
diezmo para construir el templo, acaso no
es lo mismo!
Lea con cuidado el versículo catorce. La
Biblia dice que Jehová mató a Saúl. Al
repasar la historia vemos que Saúl se
suicida solo ¿Qué quiso decir el cronista?
Así como Dios proveyó oportunidades
para que Saúl se arrepintiese, así también
Dios determinó su fin para siempre. Es
cierto el dicho que dice: “mientras hay
vida hay esperanza”. Saúl no se humilló
después de ser herido, tampoco lo haría si
Dios lo salvaba. Por lo tanto; su muerte
estaba determinada. Saúl en un mismo día
perdió la batalla, perdió sus ciudades,
perdió a su escudero, perdió a su familia,
perdió su reino y perdió para siempre su
vida. Saúl lo perdió todo en un mismo día.
LLAMADO
La vida de Saúl nos enseña que no
podemos rebelarnos ante Dios impune-
mente. Dios es bueno. Dios es misericor-
dioso, y más de lo que imaginamos. Pero
la gracia de Dios también tiene un límite.
No podemos ser infieles a Dios todo el
tiempo. Cuando la gracia de Dios se retira
entonces los juicios caen inminentemen-
te.
Hoy podemos tomar una decisión definiti-
va: terminar nuestra vida como la de Saúl,
o comenzar una nueva vida al lado de
Dios. Esto significa serle fieles, en todo. En
el más mínimo detalle. En la comunión
diaria cada mañana y durante el resto del
día, en la observancia del día sábado, en la
abstinencia de todo lo que dañe nuestro
cuerpo, en la vigilancia de todo lo que
ingresa por nuestros sentidos, en la
devolución fiel del diezmo, en la entrega
generosa de las ofrendas, en el cumpli-
miento de la misión, en permanecer
puros hasta el matrimonio, en mantener
nos fieles dentro del matrimonio, etc…
Mayordomía significa una vida de fidelidad
completa a Dios. Mayordomía es agradar
a Dios en todo. Entonces, nuestra vida no
terminará destruida sino que será un claro
y poderoso testimonio en favor de Dios,
de la iglesia y de los hombres.
Pr. DANIEL VILLAR E.
Ministerio de Mayordomía Cristiana
Unión Peruana del Sur
12
Líder!
¡Cristo
esel
TEXTO BÍBLICO
1 Corintios 1:12.
«Yo sigo a Pablo; otros afirman:
Yo, a Apolos; otros: Yo,
a Cefas; y otros:Yo, a Cristo».
CULTO JOVEN
Sábado 24 de enero
Un líder es aquel que tiene seguidores.
De acuerdo al texto bíblico, Pablo, Apolos
y Cefas, eran líderes, y sus seguidores se
hallaban entre los miembros de la iglesia
primitiva de hace unos dos mil años; pero
es hasta finales del siglo XX que el tema
del liderazgo adquirió renombre en el
mundo de las organizaciones. Es hasta
entonces que surgen los expertos en
liderazgo, y con sus consejos inundaron el
mercado con miles de libros, proponien-
do enfoques de liderazgo capaces de
conducir al éxito individual y organizacio-
nal. El impacto de estos pensadores es tan
poderoso, que los más influyentes fueron
elevados a la categoría de «gurús», palabra
de origen hindú que significa, «maestro»,
«guía».
Una empresa llamada Leadership Gurus
International, algo así como, «Gurús
internacionales de liderazgo», se dedica a
hacer encuestas mundiales para estable-
cer quiénes son los 30 gurús del liderazgo
más influyentes. Así es como John
Maxwell, un experto en liderazgo que ha
vendido unos 14 millones de sus libros, ha
ocupado el primer lugar de la lista. Otros
gurús en los primeros lugares son Robin
Sharma,Tom Peters, Stephen Covey, Ken
Blanchard y Warren Bennis. Estos
hombres son tan influyentes en el mundo
de las organizaciones, que por ejemplo,
13
Tom Peters, ha sido llamado, «gurú de
gurús»; y a Warren Bennis, la revista
Forbes, una publicación especializada en
negocios y finanzas, lo describe como, «el
decano de los gurús de liderazgo».
Individuos y organizaciones, todos necesi-
tamos de un líder a quien seguir, un líder
que nos marque el rumbo, y en la iglesia
de Corinto sus miembros no eran la
excepción. Pero había confusión entre
ellos, pues no estaban seguros del
modelo a seguir. Por eso unos decían: «Yo
sigo a Pablo»; y otros afirmaban: «Yo, a
Apolos»; pero otros decían: «Yo, a Cefas»;
y otros, acertadamente afirmaban: «Yo, a
Cristo».
Entonces, ¿a quién seguir? ¿Quién es mi
líder? ¿Quién se ha ganado mi confianza y
obediencia, para hacer todo cuanto me
mande, a fin de triunfar en la vida?
CRISTO ES EL MODELO
Como cristianos es fácil decir que Cristo
es nuestro líder, que obedeceremos los
principios de su reino. Pero, antes de
comprometernos, primero analicemos
cuatro poderosas razones por las que en
verdad Cristo es el modelo a seguir.
Después de ser persuadidos por estas
razones, entonces sí, podremos compro-
meternos a obedecerle, y lo haremos
porque habremos probado que no hay
líder como él.
Por cierto, son los mismos gurús del
liderazgo quienes coinciden en señalar
estas cuatro características que definen a
un verdadero líder. Número uno: Visión;
dos: generador de cambio; tres: trabajar
en equipo, y cuatro: conocimiento de sí
mismo.
Ahora vamos a repetir estas características
una por una, y a medida que lo vayamos
haciendo veremos si se aplican al lideraz-
go de Cristo. Si comprobamos que se
aplican y si aún van más allá, entonces no
habrá duda: él es el líder por excelencia, y
es a él a quien debemos seguir. Vamos a la
primera característica: visión. Los exper-
tos enseñan, que el líder debe tener una
visión más allá de sus fronteras y abarque
el mundo entero. Entonces, si los gurús
del liderazgo proponen una visión
mundial, ¡la de Cristo es universal! Si la
segunda característica es que el líder debe
ser un generador de cambio, pues
Jesucristo cambió la historia en antes y
después de Cristo, y es más espectacular
el cambio que genera en el corazón del
hombre al hacerlo nacer a una nueva vida.
¡Qué líder humano podría generar un
cambio así! Si en tercer lugar un líder debe
saber trabajar en equipo, Jesús no solo
armó un poderoso equipo de trabajo,
sino que nos integró a ese equipo, orando
para que fuéramos uno entre nosotros y
uno con él. Y en cuarto lugar, si un líder
debe tener conocimiento de sí mismo,
Jesús lo tenía, sabía que era el Mesías, y
cuando se presentaba como tal, ¡hasta los
demonios temblaban!
Allí tenemos las cuatro características
aplicadas al liderazgo de Cristo. Desde el
punto de vista de los expertos, ¿son
suficientes para probar que Jesús es el
líder incomparable? ¡Absolutamente!
Queda demostrado: Jesús es el Líder.
Cuando en 2008 la economía mundial
entró en recesión, un perspicaz director
de recursos humanos de cierta compañía
hacía observar, que como por arte de
14
magia los gurús del liderazgo desaparecie-
ron, y no había siquiera uno capaz de
aportar soluciones para sacarnos de la
crisis económica. Sarcástico agregaba, que
en cuanto volviera la bonanza financiera,
entonces los gurús volverían a aparecer.
Este ejecutivo concluía su análisis con esta
pregunta: «¿Es que no hay nadie capaz de
guiarnos?». Cuando las grandes crisis de la
vida aparecen, no hay ser humano que
pueda resolverlas. Sólo Cristo tiene el
poder para hacerlo.
CRISTO, GARANTÍA DE ÉXITO
Cuando elegimos a un ser humano como
modelo de liderazgo, Pablo advierte que
estamos «actuando con criterios huma-
nos» (1 Corintios 3:4). Él mismo, sabien-
do que era humano, se pregunta: «¿Qué
es Apolos? ¿Y qué es Pablo?» (vers. 5).
Con esta pregunta deja constancia de que
Apolos, Cefas o él mismo, eran solo seres
humanos, simples mortales incapaces de
resolver nuestros grandes problemas. Por
eso, para apartar nuestra mirada de los
hombres y hacer que pongamos nuestros
ojos en Jesús, nos hace saber, que «Dios
ha dado el crecimiento», y que «no cuenta
ni el que siembra ni el que riega, sino solo
Dios, quien es el que hace crecer» (vers.
6, 7).
Subrayemos dos conceptos básicos
enseñados en estos versículos. Primero:
Dios es el que hace crecer, no el hombre.
Si afirmo que Jesús es mi líder, y luego
obedezco su consejo, entonces el resulta-
do será crecimiento, desarrollo, multipli-
cación y bendición en las diferentes áreas
de mi vida. Y todo esto es el resultado de
una fiel mayordomía. Segundo: «no
cuenta ni el que siembre ni el que riega,
sino solo Dios, quien es el que hace
crecer». Es decir, para que hubiera
crecimiento, Apolos regaba, Cefas
también; el mismo apóstol Pablo lo hacía,
pero a pesar de sus influyentes liderazgos,
eran solo instrumentos que Dios usaba
para el crecimiento de su iglesia. Por lo
tanto, Pablo concluye dándole todo el
crédito a Dios: «no cuenta ni el que
siembra ni el que riega, sino solo Dios,
quien es el que hace crecer». El
crecimiento individual u organizacional, la
multiplicación, el desarrollo, eso lo da
Cristo, el líder. Por eso la gloria es solo
para él.
Los expertos proponen varios modelos
de liderazgo. Cada uno asegura, que si
usted sigue sus principios, el éxito está
asegurado. Entonces, ¿qué modelo
seguir? ¿El del apóstol Pablo o el de John
Maxwell, el de Stephen Covey o el de
Cristo? Cuando una organización es
establecida, sus fundadores lo hacen
pensando en el éxito, jamás en el fracaso.
Igual sucede con las personas; también
vivimos pensando en el éxito, en lograr las
metas de nuestras vidas. Para lograrlo, ¿los
consejos de quién vamos a seguir? En
1989, Stephen Covey, uno de los gurús
del liderazgo, publicó un libro titulado: Los
7 hábitos de la gente altamente efectiva.
Una de sus secciones lleva el siguiente
título: Pensar en ganar/ganar. Con solo
estos datos, ¿cuál se imagina usted es el
propósito del libro? ¡Por supuesto!
¡Mostrarle a las personas cómo pueden
llegar a triunfar en la vida, cómo ser
exitosos! El mismo Covey ha tenido tanto
éxito con esta publicación, que se ha
15
convertido en uno de los libros más
vendidos de todos los tiempos: ¡unos 15
millones de ejemplares! ¿Por qué? Porque
las personas anhelan triunfar, ser exitosas,
y desean que alguien les enseñe cómo
serlo, y cuando por ahí aparece un líder
que sea convincente, multitudes están
dispuestas a comprar sus secretos y
obedecer sus consejos.
OBEDECEMOS A UN MODELO
Vivimos en un mundo dominado por la
economía capitalista. Si no somos
cuidadosos, podemos fracasar en el
manejo de nuestras finanzas. ¿Hay conse-
jo en Jesucristo, nuestro líder para
librarnos de esta amenaza? ¡Por supuesto!
Por ejemplo, si lo material te causa
ansiedad, en Mateo 6:31 al 34, el líder
Jesucristo dice qué debemos hacer para
protegernos de ese mal: «No se preocu-
pen diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿Qué
beberemos? o ¿Con qué nos vestiremos?
Porque los paganos andan tras todas estas
cosas, y el Padre celestial sabe que
ustedes las necesitan. Más bien, busquen
primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas les serán
añadidas». Si usted sigue el consejo de su
líder, entonces vivirá confiado, sin
ansiedad material.
Otro ejemplo: si alguien siente compul-
sión enfermiza por acumular riqueza, en
Mateo 6:19 y 20 el líder Jesucristo dice
qué hacer: «No acumulen para sí tesoros
en la tierra, donde la polilla y el óxido
destruyen, y donde los ladrones se meten
a robar. Más bien, acumulen para sí
tesoros en el cielo». Si usted sigue este
consejo, ¿dónde estará su corazón? ¡En el
cielo!
¿Tiene problemas con deudas? Probable-
mente no puso en práctica el consejo que
en Romanos 13:8 su líder Jesucristo le da:
«No tengan deuda pendiente con nadie, a
no ser la de amarse unos a otros». Si usted
sigue este consejo, las deudas no lo
ahorcarán. ¿Ha sido fiador de alguien que
le quedo mal? Posiblemente pasó por alto
el consejo que en Proverbios 22:26 y 27
le da tu líder Jesús: «No te comprometas
por otros ni salgas fiador de deudas ajenas;
porque si no tienes con qué pagar, te
quitarán hasta la cama en que duermes».
¿Es sabio este consejo? ¡Por supuesto!
Entonces haga lo que su líder le aconseja.
¿No tiene ahorros, una provisión para
hacerle frente a emergencias? En Prover-
bios 21:20 el líder Jesús nos habla sobre la
sabiduría de ahorrar: «En casa del sabio
abundan las riquezas y el perfume, pero el
necio todo lo despilfarra». En Proverbios
13:11 hay otro consejo: «El dinero mal
habido pronto se acaba; quien ahorra,
poco a poco se enriquece». Ponga en
práctica este consejo, y luego cuénteme si
le fue bien. ¡Le irá bien!
¿Experimenta conflictos en su conciencia
relacionados con su fidelidad a Dios?
Quizás no está practicando el siguiente
principio enseñado por el líder Jesús en
Lucas 20:25: «Denle al César lo que es
del César, y a Dios lo que es de Dios».
Pruebe este consejo, devuelva el diezmo
fielmente y podrá contar a otros el resulta-
do. ¿Trabaja solo para usted, y se siente
mal porque no comparte con otros?
Seguro que está pasando por alto un
principio financiero que en Deuterono-
16
mio 16:16-17 nos enseña nuestro líder
Jesús. Dice: «... Y ninguno se presentará
delante de Jehová con las manos vacias;
cada uno con la ofrenda de su mano,
conforme a la bendición que Jehová te
hubiere dado». Si usted practica este
principio financiero, no solo será genero-
so con otros, sino que tendrá paz en tu
corazón.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
El liderazgo de Cristo como modelo a
seguir; el obedecer sus principios y
enseñanzas para triunfar en la vida; la
multiplicación y el crecimiento que solo él
pueda dar; la gloria y alabanza que solo a
él corresponde por hacernos crecer y
bendecirnos todo esto es principio y
fundamento de la mayordomía. Si
tomamos estos principios y los colocamos
como pilares en la construcción de
nuestra vida cristiana, estaremos edifican-
do sobre la roca que es Cristo, ¡EL LÍDER!
Podrán soplar vientos de destrucción,
sobrevenir toda clase de crisis, pero su
casa estará firme, sobre la Roca.
Quién quiere venir a Cristo, el líder, y
decirle: «yo te seguiré oh Cristo, donde-
quiera que estés; donde tú me guíes sigo.
Yo Señor, te seguiré.» ¿Quién quiere
seguirlo? ¿Quiere pasar al altar?
FUENTE:
Unión Mexicana Central
17
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 21 de febrero
Creadospara
Multiplicar
TEXTO BÍBLICO
Génesis 1:28
«Sean fructíferos y multiplíquense».
Este día traigo conmigo dos exquisitas
frutas (o algo saludable). Uno es para un
niño y el otro para una niña. Se los van a
ganar contestando dos preguntas fáciles.
Veamos, levante la mano el niño y la niña
que van a contestar las preguntas. Muy
bien, ya tenemos a los dos. La primera
pregunta es a la niña: ¿Cuánto es cinco
más cinco? Ahora la pregunta para el niño:
¿Cuánto es cinco por cinco? Excelente:
cinco más cinco es igual a diez, y cinco por
cinco es igual a veinticinco. Observen la
gran diferencia: ¡Cuando multiplicamos
cinco por cinco obtenemos un 150 por
ciento más que cuando sumamos cinco
más cinco!
Esta mañana queremos mostrar que el
principio milagroso de la multiplicación es
divino. Si en términos humanos la multipli-
cación es una operación matemática, en
términos bíblicos la multiplicación es una
operación divina. Vamos a mostrar que en
términos del reino de los cielos, el
significado de la multiplicación difiere del
significado que se le da en términos de la
tierra. ¿En qué consiste esta diferencia? En
que Dios multiplica para bendecir a otros,
en tanto que el hombre multiplica para sí
mismo.
18
ORIGEN DEL CONCEPTO DE
MULTIPLICACIÓN
Se dice que Pitágoras, un filósofo griego
que vivió en el siglo VI antes de Cristo, fue
el primer matemático puro de la historia.
A él se le atribuye la invención de las tablas
de multiplicación que todos aprendemos
en la escuela primaria, y por eso, de
alguna manera, se asocia su genio
matemático con los orígenes de la
multiplicación. Sin embargo, antes de
Pitágoras, Dios ya era Dios, y al remontar-
nos a la semana de la creación, lo encon-
tramos dando origen al principio bíblico
de la multiplicación.
En efecto, en la semana de la creación,
Dios ordenó que todo fuera multiplicado.
La orden se cumplió, y efectivamente
todo fue multiplicado. ¿Ha sido curioso en
preguntarse por qué Dios ordenó que
todo fuera multiplicado? ¿Será que lo hizo
para beneficio de sí mismo, como tende-
mos a hacer los seres humanos? ¡No!
Dios multiplicó para bendición de todos
los seres que poblarían la tierra, es decir, a
favor de los demás.
Por ejemplo, cuando usted lee Génesis
capítulo uno, encuentra que en el tercer
día de la creación Dios hizo la vegetación,
que incluye hierba, plantas y árboles de
toda especie, la cual debía producir semilla
para multiplicarse: «Y dijo Dios: ¡Que haya
vegetación sobre la tierra!; que esta
produzca hierbas que den semilla, y
árboles que den su fruto con semilla,
todos según su especie» (Génesis 1:11).
Pero toda esta creación vegetal, aún
desde la humilde hierba, debían producir
semilla para multiplicarse con un claro
propósito: que animales y seres humanos
tuvieran siempre alimento. Dios dijo: «Yo
les doy de la tierra todas las plantas que
producen semilla y todos los árboles que
dan fruto con semilla; todo esto les servirá
de alimento. Y doy la hierba verde como
alimento a todas las fieras de la tierra, a
todas las aves del cielo y a todos los seres
vivientes» (Génesis 1:29, 30).
En realidad, todos sin excepción, debían
multiplicarse. Cuando en el quinto día
Dios hizo las aves y los peces dijo: «Sean
fructíferos y multiplíquense; llenen las
aguas de los mares. ¡Que las aves se
multipliquen sobre la tierra! (Génesis
1:22). Al día siguiente, el sexto de la
creación, Dios hizo a los animales terres-
tres según su especie, porque también
debían multiplicarse: «Que produzca la
tierra seres vivientes; animales domésti-
cos, animales salvajes, y reptiles según su
especie» (Génesis 1:24). Así que por
donde se mire, el relato de la creación
está saturado de un principio que es de
origen divino: la multiplicación; y la
abundancia que resulta por el efecto
multiplicador del Dios Creador, es para
beneficiar de una u otra manera a todas
sus criaturas. ¡Alábenlo! Porque Dios es
bueno.
EL HOMBRE Y LA MULTIPLICACIÓN
Pero el hombre no podía quedar fuera del
efecto multiplicativo de la bendición del
Creador. Por eso, después de crearlos, el
relato bíblico nos dice que Dios «los
bendijo con estas palabras: Sean fructífe-
ros y multiplíquense» (Génesis 1:28).
Entiéndase bien lo que acabamos de leer.
El texto dice que Dios bendijo al hombre
con dos palabras: fructificar y multiplicar;
por lo tanto, la capacidad de fructificar, de
19
multiplicar, le ha sido dada al hombre
como una bendición de su Creador. Es
crítico y vital que este punto quede bien
claro en nuestra mente: ¡Dios nos creó
con la capacidad de fructificar y multiplicar!
Por otro lado, debemos aclarar, que esta
bendición multiplicativa no solo implicaba
que el hombre y la mujer podían engen-
drar hijos, sino que también incluía que
fueran fructíferos en la administración de
los vastos recursos que Dios recién había
creado. La palabra de Dios dice, que él
sometió al dominio del hombre todo lo
creado, poniéndolo «en el jardín del Edén
para que lo cultivara y lo cuidara»
(Génesis 2:15). Por eso es que Dios le dio
la capacidad de fructificar y multiplicar,
pues para que el hombre pudiera cultivar
y cuidar aquellos vastos recursos, debía
tener capacidad administrativa para hacer-
los productivos. Por ejemplo, solo piense
en la enorme capacidad que Adán y Eva
debían tener para inventariar todos esos
recursos. ¡Imagínelo!
Como efecto del pecado, el principio
bíblico de la multiplicación fue alterado en
el hombre. A esto se debe que tendamos
a multiplicar para nosotros mismos, en
lugar de hacerlo para beneficiar a otros,
como lo hace Dios. El hombre, ha tenido
que reaprender los fundamentos de la
multiplicación a lo largo de su historia. Por
ejemplo, aunque los babilonios gozan del
reconocimiento de haber sido grandes
recopiladores de tablas aritméticas, y se
les reconoce su mayor gusto por la
multiplicación que por la división, su
dominio de la ciencia de multiplicar era
rudimentario.
Los griegos gozan del prestigio de haber
hecho de la multiplicación su guía para
ordenar su conocimiento matemático.
Pitágoras era griego, pero aun así, la
multiplicación seguía en pañales. Si
dejamos el viejo continente y nos traslada-
mos a América, antes de que fuera coloni-
zada por los españoles, es cierto que
encontramos que entre los nativos del
Perú y otros pueblos había dominio de
ciertos conocimientos básicos sobre la
multiplicación, pero también eran
rudimentarios. En nuestro tiempo, es
hasta que vamos a la escuela primaria,
entre el segundo y tercer grado, que se
nos enseñan los fundamentos de la
multiplicación. Esto ocurre alrededor de
los ocho años de edad.
Ahora bien, todo este desarrollo del
conocimiento sobre la multiplicación a lo
largo de la historia, y luego el dominio de
sus fundamentos en la escuela primaria, es
cierto que es básico e importante, pero el
principio de aprender a multiplicar como
lo hace Dios, que multiplica para hacer
crecer su obra redentora y para beneficiar
a otros, es mucho más importante y
básico, por lo que debe ser aprendido en
cualquier etapa de la vida y practicado a lo
largo de toda la vida.
EL HOMBRE DEBE SABER
MULTIPLICAR
Cuidar y cultivar los recursos, es adminis-
trarlos con eficiencia multiplicativa,
fructífera. Dios mismo es fructífero en
todo cuanto hace. Su plan para la creación
del mundo fue fructífero. Su plan para la
salvación del pecador es fructífero, pues
cada día se siguen añadiendo a la iglesia los
20
nombres de los que serán salvos. A su hijo
Jacob, que es Israel, su pueblo, le garanti-
za diciendo: «Yo te haré crecer, y te
multiplicaré » (Génesis 48:4). Por eso
usted y yo somos parte del crecimiento y
la multiplicación que da Dios. La capacidad
de multiplicar, de hacer fructificar ya nos
ha sido dada, pero no estamos solos para
lograrlo, pues Dios ha empeñado su
palabra de hacernos crecer y multiplicar-
nos en todas las áreas del desarrollo
humano y cristiano.
Cuando Jacob bendice a su hijo José le
dice: «Rama fructífera es José, rama
fructífera junto a una fuente» (Génesis
49:22). Luego José trasladó esta bendi-
ción multiplicativa a su descendencia por
medio de su segundo hijo, a quien llamó
Efraín, que significa « ¡fructífero!». Note,
observe, que el ser fructífero sigue siendo
una bendición, exactamente de acuerdo a
la intención de Dios al bendecir al hombre
dándole la capacidad de fructificar y
multiplicar cuando lo creó. Jacob colocó
sus manos sobre su hijo José para bende-
cirlo diciéndole: «Rama fructífera es José,
rama fructífera junto a una fuente.» ¿Se
cumplió esa bendición? ¿Fue fructífero
José? ¡La Biblia dice que «el Señor estaba
con José y lo hacía prosperar en todo!»
(Génesis 39:3).
Pero José quiso asegurarse de trasladarle
esta bendición a su hijo. Sabemos lo
significativo que eran los nombres en la
antigüedad, y José, al buscar un nombre
para su hijo, encontró uno en el que iba la
semilla de la multiplicación: Efraín, «fructí-
fero ». Esa fue la herencia que había recibi-
do de su padre; esa fue la herencia que le
legó a su hijo. Es que la consigna de ser
fructíferos y multiplicativos, se transmite
de generación en generación, desde Adán
y hasta nuestros días. Por eso, a los que
vivimos en esta generación, se nos ha
heredado la capacidad de fructificar y
multiplicar que Dios le dio al hombre al
crearlo, y esto, con un claro propósito:
cuidar y cultivar con efecto multiplicativo
todo lo que Dios ha puesto bajo nuestra
mayordomía. Usted es Efraín, «fructífero»,
porque esa es la herencia que le ha legado
su padre que está en los cielos. Lo hizo
desde los días de la creación.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
Jesús, en cuyo nombre Dios redime a su
pueblo, nació en una pequeña aldea
llamada «Belén Efrata». ¿De dónde viene
lo de «Efrata»? Le viene de Efraín, «fructí-
fero », lo cual indica que de su seno, no
pudo nacer nada más fructífero que Jesús,
el Autor de nuestra salvación. ¿Puede
haber algo más fructífero que esto?
Cuando José fue nombrado gobernador
de Egipto, bajo la bendición del Dios
multiplicador, la Biblia dice que «juntó
alimento como quien junta arena del mar,
y fue tanto lo que recogió que dejó de
contabilizarlo. ¡Ya no había forma de
mantener el control!» (Génesis 41:49).
¿Puede usted creerlo? Solo Dios puede
multiplicar de tal manera que ya no haya
forma de contabilizar tanta abundancia. En
otra ocasión, Jesús tuvo que echar mano
de su capacidad multiplicativa, para
alimentar a una multitud de cinco mil
hombres hambrientos, sin contar las
mujeres y niños.
21
Estos dos eventos ilustran, que cuando
Dios multiplica lo hace de manera geomé-
trica. ¡Hace sobreabundar! Sí, Dios está
empeñado en fructificarnos y multiplicar-
nos, porque somos parte de la descen-
dencia que él prometió hacer crecer y
multiplicar; y ya sabemos que lo que él
promete, lo cumple. «Yo te haré crecer, y
te multiplicaré», dice el Señor en Génesis
48:4.
Uno de los requistos bíblicos que Dios
exige para multiplicar su benciones en
usted y para otras personas, es el diezmo.
Dios lo bendice a usted dándole un
trabajo, una pensión, o alguna otra bendi-
ción. Luego usted al diezmar multiplica la
bendición de Dios para otros; porque con
el diezmo se sustenta el avance del
evangelio en muchos lugares; y aún en
zonas remotas e inaccecibles, y si alcanza
a personas que nunca conocieron de
Jesús.
¿Quién desea que el Señor lo haga crecer?
Levante su mano por favor. ¿Quién quiere
que el Señor le multiplique? Diga, «yo
quiero», levantando su mano. Ahora bien,
hay alguien que quiera decirle al Señor:
«Señor, sé que me has bendecido con la
capacidad de fructificar y multiplicar. Por
favor, te ruego que me ayudes a ser como
Jacob, como José, como Efraín. Ayúdame
a ser fructífero, a ser multiplicador de
bendición, para beneficiar a tu iglesia y a
los demás.» ¿Hay alguien que quiere
hacerle esta oración al Señor? Por favor,
póngase en pie y acérquese al altar todo
aquel que quiera hacerle esta oración al
Señor. Vamos a orar.
Fuente: Unión Mexicana Central
22
CULTO JOVEN
Sábado 21 de febrero
Usemosloque
Tenemos
TEXTO BÍBLICO
Mateo 25: 14-30.
Suena como jactancia, ¿verdad? El primer
siervo contestó: «¿Qué he estado hacien-
do? Bien, tú me diste cinco y yo gané
cinco más». El segundo siervo, de modo
semejante, informó: «Me diste dos y
conseguí dos más». Es como si estos dos
hombres vinieran a su amo y quisieran
que él notara sus realizaciones. «Mira lo
que hemos hecho. ¿No estás orgulloso de
nosotros?».
Pero eso no es lo que realmente ocurrió.
La historia es la siguiente: Un hombre salió
de viaje y dejó sus bienes a sus siervos
más leales. Sencillamente dividió su
riqueza entre ellos. No les dijo que volve-
ría. No les dijo que invirtieran el dinero.
No les dijo que iban a ser juzgados por lo
que hicieran con lo que les daba. No les
dijo que quería el dinero cuando regresa-
ra. Sin embargo, en alguna forma ellos
sabían estas cosas. Tal vez estaba implícito
que el amo «más grande» diera sus bienes
a los siervos «más pequeños». Tal vez se
debió a que conocían su personalidad y
sabían lo que implicaban sus dones.
Cuando regresó, estaban preparados para
devolverle lo que les había dado. El
primer siervo regresó con sus cinco
talentos y cinco más. El amo estaba
satisfecho. El siguiente siervo volvió con
dos talentos adicionales además de los
que el amo le había dado. La felicitación
23
«bien hecho» sonó en sus oídos.
El tercer siervo, sin embargo, volvió con
un solo talento. No había hecho nada con
lo que el amo le había dejado. El amo se
disgustó mucho, no simplemente porque
necesitaba el interés sobre su dinero, sino
porque este siervo, por temor; no había
hecho nada. Así que el amo dio ese
talento al que tenía diez y despidió al
tercer siervo. No podía aceptar el servicio
de alguien que le temiera.
CONTEXTO DEL JUICIO
Al contar este relato, Jesús lo puso en el
contexto del juicio y de la preparación.
Estaba diciéndonos que no sabemos
cuándo ocurrirá el juicio, de modo que
debemos estar preparados. Entonces
explicó cómo hemos de estar preparados.
Nos recuerda que debemos estar prepa-
rados, no prepararnos. Prepararse es para
los no cristianos. Los que no conocen a
Cristo y su salvación necesitan prepararse.
Pero los cristianos que conocen la fuente
de su salvación reciben la instrucción de
estar preparados, lo que implica un estado
de preparación. En Colosenses 1: 12 nos
habla acera del «Padre que nos hizo aptos
para participar de la herencia de los santos
en luz».
Esto no implica negligencia ni letargo. Al
contrario, somos vigorizados con alegría
ante la perspectiva de nuestro futuro: un
futuro asegurado en el Padre y el Hijo por
medio del ministerio del Espíritu Santo.
Por causa de esto, permitiremos que Dios
termine la obra que comenzó en
nosotros cuando nos convertimos. Nues-
tros caracteres son transformados, el
pecado es atacado y vencido en su fuente
y el amor se expresa mediante nuestras
acciones y reacciones.
LA FIGURA DE UN ESCLAVO
Jesús usa tres palabras descriptivas en esta
historia para transmitir la verdad que
quería enseñar. El primer cuadro que
pinta es el de un siervo. En realidad, esta
persona es un esclavo. Es propiedad total
de su amo. De todo lo que podamos
imaginar respecto de qué es ser un
esclavo, el aspecto más fundamental es
que un esclavo es impotente. Y tal vez
éste es el punto crucial del relato de Jesús.
Estos tres esclavos, aunque impotentes,
reciben suficiente riqueza para cambiar
sus vidas completamente. El uso que cada
uno de ellos hizo de su riqueza reveló su
carácter.
Algunos psicólogos dicen que uno de los
impulsos básicos de nuestra humanidad es
el ansia de poder. Luchamos por el poder;
porque con el poder podemos proteger-
nos a nosotros y a nuestros amados, y
también influir sobre nuestro ambiente de
modo que podamos controlar a otros.
No podemos escapar del trato con el
poder. O estamos sufriendo los intentos
de otra persona para obtener poder, o
tratando de obtener poder nosotros
mismos. Pero ser un esclavo significa ser
impotente. Si, usted y yo, estamos descri-
tos en este relato, nuestra impotencia
llega a ser un principio fundamental. No es
extraño que muchos cristianos quieran
apartarse del llamamiento de Dios al
servicio. A nadie le gusta ser impotente.
Sin embargo, esto es lo que se necesita.
Un esclavo no tiene poder propio, pero
tiene el poder de su amo a su disposición,
24
si va a realizar la obra de su amo.
John R. W. Stott, en la página 106 de su
libro The Preacher´s Portrait [Retrato del
predicador], dice que «el primer paso
hacia una dotación de poder es el humilde
reconocimiento de nuestra falta de él.
Necesitamos poder –escribe- no sólo en
nuestras vidas sino en nuestro ministerio.
Nunca comenzaremos a buscar el poder
de Dios hasta que lleguemos a ver la
inutilidad de intentar proclamar la Palabra
de Dios sólo con la debilidad del
hombre».
EL MENSAJE DE LOS TALENTOS
El segundo cuadro que Jesús pinta es el de
los talentos. No importa de qué manera
calculemos la cantidad de dinero que
recibieron, percibimos que aún un talento
es mucho más de lo que los esclavos
alguna vez poseyeran. El amo fue verda-
deramente generoso. Dio a cada uno una
cantidad que excedía por mucho sus
cálculos más grandes.
Siendo esclavo usted no tiene derecho a
nada. Del mismo modo, Dios, al compar-
tir los talentos con nosotros, nos otorga
un espectro amplio de talentos y habilida-
des que cada creyente puede desarrollar.
Y cada uno de nosotros puede compartir
entusiastamente a un Dios que nos da
algo que excede nuestros sueños más
inalcanzables. Si él no nos diera los
talentos, no tendríamos nada de valor en
nosotros mismos, Si añadimos nuestra
inutilidad a nuestra impotencia, podemos
comenzar a entender el estado de un
esclavo. Pero para el cristiano hay una
diferencia. Nuestro amo es generoso,
amable, y nos conoce tanto que nos da en
armonía con lo que nos hará más comple-
tos y felices. A algunos les da cinco
talentos; a otros les da dos; y a algunos les
da uno. Pero no importa qué nos dé, nos
hace increíblemente felices, o por lo
menos debería hacerlo.
RETRATO DEL AMO
El cuadro importante es aquí el del amo.
Demasiado a menudo vemos la autoridad
como un cargo elegido o designado.
Nuestros «amos» tienden a ser seres
humanos que de alguna manera tienen
autoridad sobre nosotros. Esto no es
bíblico. ¿Quién posee autoridad de acuer-
do con la Biblia? ¿Quién es el «Amo»? De
acuerdo con la Escritura, usted y yo no
tenemos autoridad. Hay sólo una autori-
dad: Jesucristo.
Nosotros somos esclavos que nacimos sin
poder ni valor. Es el amo el que nos da
poder y valor. Nuestro problema es la
dificultad que tenemos en saber cómo
permitirle ser la cabeza de todo. En forma
equivocada, pensando que él nos ha
señalado como cabeza, intentamos
conducir nuestro ministerio mediante
nuestros propios dones y habilidades. Sin
embargo, lo que se nos ha llamado a
hacer es someternos a él, percibiendo
que los talentos que tenemos son de él.
Los dones que tenemos son de él.
Cuando comprendemos este principio
comenzamos a entender la verdadera
libertad. Mientras Jesús nos habla de la
respuesta de los esclavos a su generosi-
dad, vemos otra vez la libertad en acción.
Los primeros dos esclavos informaron al
25
amo en términos que al principio parecen
jactancia: «Tú me diste cinco talentos. Tú
me diste dos talentos. Y mira lo que
hemos hecho con ellos. Los hemos
duplicado». ¿Realmente los duplicaron?
No. Porque solamente Dios da la ganan-
cia. Entonces, ¿por qué dieron un informe
tan entusiasta? Ellos sabían que el amo
quedaría contento.
COMPARTIR LAS BUENAS NUEVAS
¿Recuerda usted la ocasión en que
compartió buenas noticias con sus padres
o con alguna persona significativa en su
vida? Tal vez fue una libreta de calificacio-
nes de primer grado, un éxito en los
deportes, o el ingreso a la Universidad. Su
gozo sería fortalecido solamente si sus
padres o amigos se unían con usted. Y al
compartir con ellos su buena suerte, sus
sonrisas le demostraban que ellos le
asignaban valor y que todos estaban
participando de su gozo. «Dios es el que
nos da diferentes dones y habilidades
basados en su propio poder y valor. Un
Dios entusiasta y sonriente espera
ansiosamente que compartamos su
gozo».
Estos dos esclavos sintieron lo mismo para
con su amo. Ellos sabían que podían
compartir su entusiasmo por las ganancias
con él, porque sabían que él sonreiría con
aprobación y se uniría a ellos en la
celebración. Todo el cielo se uniría en su
gozo. El máximo gozo de Cristo es que su
pueblo comparta su gloria (véase Testimo-
nios para los ministros, págs. 20, 21). Pero
el tercer esclavo nunca conoció esta
libertad. Escondió su talento en el suelo
con estas palabras: «Tuve miedo» (Mat.
25: 25). Sintió que no podía compartir su
entusiasmo con el amo. El temor al
fracaso y al amo le impidió experimentar
el gozo resultante de usar los talentos al
servicio del amo.
El temor es el mayor inhibidor del
servicio. Dios nos provee abundantemen-
te con dones y capacidades. Pero en la
medida en que tenemos miedo o
estamos inseguros de él, dejamos de usar
esas capacidades y dones. Podemos
entender que como cristianos se nos
llama para usar nuestros dones como
puentes hacia todos los segmentos de
nuestra sociedad. Podemos entender que
todo proviene de Dios.
Podemos reconocer a Jesús como
nuestro Señor y amo. Podemos tener
muchos dones, más que uno o dos.
Podemos saber que no hemos de quedar
ociosos mientras esperamos el regreso de
Cristo. Podemos reconocer que hay
personas a quienes Dios ha puesto en
nuestra esfera de influencia y a quienes
podemos alcanzar para Cristo con más
facilidad que ninguna otra persona. Pero si
tenemos temor, nos esconderemos y
rehusaremos arriesgarnos por miedo al
fracaso.
El llamamiento a hacer algo con nuestros
talentos y dones es primero un
llamamiento para conocer al amo. Por
esto Jesús dijo, durante todo su ministerio,
que si conocíamos la verdad, la verdad
nos haría libres (Juan 8: 32). Una y otra
vez, Jesús dice a sus discípulos: «No
temáis». Y en 1 Juan 4: 19 nos recuerda
que «el perfecto amor echa fuera el
26
temor».
La revolución del servicio y el reaviva-
miento que esperamos se basa sobre la
búsqueda de la verdad, la verdad de que
como esclavos somos impotentes y sin
valor. Dios es el que nos da los diferentes
dones y habilidades, basados en su propio
poder y valor. Un Dios entusiasta y
sonriente espera ansiosamente que
compartamos su gozo. ¿Necesitamos
hacer algo? Primeramente, busquemos la
verdad acerca de Dios con renovado
vigor y determinación. Entonces él nos
dará dones y talentos, con los cuales
pueda realizarse una revolución de
servicio.
_______________________________
BOV BRETSCH, al escribir este mensaje
era pastor de la iglesia de College View en
el campus del Union College, Nebraska,
Estados Unidos. Su esposa Bev comparte
con él su ministerio.
27
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 14 de marzo
Nombradopara
gobernarla
Vida
TEXTO BÍBLICO
Daniel 2:48.
«Luego el rey puso a Daniel en un puesto
prominente… lo nombró gobernador
de toda la provincia de Babilonia».
Según el Salmo 90, nuestro promedio de
vida es de 70 años. No queremos
alarmar, pero cuando una persona cumple
35 años, de acuerdo al promedio, le
quedaría el 50 por ciento de vida. Al
cumplir 50 años habrá vivido el 71 por
ciento, restándole un 29 por ciento por
vivir. Lo cierto es que sin importar los años
vividos, solo usted puede dar cuenta de la
manera cómo se vivieron. Esto es porque
a lo largo de su vida, usted es el único
responsable de sus decisiones. Como
escribiera el gran poeta Amado Nervo:
«Porque veo al final de mi rudo camino,
que yo fui el arquitecto de mi propio
destino».
La toma de decisiones es un proceso
administrativo que consiste en elegir una
alternativa entre varias. El libre albedrío
que Dios nos dio, la libertad de elegir, lo
ponemos en acción cada vez que
tomamos una decisión, individual o
empresarial, familiar o financiera, o de
cualquier otro tipo. No creemos en el
destino, esa idea de que lo que somos,
que las cosas que nos ocurren, han sido
determinadas por un poder sobrenatural
que nadie puede evitar ni modificar. Dios
nos dio la libertad de administrar nuestras
vidas tomando nuestras propias decisio-
nes, pero sin olvidar, que al final del rudo
28
camino, cada uno como arquitecto de su
propio destino, verá los resultados de lo
que en vida construyó.
Debido a esta verdad, el autor del Salmo
90 ora al Señor suplicando: «Enséñanos a
contar bien nuestros días, para que
nuestro corazón adquiera sabiduría»
(Versículo 12). Si los días de nuestra vida
son 70 años, cada uno de ellos debe ser
contado y administrado con sabiduría. Así
vivió el profeta Daniel, consciente, desde
muy joven, de que sus decisiones deter-
minarían el éxito o fracaso de su vida. Así
es como llegó a ser un triunfador. ¿Cuál
fue su secreto para tomar buenas decisio-
nes? ¿Cómo adquirió la sabiduría para
contar y administrar sabiamente los años
de su vida? ¿Qué nivel de éxito alcanzó
como resultado de sus acertadas decisio-
nes?
LA DECISIÓN DE SER FIEL
Cuando Daniel llegó a Babilonia tenía
unos 14 años de edad, apenas un adoles-
cente. Había sido arrancado con violencia
de su hogar en Jerusalén, y ahora era un
prisionero de guerra. Cuando el rey
Nabucodonosor pidió que se llevara ante
su presencia a algunos de los israelitas
traídos como cautivos, indicó el perfil que
debían tener. Daniel 1:4 presenta las
cuatro características exigidas: Uno:
«debían ser jóvenes apuestos y sin ningún
defecto físico»; dos: que «tuvieran aptitu-
des para aprender de todo»; tres: «que
actuaran con sensatez»; y cuatro: debían
ser «sabios y aptos para el servicio.» Si
observamos, la primera característica
tiene que ver con el parecer físico, pero
las otras tres están relacionadas con el
carácter. Hay una palabrita que hace la
gran diferencia entre estas características:
decisiones. ¿Por qué? Porque Daniel no
tuvo que decidir ser apuesto y no tener
ningún defecto físico, pues así había
nacido, pero tener aptitud para aprender
de todo sí exigió de él una decisión;
comportarse con sensatez fue una
decisión, y su disposición para el servicio
también fue el resultado de una decisión.
Daniel llegó a Babilonia como esclavo,
pero esta condición no impidió que llegara
a ser un triunfador. Sus decisiones
construyeron ese éxito. Había decidido
aprovechar toda oportunidad para apren-
der; había decidido actuar con sensatez, y
había decidido hacer del servicio una
misión en la vida. Decisiones como estas
lo convirtieron en el arquitecto de su
propio destino. Cuando en Daniel 1:8
leemos que el jovencito «se propuso no
contaminarse con la comida y el vino del
rey», tan solo estaba reafirmando una
decisión que ya había tomado, la de ser
fiel a Dios, la más grande decisión que se
pueda tomar en la vida. Daniel nació con
buen parecer físico, pero no nació siendo
fiel a Dios; tuvo que decidirlo. Esa fidelidad
dio los resultados que a continuación
vamos a mostrar.
DANIEL, EL PROFETA TRIUNFADOR
En Daniel 2:48 leemos, que «el rey puso
a Daniel en un puesto prominente»:
Nabucodonosor «lo nombró gobernador
de toda la provincia de Babilonia». Sin
embargo, antes de este nombramiento,
otro Rey ya lo había nombrado para un
puesto todavía más prominente: El Rey de
reyes lo nombró gobernador de su propia
29
vida, responsable de sus propias decisio-
nes, administrador diario de una empresa
llamada vida. Cuando Daniel decidió ser
un fiel mayordomo ante Dios, al no conta-
minarse con la comida de Nabucodono-
sor, tan solo estaba dando evidencia de
que había aprendido a administrar su vida
con sabiduría. Estaba preparado para
triunfar. De principio a fin y contra toda
oposición, la vida de Daniel siempre fue
exitosa. Enfrentó adversidad, pero su
decisión de ser fiel le aseguró la continua
bendición del Señor. Cuando Nabucodo-
nosor murió, Daniel fue marginado por el
nuevo rey, Belsasar; pero en Daniel 5:29
leemos que este mismo rey terminó
ordenando, «que se vistiera a Daniel de
púrpura… y que se le nombrara tercer
gobernante del reino». ¿Es esto éxito?
Después de la caída del imperio babilóni-
co, Daniel 6:1, 2 nos dice que el rey Darío
«consideró prudente nombrar a ciento
veinte sátrapas y tres administradores,
uno de los cuales era Daniel». Ahora
gobernaban los reyes medo persas, y la
decisión de
Daniel de seguir siendo fiel a Dios
continuo asegurándole éxito total; tanto,
que en el versículo 3 leemos, que «tanto
se distinguió Daniel por sus extraordina-
rias cualidades administrativas, que el rey
pensó en ponerlo al frente de todo el
reino».
La vida de Daniel contiene grandes leccio-
nes relacionadas con la administración,
tanto de la vida pública, como también de
la vida privada. Los varios reyes que le
conocieron se dieron cuenta de sus
«extraordinarias cualidades administrati-
vas», y por ello le confiaron altas respon-
sabilidades públicas que Daniel desempe-
ñó con fidelidad. Pero Daniel también fue
siempre fiel en la administración de su vida
privada. Cuando vivía en Jerusalén, antes
de su cautiverio, había decidido ser fiel. En
la época de los babilonios, siguió siendo
fiel. En el periodo de los medos persas,
reafirmó su decisión de ser fiel; y cuando
llegó al final de sus días, su vida fue sellada
como un monumento a la fidelidad.
DANIEL Y SU SECRETO PARA
TRIUNFAR
Así de eficiente fue Daniel en la adminis-
tración de su vida. ¿Cuál fue el secreto de
su éxito? ¿Qué lo calificaba para tomar
buenas decisiones? En el capítulo 6 de su
libro hay un acontecimiento que nos
ayuda a encontrar la respuesta. Resulta
que, debido a las «extraordinarias cualida-
des administrativas» que había en Daniel,
un grupo de funcionarios que administra-
ban el reino junto con él, celosos de su
éxito, tramaron asesinarlo. Hicieron que
el rey Darío firmara un decreto, según el
cual, durante treinta días, nadie podía
adorar a ningún otro dios sino solo al gran
rey Darío. Por supuesto, Daniel se dio
cuenta de que todo aquello era un
complot para asesinarlo. ¿Qué decisión
tomó Daniel al enterarse de semejante
amenaza? El versículo 10 contiene la
respuesta: «Cuando Daniel se enteró de
la publicación del decreto, se fue a su casa
y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se
abrían en dirección a Jerusalén. Allí se
arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios,
pues tenía por costumbre orar tres veces
al día».
30
Daniel llegó a Babilonia siendo un adoles-
cente. Posiblemente vivió hasta un poco
más de los cien años de edad. Durante su
larga vida enfrentó toda clase de amena-
zas, celos, envidias, complots; pero nunca
pudieron hacerlo fracasar. Siempre fue un
triunfador. ¿A qué se debe ese éxito? ¿A
sus «extraordinarias cualidades administra-
tivas»? ¿O será que se debe a la total
dependencia de su hábito de orar tres
veces al día? ¡Por supuesto! Lo primero en
lo que Daniel era eficiente y exitoso era
en la administración de su vida espiritual.
El desarrollo de sus «extraordinarias
cualidades administrativas», lo sabio que
era para tomar decisiones correctas, todo
era consecuencia de su hábito de orar tres
veces al día. Su eficiente relación con
Dios le aseguraba el éxito en todo lo
demás.
En el año 2009 Sergio Marchionne fue
nombrado presidente de Chrysler, una
empresa automotriz al borde del fracaso
financiero. Lo nombraron por el éxito que
había tenido como presidente del Grupo
Fiat, otro fabricante de autos en Europa.
Esto significa que poseía extraordinarias
cualidades administrativas. Así que, basado
en estas cualidades ya probadas en Fiat,
cuando fue nombrado para administrar
Chrysler, seguro que Marchione analizó
todo lo que debía hacer para repetir en
Chrysler el éxito que había tenido en Fiat.
Tenía que tomar grandes decisiones. Su
prestigio de buen administrador estaba en
juego. ¿Qué fue lo primero que hizo el
señor Marchione al enfrentar el nuevo
reto? ¿Será que se fue a orar para pedir
sabiduría al Dios del cielo? Y usted, ¿qué
es lo primero que hace cada día del año
para enfrentar sus propios desafíos?
Durante 365 días tiene que administrar su
estilo de vida, sus hijos, su ministerio en la
iglesia, su dinero, sus estudios, su
matrimonio, sus bienes. Usted y yo
hemos sido nombrados mayordomos o
administradores, no necesariamente para
administrar un reino como Daniel, ni una
compañía como Chrysler, pero si para
administrar una empresa que se llama
vida. El éxito o fracaso de esta empresa,
dependerá de la sabiduría que usted
muestre en la toma de decisiones. Puede
decidir administrarla como el señor
Marchionne, usando su habilidad humana,
o puede hacerlo como Daniel, orando
tres veces al día y usando todo el poder
de Dios.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
La empresa de la vida es más grande que
el reino de Babilonia; infinitamente más
grande que Chrysler. Por eso exige, para
administrarla con éxito, la más grande
entrega espiritual al Señor. Si el éxito es el
objetivo buscado por cualquier empresa,
la vida se administra con el mismo fin.
¿Cómo lograrlo? Decidiendo caminar por
la senda de la fidelidad a Dios, como lo
decidió Daniel. Haciendo de la oración un
hábito de todos los días, para recibir
sabiduría y tomar decisiones acertadas en
toda circunstancia, buena o mala. Este es
el secreto de una vida triunfadora. Lo vivió
Daniel, y quedó probado para que en
nosotros se repita el mismo éxito, si lo
imitamos.
Daniel fue un triunfador, un gran hombre;
pero más grande fue su inquebrantable
decisión de ser fiel a Dios. Un foso lleno
de leones hambrientos no pudo quebran-
31
tar aquella decisión. A lo largo de su vida
en esta tierra fue muy bien recompensado
por reyes y monarcas, pero a lo largo de
la eternidad el Rey y Soberano del univer-
so le cumplirá esta promesa: «Al final de
los tiempos te levantarás para recibir tu
recompensa» (Daniel 12:13). ¿Puede
haber éxito más grande? Y todo como
resultado de una decisión. ¿Qué decisión?
La que leemos en Salmo 119:30: «He
optado por el camino de la fidelidad». Por
lo tanto, «sé fiel hasta la muerte, y yo te
daré la corona de la vida», promete el
Señor en Apocalipsis 2:10. ¿Quieres hacer
tuya esa promesa? Entonces opta, decide,
«por el camino de la fidelidad». ¿Cuántos
desean alcanzar del éxito de Daniel?
¿Puedo ver las manos? Entonces «sé fiel
hasta la muerte» en gobernar tu vida, y sin
duda, «al final de los tiempos te levantarás
para recibir tu recompensa».
Fuente: Unión Mexicana Central
32
Oración
Unpacto
de
TEXTO BÍBLICO
1 Timoteo 5:8.
«Porque si alguno no provee para los
suyos, y mayormente para los de su casa,
ha negado la fe, y es peor que un incrédulo»
CULTO JOVEN
Sábado 14 de marzo
Si la misión de la iglesia es evangelizar al
mundo, el propósito de la vida cristiana es
alcanzar una estrecha relación con Dios.
En la medida que el cristiano profundice
su relación personal con el Señor, se
fortalecerá su compromiso con el cumpli-
miento de la misión de la iglesia y de
cualquier otro deber. Por supuesto para
profundizar nuestra vida espiritual hemos
de cultivar una vida de oración y estudio
diario de las Escrituras. Estas son las dos
principales herramientas que el Señor nos
ha proporcionado para fortalecer nuestra
vida espiritual.
En este sermón vamos a ver, que en
términos estrictamente bíblicos, la mayor
riqueza a la cual un cristiano puede aspirar
es mantener una íntima relación con Dios;
y vamos a conocer los grandes beneficios
de entrar en una relación de pacto con el
Señor. En realidad vamos a conocer tres
pactos: En primer lugar, un Pacto de
Oración, que lo haremos hoy al final del
tema. En segundo lugar, un Pacto de
Fidelidad al estudio de la Biblia, que lo
haremos en un próximo mes. En tercer
lugar, un Pacto de Compromiso Total con
la causa del establecimiento del Reino de
los cielos. Iniciemos pues con nuestro
Pacto de Oración, mediante el cual usted
decidirá cuánto tiempo diario le dedicará a
la oración, a fin de adueñarse de una
33
riqueza contra la cual no hay devaluación
ni crisis económica.
¿El uno por ciento para orar?
La vida es un período de tiempo extrema-
damente breve. Job dice que «pocos son
los días, y muchos los problemas que vive
el hombre» y que «es como las flores, que
brotan y se marchitan» (Job 14: 1, 2, NVI).
Una imagen todavía más impactante es la
de la sombra, en efecto, para Job la vida
«es como efímera sombra que se esfuma»
(vers. 2, NVI).
Lo efímero de la vida se hace evidente
cuando el hombre «muere y pierde su
fuerza; exhala el último suspiro, y deja de
existir. Y así como del mar desaparece el
agua, y los ríos se agotan y se secan, así los
mortales, cuando se acuestan, no se
vuelven a levantar» (vers. 10-1 2, NVI).
De hecho, para el Salmista la vida es tan
fugaz, que «se esfuman nuestros años
como un suspiro» (Salmo 90: 9, NVI).
Según este Salmo, «algunos llegamos
hasta los setenta años, quizás alcancemos
hasta los ochenta, si las fuerzas nos acom-
pañan » (vers. 10, NVI). Debido a esta
increíble brevedad, asombrado el Salmista
suplica al Señor: «Enséñanos a contar bien
nuestros días, para que nuestro corazón
adquiera sabiduría» (ver. 12, NVI). Es justo
lo que el apóstol Pablo dijo usando otras
palabras: «Aprovechando bien el tiempo,
porque los días son malos» (Efesios 5: 16).
Debido a la extrema brevedad de la vida
lo más importante es cultivar una estrecha
relación con el Señor, el apóstol Pablo
invita con esta solemne amonestación:
«Despiértate, tú que duermes, levántate
de entre los muertos, y te alumbrará
Cristo » (Efesios 5: 14). Administrar con
sabiduría ese breve tiempo es una obliga-
ción primordial de todo ser humano
consciente. Por eso Pablo nos aconseja:
«Así que tengan cuidado de su manera de
vivir. No vivan como necios sino como
sabios» (ver. 15, NVI).
Si de acuerdo con el Salmo 90 el prome-
dio de vida son setenta años, al calcularlo
en minutos el total sería 36.792,000. Si ya
los años son breves, ¡no digamos los
minutos! ¿Cómo vivirlos sabiamente y no
como necios? Vamos a echar un vistazo a
una tabla que compendia de las activida-
des básicas que realizamos todos los días y
el total de minutos que le dedicamos a lo
largo de nuestra vida. Así podremos
tomar conciencia de la facilidad con que se
nos puede escapar el poco tiempo de vida
que nos toca, en actividades que son
necesarias, pero poco productivas.
Estas actividades poco productivas son
como una especie de impuesto que
tenemos que pagar por el derecho de
vida. Son inevitables, y hay que deducir
estos impuestos del total de minutos de
vida que nos toca. Para que la idea de la
tabla quede clara, pensemos por ejemplo
en los primeros tres años de vida, de los
cuales nadie conserva recuerdo por sí
mismo. Son indispensables, pero poco o
nada productivos. Es un impuesto que hay
que pagar por vivir. El cálculo matemático
de nuestra tabla quedaría así:
34
Expectativa de
vida (70 años)
36,792,000 minutos
Porcentaje del
total del tiempo
Primeros tres años 1.576,800 4.28%
Dormir 11.738,400 31.90%
Necesidades biológicas 2.934,600 7.97%
Pausa y movilidad 2.934,600 7.97%
Vacaciones 1.728,000 4.69%
Tiempo restante 15.879,600 43.16%
El día tiene 1,440 minutos, si los multipli-
camos por 365 días del año, tenemos un
total de 525,600 minutos. Si multiplica-
mos estos minutos por los primeros tres
años de vida, nos da 1.576,800 minutos.
• Las horas diarias de sueño hemos
considerado que son:
8 horas
• Las necesidades biológicas cotidianas
(comer, aseo, vestirse, etc.):
2 horas
• El tiempo diario de pausa y movilidad:
2 horas
• Vacaciones anuales durante 40 años
de trabajo:
30 días
Los cálculos son aproximados, pero
suficientemente representativos para
nuestro propósito. Así que el tiempo que
nos queda para dedicarlo a la vida produc-
tiva es el 43%. Ahí tendríamos que
colocar las horas de trabajo, el tiempo de
estudio y otras actividades productivas.
Como puede verse, no es mucho. Por
eso Dios nos aconseja vivir, «aprovechan-
do al máximo cada momento oportuno,
porque los días son malos» (Efesios 5: 16,
NVI).
Ahora usemos toda esta información y
preguntémonos ¿cuánto tiempo vamos a
dedicar al cultivo de nuestra vida espiri-
tual?, puesto que no puede haber
actividad más productiva que esta; que si
nos hemos fijado, en la tabla, todavía no la
hemos incluido.
Cultivar la vida espiritual exige tiempo, y
de calidad. Tiempo para orar, para la
lectura y meditación de la Biblia, el estudio
de la lección de la Escuela Sabática, la
matutina, leer el Espíritu de Profecía. Por
ejemplo, de los 36.792,000 minutos de la
vida que nos toca, ¿cuántos minutos
dedicaremos a la oración? Sabemos que la
oración es el aliento del alma, el oxígeno
que nos tiene que revitalizar durante
setenta años de comunión con el Señor.
Pero, ¿cuánto tiempo de nuestra vida
dedicaremos a respirar dicho oxígeno? La
oración nos introduce en la atmósfera
celestial, y de esa atmósfera debemos
respirar para no morirnos de asfixia espiri-
tual. ¿Cuánto tiempo respiramos oxígeno
de esa atmósfera celestial? Supongamos
que decidiéramos diezmar el tiempo
diario para respirar ese vital oxígeno
llamado oración, Si aplicamos el diez por
ciento a las veinticuatro horas que tiene el
35
día, dedicaríamos a la oración unas dos
horas media (exactamente 2 horas y 24
minutos).
Recordemos que vamos a hacer un Pacto
de Oración, y eso significa que debemos
comprometernos con el Señor en la
cantidad de tiempo que vamos a dedicar
diariamente a la oración. Si decidimos un
cinco por ciento y no el diez, eso sería
más de una hora. Pero hagamos un ejerci-
cio con el mínimo tiempo que podríamos
dedicar para orar. Digamos que sea
solamente el uno por ciento. ¿Cuánto es
el uno por ciento de veinticuatro horas? Es
algo así como un cuarto de hora (exacta-
mente 14 minutos y 24 segundos).
Analicemos bien este asunto. El día tiene
1,440 minutos, de los cuales dedicaría-
mos solo quince a la oración. ¿Oramos al
menos ese tiempo? No se puede pedir
menos, pues por debajo del uno ya no
hay otro número entero. Uno es el
mínimo de lo contable en número natura-
les.
Ahora notemos lo siguiente. Si dedicára-
mos el uno por ciento de nuestro tiempo
diario a orar, y si llegamos a vivir los seten-
ta años, habremos orado únicamente
410,625 minutos de los 36.792,000.
Comparemos ese uno por ciento con los
porcentajes dedicados a otras actividades
que son poco o nada productivas. Es muy
poco el uno por ciento para orar, pero es
algo bueno para comenzar. Así que
empecemos a respirar el oxígeno para el
alma al menos el uno por ciento del día.
Luego podemos subir al dos por ciento, o
quizás al momento de hacer nuestro
pacto alguno se decida orar el tres por
ciento, o más.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
«Aprovechando al máximo cada momen-
to oportuno, porque los días son malos»,
nos dijo el apóstol Pablo en Efesios 5: 16.
Sí, nuestros días son pocos, y llenos de
problemas, hasta que finalmente llega el
día en que todo ser humano «muere y
pierde su fuerza; exhala el último suspiro,
y deja de existir. Y así como del mar
desaparece el agua, y los ríos se agotan y
se secan, así los mortales, cuando se
acuestan, no se vuelven a levantar» (Job
14: 10-12, NVI).
Mucho nos afanamos en nuestra breve
vida. Corremos de acá para allá, y en
tanto afán se nos van los minutos, los días,
los escasos setenta años que nos toca
vivir. A pesar de que la comunión con
Dios es lo más importante, es la actividad
a la que menos tiempo le dedicamos.
Pasamos más tiempo durmiendo, vacacio-
nando, comiendo, aseándonos, que
orando. ¿Nos parece lógico? Por eso esta
es nuestra oportunidad para tomar la
decisión de dedicar más tiempo a la
oración, y lo podemos hacer firmando un
Pacto de Oración. Hagamos una oración
silenciosa, individual; digámonosle al
Señor qué clase de Pacto de Oración
haremos con él; si vamos a orar el uno, el
dos o el tres por ciento de nuestro
tiempo. Es un pacto entre nosotros y Dios
únicamente.
Reparta las tarjetas “ Mi pacto de oración”
Espere unos minutos para que la feligresia
realice su compromiso.
Termine con una oración de compromiso
Fuente: Unión Mexicana Central
36
Mi Pacto de Oración
«Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;
en tus palabras he puesto mi esperanza»
(Salmo 119: 147, NVI).
Yo,__________________________________
_______________________ el día ______ de
___________________________ de 2015 me
comprometo delante de mi Dios a encontrarme
con él cada mañana por medio de la oración.
Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese
tiempo, mi Pacto de Oración será:
___________ minutos
Basado en mi plan de oración
podré exclamar gozoso:
«Yo, en cambio, estoy lleno de poder,
lleno del Espíritu del Señor,
y lleno de justicia y de fuerza»
Miqueas 3: 8, NVI.
Mi Pacto de Oración
«Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;
en tus palabras he puesto mi esperanza»
(Salmo 119: 147, NVI).
Yo,__________________________________
_______________________ el día ______ de
___________________________ de 2015 me
comprometo delante de mi Dios a encontrarme
con él cada mañana por medio de la oración.
Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese
tiempo, mi Pacto de Oración será:
___________ minutos
Basado en mi plan de oración
podré exclamar gozoso:
«Yo, en cambio, estoy lleno de poder,
lleno del Espíritu del Señor,
y lleno de justicia y de fuerza»
Miqueas 3: 8, NVI.
Mi Pacto de Oración
«Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;
en tus palabras he puesto mi esperanza»
(Salmo 119: 147, NVI).
Yo,__________________________________
_______________________ el día ______ de
___________________________ de 2015 me
comprometo delante de mi Dios a encontrarme
con él cada mañana por medio de la oración.
Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese
tiempo, mi Pacto de Oración será:
___________ minutos
Basado en mi plan de oración
podré exclamar gozoso:
«Yo, en cambio, estoy lleno de poder,
lleno del Espíritu del Señor,
y lleno de justicia y de fuerza»
Miqueas 3: 8, NVI.
Mi Pacto de Oración
«Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;
en tus palabras he puesto mi esperanza»
(Salmo 119: 147, NVI).
Yo,__________________________________
_______________________ el día ______ de
___________________________ de 2015 me
comprometo delante de mi Dios a encontrarme
con él cada mañana por medio de la oración.
Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese
tiempo, mi Pacto de Oración será:
___________ minutos
Basado en mi plan de oración
podré exclamar gozoso:
«Yo, en cambio, estoy lleno de poder,
lleno del Espíritu del Señor,
y lleno de justicia y de fuerza»
Miqueas 3: 8, NVI.
Nota: Fotocopiar la sufieciente cantidad para todos los participantes
2.0
La vida que Dios bendice
18 al 25
ABRIL
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 16 de mayo
Vidasaludableenel
SigloXXI
TEXTO BÍBLICO
3 Juan 2
«Y que tengas salud,
así como prospera tu alma».
Muchas veces equivocadamente creemos
que la vida cristiana sólo tiene que ver con
oración, estudio de la Biblia y testificación.
También erróneamente creemos que
Mayordomía sólo tiene que ver con
Diezmos y Ofrendas. Sin embargo; una
correcta visión bíblica de la vida cristiana y
mayordomía incluye también el bienestar
físico. Si llevamos una vida ordenada,
tranquila, temperante; entonces se
manifestará en una vida saludable.
Cuando Dios bendice; bendice integral-
mente.
VIDA SALUDABLE DESDE EL PUNTO
DE VISTA BÍBLICO
Existen más de 1000 textos bíblicos que
se pronuncian sobre salud. El salmista
afirmó “Él es quien perdona todas tus
iniquidades; el que sana todas tus dolen-
cias” (Salmos 103:3). Incluso; Dios mismo
se autonombró como “Jehová tu sanador”
(Ex 15:26). La obra misional de Jesús en
esta tierra incluía el restablecimiento de la
salud (Marcos 6:55,56). Bíblicamente
podemos decir que la salud es el resultado
de la obediencia a las leyes de Dios; y la
enfermedad es el resultado de la desobe-
diencia a las leyes divinas. Por esta razón;
Jesús le dijo al paralítico de Betesda: “Mira
has sido sanado; no peques más para que
no te venga una cosa peor” (Juan 5:14).
Aunque la Biblia declara que la enferme-
dad es producto del pecado: también,
pueden encontrase múltiples factores
como en el caso del ciego de nacimiento
(Juan 9:3).
39
LOS 8 REMEDIOS NATURALES
El Espíritu de Profecía manifiesta que: “La
salud es un gran tesoro. Es la más rica
posesión que los mortales tienen. Si se
adquiere riqueza, honor o conocimiento a
costa de la salud, se está pagando un
precio muy alto. Ninguno de estos logros
puede dar felicidad si se carece de salud.
Abusar de la salud que Dios nos ha dado
es un pecado terrible, porque cada vez
que abusamos de ella, nos incapacitamos
para hacerle frente a la vida, aunque
hayamos obtenido una educación esme-
rada” Elena G. White, Consejos sobre
Salud, 182.
Dios en su sabiduría proveyó 8 remedios
naturales que; de ser practicados, preser-
varían la salud de cada persona y conser-
varían un buen estado de ánimo.
“El aire puro, el sol, la abstinencia, el
descanso, el ejercicio, un régimen alimen-
tario conveniente, el agua y la confianza
en el poder divino son los verdaderos
remedios. Todos debieran conocer los
agentes que la naturaleza provee como
remedios, y saber aplicarlos…” Consejos
sobre salud, 89
1. AIRE PURO
El oxígeno es fundamental para una vida
saludable y representa un Elemento vital
para el buen funcionamiento del cerebro;
tales como la facultad de pensar, razonar,
leer, almacenar información y memorizar.
Recomendaciones:
- Los ambientes de trabajo y de descan-
so deben estar ventilados.
- Una vez a la semana procure visitar
lugares de campo alejados del tráfico y
el bullicio.
- Realice ejercicios de inspiración
profunda por las mañanas.
- Procure realizar ejercicios de respira-
ción con el diafragma y no con el tórax.
2. LUZ SOLAR
Nuestro cuerpo produce vitamina D
cuando es estimulado por la Luz solar. La
vitamina D es responsable por asimilar
calcio; el cual es importante para el
fortalecimiento de los huesos. También la
Luz solar produce un estado de ánimo
positivo; lo cual ayuda en el tratamiento
contra el stress.
Recomendaciones:
- Procure pasear, jugar, caminar, trotar
en lugares donde aproveche el sol.
- Tome baños de sol hasta las 10:00
horas y después de las 16:00 horas.
De lo contrario podría causar daños a
la piel.
3. ALIMENTACIÓN SALUDABLE
Desde el principio el plan de Dios para el
hombre fue una alimentación saludable
compuesta por frutas, oleaginosas, legum-
bres, cereales y verduras (Génesis 1:29;
3:18). Actualmente, 2.7 millones de
muertes anuales son atribuibles a una baja
ingesta de frutas y verduras. En todo el
mundo (sobre todo en países desarrolla-
dos y también en países en vías de
desarrollo) tenemos como principales
desafíos para la salud pública al sobrepeso
y la obesidad en todo el mundo.
Recomendaciones:
- Consuma por lo menos 400 gr diarios
40
de frutas y verduras para prevenir
enfermedades crónicas como cardio-
patías, cáncer, diabetes y obesidad.
- Reducir el consumo de grasas satura-
das, productos industrializados, la
ingesta de azúcar y sal.
- Controle la obesidad abdominal de su
cintura. En los varones no mayor a 95
cm y mujeres no mayor a 80 cm.
- Controle su Índice de Masa Corporal
(IMC). El rango normal de una persona
sería entre 18.5 a 24.9. Si su IMC es de
25 a 29.9 usted tiene sobrepeso. Si su
IMC es mayor a 30 mucho cuidado;
usted tiene obesidad. Calcule su IMC
personal dividiendo su peso exacto
entre dos veces su estatura. Ejemplo:
Antonio pesa 80 kilos y mide 1.60.
Primero multiplicamos 1.60x1.60 =
2.56 Ahora dividimos 80/2.56 =
31,25. Como resultado notamos que
Antonio tiene Obesidad Grado I.
4. EJERCICIO
El ejercicio físico crea endorfinas. La
endorfina es una hormona o sustancia
química natural muy poderosa que tiene la
capacidad de fortalecer el estado de
ánimo, maximiza la actitud positiva, y crea
una sensación de bienestar y satisfacción.
Además; fortalece el corazón, reduce el
colesterol malo y los triglicéridos, fortale-
ce los huesos, alivia la ansiedad y el stress,
y mejora notablemente el sueño y/o
descanso.
Recomendaciones:
- Antes de comenzar una rutina de
ejercicio consulte con un profesional
en el área; quien considerará su peso y
edad
- El mejor ejercicio es aquél que a usted
más le agrada
- La caminata es uno de los ejercicios
más sencillos y completos.
- Una rutina de 20 a 30 minutos por día,
de 3 a 4 veces por semana le resulta-
rán en gran beneficio.
5. AGUA
El cuerpo humano está compuesto en
promedio de un 70% de agua. Por esta
razón; el agua es necesaria para cada
célula de nuestro cuerpo. La sangre es
83% agua; los músculos son 75% agua; el
cerebro es 85% agua; y los huesos son
22% agua. Se calcula que durante el día
se puede perder de 10 hasta 12 vasos de
agua. Al tomar agua se benefician los
riñones, se oxigena el cerebro, se protege
el corazón, se hidrata la piel, ayuda al
movimiento intestinal, lubrica las articula-
ciones y músculos previniendo calambres,
da mayor energía y regula la temperatura
de tu cuerpo.
Recomendaciones:
- Tome de 8 a 10 vasos de agua por día.
Sin embargo; esta cifra puede variar
según la actividad física y mental de la
persona.
- Reemplace los refrescos, gaseosas u
otros por agua.
- Consuma agua hervida o purifíquela
con pastillas u otros elementos.
- Utilice el agua como factor curativo
(Hidroterapia)
CATEGORÍA IMC
Debajo del Peso Normal - De 18
Peso Normal 18.5-24.9
Sobrepeso 25 – 29.9
Obesidad Grado I 30 – 34.9
Obesidad Grado II 35 – 39.9
Obesidad Grado III 40 a +
41
- Las mujeres embarazadas necesitan
más agua para producir mayor sangre
y apoyar al bebé en crecimiento.
También necesitan beber más agua
cuando dan de lactar; de lo contrario
podrían deshidratarse.
6. DESCANSO
Cuando una pila o batería se descarga
necesita recargarla; de lo contrario, no
funcionará. Sin embargo; pareciera que
nosotros no comprendemos esta ley tan
simple. No dormir o dormir sólo unas
horas no cargará suficientes energías. Un
buen y completo descanso alivia el stress,
también ayuda a mantener un corazón
saludable, disminuye la depresión, ayuda a
perder peso y mejora la capacidad de
atención y memoria.
Recomendaciones:
- Duerma de 7 a 9 horas diarias según su
edad.
- Realice una pequeña siesta de 10 a 15
minutos a medio día o cuando su
organismo lo necesite
- Si usted no bosteza durante el día y se
levanta sin despertador; entonces
descansó lo suficiente.
7. TEMPERANCIA
El consumo nocivo de alcohol causa 2,5
millones de muertes cada año. De esta
cifra; 320 000 son jóvenes entre 15 y 29
años. Además; el alcohol está relacionado
con problemas sociales, en particular la
violencia, el descuido y maltrato de
menores y el ausentismo laboral1
. En
diciembre del 2009; el periódico Perú21
publicó el ranking de fumadores en
América Latina. Esta lista es encabezada
por argentina con 1014 cigarrillos al año
por habitante mayor de 15 años. Le sigue
Paraguay con 968 cigarrillos anuales y
Chile con 909. Felizmente Perú es el país
de la región en el que menos se fuma; con
129 cigarrillos por habitante al año.2
Ser temperante significa abstenerse de
todos los alimentos y tóxicos que dañen
nuestro cuerpo como evitar el fumar, las
bebidas alcohólicas, uso de drogas y otros
tóxicos como el café, el té y todo tipo de
condimentos. Sin embargo; aún lo bueno
en cantidades excesivas puede resultarnos
perjudicial. Por lo tanto; Temperancia
también significa autocontrol y modera-
ción. Ya es conocido que comer, trabajar,
ver TV y aún jugar; y todo lo que exceda
lo suficiente traerá complicaciones a
nuestra salud.
Recomendaciones:
- Realice un análisis personal de lo que
usted está consumiendo y que podrían
ser tóxicos como condimentos, café,
té, etc. Luego deséchelos por comple-
to. Es posible que usted necesite ayuda
profesional; si éste fuera el caso busque
ayuda urgentemente.
- Analice concienzudamente cuánto
tiempo invierte en sus horas libres
como ver TV, jugar, etc y compárelos
con Devoción Personal, Tiempo en
familia, ejercicios, etc. Luego reflexio-
ne.
- Tenga un horario equilibrado para sus
actividades diarias y semanales.
8. ESPERANZA
1 de cada 4 personas sufre un trastorno
mental o neurológico a lo largo de toda su
vida. 121 millones sufren depresión y 50
millones epilepsia. 24 millones sufren
42
Esquizofrenia. Cada año se suicidan 1
millón de personas; y entre 10 y 20
millones intentan suicidarse.3
En Lima la
depresión clínica es el trastorno psiquiátri-
co más frecuente; seguido por el trastor-
no de ansiedad generalizada.4
Debemos
recordar que el enojo, el miedo, el resen-
timiento, y la desconfianza debilitan el
sistema inmunológico. Por el contrario; el
amor, la alegría y la confianza producen
substancias protectoras que fortalecen el
sistema inmunológico. Dios es el médico
de los médicos; y al mismo tiempo el
remedio en sí mismo. Confiar en Dios es
fundamental para una vida con salud en
los aspectos físicos, mentales y espiritua-
les.
Recomendaciones:
- Descanse o duerma lo suficiente.
- Realice ejercicios regularmente.
- Reúnete con amigos de antaño para
comer o pasear juntos
- Escucha música cristiana o clásica
selecta; o toca un instrumento musical.
- Sonríe “aunque no tengas dientes”
- Mantén una actitud positiva. No tomes
todos los comentarios como algo
personal. Si la gente habla de ti es
porque importas.
- Camina por la orilla de la playa o en el
pasto descalzo.
- Pero sobretodo mantén una comunión
diaria con Dios por medio del Estudio
de la Biblia, la oración y la alabanza. Está
científicamente comprobado que leer
la Biblia, orar y alabar crea endorfinas y
llena de energía al organismo.
“Muy íntima es la relación entre la mente
y el cuerpo. Cuando una está afectada, el
otro simpatiza con ella. La condición de la
mente influye en la salud mucho más de lo
que generalmente se cree. Muchas
enfermedades son el resultado de la
depresión mental. Las penas, la ansiedad,
el descontento, remordimiento,
sentimiento de culpabilidad y desconfian-
za, menoscaban las fuerzas vitales y llevan
al decaimiento y a la muerte” Consejos
sobre Salud, 341.
“Encomienda a Jehová tu camino; confía
en él; y él hará” Salmos 37: 5
CONCLUSIÓN
• Hagamos un repaso de los 8 Remedios
Naturales ¿Cuáles son? Aire, Descanso,
Ejercicio, Luz Solar, Agua, Nutrición,
Temperancia, Esperanza. Puede notar
que como resultado tenemos la palabra
ADELANTE.
• Aquí sería bueno entregar detalles de la
Campaña ADELANTE que se realizará
del 23 al 31 de mayo.
• Comprometa a la iglesia a participar del
programa ADELANTE y a realizar
cambios de hábitos en la vida personal.
Fuente: Pr. André Jantas, Unión Norte
Brasilera
Adaptado por Pr. Daniel Villar, Unión
Peruana del Sur
_______________________________
1 http://www.who.int/mediacentre/facts-
heets/fs349/es/
2 http://peru21.pe/noticia/381099/pe-
r u - p a i s - a m e r i c a - l a t i n a - d o n -
de-se-fuma-menos-tabaco
3 http://www1.paho.org/Spanish/DD/PIN/-
saludmental_005.htm
4 http://www.insm.gob.pe/investigacion/ar-
c h i v o s / e s t d i o s / 2 0 1 0 - A S -
M/files/res/downloads/book.pdf
43
Espiritual
Gimnasia
CULTO JOVEN
Sábado 16 de mayo
TEXTO BÍBLICO
1Timoteo 4:7-8.
“…Ejercítate para la piedad; porque el
ejercicio corporal para poco es
provechoso, pero la piedad para todo
aprovecha, pues tiene promesa de esta vida
presente, y de la venidera”»
INTRODUCCIÓN
En el año 2002 la OMS decidió que se
tomara un día para recordarle al mundo la
necesidad de moverse. Se recomendó a
la población mundial ir al trabajo caminan-
do o en bicicleta, o bajarse una o dos
paradas antes, subir las escaleras en vez
de usar el ascensor, caminar alrededor de
un parque, sacar a pasear al perro, realizar
trabajos de jardinería y muchas otras ideas
y sugerencias; pero todas con el mismo
mensaje: moverse, hacer ejercicio, no
importa qué, lo importante es desarrollar
una actividad física permanente. Posterior-
mente, en el año 2008 la OMS publicó
una guía para incrementar los niveles de
actividad física; considerando que 1.9
millones de muertes son atribuibles a
niveles bajos de actividad física hoy todos
concordamos que es necesario hacer
ejercicios para mantenernos sanos y
prevenir enfermedades. Entonces; ¿por
qué, aparentemente, el apóstol Pablo
menospreció la actividad física? O ¿qué
quiso decir realmente con estas palabras?
Veamos.
GIMNASIA CORPORAL
Pablo comienza el capítulo cuatro
compartiendo varias recomendaciones
para Timoteo acerca de la apostasía,
44
ordenanzas innecesarias, etc… y le
advierte sobre las fábulas profanas. Luego
utiliza la palabra griega gimnasia
(γυµνασία) para recomendarle a Timo-
teo lo siguiente: “ejercítate para la
piedad”; luego vuelve a usar el término
gimnasia al inicio del v.8 que ya leímos
anteriormente; en el cual aconseja: “el
ejercicio corporal para poco es provecho-
so…” ¿A qué se refiere exactamente el
apóstol al decir que el ejercicio corporal
para poco es provechoso? Pablo en otros
pasajes de sus epístolas utiliza figuras o
ilustraciones de los deportes griegos de
sus tiempos con la finalidad de llevar un
mensaje a la iglesia; por ejemplo:
“¿No sabéis que los que corren en el
estadio, todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred de tal
manera que lo obtengáis. Todo aquél que
lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una corona corrupti-
ble, pero nosotros, una incorruptible. Así
que, yo de esta manera corro, no como a
la ventura; de esta manera peleo, no
como quien golpea en el aire, sino que
golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido
heraldo para otros, yo mismo venga a ser
eliminado” 1 Corintios 9:24-27
“Ninguno que milita se enreda en los
negocios de la vida, a fin de agradar a
aquél que lo tomó por soldado. Y también
el que lucha como atleta, no es coronado
si no lucha legítimamente” 2 Timoteo
2:4-5
En tiempos de Pablo existían los gimnasios
griegos, muy similares a los que popular-
mente conocemos ahora; sin embargo,
aquellos gimnasios incluían pistas de
carrera, de lucha, etc. Era un lugar donde
los jóvenes desnudos promovían la
fortaleza y habilidad de sus cuerpos a
través de la preparación física. Los griegos
tenían una devoción especial por la
escultura física, las formas humanas, la
fuerza y la habilidad de un deportista.
Amaban la musculatura, un cuerpo
portentoso, que impresione; mantenían
en cierto grado un estado de narcisismo,
que en el fondo manifestaba egoísmo. Por
lo tanto; las motivaciones de los gimnastas
griegos no estaban orientados precisa-
mente al cuidado de la salud sino a la
ostentación personal física. Por esta razón;
es muy poco probable que Pablo esté
menospreciando la actividad física en sí
misma como un recurso de salud y
prevención.
Además; el Comentario Bíblico Adventista
añade:“Pablo no está menospreciando los
beneficios del ejercicio físico. El cuerpo
humano es "templo del Espíritu Santo" (1
Cor. 6:19-20) y todo cristiano debe
mantenerse en el mejor estado posible de
salud. Esto requiere una razonable
cantidad de ejercicio físico. Lo que
preocupa a Pablo es que la austeridad o el
ejercicio físico de cualquier naturaleza se
conviertan en un fin en sí mismo, para
detrimento de la piedad del carácter. El
valor moral de cualquier aspecto de un
sano vivir no consiste en lo que una
persona está haciendo con su cuerpo,
sino en el progreso espiritual que su buen
estado físico ha hecho posible (ver com. 1
Cor. 9:24-27)”. 7 CBA, 314
Hoy es ampliamente comprobado y
recomendado la práctica del ejercicio
físico permanente. Tres a cinco veces por
semana, de 25 a 40 minutos por sesión,
fortalecerán y redundarán en un mejor
45
estado físico impresionante. Los benefi-
cios de hacer ejercicio son muchos:
Mejora y fortalece el sistema osteomuscu-
lar (huesos, cartílagos, ligamentos y tendo-
nes); mejora su capacidad cardiovascular,
elimina toxinas y oxidantes, favoreciendo
la longevidad, mejora el aspecto físico de
la persona, fortalece su sistema inmune,
regula todos los índices relacionados con
hipertensión, glucemia y grasas en la
sangre, mejora la calidad de sueño y
descanso, mejora el estado de ánimo
produciendo endorfinas, reduce la
ansiedad y el estrés, alivia los síntomas
depresivos, y muchos otros beneficios
más.
Elena de White corrobora lo anterior y
aun advierte: “Los que no usan sus
extremidades todos los días notarán que
se sienten débiles cuando tratan de hacer
ejercicio… Un ejercicio moderado cada
día impartirá fuerza a los músculos… Por
medio del ejercicio activo y diario al aire
libre el hígado, los riñones, y los pulmones
también se fortalecerán para hacer su
trabajo. Traed en vuestra ayuda el poder
de la voluntad, que resistirá el frío y dará
energía al sistema nervioso” Consejos
sobre la Salud, 54.
Entonces, el apóstol Pablo claramente no
está en contra de la práctica del ejercicio.
Eso no pudo haber recomendado. Por el
contrario existen varios textos en el cual él
mismo recomienda el cuidado de nuestro
cuerpo. Hoy todos deberíamos practicar-
lo. Quizá la traducción de la Nueva
Versión Internacional expresa mejor lo
que el apóstol Pablo quiso decir: “Rechaza
las leyendas profanas y otros mitos seme-
jantes. Más bien, ejercítate en la piedad,
pues aunque el ejercicio físico trae algún
provecho, la piedad es útil para todo, ya
que incluye una promesa no sólo para la
vida presente sino también para la venide-
ra” 1Timoteo 4:7-8 NVI
GIMNASIA ESPIRITUAL
El otro término importante en estos dos
versículos es la palabra piedad. Esta
palabra “piedad” (gr. eusebeia) significa
vivir conforme a la voluntad de Dios.
Piedad aparece 15 veces en la Biblia; y 8
veces están en 1 Timoteo. Pablo la usó
reiteradas veces para recalcar en Timoteo
la importancia de ella. Pablo conocía las
prioridades de un verdadero cristiano; y
con justa razón se las recomendó a Timo-
teo. Piedad tiene que ver con verdadera
religión, tiene que ver con la vida devocio-
nal del cristiano, con la adoración a Dios,
con integridad como también con la
actitud hacia su prójimo. Piedad es una
característica en un cristiano verdadero,
genuino. No puede existir un cristiano
real sin ser piadoso.
EJERCÍTATE EN LA PIEDAD
Hay tres aspectos relacionados con la
piedad desarrollados por Pablo entre el
versículo 7 y 8 que debemos considerar:
Y ¿Cómo uno hace gimnasia de la piedad?
¿Qué ejercicios tendría que hacer?
Naturalmente no puede referirse a ejerci-
cios físicos. No podemos hablar de trotes,
caminatas o maratón. Pero lo que ocurre
en la naturaleza física también ocurre en la
naturaleza espiritual. Si nuestros músculos
espirituales dejan de ejercitarse nos
sentiremos débiles, incapaces de resistir
pruebas y vencer tentaciones, hasta
finalmente morir en sentido espiritual.
“Dios desea que el hombre ejercite sus
46
facultades de raciocinio; y el estudio de la
Biblia fortalecerá y elevará el intelecto
como ningún otro estudio puede hacerlo.
Es el mejor ejercicio intelectual y espiritual
para la mente humana…” 2 Joyas de los
Testimonios, 308.
“La oración es el aliento del alma. Es el
secreto del poder espiritual. No se la
puede sustituir por ningún otro medio de
gracia y conservar, sin embargo, la salud
del alma. La oración pone al corazón en
inmediato contacto con la Fuente de la
vida, y fortalece los tendones y músculos
de la experiencia religiosa. Descuídese el
ejercicio de la oración, u órese espasmó-
dicamente, de vez en cuando, según
parezca propio, y se perderá la relación
con Dios. Las facultades espirituales
perderán su vitalidad, la experiencia
religiosa carecerá de salud y vigor…” Ser
Semejante a Jesús, 32.
“…La vida de aquél en cuyo corazón
habita Cristo revelará una piedad práctica.
El carácter será purificado, elevado,
ennoblecido y glorificado. Una doctrina
pura acompañará a las obras de justicia; y
los preceptos celestiales a las costumbre
santas” Hechos de los Apóstoles, 447.
Los ejercicios espirituales o la gimnasia
espiritual que debemos hacer están defini-
damente relacionados con el Estudio de la
Biblia, la Oración y un buen testimonio
acompañado de obras de acciones de
justicia. Esto era necesario para Timoteo,
para los primeros cristianos y aún para
nuestro tiempo.
LA PIEDAD PARA
TODO APROVECHA
Es aquí en que el apóstol hace contraste
entre el ejercicio físico y el ejercicio de
piedad. De nada sirve sólo preocuparse
de mi apariencia física y no comprometer-
me con Dios. No buscamos que las
personas sean “pecadores saludables”,
deseamos que lleguen al reino de Dios.
Por lo tanto; la piedad práctica tiene un
mayor provecho. Es provechosa para
todo. Sus efectos serán sentidos en la
salud física, espiritual, familia, trabajo,
influencia, decisiones, proyectos, etc.
Una vida de oración, una vida de estudio
de la Biblia, una vida que ayuda al prójimo
traerá muchos beneficios físicos, menta-
les, sociales y espirituales. En todas las
dimensiones de nuestra vida.
LA PIEDAD TIENE PROMESA EN LA
VIDA PRESENTE Y VENIDERA
Debemos reconocer que por mucho que
una persona haya seguido principios
saludables, se haya cuidado, haya realiza-
do ejercicios físicos de forma regular
durante la mayor parte de su vida; de
todas maneras, un día tendrá que morir. Y
si esta persona saludable no tuvo un
compromiso con Dios, no aceptó a Jesús;
pues habrá vivido sólo mejor en la vida
presente, pero no en la venidera.
Sin embargo; la piedad práctica tiene un
mayor beneficio, un beneficio que
trasciende hasta la eternidad. De allí la
comparación de Pablo ¡El ejercicio claro
que tiene beneficios!. El ejercicio claro
que tiene grandes beneficios; Pero sin
piedad práctica no lo llevará más lejos,
que a su funeral inevitablemente.
47
“La bendición que procede del ejercicio
físico, por grande que sea, es definida-
mente inferior a la recompensa que
promete la vida piadosa. Lo primero, en
el mejor de los casos, concede salud,
vigor, hermosura física. Estas cosas son
maravillosas y deben ser apreciadas. Pero
lo segundo concede vida eterna; la esfera
en que el ejercicio físico es de provecho
es mucho más restringida que aquella en
que la vida piadosa otorga su recompensa.
Lo primero tiene que ver con el presente
y aquí. Lo segundo con el presente y aquí,
pero también tiene un alcance mucho
mayor”. William Hendriksen, Comentario
al Nuevo Testamento: 1 y 2 Timoteo y
Tito, 172.
CONCLUSIÓN
Hoy el mundo está sufriendo por causa de
un pésimo estilo de vida. Hábitos destruc-
tivos, comida insana, muy poca temperan-
cia, poca ingesta de agua, sedentarismo y
otros factores están llevando a más perso-
nas rápidamente a una muerte prematura;
por otra parte, el promedio de años que
muchas personas viven son de mucho
dolor al punto de desear la muerte, antes
que seguir conviviendo con la enfermedad
que los consume lentamente. No se trata
sólo de vivir más años sino de vivir con
calidad de vida.
Un factor importantísimo, demostrado
ampliamente por la ciencia, son los
múltiples beneficios de la actividad física o
el ejercicio. Este factor forma parte de los
8 remedios naturales recomendados
muchos años atrás por Elena G. White.
Lamentablemente, los medios de comu-
nicación han incidido en la poca práctica
del ejercicio, deportes, o cualquier otro
tipo de actividad física. Hoy los menores
prefieren jugar al futbol por medio de un
videojuego que practicarlo realmente; los
jóvenes prefieren chatear por horas que
dialogar mientras caminan; y los adultos
preferimos mirar televisión que trabajar
en un huerto. Es una tragedia que cada
vez más países están reduciendo o
eliminando las horas de educación física
en los colegios por considerarlo como de
interés secundario.
El apóstol Pablo nunca se refirió en
menoscabo del ejercicio. Por su parte
recomendó cuidar el templo del Espíritu
Santo que es nuestro cuerpo. Pero no
tiene sentido cuidar nuestro cuerpo y
descuidar nuestra vida espiritual. Existe
una mayor necesidad que sólo cuidar de
nuestro cuerpo: el ejercicio de la piedad.
Así como nuestra vida se desgasta y se
enferma sin actividad física, también
nuestra vida espiritual se debilita y puede
morir si es que no se ejercita. Cada día
necesitamos disciplinarnos y ejercitar esos
músculos espirituales, quizá ya atrofiados,
al punto de haber perdido comunión con
Dios. El estudio de la Biblia, la oración, un
buen testimonio y una vida de ayuda al
prójimo de forma práctica fortalecerán no
sólo la vida física sino todas las dimensio-
nes de nuestra vida. Los resultados se
verán en nuestro rostro primeramente,
en nuestra mirada, en nuestra salud,
familia; pero, sobre todo, en una vida de
santificación y poder. Si los deportistas
entrenan, se cuidan y se preparan cada día
para alcanzar una medalla o título terrenal
¡cuánto más nosotros si buscamos la
corona de vida eterna!
48
Hoy podemos tomar dos decisiones
sumamente relevantes:
a. Hacer ejercicio físico. Comience por
lo menos con 5 o 10 minutos al día y
luego aumente el tiempo progresiva-
mente, pero comience. Camine, salte,
juegue, pero muévase; fuimos
creados para movernos. Mantenernos
sedentarios nos llevará más rápido a la
tumba y no nos permitirá ser eficientes
en esta vida.
b. Ejercitar la Piedad. ¿Cómo está su vida
de comunión diaria? ¿Está dedicando
suficiente tiempo para orar, estudiar la
Biblia? ¿Su vida presenta un buen
testimonio? ¿Está interesado en ayudar
al prójimo?
c. Del 23 al 31 de mayo todos tenemos
la oportunidad de comenzar un nuevo
estilo de vida con el programa
ADELANTE (Una vez más, puede
darse detalles de todo el programa).
Además; el domingo 31 de mayo
tendremos una extraordinaria movili-
zación de personas con el programa
“Muévase por la Vida” ( dar detalles de
este programa). Con este programa
estaremos cerrando el programa de
toda la semana ADELANTE.
¿Por qué no decide hoy cambiar su estilo
de vida para servir mejor al Señor Jesucris-
to? Pronto esta vida acabará. Nuestro
mayor deseo es seguir viviendo por la
eternidad con Jesús. Estar cerca de él.
Aprender de él. Escucharlo hablar directa-
mente. Nada se compara a eso. Tome la
mejor decisión hoy.
Pr. Daniel Villar
Ministerio de Mayordomía y Salud
Unión Peruana del Sur
49
50
Reflectores
Graciadesu
¿Qué hace la gracia de Dios a favor del
pecador cuando éste se arrepiente?
¿Cómo vive una persona que ha sido
beneficiada por la gracia de Dios? Y ahora
una pregunta que quizá suene un poco
extraña: ¿En qué continente se refleja más
la gracia de Dios, en Europa o en África?
Meditemos en las siguientes respuestas a
estas interrogantes.
LO QUE LA GRACIA
HACE POR EL PECADOR
Lo primero que la gracia hace por el
pecador es restaurarlo. Este poder restau-
rador se manifestó en la vida del apóstol
Pablo. Para probarlo, en 1 Timoteo 1:12
dice: «Doy gracias al que me fortalece,
Cristo Jesús nuestro Señor, pues me
consideró digno de confianza al ponerme
a su servicio». Como perseguidor de la
iglesia, por supuesto que Pablo no era
«digno de confianza» como para que el
Señor lo pusiera al servicio del evangelio.
Hechos 9:26 dice que después de su
conversión, «cuando llegó a Jerusalén,
trataba de juntarse con los discípulos, pero
todos tenían miedo de él, porque no
creían que de veras fuera discípulo». Está
claro entonces porque no lo consideraban
«digno de confianza»: «no creían que de
veras fuera discípulo». Es más, el versículo
21 dice que desconfiados se preguntaban:
«¿No es éste el que en Jerusalén perse-
guía a muerte a los que invocan ese
nombre?» Sin embargo, a pesar de no ser
TEXTO BÍBLICO
1 Corintios 15:10
«Por la gracia de Dios soy lo que soy».
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 20 de junio
confiable para los demás, Cristo Jesús sí lo
«consideró digno de confianza». ¡Eso se
llama restauración! Y es lo primero que la
gracia de Dios hace por el pecador: lo
restaura.
Meditemos en lo siguiente: Dios, la Majes-
tad del universo, me considera digno de
confianza, y en función de ello me pone a
su servicio. El pensamiento sobrecoge, y
nos enseña que servir al Señor no es una
humillación sino un honor. Nos pregunta-
mos: ¿de qué condición fuimos rescatados
y colocados en esta posición de honor? En
Timoteo 1:13, 15 y 16 Pablo responde
así: «Anteriormente yo era un blasfemo,
un perseguidor y un insolente». Luego
confiesa que entre todos los pecadores,
«yo soy el primero», y todavía más: se
reconoce a sí mismo como: «el peor de
los pecadores ». Entonces, ¿cómo es que
Dios le confiaría sus tesoros al número
uno de los malhechores? ¿Cómo es que
lo hizo digno de su confianza y lo puso a
su servicio? Solo hay una respuesta
posible: ¡Por la sublime gracia del Señor!
La gracia restaura.
La gracia de Dios confunde. ¿Cómo es
que nos considera dignos de confianza y
nos pone a su servicio a pesar de ser
peores pecadores que Pablo? Porque
debemos reconocer que Pablo era un
santo a la par nuestra. Pero no somos los
únicos confundidos, pues de la gracia que
había restaurado a Pablo, en Hechos 9:22
dice que también «confundía a los judíos
que vivían en Damasco» al ver que Dios lo
consideraba «digno de confianza» para
hacerlo su servidor.
¿Cómo es que Pablo fue elevado a seme-
jante posición de honor? En 1 Timoteo
1:13, 16 Pablo contesta: «Dios tuvo
misericordia de mí». Y más adelante
agrega: «Dios fue misericordioso conmi-
go», y luego concluye diciendo que Dios
hizo toda esta obra de restauración en él,
para que «Cristo Jesús pudiera mostrar su
infinita bondad. Así vengo a ser ejemplo
para los que, creyendo en él, recibirán la
vida eterna». Así que, por esa misma
misericordia, tan solo por el poder de esa
sublime gracia, usted y yo también fuimos
restaurados y tenidos por dignos de
confianza y puestos al servicio de su
Majestad. A través de esa restauración
Cristo Jesús ha mostrado su infinita
bondad concediéndonos la vida eterna.
¡Eso es restauración!
No hay duda de lo que hasta aquí hemos
dicho. En 1 Timoteo 1:15 Pablo dice, que
«este mensaje es digno de crédito y
merece ser aceptado por todos». Así que,
juntamente con Pablo usted puede decir,
que de una condición de descrédito, Dios
me tuvo por «digno de confianza» y me
hizo su servidor, pues tal como el apóstol
enfatiza en el versículo 14: «la gracia de
nuestro Señor se derramó sobre mí con
abundancia». Es por esa gracia que
estamos en esta posición de honor.
Éramos indignos de confianza, pero Dios
consideró que nos podía confiar sus
riquezas eternas, y lo hizo. Y todo, solo
por gracia. Entonces, ¿cómo respondere-
mos a esa gracia restauradora? ¿Acaso lo
mejor no sería que vivamos de tal manera
que seamos reflectores de esa gracia y de
bendición para los demás?
51
¿CÓMO VIVE UN
RESTAURADO POR GRACIA?
En Ezequiel 18:5, 7 leemos: «quien es
justo… no oprime a nadie, ni roba, sino
que devuelve la prenda al deudor, da de
comer al hambriento y viste al desnudo».
Notemos que esto es lo que hace el justo.
Ahora bien, ¿quién es ese justo? ¿Cómo
es que los pecadores llegan a ser declara-
dos justos delante de Dios? Romanos
3:24 responde: «Por su gracia son justifica-
dos gratuitamente mediante la redención
que Cristo Jesús efectuó». Entonces, si
esta redención es solo por gracia, las
buenas obras que definen al justo en el
texto de Ezequiel no salvan a nadie.
Buenas obras como no oprimir, no robar,
devolver lo robado, alimentar al
hambriento y vestir al desnudo, no sirven
para salvar a nadie. ¿Es correcta esta
conclusión? Veamos.
En Ezequiel capítulo 18 Dios presenta
más obras con las que va definiendo quien
es el justo. Las enumera en los versículos
8 y 9. Por ejemplo, dice que el justo «no
presta dinero con usura ni exige intere-
ses». Luego agrega: «Obedece mis decre-
tos y cumple fielmente mis leyes». Y
concluye con esta afirmación:
«Tal persona es justa, y ciertamente vivirá.
Lo afirma el Señor omnipotente».
Resumiendo todo esto, en Romanos 3:24
el justo es redimido y llega a vivir solo por
gracia, ¡pero ya vimos que Ezequiel
18:5-9 declara que el justo «ciertamente
vivirá» por las buenas obras descritas en el
pasaje! ¿Cómo explicar esta aparente
contradicción? Muy simple. Es que Roma-
nos 3:24 y otros pasajes similares en la
Biblia explican cómo es que el pecador es
declarado justo, y Ezequiel 18:5-9 y otros
textos similares explican el estilo de vida
del justo después de haber sido justificado
y restaurado por la fe. Es decir, explican
cómo es que el justo refleja que ha sido
tocado por la gracia de Dios.
Así que, entre las muchas características
del estilo de vida del justo, tenemos que
«no oprime a nadie». Ni al cónyuge, ni a
los hijos, ni a sus empleados ni a sus
dirigidos. Si el justo ha sido redimido,
¿cómo no redimirá a los demás en lugar
de oprimirlos? Napoleón Bonaparte
escribió que «a la mayor parte de los que
no quieren ser oprimidos no les disgusta-
ría ser opresores», desenmascarando la
tendencia en todos a oprimir al otro. Pero
el justo «no oprime a nadie».
Otra característica en Ezequiel es que
tampoco el justo roba. Ni la prenda, ni la
propiedad, ni el dinero de nadie. Es
honesto con Dios y con los hombres.
Francisco Quevedo, el gran escritor
español dijo: «Muchos son limpios de
manos porque se las lavan, no porque no
roben», en alusión a aparentar honesti-
dad, pero en lo secreto ser deshonesto.
Pero el justo no tiene problemas con esto
pues es honesto en el corazón. Sencilla-
mente no roba.
Pero además el justo le «da de comer al
hambriento y viste al desnudo». No lo
hace de vez en cuando, sino que es parte
de su estilo de vida. ¡Vive siempre
sembrando! Arthur W. Pinero, el drama-
turgo inglés, escribió: «Tu vida, es lo que
has dado». Tal es el estilo de vida del justo:
52
«De gracia recibisteis, dad de gracia». Por
gracia usted recibió la declaración de ser
justo, ahora refleja esa gracia dándose en
beneficio de los demás. Así vive quien ha
sido justificado y restaurado por la fe.
CONFIANZA DEL RESTAURADO
POR GRACIA
En Proverbios 11:28 leemos: «El que
confía en sus riquezas se marchita, pero el
justo se renueva como el follaje». De
acuerdo a este texto, «el justo se renueva
como el follaje», porque no pone su
confianza en las riquezas. El no poner su
confianza en el dinero se convierte en una
característica que le vale para ser llamado
justo, y por tenerla, en lugar de marchitar-
se se renueva.
Hagamos una comparación entre Europa,
aunque hoy sufre una gran recesión,
siempre fue la economía más grande del
mundo; y África, el continente más pobre.
Europa es poderosa; sus conquistas
sociales, sus leyes progresistas, su
patrimonio cultural, hablan de su riqueza.
Pero tal parece que es el continente que
menos tiende a poner su confianza en
Dios. José Pérez Adán, profesor de la
Universidad de Valencia y autor de más de
20 libros dice: «No creo que la cultura
europea actual sea una cultura cristiana».
El ateísmo y el secularismo son distintivos
de Europa. El filósofo Friedrich Nietzsche,
uno de los más influyentes proclamó:
«Dios ha muerto», y casi todo un
continente expulsó a Dios de sus tierras y
de sus almas. ¿El resultado? Europa como
sociedad se va marchitando.
Por el otro lado la pobreza en África es
grande. En términos de riqueza material,
imposible compararlo con Europa, pero
parece que entre los africanos la confianza
y fe en Dios es mayor. ¡Y esa sí que es una
riqueza incuantificable! Si la comparación
es entre miembros de la Iglesia Adventista
del Séptimo Día, en África hay más de 3
millones, mientras que en Europa apenas
hay un poco más de 100 mil. Todo parece
indicar que en África hay muchos más
justos que se renuevan como el follaje que
en Europa. Hay más confianza en Dios,
no en el dinero. Han puesto su esperanza
en la eternidad de Dios, no en la tempo-
ralidad de las riquezas. Esta es una
característica que en vida reflejan aquellos
que han sido beneficiados por la gracia de
Dios: confían en el Dios de la gracia, no en
el dios dinero.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
A pesar de ocupar los primeros lugares
entre los pecadores, Dios nos tuvo por
fieles y dignos de confianza. Nos puso a su
servicio cuando nadie lo hubiera hecho, y
nos confío sus riquezas eternas. Así opera
el poder restaurador de su gracia. Luego
de experimentar esta transformación,
nuestro estilo de vida refleja que hemos
recibido la gracia de Dios en nuestros
corazones. En Ezequiel 18:5 y 7 leímos
que «quien es justo… no oprime a nadie,
ni roba, sino que devuelve la prenda al
deudor, da de comer al hambriento y viste
al desnudo». Así vive un justificado por la
fe. Pero de la misma manera, quien es
justo, pone su confianza en el Señor, no
en los bienes temporales de esta vida, y
así es como en lugar de marchitarse se
renueva como el follaje y siempre perma-
nece verde. Así vive quien ha sido benefi-
53
ciado por la gracia de Dios. Esto es reflejar
la gracia de Dios al mundo. ¡Es imposible
vivir de otra manera!
A la luz de lo estudiado en nuestro tema,
¿cuántos de los presentes consideran que
Dios los tiene por dignos de confianza?
¿Quieren ponerse en pie todos los que
creen que la gracia de Dios los ha restau-
rado? Levanten la mano izquierda todos
los que crean que Dios los ha puesto bajo
su servicio dándoles un lugar de honor. La
mano bien en alto por favor. Y ahora,
¿cuántos sienten, que es su responsabili-
dad, reflejar la gracia de Dios mediante un
estilo de vida lleno de generosidad para
con Dios y con el prójimo? Levanten su
mano derecha para responder a esta
última invitación. Ahora, así con las manos
levantadas al Dios del cielo, vamos a orar
brevemente: «Señor y Padre Eterno.
Gracias por tu sublime gracia. Gracias por
restaurarnos a tu favor, por tenernos por
dignos de confianza, y por producir obras
de bien que glorifiquen tu nombre y sean
de bendición para nuestro prójimo. Y
Señor, gracias por ponernos a tu servicio.
Lo hacemos y seguiremos haciendo con
el mayor placer. Úngenos con la bendi-
ción de tu Santo Espíritu. En el nombre de
Jesús, amén».
Fuente: Unión Mexicana Central
54
El apóstol Pablo se preguntaba: «¿Quién
ha conocido la mente del Señor?» (Roma-
nos 11: 34 NVI). El mundo ha conocido
mentes brillantes pero, «¿quién ha conoci-
do la mente del Señor?». O con las
palabras del profeta Isaías: «¿A quién
consultó el Señor para ilustrarse? […]
¿Quién le impartió conocimiento o le hizo
conocer la senda de la inteligencia?» (Isaías
40: 14, NVI).
De la mente de Dios podemos conocer
únicamente lo que nos ha sido revelado
en su Palabra: «Las cosas secretas perte-
necen a Jehová, nuestro Dios, pero las
reveladas son para nosotros y para
nuestros hijos para siempre, a fin de que
cumplamos todas las palabras de esta Ley»
(Deuteronomio 29: 29).
Ahora bien, cuando alguien estudia su
Biblia «la mente del hombre se pone en
comunión con la mente de Dios; lo finito,
con lo infinito. El efecto que tiene esta
comunión sobre el cuerpo, la mente y el
alma sobrepasa todo cálculo» (Consejos
para los maestros, p. 18).
Por eso «aquel que con espíritu dócil y
sincero estudia la Palabra de Dios para
comprender sus verdades, se pondrá en
contacto con su Autor, y, a menos que sea
TEXTO BÍBLICO
Romanos 11:33
«¡Qué profundas son las riquezas
de la sabiduría y
del conocimiento de Dios!».
Biblia
Pactodefidelidad
ala
CULTO JOVEN
Sábado 20 de junio
55
por su propia elección, no tienen límite las
posibilidades de su desarrollo» (Exaltad a
Jesús, p. 116).
¿Puede haber una riqueza más grande que
esta? ¡Imposible!
LA MAYOR RIQUEZA
El apóstol Pablo, al reflexionar en cuanto a
la omnisapiencia de Dios, no puede
menos que exclamar: «¡Qué profundas
son las riquezas de la sabiduría y del
conocimiento de Dios!» (Romanos 11:
33. NVI).
Se dice que en el mejor de los casos
apenas usamos el diez por ciento de
nuestra capacidad cerebral. Si con ese
escaso porcentaje a veces nos asombra-
mos de lo que nos parecen increíbles
logros de algunos seres humanos, no
puedo imaginarme qué sucedería si
usáramos el ciento por ciento de nuestra
capacidad intelectual. Pero por mucho
que esa expectativa nos asombre, queda-
ríamos empequeñecidos hasta la infinitud,
comparado con «las riquezas de la sabidu-
ría y del conocimiento de Dios».
Las empresas más avanzadas consideran
el conocimiento como su activo más
valioso. Por eso lo llaman «el capital
intelectual», e invierten enormes sumas
de dinero en adquirirlo y aumentarlo.
Administrar el conocimiento es un proce-
so que hoy es parte de la actividad diaria
de las empresas de éxito; por eso cuentan
con un departamento de «Gerencia de
Gestión del Conocimiento» y sus respon-
sables son los «ingenieros del conocimien-
to».
Las compañías que no saben administrar
su capital de conocimiento van quedando
rezagadas en el competitivo mundo de los
negocios. Por ejemplo, de las cuarenta
empresas de tecnología más grandes del
mundo, solo dos pertenecen al continen-
te europeo, mientras que un país peque-
ño como Corea tiende dos, y China
también tiene dos. Europa no ha avanza-
do lo suficiente en la sociedad del conoci-
miento, y por eso ha perdido competitivi-
dad.
Ahora bien, de las riquezas de la sabiduría
y del conocimiento de Dios, podemos
conocer solo lo que él nos ha revelado en
su Palabra. Hay, sin embargo, tanta rique-
za en esa revelación, que «como medio
de educación intelectual, la Biblia es más
eficaz que cualquier otro libro o que todos
los demás libros juntos […]. Ningún otro
estudio puede impartir poder mental
como el que imparte el esfuerzo que se
realiza para abarcar las estupendas verda-
des de la revelación. La mente que en esa
forma se pone en contacto con los pensa-
mientos del Ser infinito no puede sino
desarrollarse y fortalecerse» (La educa-
ción, p. 112).
Si el diez por ciento de nuestra capacidad
cerebral es iluminada por el Espíritu Santo
a través del estudio de la Biblia, podremos
apropiarnos de una riqueza de conoci-
miento mucho más profunda y útil que el
conocimiento intelectual del ser humano
y que el «capital intelectual» de las empre-
sas; pues según Elena G. de White, como
medio de educación intelectual la Biblia es
más eficaz que cualquiera de los libros que
se han escrito o que todos ellos juntos.
56
En el mundo comercial, si las empresas no
desarrollan su capital de conocimiento
están condenadas al fracaso. Lo mismo
puede suceder con nosotros a menos que
estudiemos diariamente la Palabra de
Dios. Si no lo hacemos, se nos escurre de
las manos el capital del conocimiento de
las verdades divinas, y nuestra empresa
espiritual puede irse quedando rezagada
hasta llegar a la quiebra.
EL MEJOR NEGOCIO
DE NUESTRA VIDA
En Proverbios 3: 13, 14 se nos sugiere la
posibilidad de hacer el mayor negocio de
nuestra vida: «¡Bienaventurado el hombre
que halla la sabiduría y obtiene la inteligen-
cia, porque su ganancia es más que la
ganancia de la plata, sus beneficios más
que los del oro fino!».
Los seres humanos hemos complicado el
proceso de adquirir ciertos conocimien-
tos. Un ejemplo es la Filosofía, una ciencia
cuyo conocimiento está reservado solo
para los iniciados. Una de las tres partes
en la que se divide la Filosofía se dedica a
explorar qué es el conocimiento y cómo
es que conocemos. Grandes filósofos han
escrito complicadísimos volúmenes
tratando de explicar esto.
Los filósofos han profesado amar más la
sabiduría que la plata y el oro, puesto que
suponen que en el conocimiento hay
mayores ganancias. Hemos de imitarlos
en esto nosotros, que tenemos al alcance
un conocimiento mayor que el de la
Filosofía. La afirmación de Proverbios que
hemos leído sugiere la posibilidad de
hacer un gran negocio; tan bueno, que
nos rendiría más provecho que la plata y
más ganancias que el oro. Es el negocio
de adquirir sabiduría y conocimiento de
Dios.
¿Cómo comienza este conocimiento? La
Biblia contesta: «El temor del Señor es el
principio del conocimiento» (Proverbios
1: 7, NVI). El conocimiento no solo
empieza con Dios, sino que él es el funda-
mento de todo conocimiento. Isaac
Newton, uno de los científicos más
grandes de todos los tiempos, tenía en
máximo aprecio el conocimiento científi-
co, pero por encima de él valoraba el
estudio de las Escrituras. Con cincuenta
años de edad llegó a tal convicción de que
el conocimiento que se adquiere en la
Biblia es de más provecho que la plata y
rinde más ganancias que el oro, que dejó
de lado la investigación científica, y hasta
su muerte, treinta y cuatro años después,
se dedicó solo a estudiar la Biblia. Nunca
más escribió un tratado científico, pues se
entregó con todas sus fuerzas a la publica-
ción de escritos teológicos. Al morir a los
ochenta y cuatro años, era rico y «pode-
roso en las Escrituras», como Apolo
(Hechos 8: 18:24).
Newton comprendió que, en relación al
estudio de la Biblia, «ningún otro estudio
puede impartir poder mental como el que
imparte el esfuerzo que se realiza para
abarcar las estupendas verdades de la
revelación» (La educación, p. 112). Se dio
cuenta que «la mente ocupada solamente
con asuntos vulgares se empequeñece y
debilita», que «si nunca se empeña en
comprender verdades grandes y de vasto
57
alcance, después de un tiempo pierde el
poder de crecer», y que «como salvaguar-
dia contra esta degeneración, y como
estímulo para el desarrollo, nada puede
igualar al estudio de la Palabra de Dios»
(ibíd.,). Y nosotros, ¿nos hemos dada
cuenta de todo eso? El mayor negocio de
nuestra vida nos está esperando. Solo
tenemos que hacer un pacto con Dios de
estudio diario de su Palabra, y el mayor
negocio es nuestro. ¿Cuántos capítulos
leemos por día?
CRISTO, LA EXCELENCIA
DEL CONOCIMIENTO
En Colosenses 2: 2, 3 leemos lo siguiente:
«Lucho para que sean consolados sus
corazones y para que, unidos en amor,
alcancen todas las riquezas de pleno
entendimiento, a fin de conocer el miste-
rio de Dios el Padre y de Cristo, en quien
están escondidos todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento».
Ya vimos que el conocimiento es riqueza,
un tesoro incalculable. Es el «capital
intelectual» de las empresas y el tesoro
acumulado de las sociedades, pero solo
en Cristo «están escondidos todos los
tesoros de la sabiduría y del conocimien-
to».
Tola la Escritura ha sido inspirada para
poner a nuestro alcance «la excelencia del
conocimiento de Cristo» (Filipenses 3: 8).
Cristo, es la Sabiduría que «clama en las
esquinas de calles transitadas» diciendo:
«Les daré a conocer mis pensamientos»
(Proverbios 1: 21, 23, NVI). Es Cristo
quien «clama desde lo más alto de la
ciudad: «¡Vengan conmigo los inexpertos!
[…] Dejen su insensatez y vivirán;
andarán por el camino del discernimien-
to»» (Proverbios 9: 3-6, NVI).
«¿Hasta cuándo, ustedes necios, aborre-
cerán el conocimiento?» (Proverbios 1:
22, NVI). Cristo, la Sabiduría, dice:
«Entonces me llamarán, pero no les
responderé; me buscarán, pero no me
encontrarán. Por cuanto aborrecieron el
conocimiento»; entonces «cosecharan el
fruto de su conducta […] su descarrío e
inexperiencia los destruirán» (vers. 28-32,
NVI).
En Oseas 4: 6 Dios es más contundente:
«Puesto que rechazaste el conocimiento,
yo también te rechazo como mi sacerdo-
te». El mismo pasaje presenta la conse-
cuencia final: «Pues por falta de conoci-
miento mi pueblo ha sido destruido».
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
En propósito de las Escrituras es «hacer
sabio para la salvación por la fe que es en
Cristo Jesús» (2 Timoteo 3: 15). Ente los
intelectuales del mundo se considera que
en los escritos de los grandes filósofos y
científicos se encuentra la excelencia del
conocimiento; pero no es así. El verdade-
ro conocimiento radica en conocer al
Cristo de la Biblia.
Por lo tanto, Proverbios 4: 6-8 nos
aconseja diciendo: «Retén mis razones en
tu corazón, guarda mis mandamientos y
vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere
inteligencia, no te olvides de ella ni te
apartes de las razones de mi boca; No la
abandones, y ella te guardará; ámala, y te
58
protegerá. Sabiduría ante todo, ¡adquiere
sabiduría! Sobre todo lo que posees,
¡adquiere inteligencia! Engrandécela, y ella
te engrandecerá, te honrará, si tú la
abrazas».
¡No hay riqueza mayor que esta! Por lo
tanto te invitamos a realizar delante del
Señor un pacto de estudio diario de la
Biblia. Vamos a orar en silencio, y en esa
intimidad pídele perdón al Señor por
descuidar su palabra. ¿Cuántos capítulos
diarios leerás de su Palabra?. Esto es una
decisión muy personal. Hazlo en este
momento (repartan las tarjetas de pacto
de fidelidad a la biblia, permita unos
minutos para llenar las tarjetas y culmine
con una oración de compromiso).
Fuente: Unión Mexicana Central
Pacto de Fidelidad
a la Biblia
«Ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera,
sino de simiente imperecedera, mediante la palabra
de Dios que vive y permanece»
(1 Pedro 1: 23, NVI).
Yo,_____________________________________
el día ______ de ___________________________
de 2014 2014 me comprometo delante del Señor a
convertirme en un estudioso de las Sagradas
Escrituras.
Puesto que la Biblia tiene 1,189 capítulos, hago pacto
con el Señor de leer cada día:
capítulo diario según el programa
Reavivados por su Palabra
«Como medio de educación intelectual, la Biblia es más
eficaz que cualquier otro libro o que
todos los demás libros juntos»
(Reflejemos a Jesús, p. 154)
1
Pacto de Fidelidad
a la Biblia
«Ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera,
sino de simiente imperecedera, mediante la palabra
de Dios que vive y permanece»
(1 Pedro 1: 23, NVI).
Yo,_____________________________________
el día ______ de ___________________________
de 2014 2014 me comprometo delante del Señor a
convertirme en un estudioso de las Sagradas
Escrituras.
Puesto que la Biblia tiene 1,189 capítulos, hago pacto
con el Señor de leer cada día:
capítulo diario según el programa
Reavivados por su Palabra
«Como medio de educación intelectual, la Biblia es más
eficaz que cualquier otro libro o que
todos los demás libros juntos»
(Reflejemos a Jesús, p. 154)
1
59
ImpactoImpacto
MayordomíaMayordomía
18 al 25
julio
A lasombradesu
INTRODUCCIÓN
El concepto de sombra, tal como es
usado en Eclesiastés 7:12 da la idea de
protección. Esta idea la entendemos
mejor, si nos imaginamos caminando a la
altura del medio día en un paraje abierto a
una temperatura de 45 grados centígra-
dos, y de repente aparece frente a
nosotros la sombra de un frondoso árbol.
¿Buscaríamos protección debajo de esa
sombra?
Nuestro texto bíblico presenta dos tipos
de sombra, y cada una de ellas ofreciendo
protección: la sombra de la sabiduría y la
sombra del dinero. ¿Debajo de cuál usted
siente inclinación para protegerse? Obser-
vemos que el pasaje también indica que
cada individuo tiene la opción de escoger
debajo de qué sombra buscará protec-
ción: «Puedes ponerte a la sombra de la
sabiduría o a la sombra del dinero». Usted
escoge.
Preguntamos: el dinero, ¿proporciona
sombra protectora? ¿Conoce usted esa
sensación de protección proporcionada
por el dinero? ¡Por supuesto! Todos
sabemos lo que es sentirse protegido por
el dinero. Nos da seguridad, confianza en
que todo estará bien. Sentimos que el
dinero puede resolver casi todos nuestros
males y ansiedades. ¿Y qué diremos de la
TEXTO BÍBLICO
Eclesiastés 7:12
«Puedes ponerte a la sombra de la
sabiduría o a la sombra del dinero,
pero la sabiduría tiene la ventaja
de dar vida a quien la posee».
Sabiduría
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 22 de agosto
61
sabiduría? ¿Proporciona sombra protecto-
ra? ¿Sabe usted lo que significa ponerse
debajo de la sombra de la sabiduría?
¿Conoce la sensación de protección que
la sabiduría ofrece? La protección brindada
por la sombra del dinero es evidente; y si
me protege, ¿por qué buscar otra
sombra? ¿Qué ventajas ofrece la sombra
de la sabiduría que la sombra del dinero
no puede garantizarme? Son preguntas
que vamos a resolver en el desarrollo de
nuestro tema. Al final, vamos a ser
invitados a que nos reguardemos debajo
de aquella sombra que nos garantice la
protección más duradera. Pero esa será
su decisión.
UNA ELECCIÓN PERSONAL
Lo primero que debemos observar es
que nuestro texto bíblico nos da la opción
a elegir bajo qué sombra buscaremos
protección: «Puedes ponerte a la sombra
de la sabiduría o a la sombra del dinero».
Ya mencionamos este hecho en la
introducción, pero lo repetimos para
enfatizar la importancia de elegir entre una
y otra sombra. Cada quien escoge. Ahora
bien, no podemos negar que los dos
paraguas protegen. Un paraguas propor-
ciona protección contra las inclemencias
del tiempo. Pues la sombra de la sabiduría
es como un paraguas bajo el cual
podemos refugiarnos; pero no hay
manera de negar que la sombra del
dinero es otro paraguas que ofrece
protección.
El paraguas del dinero proporciona una
sombra muy agradable, y asegura protec-
ción contra las inclemencias de la pobreza,
la amenaza de inseguridad y el miedo a un
futuro incierto. Sin embargo, el paraguas
de la sabiduría protege contra todas las
inclemencias de la vida que ricos y pobres
por igual deben enfrentar, incluyendo la
amenaza de extinción total. Esas son las
dos ofertas de protección, y escoger uno
u otro paraguas determinará quién es
realmente sabio. Si se escoge el paraguas
del dinero, luego queda demostrado que
no es una elección sabia, pues al venir la
lluvia el papel dinero con el cual está
hecho pronto se deshace y hasta allí llega
la sombra protectora. Contrario a esto, el
material del paraguas de la sabiduría es
impermeable, y ni la muerte puede
penetrarlo, pues nuestro texto bíblico dice
que la sombra de «la sabiduría tiene la
ventaja de dar vida a quien la posee». El
dinero no tiene esta ventaja.
LA SOMBRA DEL DINERO
En el mercado económico del mundo de
hoy abundan las ofertas de paraguas que
ofrecen la sombra del dinero. Esto se
debe a la creencia de que la sombra
protectora que provee es de lo mejor. Por
ejemplo, T. Harv Eker, un autor que
escribe mucho sobre cómo adquirir
riqueza vende muchos de estos paraguas.
Uno de sus libros lleva por título: Los
secretos de la mente millonaria, en el que
contrasta las diferencias entre la filosofía
de vida que tienen los ricos y la de los
pobres. Eker afirma, que en tanto los ricos
piensan: «Yo creo mi vida», los pobres
dicen: «La vida es algo que me sucede».
Los ricos piensan: «Las dos cosas», pero
los pobres dicen: «O se tiene una cosa, o
se tiene la otra», pero nunca las dos. Los
ricos se centran en su fortuna neta, en
tanto que los pobres se centran en lo que
62
ganan con su trabajo. Entonces, para Eker
el asunto está claro: la sombra que
proporciona el paraguas del dinero es de
lo mejor. Observemos que Eker resalta la
filosofía de vida de los ricos como superior
a la de los pobres, como si tal filosofía de
la riqueza fuera la esencia de la sabiduría.
Pero hay otro escritor que va más allá,
dándole a la riqueza la dignidad de ciencia.
Nos referimos a Wallace D. Wattles, autor
del libro: La ciencia de hacerse rico, en
donde afirma, que «hay una ciencia para
alcanzar fortuna y es una ciencia exacta,
como el álgebra o la aritmética». Pues
bien; por un lado tenemos a los profetas
del dinero, ofreciendo la sombra de la
comodidad y la abundancia material, y por
el otro tenemos a los profetas de la
sabiduría bíblica, ofreciendo la sombra de
la salvación. Cada quien escoge el
paraguas bajo cuya sombra se va a prote-
ger. Pero antes de hacer su elección, tome
en cuenta que Wallace ya murió. La
sombra y protección del dinero en el cual
puso su confianza no pudo evitarlo; pero
contrario a esto, «la sabiduría tiene la
ventaja de dar vida a quien la posee».
Entonces, ¿qué sombra va a escoger? Está
claro, nos vamos a refugiar bajo la sombra
de la sabiduría. ¿Está usted de acuerdo?
¿ES MALO EL DINERO?
¡Por supuesto que no! El dinero represen-
ta riqueza, y todo el oro y la plata del
mundo pertenece a Dios, por lo tanto, la
riqueza como propiedad de Dios no
puede ser mala, y si no es mala, entonces
tiene que ser buena. En Eclesiastés 10:19
leemos: «Para alegrarse, el pan; para
gozar, el vino; para disfrutarlo, el dinero».
Seamos honestos, ¿hay alguien entre
nosotros que no disfruta del dinero?Z¿A-
caso no nos proporciona el placer de los
alimentos que consumimos, o de la
comodidad de lo que vestimos y cuantas
otras cosas más? Si el dinero sirve para
disfrutar de los beneficios legítimos que
nos puede proveer, entonces tiene que
ser bueno. Todo depende del uso y el
valor que se le dé. Veamos algunos
ejemplos: ¿Es bueno el dinero que se usa
para financiar la predicación el evangelio?
¿Ha sido buena la riqueza usada para
construir miles de iglesias, hospitales,
casas publicadoras e instituciones educati-
vas alrededor del mundo? ¿Es bueno el
dinero que usamos en asuntos de salud?
¿Se da cuenta? Todo depende del uso y
valor que demos al dinero.
DINERO MALO Y DINERO BUENO
Una encuesta realizada en la República
Dominicana en 2007, reveló que la pobla-
ción gastaba un poco más de 36 millones
de dólares al mes en bebidas alcohólicas y
tabaco. Sin duda ese dinero es muy malo,
por el uso que se le da. La misma encues-
ta mostró que gastaban algo más de 34
millones de dólares al mes en educación.
En este caso el dinero es bueno, aún
cuando ese dato indica que se usa menos
dinero para lo bueno y más para lo malo.
En los Estados Unidos unos 120 millones
de personas gastan alrededor de 70 mil
millones de dólares anuales en alcohol.
Ese es un pésimo uso del dinero. Sin
embargo, si el uso es bueno, «para disfru-
tarlo, el dinero», leemos en la Biblia. ¿Qué
diríamos del dinero del diezmo y las
ofrendas? ¿Es bueno ese dinero? ¿Y qué
decimos del dinero del diezmo cuando no
se devuelve? ¿Es bueno? ¿Es malo?
63
Alberto Masferrer, uno de los mejores
escritores de El Salvador, es autor de un
ensayo moral titulado, El dinero maldito,
en el que revela interesantes detalles
acerca del dinero. Por ejemplo, habla del
dinero ganado honradamente, el que
llamamos dinero bueno, pero si luego ese
dinero es gastado en vicios denigrantes
entonces se vuelve malo. Es una transfor-
mación en la que el dinero tiene un origen
bueno pero un destino malo. De esta
manera Masferrer se refiere al dinero que
es usado para sacar a relucir lo peor que
hay en el ser humano, llamándolo dinero
perverso, y a ese dinero usado en los
vicios como el alcohol es al que se refiere
como dinero maldito.
ESCLAVO, NO AMO
Pero no solo el uso, sino también depen-
diendo del valor que se le da al dinero,
puede convertirse en maldición en lugar
de bendición. Por ejemplo, al dinero no
se le puede dar el valor de un amo, de un
señor, porque Henry G. Bohn, el editor
inglés, observó que «el dinero es un buen
sirviente, pero un mal amo.» Pero para
reforzar esta idea, Pierre Bonnard, el
pintor francés, apuntó que «el dinero no
debe ser sino el más poderoso de
nuestros esclavos», y no nuestro amo. Por
lo tanto, como esclavo, al dinero
debemos mantenerlo dominado.
Así pues, «puedes ponerte a la sombra de
la sabiduría o a la sombra del dinero».
Cada quien escoge, pero no olvidemos
que solo «la sabiduría tiene la ventaja de
dar vida a quien la posee». Puesto que
Cristo es la sabiduría hecha persona en las
Escrituras, entonces él será mi amo, mi
Señor, y yo su siervo. Jamás el dinero
podrá ocupar el lugar de Cristo en mi
vida. Jesús siempre reinará supremo
sobre mí, y a ese dinero que él me
provee, con el cual puedo disfrutar de
tantas cosas buenas que hay en la vida, a
ese dinero lo mantendré sometido a mis
pies como manso esclavo. Cuando un hijo
o hija de Dios toma esta decisión, es
entonces que «la sabiduría tiene la ventaja
de dar vida a quien la posee». El dinero no
puede dar vida, pero Cristo, la sabiduría
personificada en el libro de Proverbios nos
da vida, y vida eterna.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
Cristo es la sabiduría, el camino, la verdad
y la vida. El dinero es el dinero, bueno
solo para esta vida, pero inútil más allá de
la eternidad. La sombra que ofrece es
muy seductora, pero la sombra de la
sabiduría es más ventajosa pues puede
«dar vida a quien la posee». ¿Posee usted
dinero, ya sea mucho o poco? Bueno,
todos poseemos algo de dinero. Es que
no se necesita ser rico para hacer del
dinero una sombra bajo la cual buscar
protección. Es la actitud que asumimos
hacia el dinero, el lugar y valor que le
demos en nuestra vida, lo que determina
si su sombra es nuestro paraguas protec-
tor.
Y hacia la sabiduría de la Biblia que nos
conduce a Cristo, ¿cuál es nuestra actitud?
¿Hemos hecho de esa sabiduría nuestra
sombra protectora? La siguiente pregunta
puede ayudarnos a conocer nuestra
actitud: ¿Qué es lo que más buscamos,
más dinero o más de Jesús? ¿A qué le
dedicamos más tiempo y esfuerzo, a la
64
búsqueda de Jesús o a la búsqueda de
dinero? La respuesta a esta pregunta nos
da una idea de la actitud que podemos
asumir hacia Cristo o hacia el dinero. En
lugar de vivir afanosos por lo material, el
Señor Jesús nos dice en Mateo 6:33 que
«más bien busquen primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas les serán añadidas». ¿Quiere usted
afirmar su decisión de hacer de esta
búsqueda su primera ocupación cada día,
temprano por la mañana? ¿Cuántos
deciden colocarse bajo la sombra de la
sabiduría? ¿Quiere ponerse en pie? Hay
una promesa: «La sabiduría tiene la venta-
ja de dar vida a quien la posee».
Fuente Unión Mexicana Central
65
CULTO JOVEN
Sábado 22 de agosto
Salario?
¿Cuálesmi
Los discípulos habían presenciado la
conversación de Jesús con el joven rico, y
la reacción de éste todavía estaba fresca
en sus mentes. El joven se retiró triste de
la presencia de Jesús, incapaz de separarse
de los tesoros terrenales que, en su caso,
se levantaban como un muro de separa-
ción entre él y el reino de Dios.
Teniendo este hecho como telón de
fondo, la pregunta de Pedro tiene especial
significado. «He aquí nosotros lo hemos
dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué,
pues, tendremos?» (Mat. 19: 27). En otras
palabras: «Señor, nosotros hemos
actuado de manera muy diferente que
este joven. En realidad, hemos abandona-
do todo lo que estaba entre tú y nosotros
para seguirte. En tal caso, ¿qué tendre-
mos?
LA RESPUESTA DE JESÚS
Es interesante ver que Jesús aceptó la
pregunta como válida. No la rechazó
como si fuera expresión de egolatría o
egoísmo. Él sabía lo que significaba darlo
todo por el reino de Dios, incluso la vida
misma. Entendía que el hombre necesita
una palabra de aliento en tales situaciones;
una visión futura que lo fortalezca y lo
sostenga.
TEXTO BÍBLICO
Mateo 20:1
«Porque el reino de los cielos es semejante
a un hombre, padre de familia, que salió
por la mañana a contratar obreros
para su viña»
66
De modo que respondió a Pedro: «De
cierto os digo que en la regeneración,
cuando el Hijo del Hombre se siente en el
trono de gloria, vosotros que me habéis
seguido también os sentaréis sobre doce
tronos, para juzgar a las doce tribus de
Israel. Y cualquiera que haya dejado casas,
o hermanos, o hermanas, o padre, o
madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi
nombre, recibirá cien veces más, y
heredará la vida eterna» (vers. 28, 29).
Pero Jesús agregó algo que hizo que
Pedro y los otros escucharan aún más
atentamente: «Pero muchos primeros
serán postreros, y postreros, primeros»
(ver. 30).
¿Qué significa esto? ¿Significa que quienes
han dedicado toda su vida al servicio
cristiano no tendrán ventaja sobre quienes
comenzaron a último momento? Esta
confusión, reflejada en el rostro de los
discípulos, no escapó a la consideración
de Jesús. Forma la base de la parábola de
los labradores de la viña, que encontra-
mos en Mateo 20: 1-16 (leerla). Los
conceptos vertidos en esta parábola nos
resultan familiares.
Habla de labradores, de desocupados
esperando algún trabajo y de negociacio-
nes de contrato; todos estos aspectos
resultan muy comunes para quienes
trabajamos sobre la base de día por día.
Desde esta perspectiva podemos visuali-
zar el escenario de la parábola, y vernos
en ella. Podemos identificarnos con los
labradores, esperando recibir una justa
remuneración al final del día como algo
correctamente merecido.
¿ES DIOS ARBITRARIO?
Pero de una manera u otra la mayoría de
nosotros experimenta cierta ambivalencia
acerca de la parábola; cierta confusión de
sentimientos. El método parece ser
injusto: quien trabaja todo el día en la viña,
quien soporta la carga y el calor del día, se
siente defraudado al compararse con
quienes fueron contratados a la hora
undécima. La parábola debió haber sido
como un golpe duro para Pedro y los
demás. Sin embargo, aunque difícil de
entender, éste es, en realidad, el principio
sobre el que se fundamenta el reino.
Por ejemplo, consideremos el caso del
ladrón crucificado al lado de Jesús. Por así
decirlo, el ladrón llegó a última hora. Pero,
a pesar de todo, la riqueza completa de la
redención llegó a ser suya, así como había
llegado a serla para quienes siguieron a
Jesús desde el principio. Desde el punto
de vista humano parece arbitrario e
injusto. Pero si ponemos aparte nuestras
ideas humanas sobre la remuneración o
salario, y tratamos de verlo desde la
perspectiva de Dios, entonces todo se
aclara.
Lo que necesitamos tener en cuenta es la
cuestión real de la parábola. En realidad
está hablando del trabajo en la viña del
Señor. Y aquí lo que importa primero es el
servicio, no la remuneración. Porque,
debidamente entendido, el servicio a Dios
ya es un don, un privilegio.
Pensemos, por ejemplo, acerca de los
profundos sentimientos de felicidad,
agradecimiento y gozo que nos llenan
67
cuando ganamos a alguien para Cristo.
Nuestros ojos se iluminan; nuestros
rostros brillan con la delicia de presenciar
su entrega y bautismo en el nombre de
Cristo. ¿Qué puede producir mayor
satisfacción interior? ¿Ya no es ésta una
remuneración en el verdadero sentido de
la palabra? Y lo mismo se puede decir del
discipulado cristiano en general. Estar
activos en el discipulado es igual que un
don y un privilegio. La vida con Cristo es
en sí misma la recompensa. Se nos dan
riquezas especiales; riquezas que exceden
completamente en valor a cualquier
riqueza terrenal.
En el fundamento de todo esto está la
riqueza del conocimiento; el conocimien-
to de que estoy en las manos de Dios,
que tengo un Padre celestial que me ama,
quien está interesado en mí, y quien me
conduce por sendas de luz. Puede que no
siempre comprenda la sabiduría de todos
sus caminos, pero puedo saber que si
camino por ellos, confiando siempre en
él, finalmente resultarán ser los mejores
para mí. Porque «sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados» (Rom. 8: 28).
CAMINANDO CON CONFIANZA
Con este conocimiento especial, enton-
ces, puedo caminar a lo largo de la vida
con serenidad y confianza, sin temor a la
muerte o al mañana. Porque podemos
tener la seguridad de que «ni la muerte, ni
la vida. . . ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jesús Señor nuestro» (vers. 38,
39).
Existen otras riquezas que obtienen los
que fueron a trabajar temprano a la viña:
la certeza de la redención; de ser hijos de
Dios; la experiencia de una vida verdade-
ramente significativa; y el sentido de
satisfacción como resultado del conoci-
miento de ser creados a la imagen de
Dios.
Todo esto y mucho más son beneficios
actuales en nuestra vida de discipulado y
servicio cristiano. Desde esta perspectiva,
quienes ya trabajan en la viña desde muy
temprano en verdad tienen una aprecia-
ble ventaja sobre quienes vienen a última
hora. ¡Cuántos de estos recién llegados se
han perdido! ¡Pero, a pesar de eso, hay
gozo por todos los que han venido!
Considerándolo así, la parábola, que en
una primera visión parecía presentar
algunas dificultades de interpretación, se
esclarece repentinamente. Vemos que no
hay clases privilegiadas y que nadie es
tratado injustamente. Si alguien está en
desventaja, es quien llega a última hora, y
ha perdido todos los privilegios gozados
por quienes vinieron temprano. Pero aún
el que llega a la hora undécima recibe las
mismas bendiciones que corresponden a
quienes llegaron antes que ellos: el rico
conocimiento de estar en las manos de
Dios, la experiencia de una vida verdade-
ramente significativa, y el sentido de
satisfacción como resultado del conoci-
miento de haber sido creado a la imagen
de Dios. En realidad, es en este sentido
68
que ellos obtienen la misma recompensa
que los trabajadores que vinieron tempra-
no.
También hay algo más que es igual para
ambos grupos, el mayor regalo de todos:
la vida eterna. Es aquí donde se clarifica
que, en el servicio a Dios, todos son
iguales. Porque no puede haber remune-
ración más grande que la vida eterna.
Quienes vienen temprano no pueden
pedir más. A quienes vienen al último no
se les puede dar menos. La vida eterna
deber ser lo mismo para todos.
La parábola de los labradores nos ayuda a
examinar nuestros motivos de servicio.
¿Por qué somos cristianos? ¿Por qué
estamos en el discipulado con Cristo? ¿Por
qué trabajamos en la viña del Señor? El
amor debería ser nuestra motivación;
amor a Jesús, y amor por nuestros seme-
jantes. Si llegamos a ser plenamente
conscientes de esto, entonces nuestro
servicio, nuestro discipulado, no será
moldeado por pensamientos de remune-
ración, sino antes bien por el esfuerzo de
mostrar al Señor nuestro amor y agradeci-
miento por lo que ha hecho por nosotros.
Y si, a su vez, hemos experimentado esta
misma clase de amor en nuestras vidas,
no dejaremos de ayudar a quienes nos
necesiten.
Dios busca hombres y mujeres que estén
dispuestos a ir a su viña. ¡Qué privilegio el
nuestro! Esto sólo sería suficiente recom-
pensa. Quizás usted ha vacilado hasta
ahora. Recuerde: el día terminará pronto.
La noche viene. No hay mucho tiempo
que perder. Cada uno debería aprovechar
la oportunidad puesta delante de
nosotros, diciendo sí a Dios. Jesús lo
espera a usted porque lo ama; y su amor,
en verdad, ¡es suficiente recompensa!
_______________________________
HARALD KNOTT, cuando escribió este
mensaje era presidente de la Asociación
Alemana del Sur, perteneciente a la
División Euroafricana.
69
Mundo
Eldueñodel
INTRODUCCIÓN
Hay una razón por la cual Dios es el
Dueño de la tierra: «Él la afirmó sobre los
mares, la estableció sobre los ríos»,
declara el Salmo 24 en el versículo dos.
Por lo tanto, por derecho de creación, el
versículo uno de este Salmo establece,
que «del Señor es la tierra y todo cuanto
hay en ella, el mundo y cuantos lo
habitan». Entonces, basado en estos
derechos de posesión absoluta otorgados
por la vía de la creación, el Dueño del
mundo, el Creador, le dice a la criatura
humana, obra de sus manos, lo siguiente:
«Si yo tuviera hambre no te lo diría, pues
mío es el mundo y todo lo que contiene.»
¿Cuánto tiene Dios como Dueño del
mundo? ¿Puede contabilizarse el monto
de las riquezas que hay en el planeta? Con
tanta riqueza, ¿necesita Dios algo de
nosotros? Y si no lo necesita, ¿por qué nos
pide que demos? Debe haber alguna
buena razón, y vamos a buscarla contes-
tando estas curiosas interrogantes.
¿CUÁNTA RIQUEZA
CONTIENE EL MUNDO?
Pongamos como ejemplo la plata, un
metal precioso y muy codiciado. En
Hageo 2:8 el Dueño del mundo dice:
«Mía es la plata.» ¿Cuánta plata hay en el
mundo? Bueno, para que se haga una
TEXTO BÍBLICO
Salmo 50:12
«Si yo tuviera hambre no te lo diría,
pues mío es el mundo y
todo lo que contiene».
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 12 de setiembre
70
idea, en el año 2008 se extrajeron de las
minas de plata en todo el planeta unas
21,178 toneladas del precioso metal. ¿Es
eso bastante? Para calcular su valor en
dinero tenemos que usar el precio del
metal en el mercado mundial.
En 2012 la plata tenía un valor mayor que
en 2009, pero quedémonos con el precio
de este último año. En el mes de octubre
andaba cerca de 18 dólares la onza. Así
que tiene que multiplicar el número de
onzas que hay en 21,178 toneladas por
18 dólares cada onza. ¿Cuál es el resulta-
do? Asómbrese: ¡Es un poco más de 12
mil millones de dólares! Y Dios, el Dueño
del mundo nos recuerda: «Mía es la
plata». Además, tenga presente que esa es
la plata extraída de las minas solo en un
año, pero en el mundo hay mucho más, y
toda es de Dios por derecho de creación.
Pero en Hageo 2:8 aparte de señalar que
él es el Dueño de la plata, Dios agrega: «y
mío es el oro». ¿Cuánto oro hay en el
mundo? Bueno, la producción mundial del
llamado rey de los metales es de unas
2,500 toneladas anuales, y se considera
que en el mundo existen unas 160 mil
toneladas extraídas de las minas. ¿Cuál
sería el valor de todo ese oro en dinero?
Si tomamos el precio actual por tonelada,
el cual anda alrededor de 45 millones de
dólares, ¡el resultado es un poco más de 7
mil billones de dólares! Y Dios es el
Dueño de esa inmensa riqueza. ¡Pero eso
no es todo! Especialistas financieros han
calculado el valor de todos los bienes,
inversiones y servicios del mundo, y el
resultado aproximado es de unos 65
trillones de dólares, una cantidad difícil de
imaginar. «Mío es el mundo y todo lo que
contiene», dice el Señor. Pero aún hay
más. Los expertos consideran que en
realidad, la mayor riqueza del planeta es
su extraordinaria diversidad biológica.
Hasta este momento, esos especialistas,
llamados taxónomos, han logrado
clasificar cerca de 2 millones de especies
vivas, pero creen que puede haber unos
13 millones y aún más. Todas creadas por
Dios. Por lo tanto, ¡le pertenecen! Pero
hay más.
Veamos el agua, el recurso natural más
importante y la base de toda forma de
vida en el planeta. Es tan valiosa, que el
Banco Mundial ha acuñado la siguiente
frase: «si el siglo XX fue el de lucha por los
combustibles fósiles, el siglo XXI lo será
por el agua». Así de valiosa es el agua,
¡más que el oro por supuesto! Osvaldo
Canziani, Premio Nobel de la Paz 2007,
dijo lo siguiente: «Las expectativas comer-
ciales, respecto del agua, la ubican como
un negocio del orden de trillones de
dólares para el siglo XXI». De hecho, la
cotización del agua embotellada es mayor
que la del petróleo. ¡Y pensar que Dios
cubrió la superficie de su planeta con un
70% del preciado líquido y que todo es
de él! ¿Y qué decir de los demás recursos
naturales de la Tierra? ¡Todo es propiedad
del Señor! ¡Él es el Dueño!
La Tierra también es rica en plantas
alimenticias. Se calcula que hay unas 80
mil que son comestibles, de las cuales
usamos apenas unas 100, las que proveen
alrededor del 90 por ciento del alimento
que la humanidad consume. Pruebe hacer
una lista de los alimentos que usualmente
71
consume, y se dará cuenta de lo difícil que
será escribir al menos unos 100 alimen-
tos. ¡Pero Dios ha creado más de 80 mil
plantas comestibles! Basado en esta súper
abundancia es que Dios, el Creador, le
dice a la criatura que él creó: «Si yo tuviera
hambre no te lo diría, pues mío es el
mundo y todo lo que contiene».
¿NECESITA DIOS ALGO
DE NOSOTROS?
No, Dios no necesita nada de nosotros;
pero nosotros sí necesitamos todo de él.
Por ejemplo, si él tuviera hambre, no
necesitaría que le diéramos algo para
saciarla, pero nosotros, que todos los días
sentimos hambre, y tres veces por día, sí
clamamos a él suplicantes: «danos hoy
nuestro pan cotidiano», tal como el Señor
nos enseñó a rogar en la oración modelo
de Mateo 6:11. ¿Y qué hace el Dios
proveedor para responder esta oración?
Cada nueva mañana nos provee el pan
nuestro de cada día.
Por lo tanto, nosotros somos los necesita-
dos; no él. Recordemos que Dios no es
hombre para que sienta hambre como
nosotros. De hecho, en el versículo 21 de
nuestro Salmo 50 nos pregunta: «¿Acaso
piensas que soy como tú?» Para el
hombre, el hambre es una realidad diaria,
pero para Dios es solo una figura que usa
para explicar que no necesita nada de
nosotros, pues «el mundo, y todo lo que
contiene» es de él. ¡Y ya vimos que las
riquezas de su planeta Tierra son incuanti-
ficables!
Los griegos, al observar la súper abundan-
cia que hay en la tierra para alimentar a
tantas criaturas vivas, la compararon con
una madre alimentando a sus hijos, y
entonces le pusieron a la tierra el nombre
de «Gaia», palabra que significa «madre
proveedora». Ese es el origen de la expre-
sión «madre tierra», que tan a menudo
escuchamos en nuestros días, o también
la expresión «madre naturaleza». Los
griegos se referían a la tierra como una
«madre proveedora», debido a las
incalculables riquezas que hay en el plane-
ta con las cuales las criaturas suplen sus
necesidades. Pero estaban equivocados,
pues no tenemos una madre proveedora,
sino un Padre proveedor que satisface
todas nuestras necesidades. «Mío es el
mundo, y todo lo que contiene», dice
nuestro Padre, y puesto que él se compa-
dece de nuestras necesidades, las satisface
plenamente son su súper abundancia. Si
cada día oramos: «danos nuestro pan
cotidiano», él tiene de sobra para suplir
nuestra necesidad de alimento, y lo hace;
día tras día.
¿CÓMO RESPONDERLE AL SEÑOR?
Ante el despliegue que el Dueño del
mundo hace de toda esta provisión para
satisfacer nuestras necesidades, ¿cuál será
nuestra respuesta? Debemos pensarla
bien, muy bien. Luego de poner frente a
nosotros los hechos de su híper abundan-
te creación, diciéndonos que el mundo y
todo cuanto contiene es de él, en el
versículo 22 del Salmo 50 el Señor nos
invita a reflexionar en estos hechos con las
siguientes palabras: «Consideren lo que
he dicho». Es decir, piénsenlo bien,
analícenlo detenidamente, dedíquenle
profunda reflexión. Es una invitación a
meditar en nuestro Dios como Dueño del
72
mundo y todo cuanto contiene, pero
también como proveedor que satisface
todas nuestras necesidades con su súper
abundancia.
Después de hacer esto, debe haber una
respuesta. No nos podemos quedar solo
con la reflexión. Debe haber una respues-
ta. ¿Cuál será? El salmista nos la indica en
el versículo 14 del Salmo que estamos
estudiando: «Ofrece a Dios tu gratitud,
cumple tus promesas al Altísimo». Note-
mos, es una respuesta en dos direcciones.
Primero, «ofrece a Dios tu gratitud», y
segundo, «cumple tus promesas al
Altísimo». Ofrecer gratitud es expresarla,
pero también es ofrendarla. Decir gracias
es muy fácil, solo requiere palabras; pero
mostrar gratitud requiere hechos. Lucas
7:37 literalmente nos habla de «una mujer
que tenía fama de pecadora», pero luego
que Jesús perdonara sus pecados, en este
versículo y en el 38 leemos que llena de
gratitud y amor, «se presentó con un
frasco de alabastro lleno de perfume.
Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de
manera que se los bañaba en lágrimas.
Luego se los secó con los cabellos,
también se los besaba y se los ungía con el
perfume». Eso es gratitud, al borde del
renunciamiento de un perfume que
costaba el salario de un jornalero durante
un año de trabajo. Aquel perfume se
convirtió en una ofrenda de gratitud.
Pero aparte de ofrecer a Dios mi gratitud
en respuesta a su abundante provisión
para satisfacer mis necesidades, parte de
esa respuesta debe ser el cumplimiento
de mis promesas de fidelidad en todo
aquello que demande serle fiel: «Cumple
tus promesas al Altísimo». Por lo tanto,
debo ofrecerle mi gratitud de manera
evidente, y también debo serle fiel en
todo cuanto de mí exija fidelidad total. Así
es como se le responde a un Dueño del
mundo y todo cuanto contiene y que usa
toda esa súper abundancia para satisfacer
todas nuestras necesidades. No puede ser
menos.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
Entonces, ¿por qué Dios nos pide que
demos? Porque a través de nuestras
ofrendas le expresamos de manera
tangible y evidente nuestra profunda
gratitud. Y Dios, el Dueño del mundo, en
el versículo 23 de nuestro Salmo dice:
«Quien me ofrece gratitud, me honra».
Por lo tanto, honremos al Señor ofrecién-
dole nuestra gratitud por ser nuestro
Padre proveedor, y seamos íntegros en
cumplirle nuestros votos de fidelidad.
«Mía es la plata, y mío es el oro», dice el
Dueño del mundo en Hageo 2:8. «Del
Señor es la tierra y todo cuanto hay en
ella, el mundo y cuantos lo habitan»,
reafirma el Salmo 24:1. La incalculable
riqueza biológica del planeta, sus inmen-
sos recursos naturales, todo le pertenece
al Dueño que los creó. Toda esa sobre
abundancia, Dios la usa para satisfacer
nuestras necesidades, como buen Padre
proveedor que él es.
La única respuesta posible ante el desplie-
gue de su bondad, es ofrecerle nuestra
gratitud y cumplirle nuestras promesas de
serle fiel, porque quien le ofrece gratitud
lo honra. Cuando devolvemos el diezmo
somos fieles a Dios, y cuando entregamos
73
una ofrenda¿ generosa somos agradeci-
dos con él. ¿Desea usted en esta hora
honrar el nombre del Señor? ¿Siente el
vivo deseo en su corazón de expresarle
su gratitud? ¿Quiere reconfirmar su deseo
de serle fiel en todo cuanto él pida que lo
seamos?Venga al altar y vamos a orar por
usted.
Fuente: Unión Mexicana Central
74
«¿Quién es, pues, el siervo fiel y pruden-
te, al cual puso su señor sobre su casa
para que les dé el alimento a tiempo?
Bienaventurado aquel siervo al cual,
cuando su señor venga, le halle haciendo
así. De cierto os digo que sobre todos
sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo
malo dijere en su corazón: Mi señor
tarda en venir; y comenzare a golpear a
sus consiervos, y aún a comer y a beber
con los borrachos, vendrá el señor de
aquel siervo en día que éste no espera, y
a la hora que no sabe, y lo castigará
duramente, y pondrá su parte con los
hipócritas; allí será el lloro y
el crujir de dientes»
La segunda venida de Cristo ha estado en
boca de los cristianos durante casi dos mil
años. Aunque una lectura somera de los
evangelios demuestra que Jesús se ocupó
mucho más de asuntos prácticos, del
diario vivir, que de su regreso, no por eso
deja ser éste un tema prominente en el
Nuevo Testamento.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día
enseña acerca de la llegada del «tiempo
del fin» (que comenzó en 1798 con la
culminación de los 1,260 años de perse-
cuciones) y del juicio previo al regreso de
Cristo (que comenzó en 1844, al cumplir-
se la profecía de los 2,300 años de Dan.
8: 14). Esos son puntos de referencia
válidos que nos muestran claramente
dónde nos encontramos en la corriente
TEXTO BÍBLICO
Mateo 24: 45-51
Esperar?
¿Cansadosde
CULTO JOVEN
Sábado 12 de setiembre
75
de la historia. Pero más allá de estas
demarcaciones proféticas, algunos celosos
miembros de iglesia han sucumbido a
veces ante la tentación de señalar un
momento más o menos definido para el
regreso de Cristo.
Puesto que la personalidad humana sólo
es capaz de sostener transitoriamente un
clímax de excitación y de expectación,
esos intentos y las desilusiones
consiguientes generan desánimo. Esto no
significa que nuestra iglesia no deba hablar
acerca del regreso de Cristo. Pero sería
mejor que evitáramos el uso del factor
tiempo como elemento de presión para
motivar a los hermanos a «estar listos». En
lugar de eso, podríamos poner más
énfasis en cómo pueden los cristianos
crecer en la fe y llegar a ser personas
maduras y productivas.
En 1851, Elena de White escribió: «El
Señor me mostró que el mensaje debe
avanzar, y que no debe depender del
tiempo, pues éste no será nunca más una
prueba. Vi que algunos estaban siendo
objeto de una falsa excitación provocada
por predicar fechas, que el mensaje del
tercer ángel puede permanecer sobre su
propio fundamento y que no necesita de
fechas para fortalecerse». Y en 1892, ella
decía: «No hemos de vivir dependiendo
de la excitación originada por fechas
especiales. No hemos de enfrascarnos en
especulaciones en cuanto a los tiempos y
las sazones que no ha revelado Dios.
Jesús ha dicho a sus discípulos que velen,
pero no fijándose en una fecha definida»
(Mensajes selectos, t. 1, págs. 220, 221).
Se ha hecho a veces, inadvertidamente,
un uso erróneo de la doctrina de la segun-
da venida. Se ha hablado de esta hermosa
enseñanza a los afligidos como si el dolor
y el pesar que ellos experimentan fueran a
desaparecer en forma inmediata por ese
solo hecho. Algunos sugieren que no
deberíamos expresar tristeza en vista del
inminente regreso de Cristo. Como
padres y maestros tal vez hemos sido
culpables de usar inadecuadamente la
promesa del retorno de Cristo para
intimidar a los jóvenes y hacer que
adopten ciertas maneras de comportarse
que consideramos esenciales para la
salvación.
NO PARA PREOCUPARSE
Pero el peor uso de la doctrina de la
segunda venida de Cristo es aquel que
hacemos cuando, en lugar de enseñar a la
gente a enfrentar sus angustias y ansieda-
des aquí y ahora, solamente les asegura-
mos que Jesús vendrá pronto y que
cuando eso ocurra ya no tendrán que
preocuparse por esos problemas. La
teología de las promesas vacías no
suministra ni técnicas para enfrentar los
problemas ni un sentido de cuál es nuestra
realidad presente. Los cristianos que están
motivados por el temor suelen renunciar
a su fe para ir en pos de otros recursos o
movimientos que los ayuden a olvidar su
aflicción presente.
La doctrina acerca de la segunda venida de
Cristo tiene como propósito producir
gozo, no pesar; esperanza, no lobreguez;
una experiencia positiva y benéfica, no
negativa; paz, no angustia. Es una preciosa
76
convicción según la cual Dios tiene todo
bajo control y eso hace que todo esté
bien para nosotros.
El texto bíblico escogido para hoy, Mateo
24: 45-51, contiene iluminadora informa-
ción para quienes preguntan: «¿Dónde
está la promesa de su advenimiento?» (2
Ped. 3: 4). El texto de Mateo tiene que ver
con un esclavo del primer siglo de nuestra
era. Los esclavos de esa época no recibían
recompensa por cumplir con su deber.
Algunos de ellos, como consecuencia de
su integridad y de su fiel mayordomía,
recibían de sus amos posiciones de autori-
dad sobre los otros esclavos que servían
en la misma casa. No obstante, no por
eso dejaban de ser esclavos y se seguía
esperando de ellos que cumplieran sus
deberes con diligencia.
El esclavo de la parábola parece haber
ambicionado la posición más encumbra-
da: la de administrador de todos los
bienes de su señor. El hecho de estar a
cargo de los gastos y de los ingresos da al
esclavo el virtual control de los bienes
puestos a su cuidado. Él es motivado por
la posición que ocupa y por el poder de
que ha sido hecho depositario. Cuando el
señor regrese, él resultará promovido a
un puesto superior. Pero el amo se
demora, o eso es lo que piensa el esclavo,
y la codiciada posición no está aún a la
vista.
Aunque este esclavo parece exitoso y
promisorio, la demora en el regreso de su
amo y la incumplida promesa de su
promoción sólo sirven para que el esclavo
se muestre tal cual es. Su conducta disipa-
da comienza a demostrar que no estaba
preocupado por el señor de la casa sino
sólo por sí mismo. No cuidó a sus
consiervos, y, en realidad, la parábola
registra su crueldad hacia ellos.
ELIGIENDO LA LIBERTAD
No todos los esclavos del siglo I d.C. eran
tratados de la misma manera. Algunos
esclavos encargados de la casa recibían no
sólo comida, lugar donde vivir, educación,
atención médica y lugar para su entierro
en caso de muerte, sino también una
cierta suma de dinero que le permitía
comprar su propia libertad. En otras
palabras, los esclavos del siglo primero
podían hasta abandonar la casa de su amo
si así lo decidían, y nada les impedía tomar
esa decisión.
No obstante, si un esclavo era cruel con
sus consiervos y no llevaba a cabo las
tareas que le habían sido asignadas en la
casa de su amo, resultaba claro que ese
esclavo era incompatible con la casa. En
ese caso, podía ser vendido a otro amo.
En la mayoría de los casos, los esclavos
eran tratados con respeto por sus amos y
se le hacía sentir que eran parte de la
familia.
El pensamiento del esclavo: «mi señor
estará afuera mucho tiempo», es una
fuerte advertencia para los Adventistas del
Séptimo Día. A menudo hemos pensado
que el cronograma de Dios es exacta-
mente igual al nuestro y, por ende, nos ha
resultado difícil entender por qué aún no
ha regresado Cristo. Damos por sentado
77
que Dios ha tenido ya tiempo suficiente
como para terminar con el juicio. Y
puesto que no comprendemos los
providenciales caminos de Dios, algunos
de nosotros hemos llegado a sentirnos
descontentos y desanimados. La duda ha
sido a veces exacerbada por entusiastas
poco sabios que proponen fechas para el
regreso de Cristo cada vez que estalla una
guerra o que ocurre una catástrofe
natural, sólo para demostrar poco
después que estaban equivocados.
La parábola de Mateo es para nosotros. El
esclavo sólo tenía que preparar la comida
para la familia. Ese sencillo y terrenal
deber era una tarea diaria y necesaria. Eso
representa nuestra vida cotidiana, las
tareas necesarias como ganarse la vida,
cuidar de nuestras familias y ser cristianos
compasivos. En un sentido, la parábola
significa que debemos vivir diariamente
con fidelidad e integridad. La parábola
nunca dice cuánto tiempo permanecerá
fuera el señor ni resulta importante para la
veracidad del relato.
No podemos empujarnos a nosotros
mismos ni al mundo al arrepentimiento
valiéndonos de la proclamación de una
fecha específica para el retorno de Cristo.
Hacer conjeturas acerca del momento
exacto del regreso de Cristo, no importa
cuán atractivo resulte ello, nunca produce
el resultado esperado. Ocuparnos de los
negocios de la casa de nuestro amo es una
demostración de que somos siervos fieles.
Tenemos que cumplir la misión que nos
encomendó nuestro Señor, la de esparcir
el evangelio (Mat. 28: 19, 20), y mientras
cumplimos alegremente con nuestro
deber, tenemos que «esperar de los cielos
a su Hijo» con paciencia (1 Tes. 1: 10).
La admonición de Mateo: «estad prepara-
dos», sugiere que deberíamos evaluar
cuáles son las razones que tenemos para
creer en el inminente regreso de Cristo.
¿Es porque esperamos escapar de esa
manera de la primera muerte? ¿Es porque
no queremos tener que luchar en un
mundo difícil como el nuestro? ¿Espera-
mos de esa manera no tener que apren-
der a madurar emocional y mentalmente?
Si es así, me temo que seremos
tristemente decepcionados.
La esperanza de la segunda venida de
nuestro Salvador, genuinamente abraza-
da, no nos libera de los desafíos propios
de la vida presente ni de la necesidad de
ser personas solícitas y de influencia
edificadora. Tomemos entonces
seriamente el significado de la parábola.
Como cristianos, está a nuestro cuidado la
familia del Señor, la familia del mundo.
Dejemos de tratar de hacer encajar el
cronograma de Dios en nuestro propio
esquema de tiempo. Tenemos una bendi-
ta esperanza; no hagamos que ella se
vuelva un chasco desanimador. Y puesto
que la palabra demora se aplica mejor a
nuestro desánimo y desilusión antes que
al cronograma de Dios, no la usemos para
referirnos a la segunda venida de Cristo.
No podemos comprender de manera
absoluta e inequívoca, usando un criterio
de causa y efecto, la manera como Dios
opera en nuestro mundo. El universo
78
tiene muchas cosas demasiado complica-
das que están más allá de nuestra capaci-
dad de comprender. Los escritores
bíblicos dejaron registrado un escueto
bosquejo de acontecimientos y de profe-
cías, con frecuentes y espaciosas brechas
de tiempo entre sí. En vista de que Dios
no consideró que fuera apropiado
completar esos vacíos, cuidémonos de no
hacerlo nosotros.
El siervo infiel trató de determinar en qué
momento regresaría su señor. Suplió la
información faltante con su propio
concepto de lo que constituía un lapso
razonable para un viaje. La parábola
muestra que el comportamiento motiva-
do por el deseo de obtener una recom-
pensa o por el temor a sufrir calamidades
no es genuino. Cuando no se concreta la
recompensa que motivó esa clase de
conducta, ésta vuelve a estar de acuerdo
con la realidad.
En vista de que Dios no consideró
apropiado comunicarnos la fecha exacta
de la aparición de nuestro Señor y
Salvador, seríamos prudentes al seguir el
consejo registrado en el Antiguo
Testamento: «Aguarda a Jehová; esfuérza-
te, y aliéntese tu corazón; sí, espera a
Jehová» (Sal. 27: 14).
_______________________________
Fuente: MADELYNN JONES-HALDEMAN,
doctora en Teología, al escribir este mensaje
se desempeñababa como profesora de
Religión en la Universidad de Loma Linda,
California, EE.UU.
79
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 17 de octubre
Mayor
Unaobligación
La primera venida de Jesús ha sido tan
determinante para la humanidad, que
hemos dividido nuestra historia en antes y
después de Cristo. Similar impacto tiene
su segunda venida, pues antes de que
ocurra hablamos de un estado del
pecado, y después del evento prevalecerá
sólo el estado de la gracia. En relación a su
primera venida, en Mateo 3:2 Juan el
Bautista anunciaba que el reino de los
cielos se había acercado. Se ha acercado,
pero su establecimiento no se ha consu-
mado. Estamos viviendo en el proceso de
su consumación, hecho que ocurrirá en la
segunda venida del Señor. En tanto esto
ocurre, vivimos entonces, de este lado de
la eternidad, en lo que hemos llamado el
estado del pecado. Del otro lado de la
eternidad es cuando viviremos por
siempre en el estado de la gracia.
Por lo pronto, entonces, en este estado
del pecado, en el cual vivimos, uno de sus
componentes es el dinero, un recurso sin
el cual la vida actual es impensable.
Porque seamos honestos, ¿puede usted
imaginar esta vida que vivimos sin dinero?
¿Es necesario el dinero? ¿Es posible que
toda la vida usted se la pase sin dinero?
¿Cuál es el papel del dinero en la vida de
los hijos de Dios? Y si el dinero es impor-
tante para los individuos, ¿es importante
TEXTO BÍBLICO
Romanos 13:7
«Paguen a cada uno lo que le corresponda:
si deben impuestos, paguen los impuestos,
si deben contribuciones, paguen
las contribuciones».
80
para las organizaciones? ¿Necesita la
iglesia dinero?
EL DINERO Y LOS
REINOS DEL MUNDO
De acuerdo a Mateo 4:8, cuando la Biblia
se refiere a los gobiernos de las naciones
de la tierra los llama: «los reinos del
mundo»; y según Mateo 3:2 cuando se
refiere al gobierno de Dios lo llama: «el
reino de los cielos». Uno de los reinos del
mundo es los Estados Unidos, cuyo
gobierno proyectó un presupuesto de
gasto para 2010 de 3,552 billones de
dólares. De esa enorme suma, 663,700
millones eran para defensa, 46,700
millones para educación, 76,800 millones
para salud, entre otros rubros. Pregunta-
mos: el país más poderoso del mundo,
¿de dónde obtiene esas colosales sumas
de dinero para financiarse? Solo hay una
posible respuesta: ¡Lo consigue con el
pago de impuestos de los contribuyentes!
¿Podrían los reinos del mundo defender la
práctica de exigir el pago de impuestos
basándose en la Biblia? ¡Por supuesto!
Seguro que empezarían citando Romanos
13:1: «Todos deben someterse a las
autoridades públicas, pues no hay autori-
dad que Dios no haya dispuesto». Luego
agregarían el versículo 6: «Por eso mismo
pagan ustedes impuestos»; y concluirían
con el versículo 7: «Paguen a cada uno lo
que le corresponda: si deben impuestos,
paguen los impuestos, si deben contribu-
ciones, paguen las contribuciones».
Con un presupuesto para el 2010 de
3,552 billones de dólares, ¿qué pasaría si
los contribuyentes dejaran de pagar sus
impuestos al gobierno más poderoso de
la tierra? ¡Se hundiría en la más completa
bancarrota! Y está claro que las autorida-
des jamás permitirían eso. Para evitarlo, el
gobierno de los Estados Unidos cuenta
con una agencia especializada, El Servicio
de Rentas Internas (IRS), cuya misión es
hacer que todos los contribuyentes
paguen sus impuestos. Por cierto, es
proverbial la fama del IRS de que nadie se
le escapa por evasión de impuestos. Por
ejemplo, Al Capone, el gánster que
siempre evadió la ley cuando lo arresta-
ban, fue sentenciado a once años de
prisión y una multa de 80 mil dólares por
evadir impuestos. Julio César Chávez, ex
campeón mundial de boxeo, fue deman-
dado por evasión de impuestos por seis
millones de dólares. Pete Rose, famoso
beisbolista, fue condenado a cinco meses
de cárcel y 50 mil dólares de multa por el
mismo pecado. Y fuera de Estados
Unidos, Luciano Pavarotti, el famoso
tenor italiano, fue sentenciado a pagar
once millones de dólares por evasión de
impuestos. ¿Por qué eran evasores? Por
una razón común a todos los hombres:
avaricia, deshonestidad y codicia. No
perdamos de vista este motivo.
Un viejo refrán dice: «Hay dos cosas que
no se pueden evitar: la muerte y pagar los
impuestos». Las leyes tributarias de los
Estados Unidos son implacables al exigir el
pago de impuestos. ¡Hasta de lo ganado
en las apuestas hay que pagarlos! Por
ejemplo, Joseph Nunan, comisionado del
IRS en los años cuarenta, hizo una apuesta
de 1,800 dólares a que Harry Truman
ganaría las elecciones presidenciales.
Nunan ganó la apuesta, pero olvidó
81
declarar su ganancia. ¿El resultado? ¡Fue
acusado de evasión de impuestos! Perdió
su empleo, y fue obligado a pagar una
penalidad. Si esto es así con los reinos del
mundo, ¿qué del reino de Dios? Si para
los reinos de este mundo el dinero es
importante, ¿lo es también para el reino
de los cielos? ¿Cuál es la importancia que
el dinero tiene para Dios? ¿Cómo financia
el reino de los cielos sus operaciones aquí
en la tierra? ¿Son acaso el diezmo y la
ofrenda un tipo de impuesto?
EL DINERO Y EL
REINO DE LOS CIELOS
Ya constatamos que autorizadas por Dios
las naciones cobran impuestos para
financiar sus gobiernos. Si el reino de los
cielos se ha acercado, como se anunció
de Jesús en ocasión de su primera venida,
y si su gobierno está aquí, entre nosotros,
¿con qué financia todas sus actividades?
Estamos claros en que nuestras oraciones,
la lectura del año bíblico, ayunar; todo eso
es importante en el contexto amplio del
reino de los cielos, pero no es con esas
prácticas que se pagan sus operaciones
aquí en la tierra. Entonces, ¿con qué? Solo
hay una posible respuesta: ¡Con dinero,
contante y sonante! Cualquier organiza-
ción, con fines o sin fines de lucro, necesi-
ta dinero para financiar sus operaciones, y
la iglesia no es la excepción.
Ahora, ¿por qué la iglesia debe financiar
con dinero sus actividades encaminadas al
establecimiento final del reino de Dios?
Sencillo, ¡porque Dios así lo ha dispuesto!
Leamos con cuidado la siguiente cita nada
menos que inspirada por el Espíritu Santo:
«El dinero de Dios ha de ser empleado
para realizar, de la manera en que él lo
indica, la obra que él ha declarado que
debe ser hecha en nuestro mundo» (El
evangelismo, p. 67). ¿Cuál es esa obra? La
predicación del evangelio; y la cita dice
que se financia, ¡«con el dinero de Dios»!
¿Y dónde tiene Dios su dinero? Otra cita
de la misma inspiración nos dará la
respuesta: «Si los medios fluyeran a la
tesorería exactamente de acuerdo con el
plan de Dios, la décima parte de todas las
ganancias, habría abundancia para llevar
adelante su obra». (El evangelismo, p.
187).
Note que la primera cita se refiere al
«dinero de Dios». Observe la preposición
de pertenencia «de», que señala la perso-
na a quien pertenece el dinero menciona-
do. Es, «de» Dios; pertenece, a Dios.
Puesto que la única fuente de recursos
financieros con que cuenta la iglesia para
cumplir su misión es el diezmo, queda
claro que ese es el dinero al cual se refiere
la cita, el cual, de acuerdo a Malaquías 3:
10, debe ser llevado íntegro, para que
haya fondos en el templo. Estos son los
medios aludidos en la segunda cita, los
cuales deben fluir a la tesorería, que es el
alfolí, «exactamente de acuerdo con el
plan de Dios».
Ahora, observe que tanto la Biblia como
el Espíritu de Profecía definen claramente
esta exactitud, estableciendo que es «la
décima parte de todas las ganancias».
Como resultado, si así fuera, «habría
abundancia para llevar adelante su obra.»
Esto indica que tal abundancia no existe,
precisamente porque no hay exactitud en
devolverle a Dios un dinero que él ya
82
definió como suyo. Ese es el dinero «de»
Dios, y él ya indicó para qué debe ser
usado. Este es el contexto en el que cada
miembro de iglesia debe entender por
qué el dinero es importante para Dios.
Pero, ¿este es el único propósito por el
cual se nos pide fidelidad exacta en
relación con el diezmo y la ofrenda?
LA EVASIÓN FISCAL Y SUS RIESGOS
La Biblia establece el castigo para los que
se rebelan contra las leyes del estado, y
por supuesto, esto incluye las leyes que
condenan la evasión fiscal. Dice en Roma-
nos 13:2: «Todo el que se opone a la
autoridad se rebela contra lo que Dios ha
instituido. Los que así proceden recibirán
castigo». Un buen ejemplo de esto es lo
ocurrido al UBS, el mayor banco suizo, el
cual accedió a pagar 780 millones de
dólares al fisco de Estados Unidos por
haber ayudado a clientes estadounidenses
a evadir impuestos. El banco también fue
obligado a entregar la lista con los
nombres de los evasores, quienes habían
acumulado cuentas por 20,000 millones
de dólares, y que ahora debían enfrentar
la justicia en su país. Alexander Acosta,
fiscal del Distrito Sur de la Florida, explica
de la siguiente manera la razón de esta
conducta: «Este no fue simplemente un
descuido a la hora de cumplir la ley, sino
un crimen deliberado motivado por la
avaricia».
Algunos gobiernos exigen más del 30%
de los ingresos en concepto de impues-
tos. Por ejemplo, en Dinamarca, la tasa
impositiva individual está entre el 38 y el
59 por ciento; sin embargo, el gobierno
de Dios demanda solo el 10 por ciento, y
aunque no es un impuesto, al menos la
comparación sirve para entender por qué
el dinero es importante para el financia-
miento de la misión de la iglesia. Sin el
dinero que es producto de la fidelidad de
cada miembro de iglesia, sencillamente no
habría la abundancia de recursos financie-
ros que se necesitan para «realizar, de la
manera en que él lo indica, la obra que él
ha declarado que debe ser hecha en
nuestro mundo».
El diezmo y las ofrendas no son compara-
bles con los impuestos; porque son
mucho más que un impuesto, ya que
busca eliminar la avaricia, la codicia y el
egoísmo del corazón de todo evasor, en
tanto que el impuesto es solo una obliga-
ción ciudadana. Así como hay evasores de
impuestos, de igual manera hay evasores
del diezmo, y pocos contribuyentes de
ofrendas; así como los reinos del mundo
pierden potencial de financiamiento
debido a la evasión fiscal, de la misma
forma el reino de los cielos pierde poten-
cial de financiamiento de la misión debido
a la evasión e inexactitud en la devolución
del diezmo y las ofrendas. No olvidemos,
que «si los medios fluyeran a la tesorería
exactamente de acuerdo con el plan de
Dios, la décima parte de todas las ganan-
cias, habría abundancia para llevar adelan-
te su obra».
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
Resulta asombroso que un fiscal califique
de «crimen deliberado» la evasión de
impuestos, y que explique que la avaricia
es el móvil que impulsa a aquellos que lo
cometen. Y la devolución inexacta del
diezmo y la mezquindad en las ofrendas,
83
¿podría ser calificada como «crimen
deliberado»? El propósito de los impues-
tos es financiar las operaciones de un
gobierno, pero el propósito del diezmo y
las ofrendas son financiar la predicación
del evangelio para que se establezca sobre
esta tierra el eterno reino de Cristo.
Además, busca arrancarnos del corazón el
egoísmo y la avaricia para tener acceso a
un lugar en ese reino. ¿Hay comparación
entre estos dos propósitos? ¡Ninguna!
Entonces, si ambas conductas son
criminales, ¿cuál lo es más? La respuesta
lógica a esta pregunta nos ayuda a enten-
der por qué este asunto del dinero del
diezmo y las ofrendas son tan importantes
para nosotros y para Dios. Para nosotros,
porque debemos ser fieles y exactos al
devolverlo, para no ser juzgados por
ningún tribunal como deshonestos, y para
Dios, porque si le permitimos vencer en
nosotros el egoísmo y la deshonestidad
asociada con la avaricia, logrará meter
nuestros corazones a buen seguro en la
bóveda del banco del reino de los cielos,
allí donde el orín no corrompe ni la polilla
destruye. ¿Cuántos desean que su
corazón esté asegurado en la bóveda del
banco del cielo? Es cierto que la salvación
es solo por gracia, pero también es cierto
que sin fidelidad nadie verá a Dios. Por lo
tanto, ¿quiere usted en esta hora reafirmar
su decisión de ser fiel a Dios en los
diezmos y las ofrendas y en todo cuanto él
le pida? Si esa es su decisión, le invito a
que venga al altar, reconociendo quizá su
descuido, pero a la vez su promesa de ser
fiel a Dios en el diezmo y muy generoso
en las ofrendas. Oremos.
Fuente: Unión Mexicana Central
84
Planes?
¿Existealgúnfuturo
ensus
Necesitamos un compromiso inmediato y
total con Jesucristo. Establecer un día en el
que dedicamos tiempo especial para la
oración y los temas espirituales, de ningu-
na manera quiere significar que es
suficiente. Por el contrario, porque
reconocemos que las cosas de este
mundo pueden resultarnos demasiado
insoportables, apartamos no sólo el
sábado, si no también un tiempo para las
reuniones de grupos pequeños, semina-
rios, capacitaciones, campañas de evange-
lismo, noches de oración, etc; en un
esfuerzo por incrementar la conciencia de
nuestra necesitad de un crecimiento de
nuestra relación personal con Jesucristo
cada semana.
Existe una necesidad de prepararnos para
el regreso de Cristo. Una cosa es saber
que Jesús viene, incluso creer que vendrá
pronto; otra cosa es estar listos para su
venida. Cuando Jesús vino a la tierra por
primera vez, mucha gente sabía, como
resultado del estudio de las profecías, que
su aparición era inminente, pero todavía
no estaban listos para recibirlo en sus
corazones.
Para ayudarnos en esta preparación,
estudiamos algunas de las parábolas que,
sobre el tema, Jesús usó tan efectivamen-
te. Jesús utilizó las parábolas como un
método de enseñanza; no sólo para
aclarar sus puntos de vista, sino también
TEXTO BÍBLICO
Lucas 16:1-12
CULTO JOVEN
Sábado 17 de octubre
85
para que cada vez que sus oyentes se
encontraran en alguna situación de la vida
diaria de la cual él les había hablado,
pudieran recordar las lecciones espiritua-
les que había desarrollado. De esta
manera, sus sermones se repetían con
frecuencia en sus vidas. Era como poder
oír su voz de nuevo.
EL ASPECTO CONTRARIO
No todas las parábolas de Jesús fueron del
estilo «ve y haz tú lo mismo». Algunas
otras eran del aspecto opuesto: qué cosas
no hacer. Algunas veces sacó lecciones de
la naturaleza humana perversa para
ilustrar el contraste entre una forma de
hacer las cosas y la forma de Dios. Por
ejemplo, contó el relato del juez injusto
(Luc. 18: 1-8), y del amigo inoportuno
(Luc. 11: 5-13). En la parábola de las diez
vírgenes (Mat. 25: 1-13) tenemos un
ejemplo tanto de lo positivo como de lo
negativo; lo que deberíamos y lo que no
deberíamos hacer.
La parábola que utilizaré para introducir
los mensajes de esta Jornada es la del
mayordomo infiel (Luc. 16: 1-12). Jesús la
narró en primer lugar para beneficio de
sus discípulos, pero, como sucedía
habitualmente, también estaban presentes
otras personas. En esta ocasión estaban
los recolectores de impuestos y los
fariseos, representantes de las situaciones
sociales y religiosas más opuestas. Jesús
incluyó a todos en sus enseñanzas.
SACAR VENTAJA
Jesús contó la historia de cierto «hombre
rico» que tenía un mayordomo o adminis-
trador que se ocupaba de sus asuntos.
Este administrador estaba a cargo de
todos los negocios de su empleador: la
compra y venta de bienes, el control del
inventario, el manejo del personal, la
contabilidad y otros aspectos importantes.
Tenía una posición de responsabilidad y,
probablemente, era remunerado como
correspondía a su cargo. Pero llegó a
oídos del propietario que este hombre,
en quien él había depositado tanta
confianza, no era merecedor de ella. No
sabemos exactamente cómo este mayor-
domo estaba sacando ventajas de su
empleador; quizás estaba haciendo
malversación de fondos o tomando
comisiones a escondidas, o realizando
tratos ilícitos. Existen muchas maneras de
ser un estafador, pero sólo una forma de
ser honesto.
El propietario llamó a su administrador
para poner las cosas en claro. Él tenía
suficientes evidencias como para despe-
dirlo en el acto, pero primero deseaba
que el hombre pusiera sus asuntos en
orden. Quizá fue demasiado clemente;
quizá debió haber contratado a un investi-
gador especial y haberle dado poder para
actuar. ¿Fue ingenuo el propietario al
permitir que una persona de carácter
sospechoso «arreglara » sus libros antes
de entregarlos a un sucesor? ¿O en
realidad el propietario estaba revelando su
ética y carácter al mostrar confianza y
buena fe? El administrador reconoció que
su situación era crítica, No sólo sabía que
pronto perdería el trabajo, sino que sus
actividades infieles probablemente se
conocerían entre los demás propietarios
86
de la comarca y nunca conseguiría otro
trabajo similar. Pensó que no era capaz de
hacer trabajos manuales, duros, y era
demasiado orgulloso como para perder el
gran estatus de administrador y comenzar
de nuevo. Sólo tenía una posibilidad: usar
su ingenio. De manera que maquinó un
plan en conformidad con su naturaleza
descarriada. Revisó los registros de la lista
de cuentas a cobrar en el libro mayor, y
luego procedió a llamar a los deudores de
su amo. Entonces le preguntó a cada uno
de ellos si sabían cuánto le debían al
propietario. Les fue diciendo que cambia-
ría los registros para que mostraran sólo
una fracción de su deuda real. De esta
manera, el astuto administrador estaba
haciendo que los deudores de su amo se
vieran libres de la deuda, y que, cuando
quedara sin trabajo, se vieran obligados a
devolverle el favor, y contratarlo.
Los detalles de los acuerdos no éticos del
administrador llegaron a oídos del propie-
tario. Aunque era el perdedor en la
situación, se vio forzado a admitir que,
siguiendo modelos de conducta humanos,
su administrador había llevado a cabo con
éxito un arreglo astuto. Pero ahora viene
el punto clave del relato: la razón por la
que Jesús lo contó. Él no aprobó la desho-
nestidad del administrador como tampo-
co lo hizo al alabar al juez injusto al
comentar la conducta de las cinco
vírgenes insensatas. Jesús señaló que lo
que hizo el mayordomo fue demostrar su
habilidad para planificar para el futuro por
medio del uso discreto y diligente de las
oportunidades presentes.
Hay varias lecciones morales en la
parábola de Jesús, así como hubo diversos
oyentes. La parábola era un relato verda-
dero, y el incidente era familiar para los
recolectores de impuestos. Ellos eran,
como grupo social, expropiadores de
dinero. Estaban preparados para usar
diversos medios, honestos o no, para
obtener ganancia. La parábola de Jesús les
dio una ilustración sorprendente y deplo-
rable, y mostró cuán hondo puede llegar,
en una espiral descendente, una persona
por amor al dinero.
Para los fariseos había una lección diferen-
te. Dios le había confiado al pueblo judío
un vasto depósito de bendiciones y
conocimientos espirituales. Se esperaba
que los compartieran con otros; que todo
el mundo pudiese ser llevado a una
relación salvadora con el Dios Creador.
Pero habían acumulado esas bendiciones
para sí mismos, así como el mayordomo
de la parábola de Jesús se había apropiado
de los bienes de su señor para sí mismo.
Pero aún en su egoísmo, los fariseos no
hicieron provisión para el futuro. Sólo
pensaban en el presente. Sin embargo,
podían aprovechar una hoja del libro de
texto del mayordomo injusto. Al cambiar
su comportamiento, al pensar en el
bienestar de los demás, podían preparar-
se para su propio destino eterno. Como
puedo ser mal interpretado, repito que en
la parábola Jesús no defiende el fraude o el
engaño. Él estaba enfatizando la necesidad
de mirar hacia adelante, de prepararse
para el futuro. Si los hombres de negocio
honestos actúan sagazmente, ¿por qué no
87
pueden los «hijos de luz», los ciudadanos
del reino celestial, ser tan previsores
como ellos?
Entonces Jesús hizo una declaración que
parece inusitada en él; para muchos es un
rompecabezas a primera lectura. Él dijo:
«Ganad amigos por medio de las riquezas
injustas, para que cuando éstas falten, os
reciban en las moradas eternas» (Luc. 16:
9). Los comentadores bíblicos entienden,
y Elena de White concuerda, que en este
caso «las riquezas injustas» no se refieren
a las ganancias mal habidas, sino simple-
mente a la clase de dinero que usamos en
la tierra en contraste con la riqueza espiri-
tual de los cielos (véase Palabras de vida
del gran Maestro, págs. 304, 305).
En otras palabras, el dinero que ganamos
en esta tierra se debería usar de manera
tal que haga felices a Dios y a los ángeles.
Entonces, cuando el dinero se vuelva inútil
y todas las cosas temporales fracasen, los
ángeles nos recibirán alegremente en los
cielos. Jesús llegó a decir: «Y si en lo ajeno
[los bienes de este mundo] no fuisteis
fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro [las
bendiciones celestiales]?» (vers. 12).
APLICACIÓN DE LA PARÁBOLA
La lección de esta parábola es para todos.
La vida es muy solemne como para estar
absorbidos en asuntos temporales o
terrenales. ¿Dónde nos encontramos en
la parábola? Porque nosotros también
estamos entre el auditorio. Quizá
podamos ser considerados una combina-
ción del auditorio original de Jesús: los
recolectores de impuestos, tan interesa-
dos en lo que este mundo presente les
puede ofrecer; los fariseos, confiados en
un mensaje salvador para el mundo; y los
discípulos, quienes tenían el privilegio de
la comunión diaria con su Señor.
Toda esta parábola tiene que ver con la
preparación para el futuro. Mientras tuvo
un trabajo, el mayordomo injusto no
pensó en el futuro. Cuando el futuro le
saltó al rostro, concentró todos sus pensa-
mientos en el problema. El asunto no es si
su esquema era inapropiado o ilegal; el
punto en consideración es que ¡él estaba
pensando hacia adelante! Jesús dice que
los santos del reino deberían estar por lo
menos tan «afligidos» e interesados acerca
del futuro como la gente del mundo.
EL ACONTECIMIENTO
MÁS IMPORTANTE
La segunda venida de Jesús es el aconteci-
miento más importante que verá este
mundo. Es impensable que no estemos
listos para ello. Nuestro futuro eterno es
muchísimo más importante que el futuro
de nuestros negocios. Si podemos
administrar nuestros asuntos terrenales,
deberíamos ser capaces de ver que es
necesario prepararse para el cielo y obrar
en consecuencia.
Cuán fácil es, sin embargo, conseguir
tergiversar las cosas y desarrollar priorida-
des confusas. A veces llegamos a estar tan
ocupados en «prosperar» que pareciera
que perdemos la percepción y el juicio
espiritual. «Los que pasan la vida acumu-
lando tesoro mundanal, manifiestan
menos sabiduría, menos reflexión y
88
cuidado por su bienestar eterno de lo que
manifestaba el mayordomo infiel por su
sostén terrenal» (Palabras de vida del gran
Maestro, pág. 309).
Necesitamos recordar la advertencia de
Jesús contra el hecho de llegar a estar
atrapados por las amenidades que ofrece
este mundo. En su relato del sembrador,
algunas de las semillas cayeron entre las
espinas. Jesús dijo que las espinas repre-
sentan «los afanes y las riquezas y los
placeres de la vida» (Luc. 8: 14) que
ahogan las consideraciones espirituales.
No tenemos que ser adinerados para caer
presa de esas tentaciones. A propósito, sin
necesidad de querer ser ricos, simple-
mente dedicando mucho de nuestro
tiempo e intereses a los asuntos tempora-
les, resulta en lo mismo.
En esencia, Jesús pregunta: «¿Por qué
gastan energías en asuntos temporales
cuando vuestro destino eterno está en
juego?» Ciertas personas mentalmente
ágiles pueden ser capaces de dedicarse a
pensar en más de un asunto a la vez. Pero
no es posible concentrarse en más de un
tópico por vez, porque dicha palabra
significa enfocar, hacer converger en un
solo punto nuestros pensamientos. El
apóstol Pablo dice: «Una cosa hago. . .
prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil.
3: 13, 14).
En Apocalipsis, la iglesia de Laodicea no se
esfuerza por nada. Está satisfecha con su
condición presente. «Ni eres frío ni calien-
te. . . Tú dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo
necesidad» (Apoc. 3: 15-17). ¡Es inconce-
bible que exista tal actitud entre quienes
pretenden creer que Jesús viene pronto!
Esa gente, que ve el cumplimiento de casi
todas las señales de la venida de Cristo,
debería estar al filo de la vida: despierta,
alerta, sobria, expectante y preparada.
Pero el ángel de Laodicea dice que está
aletargada y soñolienta.
Harry Emerson Fosdick, un notable
predicador de años pasados en la zona de
la ciudad de Nueva York, contó que un
compañero de colegio decidió realizar sus
tareas escolares de una forma «científica».
Compró un escritorio especial para
sostener su libro exactamente en el
ángulo apropiado, una lámpara para
iluminar el libro convenientemente,
viseras para bloquear luces extrañas,
pantuflas y una chaqueta para disponerse
de manera tal que tuviera ánimo para
estudiar. Este estudiante llegaba a la casa,
ajustaba sus vestimentas, sus luces, sus
viseras, su escritorio, su libro. . . hasta que
se quedaba dormido. ¡Laodicense!
NEGANDO LO OBVIO
Forma parte de este cuadro que las
mismas personas que niegan ser laodicen-
ses, con tal actitud demuestran el epítome
del laodiceanismo. Los que dicen que «el
reavivamiento es sólo para algunos; yo
estoy muy ocupado ahora, gracias», son
los que más necesitan de un reavivamien-
to. De manera que Jesús suplica: «Sé
celoso y arrepiéntete». Arrepiéntete de tu
tibieza, tu suficiencia propia, tu prontitud
para conformarte a este mundo. Sé
89
celoso: lo más opuesto a la tibieza. Sé
como fuego.
Hace pocos meses atrás la Iglesia Adven-
tista abría las sesiones de su Congreso
Mundial. Después de oír los informes de
los progresos del evangelio en muchas
partes del mundo, la iglesia adoptó los
planes para una estrategia global de
evangelización. No es más que una
aproximación por partes; el mundo es
nuestro blanco, y todos nuestros recursos
estarán dedicados a evangelizar el mundo.
«Pasan los días, las semanas y los meses y
tenemos un día, una semana, un mes
menos en que hacer nuestra obra.
Algunos años más, cuando mucho, y la
voz a la cual no podemos negarnos a
contestar, será oída diciendo: ‘Da cuenta
de tu mayordomía’» (Palabras de vida del
gran Maestro pág. 307).
¿Aceptaremos un compromiso, o renova-
remos nuestro compromiso con Dios
hoy? No lo posterguemos hasta el fin de
semana, o hasta el final del día. Conside-
remos el costo: ¿están las cosas principales
de su vida -esto es, las cosas en las que
más debe preocuparse- dirigiéndolo hacia
el cielo o alejándolo de él? Si su vida
continuara como hasta ahora, ¿dónde
terminaría? El apóstol Pablo hace el
siguiente llamado a la iglesia de Colosas (y
ciertamente también a nosotros): «Si,
pues, habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned
la mira en las cosas de arriba, no en las de
la tierra. . . Haced morir, pues, lo terrenal
en vosotros: fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y
avaricia, que es idolatría. . . Vestíos, pues,
como escogidos de Dios, santos y
amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedum-
bre, de paciencia. . . Y sobre todas estas
cosas vestíos de amor, que es el vínculo
perfecto. . . Y todo lo que hacéis, sea de
palabra o de hecho, hacedlo todo en el
nombre del Señor Jesús, dando gracias a
Dios el Padre por medio de él» (Col. 3:
1-17).
Esta última oración resume todo el
asunto: «Hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús»: Si tenemos esta clase de
compromiso, las cosas de esta tierra se
volverán extrañamente oscuras. Cuando
entremos en esta clase de compromiso,
Cristo llega a ser lo primero, lo último y lo
mejor, y entonces todas las cosas tomarán
su legítimo lugar; nosotros también
tomaremos nuestro justo lugar, el cual
está del lado de Jesús, ahora y por la
eternidad.
_______________________________
NEAL C. WILSON, expresidente de la
Asociación General de la Iglesia Adventista
del Séptimo Día.
90
91
Dueñodemi
Adoración
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 14 de noviembre
TEXTO BÍBLICO
Mateo 4:10
«Adora al Señor tu Dios y
sírvele solamente a Él».
Baal es quizás el dios falso más famoso del
Antiguo Testamento. Era adorado por los
pueblos cananeos para recibir a cambio
bienes materiales y riquezas. Por lo tanto,
el culto a Baal era una religión materialista,
directamente relacionada con el dinero,
aunque en aquella región no eran dólares
los que circulaban. Con tal de hacer
dinero, los adoradores de Baal tenían
permitido utilizar la mentira, el fraude y
toda clase de engaños comerciales. Para
su religión, que era su estilo de vida, este
tipo de conducta relacionada con el
dinero era una práctica común y normal.
Los israelitas vivían expuestos a estas
influyentes creencias paganas de sus
vecinos. Eran una continua amenaza a su
integridad, como pueblo de Dios, y para
contrarrestarlas, el Señor les enseñaba
todo lo opuesto. La religión que adoraba
al Dios verdadero invitaba a las balanzas
justas, a la honestidad en relación con el
dinero, a ser veraces, generosos, solida-
rios y compasivos; un estilo de vida
totalmente diferente al de los pueblos
cananeos. Pero esta adoración al Dios de
Israel debía ser demostrable, y esto se
lograba mediante la obediencia. Si el culto
a Baal permitía el comercio engañoso, los
israelitas debían obedecer las leyes que
prohibían tales métodos de hacer riqueza.
Si obedecían, podían entonces ser
llamados adoradores en espíritu y en
verdad del Dios verdadero. Si la desho-
nestidad era permitida en la religión
cananea, en el pueblo de Israel Dios la
llamaba pecado; por lo tanto, era necesa-
rio obedecer el mandamiento que ordena
no robar. Si se obedecía, entonces había
verdadera adoración a Dios; en espíritu y
en verdad.
De esta manera, a lo largo de la experien-
cia de la vida, la riqueza y los bienes
materiales, que tan importantes eran para
los cananeos, para los israelitas iban
quedando relegados a lugares secunda-
rios, y la obediencia a Dios llegaba a ser lo
primero en sus vidas. En esto consistía la
adoración, pues demostraban amar más a
Dios que a las posesiones materiales u
otras cosas. Por lo tanto, y puesto que la
tendencia humana es amar los bienes
materiales y vivir afanosos buscándolos,
adorar a Dios es amarlo más a él por
encima de todas las demás cosas. Esto es
justo lo que en Mateo 23:37 se le pide al
adorador: «Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con todo tu ser y con
toda tu mente». ¿Y cómo se demuestra
este amor a Dios por encima de todo lo
demás? Juan 14:15 responde: «Si me
amáis, guardad mis mandamientos». ¿Ama
usted a Dios? ¿Lo ama más que al dinero,
más que a su cónyuge, más que a sus
hijos? ¿Lo adora? ¿Y cómo lo adora?
UN SOLO DIOS VERDADERO
Para todos es conocido que los hombres
han hecho del dinero un dios falso. El
dinero es adorado como un ídolo, llevan-
do al hombre al terreno de la idolatría. En
este contexto, en 1 Corintios 8:4 el
apóstol Pablo escribió contundente:
«Sabemos que un ídolo no es absoluta-
mente nada, y que hay un solo Dios». Por
lo tanto, si los hombres han hecho del
dinero un falso dios, tal ídolo es «absoluta-
mente nada», y no merece que lo
amemos, que lo adoremos, pues «hay un
solo Dios» digno de nuestro amor y de
nuestra adoración. Su nombre: Jehová de
los ejércitos.
Que Dios existe y que hay un solo Dios,
es parte de la realidad de la tierra, con
todo y la guerra que el hombre ha librado
para desterrar a Dios del planeta. Si el
hombre ha guerreado para expulsarlo de
su pensamiento, Dios sigue allí, enquista-
do más profundo. Si ha inventado dioses
para sustituirlo, la verdad del Dios uno los
ha hecho polvo. Del vasto patrimonio de
conocimiento que posee la humanidad, el
conocimiento de Dios es el más antiguo;
por eso Dios es parte del devenir de la
existencia humana. No es posible separar
al hombre del Dios verdadero, aunque la
humanidad se haya inventado a Baal, al
dios dinero y tantos otros dioses falsos.
Cuando Blas Pascal murió, en 1662,
cocido al traje del célebre matemático y
filósofo francés se encontró una nota
cuidadosamente escrita desde 1654.
Entre otras cosas decía: «El Dios de
Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de
Jacob, no el dios de los sabios y
filósofos… Seguridad plena, seguridad
plena… Tu Dios debe ser mi Dios. Olvido
del mundo y de todas las cosas, excepto
de Dios… Padre santo a quien el mundo
no ha conocido, pero yo sí que te he
conocido… Esta es la vida eterna, que te
conozcan a ti, verdadero y único Dios…
92
Amén». Este escrito es conocido como el
Memorial, y Pascal acostumbraba cocerlo
de un traje a otro.
Así pues, está demostrado: es imposible
separar al hombre del Dios verdadero.
Siempre ha habido seres humanos que lo
adoran solo a él, y no han doblado sus
rodillas ante Baal, ante el dinero, ni ningún
otro dios falso.
El Dios de Abraham es el mismo Dios de
Pascal, quien vivió unos 3,300 años
después del patriarca. Abraham es el
padre de Israel, una nación cuyo estado se
basó totalmente en el conocimiento y
adoración del Dios verdadero, no en el
materialismo del culto a Baal. Como
resultado, la historia de Israel es única en
el mundo. Ningún otro pueblo puede
rastrear sus orígenes y encontrarlos en
Dios sino solo Israel. En tanto que otros
pueblos reconstruyen sus textos para
conocer su historia, para Israel la Biblia es
su texto de historia. Aúnque el Israel literal
no es más el pueblo escogido de Dios, el
efecto de haberlo sido es históricamente
evidente. Todavía Israel cosecha bendicio-
nes de aquel pasado. Solo su literatura, ya
es parte de esa enorme riqueza nacional.
Cuando Dios llamó a Abraham prometió
levantar de sus lomos una nación que
sería bendición para todas las familias de la
tierra. Para hacer efectiva esa promesa
debía dotarlos de especial sabiduría y
hacerlos entendidos en todo arte y en
toda ciencia. No hace falta comprobar esa
herencia en la historia de esa nación, aun
cuando ya no sean el Israel espiritual. Con
toda esta evidencia, nos unimos al apóstol
Pablo en el versículo 6, y juntamente con
él decimos: «Para nosotros no hay más
que un solo Dios, el Padre, de quien todo
procede y para el cual vivimos».
Ni Baal y sus promesas de riqueza, ni el
falso dios dinero, pueden ganarse el afecto
de nuestro corazón, nuestra obediencia o
nuestra adoración. El Dios de Abraham,
de Isaac y de Jacob, el Dios de Pascal, solo
él, es el Dueño de mi adoración.
DIOS Y EL DINERO
Dios es celoso de la adoración que solo a
él corresponde. Por eso, en Éxodo 20:3
el único Dios verdadero ordena diciendo:
«No tengas otros dioses ajenos delante de
mí». Ya dijimos que aparte del único Dios
verdadero hay muchos dioses falsos.
Los hay de piedra, de madera, de oro y
plata, de carne y hueso como reptiles,
aves, cuadrúpedos y humanos, e increí-
blemente, hay un dios de papel: ¡el dios
dinero! A pesar de lo frágil que es, pues si
apenas se moja se deshace, sus adorado-
res lo han elevado a la categoría de
todopoderoso, y lo han sentado en el
trono que pertenece solo al Dios verda-
dero. Ciertamente, el dios dinero es
adorado en espíritu y en verdad, adora-
ción que pertenece solo a Dios.
Cargamos dinero en nuestros bolsillos, y
es feliz quien no ha caído en la trampa de
adorar algo tan frágil como un pedazo de
papel. Sin embargo, hay millones que sí lo
hacen, aunque tengan que cargarlo, pues
el dios dinero no tiene pies para andar,
manos para hacer, boca para hablar ni
oídos para oír. Es que la falsa adoración
93
entorpece la razón, haciendo que un ser
inteligente actúe por debajo de los
instintos de una serpiente. Incluso la
violación al primer mandamiento es más
generalizada que la violación del cuarto,
pues el dios de papel puede tener adora-
dores, aún entre los defensores del día de
reposo. ¡Un verdadero peligro! como
tristemente lo fue para muchos israelitas,
que seducidos por el afán de riqueza, se
dejaron influenciar sin oponer resistencia
por las creencias materialistas del culto al
falso Baal.
Hasta el mismo rey Salomón, en el
esplendor y la embriaguez de su riqueza,
en Eclesiastés 10:19 llegó a declarar: «El
dinero lo llena todo». Sí, tal parece que el
dinero lo llena todo, que lo resuelve todo,
y como las personas perciben el dinero
más inmediato que Dios, han puesto su
confianza en el dios de papel antes que en
el Dios viviente. Giovanni Papini, un
escritor italiano, reflexionando acerca del
atontamiento producido por el falso dios
dinero, dice que el dinero es en realidad,
«el estiércol del diablo». De esta manera
ilustra cuan aborrecible se vuelve cuando
ocupa el primer lugar en nuestras vidas.
No se discute el valor del dinero, pero
cuando permitimos que su valor reine en
nuestras vidas, todas las demás cosas que
tienen un valor mayor quedan relegadas.
Así es como en la vida de muchos el
dinero ha relegado a Dios a un valor
menor.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
Muchos no creen en Dios, pero sí creen
en el dinero. Otros creen en Dios, pero
en secreto apostatan de su fe depositando
su confianza en el dios de papel. Por eso,
en Isaías 46:5-9 Dios, el único y verdade-
ro Dios, nos pregunta: «¿Con quién vas a
compararme, o a quién me vas a
igualar?... Algunos contratan a un joyero
para que les haga un dios… lo levantan en
hombros y lo cargan… por más que
clamen a él, no habrá de responderles, ni
podrá salvarlos de sus aflicciones…
piénsenlo bien, ¡fíjenlo en su mente!... yo
soy Dios, y no hay ningún otro, yo soy
Dios, y no hay nadie igual a mí».
El dinero no es igual a Dios; ni siquiera se
le parece, ni de lejos. Es cierto que cada
día lo necesitamos, al menos en esta
realidad del pecado en el cual vivimos. Lo
usamos para comprar y suplir nuestras
necesidades, pero solo a tu Dios adorarás
y a él solo servirás. El dios de papel se
apolilla y el orín lo oxida, pero el Dios
verdadero permanece para siempre; es
eterno. «Piénselo bien, ¡fíjenlo en su
mente!», es el consejo del profeta Isaías.
Intentando despertar en Jesús codicia por
la riqueza material de los reinos del
mundo, Mateo 4:8, 9 dice que Satanás
tentó a Jesús, «llevándolo a una montaña
muy alta y le mostró todos los reinos del
mundo y su esplendor», y le dijo: «Todo
esto te daré si te postras y me adoras».
Pero Jesús no sucumbió a la codicia, y
rechazó la gloria, el esplendor, la fama, el
poder y la riqueza de todos los reinos del
mundo respondiendo: «¡Vete Satanás!
Porque escrito está: Adora al Señor tu
Dios y sírvele solamente a él». Y usted,
¿qué haría si le ofrecieran la riqueza y el
esplendor de todos los reinos del mundo?
¿Se postraría ante el dios dinero? Hacerlo
94
equivaldría a venderle el alma al diablo, y
eso jamás lo haremos. Por lo tanto, solo
Dios, el único Dios, solo él es el Dueño
de mi adoración. ¿Cuántos quieren
decírselo al Señor en esta hora? Póngase
en pie, y venga al altar, dígale al Señor que
ni Baal, ni el dinero ni ningún otro dios
falso es digno de su amor y obediencia, y
que sólo Jehová es el Dueño de su adora-
ción. Realice una fervorosa oración por
aquellas personas que respondieron al
llamado.
Fuente: Unión Mexicana Central
95
El 28 de agosto de 1963, Martin Luther
King, pronunció un discurso en el que
expresaba las profundas convicciones por
las que luchaba. Aquel discurso es
considerado, una pieza maestra de orato-
ria. En uno de sus párrafos dijo que el gran
defensor de los derechos civiles: «Yo aún
tengo un sueño […]. Sueño en que un día
en las rojas colinas de Georgia, los
descendientes de los esclavos y los
descendientes de los dueños de esclavos,
serán capaces de sentarse juntos en la
mesa de la fraternidad […]. Sueno, que
mis cuatro hijos vivirán un día en una
nación donde no serán juzgados por el
color de su piel sino por los rasgos de su
personalidad».
En 1964 se le concedió a Martin Luther
King el Premio Nobel de la Paz. El mundo
lo reconoció como un hombre compro-
metido con una causa. No obstante, ese
mismo sentido de compromiso lo llevó a
la muerte, cuando el 4 de abril de 1968
cayó abatido por las balas de un segrega-
cionista blanco. Su lucha, sin embargo, no
fue en vano, pues parte de las grandes
conquistas sociales que logró a favor de su
marginado pueblo, hoy es reconocido
como uno de los más grandes líderes y
héroes de los Estados Unidos y del
mundo. Para honrarlo, en su país natal se
celebra el Día de Martin Luther King.
TEXTO BÍBLICO
Salmo 128:5
«Que el Señor te bendiga desde Sión, y
veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida».
Reino
Comprometidos
conel
CULTO JOVEN
Sábado 14 de noviembre
96
• Primera gran lección: La gente
comprometida lo da todo por la causa
con la que está comprometida.
• Segunda gran lección: A las perso-
nas comprometidas siempre se les
recuerda.
Taylor Branch, el biógrafo de Martin
Luther King, dice que la autopsia que le
practicaron reveló que aúnque tenía
apenas treinta y nueve años de edad, su
corazón parecía de un hombre de sesen-
ta, a consecuencia del estrés generado
por los largos años de lucha en pro de los
derechos civiles.
En los últimos once años de su vida Martin
Luther King había recorrido cerca de diez
millones de kilómetros y pronunciado más
de dos mil quinientos discursos. Había
sido arrestado más de veinte veces y en
varias ocasiones agredido físicamente. Sin
embargo, nada lo hizo desfallecer. Se
había comprometido a vivir completa-
mente entregado a una noble causa, y
para lograrla lo dio todo, incluso la vida
misma. Y nosotros, ¿para qué vinimos al
mundo? ¿Cuál es el propósito de nuestra
existencia? ¿Hay una causa por la que
estaríamos dispuestos a darlo todo? Si la
hay, ¿cuál es?
LA MÁS GRANDE DE LAS CAUSAS
Hay muchas causas nobles en este
mundo, y todas tienen sus apóstoles, pero
ninguna se compara a la del Reino de los
cielos. Jesús, el mejor ejemplo de lo que
significa darlo todo por una causa, expresó
la suya con estas palabras: «Porque el Hijo
del hombre vino a buscar y a salvar lo que
se había perdido» (Lucas 19: 10). Luego
nos hace saber que estuvo dispuesto a
darlo todo para lograr el triunfo de su
causa, pues «nadie tiene mayor amor que
este, que uno ponga su vida por sus
amigos» (Juan 15: 13), y él lo hizo. Con
una escueta frase Jesús expuso cuál era su
causa: «El Reino de los cielos se ha acerca-
do» (Mateo 3: 2), y se comprometió a
establecerlo en ocasión de su segunda
venida. ¿Pero qué implica el estableci-
miento de su reino? Elena G. de White
nos dejó dicho que «todo el cielo, con sus
recursos ilimitados, ha sido colocado a
nuestra disposición», a fin de asegurar la
consumación del plan de salvación (Men-
sajes selectos, t. 1, p. 461).
¿Si el cielo ha estado dispuesto a darlo
todo, es porque el establecimiento del
reino conlleva logros tan extraordinarios,
que bien vale la pena cualquier sacrificio y
esfuerzo? Acerquémonos pues al Reino
de los cielos, y demos un rápido vistazo
para hacernos una idea del alcance de
esos logros. Según Apocalipsis 21: 4 en el
Reino de los cielos, una vez establecido,
Dios «enjugará toda lágrima de los ojos. Ya
no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni
dolor, porque las primeras cosas han
dejado de existir» (NVI). Entre esas cosas
que habrán dejado de existir, podemos
mencionar los cementerios, puesto que
ya no habrá más muerte. No hay lugar
donde el ser humano esté presente en
donde no haya uno; el mundo entero es
como un gigantesco cementerio, pero en
el Reino de los cielos habrá dejado de
existir el hedor de la muerte. No más
funerarias, ni más ataúdes; no más hospi-
tales, ni más médicos; no más ejércitos, ni
más guerras; no más hambrunas, no más
97
sida, ni otras plagas; no más cárceles, no
más divorcios, no más vicio. ¡No más
pecado! ¡No más autor del pecado! Ese es
el Reino de los cielos: inmensurable,
inagotable, eternal. Por un reino así el
cielo lo dio todo. ¡Había demasiado en
juego!
Fijémonos en algo realmente extraordina-
rio: La inmensa cantidad de beneficios que
se reciben con la consumación del reino,
empezando con la vida eterna, son
provistos exclusivamente a favor del ser
humano, el beneficiario del plan de
salvación. Lo que «ninguna mente
humana ha concebido», es «lo que Dios
ha preparado para quienes lo aman» (1
Corintios 2: 9, NVI). ¡Nosotros, tú y yo,
somos los grandes beneficiarios!
Debido a esto, no solo se esperaría que
seamos los más interesados en que el
establecimiento del reino, sino que
deberíamos estar dispuestos a darlo todo,
a comprometerlo todo, para apresurar su
consumación. Los primeros en vivir
comprometidos con el reino somos
nosotros. Es una incongruencia decir que
vivimos comprometidos con el reino, o
que deseamos su pronto establecimiento,
sin estar dispuestos a darlo todo para que
sea consumado.
A LA MEMORIA DE LOS
COMPROMETIDOS
La gente comprometida con una causa
permanece en la memoria de los pueblos.
Días festivos en su honor; calles con sus
nombres; plazas, edificios, monumentos,
son levantados y bautizados en memoria
de ellos. El gran monumento a Lincoln, en
Washington, fue construido para honrar al
hombre que hizo de la abolición de la
esclavitud su causa.
Por eso, reverentes, nos postramos ante
el Crucificado, por el más grande de los
sacrificios hechos para libertarnos de la
peor de todas las esclavitudes, la del
pecado. Así que, subyugados de amor
rendimos a sus pies nuestras coronas, que
recibimos en ocasión de la consumación
de su reino, repitiendo con inefable gozo:
«¡Digno es el Cordero!» «¡Digno es el
Cordero!» (Apocalipsis 5: 12).
• Jamás nos olvidaremos de la «viuda
pobre» que «llegó y echó dos monedi-
tas de muy poco valor», porque «de su
pobreza, echó todo lo que tenía, todo
su sustento» (Marcos 12:44), pues
sabía que era para la consumación del
reino.
• Nunca olvidaremos a Josué, de pie ante
los israelitas, ratificando su compromiso
con el reino diciendo: «Pero si a
ustedes les parece mal servir al Señor
[…] mi familia y yo serviremos al
Señor» (Josué 24: 15, NVI).
• Jamás nos olvidaremos de José, cuando
«su alma se conmovió y tomó la solem-
ne decisión de mostrarse fiel a Dios y
de obrar en cualquier circunstancia
como convenía a un súbdito del Rey de
los cielos» (Patriarcas y profetas, cap.
20, p. 192). Y cuando entramos en el
salón de los héroes de la fe en Hebre-
ros 11, mudos de asombro caminamos
por sus galerías contemplando los
monumentos allí descritos de gente
que vivió comprometida con el reino.
• Allí está Abraham, que creyó «que Dios
98
tiene poder hasta para resucitar a los
muertos» (vers. 19, NVI), una de las
promesas del reino.
• Allí figura Moisés, quien «renunció a ser
llamado hijo de la hija del faraón»,
porque prefirió «ser maltratado con el
pueblo de Dios antes que gozar de los
deleites temporales del pecado, tenien-
do por mayores riquezas el oprobio de
Cristo que los tesoros de los egipcios,
porque tenía puesta la mirada en la
recompensa » (vers. 24, 26), que es la
promesa del reino. ¡Qué momentos!
Son tan extraordinarios, que en un
arranque de entusiasmo el apóstol Pablo
exclamó: «¡El mundo no merecía gente
así!» (vers. 38, NVI). Con todo, a pesar de
haberlo dado todo por su compromiso
con el reino, todavía no lo han alcanzado;
«ninguno de ellos vio el cumplimiento de
la promesa» (vers. 39, NVI), porque el
reino todavía no es consumado. ¿Por qué?
¿Cuál es la razón por la que el reino no se
ha establecido? «Esto sucedió para que
ellos no llegaran a la meta sin nosotros,
pues Dios nos había preparado algo
mejor» (ver. 40, NVI). ¡Nos están
esperando! ¡Aleluya! «¡Digno es el Corde-
ro!»
EN MEMORIA Y
RELEVO DE LOS PIONEROS
• En un cementerio de Battle Creek, la
ciudad donde floreció la obra adventis-
ta, yacen Jaime White y su esposa
Elena.
• Joseph Bates, el otro cofundador de la
iglesia, descansa en un lugar cercano. Ya
no están entre los vivos, pero «sus
obras con ellos siguen» (Apocalipsis 14:
13).
• John N. Andrews, otro de los pioneros,
murió consumido en pleno servicio
activo a la edad de cincuenta y cuatro
años. Su sentido de compromiso lo
expresó con las siguientes palabras que
escribió en su último artículo el día de
su muerte: «Mi corazón está ligado a
esta obra tan sagrada, que con alegría
estoy dispuesto a gastar y ser gastado.
El tiempo para trabajar es corto. La
noche pronto viene en la cual nadie
puede obrar». ¡Lo dieron todo por el
reino! La memoria de estos siervos
caídos en el cumplimiento del deber
nos compele a que reflexionemos y
tomemos una decisión.
• El 19 de noviembre de 1863 el
presidente Abraham Lincoln pronunció
su famoso y conmovedor Discurso de
Gettysburg. Aquel día hubo otros
discursos, incluso uno de más de trece
mil palabras y dos horas de duración.
En cambio el de Lincoln no pasó de tres
minutos; tenía menos de trescientas
palabras. En los alrededores de Gettys-
burg se había desarrollado la batalla más
sangrienta de la guerra civil estadouni-
dense, y para conmemorar la memoria
de los caídos, el presidente Lincoln dijo
concluyendo su breve alocución: «El
mundo apenas advertirá, y no recorda-
rá por mucho tiempo lo que aquí
decimos; pero nunca podrá olvidar lo
que ellos hicieron aquí. Somos
nosotros, los vivos, los que debemos
consagrarnos aquí a la tarea inconclusa
que los que aquí lucharon, hicieron
avanzar tanto y tan noblemente. Noso-
tros, lo que vivimos, tenemos la sacro-
santa obligación de continuar y terminar
dignamente la obra que comenzaron
99
los que aquí sucumbieron. Ahora nos
corresponde a nosotros dedicarnos
por entero a la gran empresa que
todavía está inconclusa, para que
seamos dignos de los venerados muer-
tos, para que nos apliquemos con la
misma devoción a la causa por la que
dieron la suprema prueba de afecto.
Que resolvamos aquí, firmemente, que
estos muertos no habrán dado su vida
en vano».
Tomamos prestadas las conmovedoras
palabras de Lincoln, y con ellas honramos
la memoria de aquellos que lo dieron
todo por la causa del Reino de los cielos, y
las usamos para desafiarnos a nosotros,
los vivos, para que «tomemos de ellos la
misma devoción a la causa por la que
dieron la suprema prueba de afecto».
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
Tomemos la decisión: comprometámo-
nos con el reino, démoslo todo, no nos
reservemos nada, y pronto podremos
decir, como dijo Martin Luther King en las
últimas palabras de su discurso: «¡Por fin
somos libres! ¡Por fin somos libres!
Gracias a Dios Todopoderoso, ¡Por fin
somos libres!». Este es el momento propi-
cio para que renovemos nuestro compro-
miso con el Señor por la más grande de
las causas, la del establecimiento de su
reino eterno. ¿Cuántos quieren ponerse
de pie en este momento y decirle a su
Señor: «Señor, aquí estoy en tu presencia.
Lo que ves aquí es todo lo que soy. Mi
espíritu, alma y cuerpo, mi ser mi vida
entera, cual viva y santa ofrenda, lo entre-
go a ti Señor. Mi todo a Dios consagro,
todo lo que soy, todo lo que tengo, todo
rindo a ti. Descienda el fuego santo, su
sello celestial, y sella Señor mi pacto de
compromiso contigo»?
¿Cuántos se deciden a darlo todo por el
Reino de los cielos? Pongámonos de pie y
digámosle al Señor que estamos dispues-
tos a invertirlo todo por el reino. Que el
Dios del pacto eterno selle con su Espíritu
esta decisión. Amén. Ahora te invito a
pasar aquí al frente del altar. Estaremos
orando por tu decisión. Dios te bendiga
en este proceso. Oremos.
Fuente: Unión Mexicana Central
100
101
Ricos
Inmensamente
CULTO DE ADORACIÓN
Sábado 12 de diciembre
El mundo palpita obsesionado por la
riqueza. Las naciones le apuestan al
crecimiento económico como medio de
lograr una mejor calidad de vida en
beneficio de sus ciudadanos. Los
individuos hacen esfuerzos sobrehuma-
nos en pos del éxito financiero. En la
economía capitalista en la que vivimos el
amplio concepto de la prosperidad ha sido
reducido a los mezquinos límites de las
posesiones materiales.
La revista Forbes, una publicación especia-
lizada en finanzas y negocios, anualmente
publica los nombres y el monto de las
fortunas de los hombres y mujeres más
ricos del mundo. Solo las personas que
tienen un patrimonio mínimo de mil
millones de dólares pueden formar parte
de esa privilegiada lista. Es así como en el
año 2013 la lista estaba compuesta por
1,426 personas, a las que el mundo no
dudaría en reconocer como individuos
inmensamente ricos, los más ricos del
mundo. ¿Lo son en realidad?
Si los hombres hacen sobrehumanos
esfuerzos para llenarse de riqueza, Dios
hace sobre divinos esfuerzos para contra-
rrestar nuestra tendencia a asociar riqueza
solo con dinero, mostrándonos otros
tipos de riqueza, e iluminándonos con su
Espíritu para discernir que estas otras
riquezas exceden en mucho a las moneta-
TEXTO BÍBLICO
1 Corintios 1:5
«Unidos a Cristo ustedes se
han llenado de toda riqueza».
102
rias. ¿Cuáles son tales riquezas? ¿Realmen-
te podríamos llamarlas riquezas? En
medio de un mundo tan necesitado de
dinero, ¿podríamos satisfacer al hombre
hablándole de riquezas diferentes al
dinero?
LA RIQUEZA ESPIRITUAL
En nuestra lectura bíblica leímos que el
apóstol Pablo le dice a los miembros de la
iglesia en Corinto: «Unidos a Cristo
ustedes se han llenado de toda riqueza».
Notemos el énfasis que Pablo pone en la
expresión, «toda riqueza». Estas dos
palabritas indican claramente que hay
otros tipos de riqueza con las cuales la vida
de una persona puede ser llenada. Es más,
estas riquezas están reservadas para llenar
la vida solo de los cristianos, pues es a los
cristianos de la iglesia de Corinto que
Pablo les dice: «Unidos a Cristo ustedes se
han llenado de toda riqueza». Es decir,
estas riquezas no son para todos en
general; están reservadas solo para los
que tomen la decisión de vivir unidos a
Cristo. Pero, ¿en qué consisten estas
riquezas?
Bueno, en los versículos inmediatos a 1
Corintios 1:5 Pablo nos muestra algunas
de tales riquezas. De hecho, en la última
parte del versículo citado dice que tal
riqueza es «tanto en palabra como en
conocimiento». Está claro que aquí Pablo
no está hablando de riqueza material, y si
no es esto, entonces tiene que estar
hablando de riqueza espiritual. Leamos el
versículo completo para que captemos
bien este concepto: «Unidos a Cristo
ustedes se han llenado de toda riqueza,
tanto en palabra como en conocimiento».
Luego, y siempre siguiendo la línea de
pensamiento relacionada con la riqueza
espiritual, en el versículo 7 Pablo le dice a
los corintios que ellos poseían tanto de
esta riqueza, «que no les falta ningún don
espiritual». Eran espiritualmente ricos.
Pero Pablo también se refiere a una
riqueza relacional con Cristo. En el
versículo 9 nos lo explica: «fiel es Dios,
quien los ha llamado a tener comunión
con su Hijo Jesucristo». Es precisamente
en esta comunión con Cristo donde
encontramos el secreto para satisfacer
nuestra necesidad de aquellas riquezas
más valiosas que las monetarias, pues solo
«unidos a Cristo ustedes se han llenado de
toda riqueza», nos había dicho el apóstol
en el versículo 5. Así que la clave para ser
rico en todo es estar «unidos a Cristo».
¿Cómo lograrlo?
Bueno, para ayudarnos con la respuesta
vamos a pensar en una persona que sea
materialmente rica. ¿Cómo llegó a serlo?
Ilustrémoslo con el señor Warren Buffett,
el hombre más rico del mundo en 2008
con una fortuna calculada en 62 mil
millones de dólares. Para ese entonces el
señor Buffett tenía 78 años de edad, pero
empezó a relacionarse con el dinero a la
edad de 6 años, cuando compró seis
botellas de bebida gaseosa por veinticinco
centavos y las revendió a un centavo por
botella, obteniendo una ganancia de cinco
centavos. Así empezó el señor Buffett su
relación con el dinero. Cuando tenía 11
años compró sus primeras tres acciones
de una compañía, y desde entonces inicio
una historia de enriquecimiento continuo,
producto de su permanente relación con
103
el dinero. Por favor, tome cuidadosa nota
del énfasis que le estamos dando a la
estrecha relación entre el Señor Buffett y
el dinero.
Ahora, y volviendo a nuestro texto bíblico,
para ser «llenado de toda riqueza», Pablo
dice que es necesario estar «unidos a
Cristo». Ser «llenado de toda riqueza» no
es algo instantáneo, como no lo ha sido la
riqueza acumulada por el señor Buffett.
«Ser llenado de toda riqueza» es el
producto de una relación con Cristo de
toda la vida, como la diaria relación que el
señor Buffett ha tenido con el dinero a lo
largo de su vida. Es la única manera de
enriquecerse: dedicar su mejor tiempo, su
mejor esfuerzo, sus mejores facultades,
para relacionarse con aquello en lo cual se
quiere ser rico, ya sea en Cristo o en
billetes.
Mis hermanos, todos sabemos que la
oración y el estudio de la Biblia son las dos
herramientas por excelencia que el Señor
nos ha dejado para cultivar una relación
estrecha con Cristo, para que así, unidos a
Cristo, seamos llenados de toda riqueza,
pero para lograrlo, en lugar de orar de vez
en cuando, el consejo del Señor en 1
Tesalonicenses 5:17 es: «Orad sin cesar».
Y en cuanto al estudio de su Palabra en
Juan 5:39 nos manda: «Escudriñad las
Escrituras». Haciendo esto cada día de
nuestra vida, se alimenta nuestra relación
con Cristo y así llegamos a estar unidos
con él y como resultado de esta unión es
que somos llenados de toda riqueza.
Sí, hay riquezas que superan a las materia-
les, y se obtienen solo permaneciendo
«unidos a Cristo». Un ejemplo es la
riqueza de permanecer unido al cónyuge
de toda la vida. Si los esposos dedican lo
mejor de sí a cultivar una relación que los
haga estar «unidos a Cristo», también
permanecerán unidos el uno al otro.
Lamentablemente el señor Buffett enveje-
ció sin la esposa de su juventud, al
separarse cuando él tenía 45 años de
edad. Así que cada quien decide en qué
ser rico.
Y usted, ¿en qué quiere serlo? ¿En Cristo
o en billetes? Tenemos la vida por delante,
y si decidimos vivirla unidos a Cristo, cada
uno puede llenarse «de toda riqueza».
Solo tiene que cultivar una diaria relación
con él, y ya enfatizamos que la oración
más el estudio diario de la Biblia es el
secreto para vivir unidos a Cristo. Entre lo
espiritual y lo material, lo espiritual es de
valor incomparable. Por eso, en Mateo
6:33 el Señor Jesús aconsejó: «Más bien,
busquen primeramente el reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas les serán
añadidas». Mediante la práctica de hacer
de la búsqueda del reino de Dios y su
justicia la primera ocupación de cada
mañana, el hombre se va haciendo menos
material y más espiritual. ¿Cuál es el
resultado de esta conversión progresiva?
Lo veremos en la segunda parte de
nuestro sermón.
EL HOMBRE ESPIRITUAL
De acuerdo al Salmo 1:3, el hombre
espiritual, «¡Todo cuanto hace prospera!»
Erróneamente, en nuestro mundo
materializado, el significado de prosperi-
dad tiende a ser muy escaso, y esto es
104
debido a los límites que le imponemos al
relacionarlo solo con riqueza económica.
Pero si le soltamos las amarras, la prospe-
ridad puede llevarnos a encontrarla en la
crianza de los hijos, sin que los padres
sean ricos; podemos cultivar matrimonios
prósperos, aun teniendo solo lo necesario
para vivir. Tampoco es necesario ser rico
para prosperar en lo intelectual, y
abundan las personas cuya salud es
próspera y no son ricas en dinero.
Puesto que la riqueza económica es
asociada con prosperidad, permítame
presentarle a un hombre rico, que goza
solo de prosperidad material, en contraste
con un hombre espiritual, que es capaz de
prosperar en todas las cosas. Shaún
Sanders y Don Muro, de la Universidad
de Newcastle, en Australia, condujeron
un estudio para probar científicamente,
que «el dinero no hace la felicidad». Sus
hallazgos fueron presentados en el
Congreso Europeo de Psicología,
mostrando que las personas materialistas
se sentían menos satisfechas con sus vidas.
Presentaban una tendencia muy marcada
hacia la depresión y la ira, sin amor a la
vida. Eran prósperos en lo material, pero
miserables en otras áreas de la vida.
Contrario a lo anterior, nuestro Salmo en
los versículos 1 y 2 dice que es «dichoso el
hombre que no sigue el consejo de los
malvados, ni se detiene en la senda de los
pecadores ni cultiva la amistad de los
blasfemos, sino que en la ley del Señor se
deleita». En el Deseado de todas las
gentes, en la página 21, Elena de White
comenta, que entre los israelitas, «se
arraigó en ellos la convicción de que su
prosperidad dependía de su obediencia a
la ley de Dios». Es decir, tenían la convic-
ción de que su relación personal con Dios
los haría prósperos. Quien cultivara una
relación así de estrecha, como dice el
versículo 3 de nuestro Salmo, sería
«como el árbol plantado a la orilla de un
río que, cuando llega su tiempo, da fruto y
sus hojas jamás se marchitan». Pues este
es el hombre, que como resultado de su
espiritualidad, «¡Todo cuanto hace
prospera!».
Notamos que esta prosperidad es más
bien una experiencia de continuo
crecimiento en el conocimiento de Dios y
un mayor alejamiento del pecado. Pero
también se extiende a otras áreas de la
vida, a la crianza de los hijos, a la salud, al
matrimonio, al desarrollo profesional. Si
cada día usted cultiva esa relación personal
con el Señor y se deleita en su ley, inevita-
blemente será «como el árbol plantado a
la orilla de un río, cuando llega su tiempo»,
dará abundantes frutos, y se mantendrá
siempre verde. En realidad, prosperará en
todo cuanto haga. Es promesa de Dios.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
«Unidos a Cristo ustedes se han llenado
de toda riqueza», le escribió el apóstol
Pablo a los corintios. ¿Cuántos de los aquí
presentes quieren ser llenados con todas
esas riquezas? Bueno, para serlo hay que
estar unidos a Cristo. ¿Y cómo lograr esta
unión? Ya lo dijimos, practicando dos
ejercicios diarios: la oración y el estudio de
la Biblia. Ahora bien, ¿cuántos quieren
vivir unidos a Cristo? Levanten su mano
bien en alto por favor. Veo muchas
manos. Bueno, ya sabemos que para
105
lograrlo hay que perseverar en la oración
y el estudio de la Palabra. Por lo tanto, lo
que necesitamos hacer ahora es tomar
una decisión para velar en oración y en el
escudriñamiento de las Escrituras. Así nos
relacionaremos día tras día con Cristo y
llegaremos a ser inmensamente ricos en
toda riqueza.
Así pues, es necesario que cada uno de los
aquí presentes tome a continuación una
decisión de oración y estudio de la
Palabra. Voy a pedir que se ponga en pie
todo aquel hijo e hija de Dios, niños,
niñas, jóvenes y señoritas, adultos y
ancianos; todo el que resuelva velar cada
día en oración y leer dos o tres capítulos
diarios de la Palabra de Dios, voy a invitar-
lo a que se ponga en pie y de esta manera
le diga al Señor: «Señor, yo quiero vivir
unido a ti, mediante mi vida de oración y
estudio de tu Palabra, porque quiero ser
llenado con toda esa riqueza que para vida
eterna permanece».
Fuente. Unión Mexicana Central
106
CULTO JOVEN
Sábado 12 de diciembre
John Calvin Coolidge, presidente de los
Estados Unidos de 1923 a 1929, dijo una
verdad bien pensada acerca de la prospe-
ridad. Aquí están sus palabras: «La prospe-
ridad es solo un instrumento para usar, no
una divinidad para adorar». Lamentable-
mente la prosperidad se ha convertido en
una divinidad adorada por cristianos y no
cristianos. Es buscada como un fin en sí
misma, no como medio para alcanzar
propósitos más elevados. En nuestro
mundo capitalista la prosperidad es asocia-
da esencialmente con dinero, y los cristia-
nos no hemos sido inmunes a esta influen-
cia tan materializada. Por ejemplo, a finales
de los 70 surgió un movimiento evangéli-
co enfatizando la prosperidad económica.
El famoso Club PTL, el Club 700, o
evangelistas como Jim Bakker, Jimmy
Swaggart o Pat Robertson, son algunos
representantes de esta nueva corriente
conocida como «el evangelio de la
prosperidad».
En 3 de Juan 1:2 leemos: «Amado, yo
deseo que tú seas prosperado en todas las
cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma». Pasajes bíblicos como
este son usados por estos carismáticos
líderes para construir una teología de la
prosperidad. Pero el mismo texto desba-
rata el énfasis que ellos ponen en una
prosperidad económica, pues en el pasaje
el Señor expresa su deseo de que seamos
Unpueblo
Prospero
TEXTO BÍBLICO
Salmo 128:5
«Que el Señor te bendiga desde Sión, y
veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida».
107
«prosperados en todas las cosas», sin
ningún énfasis específico en lo económico.
Por lo tanto, desde el punto de vista
bíblico, es legítimo desear ser prósperos,
porque Dios desea que lo seamos, pero
es ilegítimo asociar prosperidad solo con
dinero. ¿Cuál es el balance bíblico en
relación con la prosperidad? Dios desea
que nuestra alma prospere, pero, ¿es
posible alcanzar prosperidad espiritual sin
prosperidad material? ¿Qué significa
prosperar en todas las cosas? ¿Es posible
sentirse rico, aunque los recursos
materiales sean solo lo suficiente?
PROSPERIDAD INDIVIDUAL
En la primera parte del versículo 1 del
Salmo 128 se habla de «los que temen al
Señor», y luego, en la segunda parte,
define quiénes son los que le temen. Dice
que son, «los que van por sus caminos».
Leámoslo: «Dichosos todos los que
temen al Señor, los que van por sus
caminos». Luego, en el versículo 2 se le
dice al que teme al Señor lo siguiente:
«Gozarás de dicha y prosperidad».
Observemos la clara relación de causa y
efecto que se da en estos pasajes. Los que
temen al Señor no lo dicen solo de
palabra, sino que lo demuestran andando
en los caminos de Dios; es decir, son
obedientes. Luego, el resultado de esta
vida de obediencia es la dicha y prosperi-
dad que se les promete. Por eso es que
en el versículo 1 se los llama «dichosos»,
pues la prosperidad que disfrutan los hace
sentirse bienaventurados. Ahora bien,
¿qué tipo de prosperidad es esta? Los
versículos 2, 3 y 4 nos darán algunas
ilustraciones.
Por ejemplo, la primera parte del versícu-
lo 2 dice: «Lo que ganes con tus manos,
eso comerás». Esta promesa asegura que
el resultado del esfuerzo de nuestras
manos será próspero. Tendremos lo
necesario para comer y satisfacer nuestras
necesidades. Aquí Dios no está prome-
tiendo una prosperidad consistente en
tener mucho dinero. Si así fuera, entonces
todos los cristianos fieles y obedientes
deberían poseer una gran fortuna, pero la
realidad no es así. Esto quiere decir que
tener lo suficiente para vivir, eso ya es
prosperidad. Dichoso el cristiano que
teme a Dios, andando en sus caminos, y
tiene lo necesario para vivir. Lo entende-
mos mejor si consideramos que hoy cerca
de mil millones de seres humanos en el
mundo pasarán hambre.
Otro ejemplo de prosperidad bíblica lo
leemos en el versículo 3: «En el seno de
tu hogar, tu esposa será como vid llena de
uvas». Esto es verdadera prosperidad,
especialmente si consideramos que en el
mundo el número de divorcios ya supera
el número de nuevos matrimonios; en
cambio, al que teme al Señor y anda en
sus caminos, se le asegura prosperidad
matrimonial.
Veamos en el versículo 3 un ejemplo más:
«Tus hijos serán como vástagos de olivo ».
Cuando consideras que unos 6 mil
jóvenes son infectados diariamente por el
SIDA; que entre los 11 y 14 años los
adolescentes empiezan a consumir
drogas, pero tus hijos han sido guardados
de estos y otros males como resultado de
tu obediencia al andar en los caminos del
Señor, entonces entiendes mejor qué es
108
prosperidad bíblica. Finalmente, en el
versículo 4 el salmista concluye: «Tales son
las bendiciones de los que temen al
Señor», dejando bien claro que esta
prosperidad es para «los que van por sus
caminos».
PROSPERIDAD COMUNITARIA
Pero la prosperidad de la cual habla el
Salmo 128 no es solo individual, porque el
individuo a quien Dios hace prosperar «en
todas las cosas» pertenece a una comuni-
dad de creyentes que en conjunto adoran
y temen al Señor, y a esa comunidad
como tal, Dios también la hace prosperar.
Veamos lo que dice el versículo 5: «Que
el Señor te bendiga desde Sión, y veas la
prosperidad de Jerusalén todos los días de
tu vida». Note como Dios expresa su
deseo de bendecir al individuo: «Que el
Señor te bendiga desde Sión»; pero luego
expresa su deseo de prosperarlos como
comunidad, de tal manera que cada
individuo pueda ver y ser testigo de esas
bendiciones: «y veas la prosperidad de
Jerusalén todos los días de tu vida». Esta
próspera Jerusalén es su pueblo, su iglesia
en el mundo, y así como Dios le asegura
prosperidad a cada miembro de su pueblo
que anda en sus caminos, su pueblo como
cuerpo, como iglesia, es igualmente
próspero. De hecho, es el plan de Dios,
que «veas la prosperidad » de su iglesia,
«todos los días de tu vida». ¿Ha cumplido
el Señor esta promesa?
Al repasar la historia denominacional,
podemos confirmar cómo Dios ha hecho
prosperar a su iglesia para el cumplimiento
de su misión. Jaime White, su esposa
Elena y José Bates, los fundadores de esta
iglesia, empezaron de cero. Por ejemplo,
el ministerio de las publicaciones adventis-
tas comenzó con Jaime White trabajando
en un campo de heno. Así ganó el dinero
con el que se pagó la impresión del primer
folleto adventista. De aquel humilde
comienzo hoy tenemos unas 61 casas
publicadoras en el mundo. ¿Es esto
prosperidad? En 1867 se estableció la
primera escuela adventista en Battle
Creek. Hoy tenemos alrededor de 5,763
escuelas primarias, 1,678 colegios secun-
darios y 111 universidades. ¿Es esto
prosperidad? En 1866 se abrió la primera
institución de salud, y hoy tenemos
alrededor de 171 hospitales y sanatorios,
429 clínicas y dispensarios, 44 escuelas de
enfermería, y varias escuelas de medicina
y odontología. ¿Es esto prosperidad? Esta
iglesia nació con un puñado de personas
humildes en Battle Creek, una pequeña
aldea, allá por 1844. Cuando el 21 de
mayo de 1863 fue organizada oficialmen-
te, contaba con tan solo unos 3,500
miembros. Hoy cuenta con alrededor de
17 millones de miembros que se reúnen
en unas 65,961 iglesias organizadas más
62,430 grupos en 209 países. ¿A qué se
debe tanta prosperidad? «Tales son las
bendiciones de los que temen al Señor»,
de «los que van por sus caminos». Esta
iglesia ha sido temerosa del Señor; ha
andado en sus caminos; ha ensalzado la
doctrina de Cristo como el Salvador del
mundo; ha sido una iglesia fiel en la prácti-
ca, pues si el mandamiento del sábado
estaba olvidado, por su observancia ha
sido rescatado, reivindicando así la ley de
Dios.
109
¿PARA QUÉ HEMOS SIDO
PROSPERADOS?
Ya dijimos que la prosperidad no es un fin
en sí misma, sino un medio para alcanzar
propósitos más elevados. Recordemos la
gran verdad dicha por el ex presidente
Coolidge: «La prosperidad es solo un
instrumento para usar, no una divinidad
para adorar». Entonces, ¿qué uso instru-
mental podemos darle a nuestra prosperi-
dad individual y comunitaria? ¿Para qué
Dios nos hace prosperar como individuos
y como iglesia? La respuesta es clara: ¡para
una misión de servicio!
Para ilustrar lo anterior podríamos usar
diferentes ramos de la obra adventista,
pero vamos a limitarnos al campo de las
publicaciones. Esta obra comenzó con
una visión que Dios le dio a Elena G. de
White en noviembre de 1848. Después
de salir de la visión, ella le dijo al pastor
White: «Tengo un mensaje para ti. Haz de
comenzar a imprimir un pequeño periódi-
co y enviarlo a la gente» (El Colportor
Evangélico, pág. 1). Como no había
recursos, el pastor White se fue a trabajar
a un campo de heno para reunir el dinero
y pagar la primera impresión. Es de aquel
pequeño comienzo que hoy tenemos
unas 61 casas publicadoras en el mundo.
¿Para qué todo este éxito? ¿Para qué toda
esta prosperidad? Hablando acerca de la
misión de las publicaciones, la Sra. White
escribió: «es una obra misionera del más
elevado carácter, y para presentar a las
gentes las verdades importantes para
nuestros tiempos no se puede emplear
método mejor y más afortunado» (Ibíd,
pág. 16). Esto significa que las publicacio-
nes son un medio para alcanzar algo más
grande: cumplir la gran comisión evangéli-
ca. Por eso Dios anticipó el éxito de las
publicaciones con estas palabras: «será un
éxito desde el mismo principio. Se me ha
mostrado que desde este pequeño
comienzo saldrán rayos de luz que han de
circuir el mundo» (Ibíd, pág. 1). Por lo
tanto, prosperar para servir, es el santo y
seña de la prosperidad bíblica.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
No nos hemos postrado en adoración
ante la prosperidad, ni como individuos ni
como iglesia. Como iglesia, hemos usado
las bendiciones de la prosperidad para
cumplir la gran comisión de predicar el
evangelio del reino a todo el mundo.
Como individuos, cada uno debe tomar la
decisión de usar todo aquello en lo cual
Dios lo prospere, para convertirlo en
canal de bendición a favor de otros. En
otras palabras, si queremos prosperar, es
para tener siempre algo que dar. Si la
iglesia prospera para dar el evangelio, sus
miembros lo hacemos también para dar
de lo que tenemos.
Hagamos una comparación entre dos
hombres bien conocidos. Por un lado
tenemos a Jaime White, uno de los funda-
dores de la Iglesia Adventista, y por el otro
lado tenemos a Steve Jobs, el genio
creador de las computadoras Apple. Jaime
White murió a los 60 años de edad, sin
riqueza material. Steve Jobs falleció en el
año 2011 a los 56 años de edad, con una
fortuna calculada en unos 7 mil millones
de dólares. ¿Quién de los dos gozó de
mayor dicha y prosperidad? Jaime White
dedicó su vida, sus dones, talentos y
bienes al servicio de Dios, de su iglesia y
110
de los demás. De Steve Jobs, el diario The
New York Times aseguró que nunca hizo
donaciones a asociaciones de beneficen-
cia. Incluso se negó a ser parte de Giving
Pledge (Promesa de Dar), un club de
multimillonarios filántropos. En 1997,
como presidente de Apple, canceló todos
los programas caritativos, argumentando
que la empresa debía volverse más
rentable. ¿Quién cree usted que gozó de
mayor dicha y prosperidad? ¿Jaime White
o Steve Jobs?
¿Qué clase de prosperidad le interesa a
usted; la prosperidad del mundo, o la que
Dios ofrece? Por supuesto, el dinero es
importante, ¿pero será que ser económi-
camente próspero lo llena todo? ¡No!
Entonces la prosperidad que Dios da es la
más grande, la más deseable. La alcanzan
«los que temen al Señor, los que van por
sus caminos». Sí, «tales son las bendicio-
nes de los que temen al Señor.» ¿Cuáles?
Un matrimonio estable; buenos hijos; el
pan de cada día, en fin, como dice el
último versículo del Salmo 128: «¡Que
haya paz en Israel!» No hay prosperidad
más grande que esta. ¿Cuántos la desean?
¿Quieren ponerse en pie para pedírsela al
Señor?
Fuente: Unión Mexicana Central
111
Notas
112
Notas

Sermones Culto Adoración Joven

  • 2.
    índice Un hombre deconfianza Frentes estratégicos 24 horas de mayordomía Sermonario de mayordomía para culto de adoración y culto joven Una vida destruida ¡Cristo es el líder! Creados para multiplicar Usemos lo que tenemos Nombrado para gobernar la vida Un pacto de oración Vida saludable en el siglo XXI Gimnasia espiritual Reflectores de su gracia Pacto de fidelidad a la Biblia A la sombra de su sabiduría ¿Cuál es mi salario? El dueño del mundo Cansados de esperar Una obligación mayor ¿Existe algún futuro en sus planes? Dueño de mi adoración Comprometidos con el reino Inmensamente ricos Un pueblo próspero Notas 3 5 5 6 8 13 18 23 28 33 39 44 50 55 61 66 70 75 80 85 91 96 101 106 111 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- 6.- 7.- 8.- 9.- 10.- 11.- 12.- 13.- 14.- 15.- 16.- 17.- 18.- 19.- 20.- 21.- 22.- 23.- 24.- 25.-
  • 3.
    El pueblo habíaexperimentado una reforma espiritual extraordinaria reciente- mente a manos del nuevo joven rey. Las cosas comenzaron a funcionar más rápido de lo que ellos imaginaban, y se percibía un clima completamente diferente, positivo y reflexivo en cada habitante del pueblo. Sin embargo; pronto pasarían por una prueba durísima. El ejército enemigo era conocido por su crueldad y excesiva vileza al tratar con todos sus opositores. Nadie lo había derrotado hasta aquel momento. Todos preferían negociar y pagar pesados tributos a cambio de preservar sus vidas. El joven rey contaba con un pequeño ejército, pocas armas y muchas desventajas; no existía forma de equipararse con el ejército enemigo. Empero; había algo que tenía este rey que inspiraba. Sin mayor pérdida de tiempo reunió al pueblo y organizó a su ejército y les dijo: “Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos, y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá” 2 Crónicas 32:7-8 Éste nuevo rey tenía algo que pocos tienen, pero que marca la diferencia: CONFIANZA. Ezequías confiaba en Dios. No tenía a nadie más. No contaba con un gran ejército, no contaba con sofisticadas armas, no contaba con dinero, y menos Unhombrede Confianza Apreciado Director de Mayordomía ________________________________ 3
  • 4.
    aún contaba conexperiencia. Pero Ezequías contaba con Dios. ¡Suficiente! Quien cuenta con Dios cuenta con todo. ¿Ya te preguntaste quién es un mayordo- mo? Te respondo. Un mayordomo es un HOMBRE DE CONFIANZA, es alguien que confía en Dios completamente. Es alguien que aunque la adversidad se muestre durísima, él confía y confía, y sigue confiando en Dios. Pero hay algo más. ¿Notaste cómo termina el versículo ocho? Dice: “Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá”. Un hombre que confía en Dios, también es un hombre de confianza para su pueblo. Si Ezequías decía que se podía, entonces el pueblo le creía. Un mayordo- mo es un hombre de confianza para Dios y para su pueblo. ¿Quieres otro ejemplo? ¿Recuerdas la historia de José? Nota lo siguiente: “Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entre- gó en su poder todo lo que tenía” Génesis 39:4 José era un esclavo, un extranjero, un desconocido. Pero Potifar le entregó todo lo que tenía a él ¿Por qué? Porque Potifar confiaba en él, y porque José era un hombre de confianza. No se olvide: Un mayordomo es un hombre que confía en Dios y es un hombre de confianza para Dios y para su pueblo. La iglesia lo eligió a usted para liderar un área delicada y con mucho desafío porque cree que usted es un hombre de confian- za. Dios ha puesto sus ojos en usted porque confía en que usted hará un extraordinario trabajo. Dios confía que usted es la persona que faltaba para que todo resulte en su iglesia. Dios quiere utilizarlo poderosamente. Por favor; no deje de confiar en Dios, porque Dios ya colocó toda su confianza en usted. Bienvenido al equipo de Mayordomía Cristiana. Pr. DANIEL VILLAR E. Ministerio de Mayordomía Cristiana Unión Peruana del Sur 4
  • 5.
    Estratégicos El 2015 continuaremostrabajando con cinco estrategias claras en mayordomía cristiana: 1. Seminarios de Enriquecimiento Espiri- tual. Después que una persona es bautizada inmediatamente debe realizar el SEE I y de esta manera consolidar su nueva vida espiritual. Además; daremos un énfasis especial para toda la feligresía con el SEE V “Comunión y Profecía”. 2. Probad y Ved. Cada sábado los testimonios “Probad y Ved” deben ser proyectados. Ninguna iglesia urbana tiene justificación para dejar de proyec- tarlos. Además; ningún programa de aniversario, ceremonia, u otra liturgia debe desplazar la visualización de estos testimonios. 3. 24 Horas de Mayordomía. Cada tercer sábado o según indique el calendario denominacional desarrollamos un sábado completo a la educación y promoción de la mayordomía cristiana por medio de la Recepción de Sábado, Estudio en Grupos Pequeños, Sermón del Culto de adoración y Sermón para Culto Joven. 4. Semana de Mayordomía. Durante el año tenemos 02 semanas de mayor- domía: Revive2.0 y el Impacto Mayor- domía. Revive es la semana de mayor- domía vía satélite; aquí un solo pastor Frentes Mayordomía 24 Horas de experimentado en mayordomía llega a todas las iglesias por medio del satélite durante las noches; mientras las familias son visitadas durante el día. Por otra parte; Impacto mayordomía tiene un predicador para cada iglesia durante las noches y un equipo especial de visitación durante el día. Además; cada campo selecciona una zona o ciudad para realizar el impacto durante la semana y cerrar con un programa estelar el sábado final por la tarde. 5. Equipo Distrital de Mayordomía. Los EDM ya comenzaron en un 30% a 40% de los distritos de cada campo. Los distritos con EDM tienen el desafío de llegar a la iglesia 1 a 2 veces al año con el programa “Un Día de Reaviva- miento”. Ahora permítame detallar en qué consiste 24 horas de mayordomía. Como mencio- namos anteriormente cada tercer sábado del mes, o según indicare el calendario denominacional, dedicamos 24 horas al estudio, promoción, y predicación del ministerio de mayordomía cristiana, por medio de devocionales, estudios interacti- vos y sermones a través de cuatro actividades básicas: a. Recepción de sábado. Cada viernes se recibe el sábado en Familia utilizando el libro “Meditaciones para la Recepción de Sábado”. 5
  • 6.
    Sermonario de Mayordomía para Cultode Adoración y Culto Joven b. Estudio de Mayordomía en Grupos Pequeños. Cada tercer viernes del mes, o según indique el calendario denominacional, se desarrolla un tema de mayordomía en Grupos Pequeños utilizando el libro “Estudios para Grupos Pequeños”. c. Sermón de Mayordomía para Culto de Adoración. Cada tercer sábado del mes o según indique el calendario denominacional se predica el sermón de mayordomía para la iglesia utilizan- do el libro “Sermonario de Mayordo- mía para Culto de Adoración y Culto Joven”. d. Sermón de Mayordomía para Culto Joven. Cada tercer sábado del mes o según indique el calendario denomina- cional se predica el Tema de Mayordo- mía para el Culto Joven [antes llamada Sociedad de Jóvenes Adventistas]. Aquí nuevamente utilizamos el libro “Sermonario de Mayordomía para Culto de Adoración y Culto Joven”. Los sermones de mayordomía han sido seleccionados de diferentes fuentes como la Unión Mexicana Central, Union Colle- ge, División Euroafricana, Loma Linda University y Unión Peruana del Sur, en su mayoría y otros. Agradecemos la colabo- ración de quienes participaron de la producción de estos enriquecedores temas. A continuación presentamos algunas recomendaciones: CULTO DE ADORACIÓN a. El sermón de mayordomía debe ser predicado en el Culto de Adoración el sábado de mañana y según indique la fecha establecida. b. Puede ser predicado por el Director de Mayordomía de la iglesia local o por algún otro líder o hermano. Lo impor- tante es que quien predique se prepare cabalmente y con responsable anterio- ridad. c. Si ya existe un rol de predicadores para su iglesia local comparta el sermón correspondiente del mes con la perso- na responsable, y anímelo a predicar fervorosamente. d. Antes de los anuncios y después de la Escuela Sabática, el área de Tesorería podría dar un pequeño informe de diezmos, ofrendas y nuevos donantes. Este informe no debería durar más de 10 minutos. e. Antes de la recepción de diezmos y ofrendas no olvide proyectar los testimonios “Probad y Ved”. Nunca debe pasarse por alto esta sección. Hay hermosos e impactantes testimonios que visualizados en 3 a 5 minutos podrían ayudar a un hermano que está luchando por ser fiel. CULTO JOVEN a. El sermón de mayordomía para Culto Joven debe ser predicado como 6
  • 7.
    mensaje central delCulto Joven el sábado por la tarde, y según indique la fecha establecida. b. Puede ser predicado por el Director de Mayordomía, Director de Jóvenes u otro líder o hermano de la iglesia local. Lo importante es que quien predique se prepare cabalmente y con responsa- ble anterioridad. c. Comparta el sermón correspondiente del mes con el Director de Jóvenes o la persona responsable, y anímelo a predicar fervorosamente. d. Inmediatamente después del Sermón debería proyectarse los testimonios “Probad y Ved”. Luego los diáconos pueden recibir las ofrendas. Cada sermón para el Culto de Adoración como Culto Joven es sugerente. Sin embargo; esperamos que quien predique en el día de 24 horas de Mayordomía predique también sobre mayordomía. Recuerde que es el único sábado que se habla de mayordomía durante el mes. A veces nos sorprenden visitas o predicado- res itinerantes; a veces también algún programa de la iglesia local compite con este sábado de mayordomía. Nuestro ruego es que usted como Director de mayordomía coordine previamente con el pastor distrital y el anciano de turno para que se cumplan los objetivos de mayordomía en cada sábado correspon- diente del mes. Que Dios lo bendiga ricamente. Desde la Unión Peruana del Sur estaremos orando por usted y su familia; por su vida espiritual y por su mejor desempeño en este ministerio. Pr. DANIEL VILLAR E. Ministerio de Mayordomía Cristiana Unión Peruana del Sur 7
  • 8.
    INTRODUCCIÓN En poco tiempoSaúl olvidó de dónde había venido. Descendía de la tribu más pequeña, la de Benjamín; además, dentro de las tribus, su familia era una familia común. Aunque era el más alto de todos, su autoestima era pequeña. Sin embargo; pronto cambiaría su vida. Después de recibir de parte de Dios, los honores como rey y tener una posición, su vida dio un giro completo. De ser sencillo y humil- de se volvió en un hombre soberbio y petulante; de un ser tímido en un hombre amenazador; de seguro y tranquilo en un hombre celoso y desesperado. Demasia- do pronto se olvidó quién era y de dónde había venido; pero sobretodo se olvidó de Dios. Saúl no supo administrar las bendiciones y privilegios que Dios le había concedido. Dios le otorgó un nombre, un lugar, reconocimiento, y mucho más; pero él no supo ser un fiel mayordomo de todo lo que Dios le regaló. Dios le daría a Saúl repetidas oportunida- des para cambiar, repetidas ocasiones para comenzar de nuevo; lamentable- mente las desaprovechó todas. En su inmenso amor Dios le habló una y otra vez. Dios siempre habla, lamentablemen- te el hombre no siempre escucha. Escuchó la reprensión de Dios por medio del profeta Samuel, por medio de su hijo Jonatán, por medio de su hija Mical, por medio de su ejército israelita, por medio de batallas perdidas, por medio de su vida salvada por quien él consideraba su mayor enemigo, David; pero todo esto sólo trajo CULTO DE ADORACIÓN Sábado 24 de enero Unavida Destruida TEXTO BÍBLICO 1 Crónicas 10. 8
  • 9.
    apenas un pequeñomomento de reflexión, o quizá mejor un momento de remordimiento de unos cuantos días de duración; pero pronto ese sentido de reflexión fue ahogado por el sentimiento de celos irracionales, por un espíritu de persecución sin sentido a un hombre inocente. CONTENIDO El capítulo 10 de 1 Crónicas es muy similar al capítulo 31 de 1 Samuel. Existen apenas pequeños detalles que suman la historia; pero en su mayoría son casi idénticos. 1 Crónicas describe el ocaso de un rey que por sus malas decisiones, su testarudez, su obstinación, su rebeldía absurda, su resistencia al Espíritu Santo, y su persistencia en hacer su propia volun- tad, trajo ruina para su vida, para el pueblo de Israel y para su propia familia. Ojalá las consecuencias del pecado cayeran sólo sobre el pecador. Ojalá sólo el pecador afrontara con su desdicha; pero esto no es cierto. El pecado siempre arrastra conse- cuencias sobre otros; y muchas veces sobre quienes más amamos. Una mala administración o mayordomía de la vida misma trae grandes pérdidas. UN PUEBLO DESTRUIDO El v. 1 comienza describiendo la derrota de los israelitas a mano de los filisteos. Sólo ser derrotado ya es un gran motivo de tristeza; pero tener que huir del enemigo es más humillante. Parece que filisteos e israelitas protagonizaban una batalla clásica de sus tiempos. Perder ante su clásico rival duele más. Ahora; en aquellos tiempos la derrota de una nación no era apenas la derrota de un pueblo. En el Antiguo Cercano Oriente (ACO) las batallas significaban la lucha de los dioses mismos. Por lo tanto; aquí no se trataba apenas de filisteos e israelitas sino de Jehová versus Dagón. El texto bíblico narra que los israelitas fueron heridos y cayeron finalmente en el monte de Gilboa. El líder de Israel era Saúl. El responsable en gran medida de las victorias o derrotas de su nación era él mismo. El pueblo llega hasta donde el líder alcanza. Si tan sólo Saúl hubiera buscado a Jehová, entonces, Jehová lo hubiera librado de todas sus batallas. Pero quien decide alejarse de Dios queda a merced de sus enemigos. Estar lejos de Dios le costó la derrota de su misma nación. UNA FAMILIA DESTRUIDA El v. 2 registra de forma intencional que los filisteos no estaban contentos con ganar sólo la batalla, ellos querían al rey y sus hijos. No quedarían satisfechos sólo con ganar, ellos los seguirían hasta destruirlos. Aquél día morirían los tres hijos de Saúl: Jonatán, Abinadab y Malqui- súa. Seguramente al oyente le dolerá más la muerte de Jonatán ¿Por qué tuvo que morir un valiente y buen hijo? No podemos explicarlo. Pero la terca y oscura vida espiritual de Saúl trajo destrucción también para su familia. Así es el pecado. No sólo afecta al hijo consumidor de drogas, afecta también a la dignidad de sus padres; no sólo afecta al esposo borracho, afecta también a la salud de la esposa; no sólo a la mujer celosa, también a la estabi- lidad de los hijos; no sólo al feligrés con un mal testimonio, también al buen nombre de la iglesia. Las consecuencias de un pecado nunca son aislados. Un pecado puede destruir una familia, una empresa, 9
  • 10.
    un equipo, unanación, una sociedad, el mundo entero. Por el pecado de Saúl sus tres hijos murieron en un mismo día. UN REY DESTRUIDO Los vv. 3-4 describen los minutos finales de la existencia del rey Saúl. El texto bíblico es ahora más enfático y declara que la batalla arreciaba contra Saúl mismo. Parece que los filisteos no descansarían hasta verlo muerto. Los flecheros lo alcanzaron a cierta distancia mientras él huía. Entonces una flecha atraviesa parte de su cuerpo. Ahora sólo queda pedir auxilio divino. Seguir huyendo es casi imposible. Sólo queda quebrantarse ante Dios, confesar todos los pecados y pedir la misericordiosa mano de Dios. Saúl al igual que Sansón, en la última oportunidad de su vida, pudo haber implorado el perdón de todos sus pecados y solicitar la ayuda divina, pero no lo hizo. Saúl no sería el único rey que registrase la Biblia que haya sido herido en batalla: Josías (2Crónicas 35:23), y Acab también pasaron la misma experiencia. Incluso Manasés; considerado el peor de los peores reyes de Israel después de ser capturado por los asirios y llevado a Babilonia con cadenas y puesto en angus- tias, se humilló y oró al Señor. Después de haberse humillado Jehová le restauró el reino y el rey comenzó una reforma completa en todo su gobierno. Por lo tanto; Saúl no estaba aún perdido. Dios le estaba concediendo una última oportuni- dad. Lamentablemente él no quiso aceptarla. Prefirió suicidarse que rendirse en el último momento a Dios. Prefirió quitarse la vida que entregarla a Jehová. UN SERVIDOR DESTRUIDO Es triste que aún en su misma muerte Saúl influyó en su escudero para morir también (v. 4). El suicidio de uno generó el suicidio de otro. Pareciera el noticiero de las 10:00 pm o la portada del diario principal de la ciudad: “Rey se suicida y su protector también”. La muerte de Saúl no acabaría allí. Aún muerto siguió trayendo muerte para otros. En vez de inyectar vida en otros ocasionó dolor, sufrimiento y muerte. UN TERRITORIO DESTRUIDO Aquella batalla no solamente terminaría en pérdida de hombres. Los israelitas se llenaron de miedo y huyeron al igual que su líder Saúl. El pánico se apoderó de ellos y abandonaron sus ciudades. El enemigo no sólo ganó la batalla, ganó también más territorio. Los filisteos se apoderaron de las ciudades fronterizas y habitaron en ellas (v. 7). Ésta batalla no fue una más. Esta batalla golpeó fuerte sobre el honor y dignidad de los israelitas ¡Cuántas cosas se perdieron por causa de un hombre terco e insensible a la voz de Dios! ¡Cuántas cosas perdemos por ser egoístas y autosu- ficientes! Cuando no le damos a Dios el lugar que le corresponde y lo que él nos pide siempre perdemos. Y a veces lo perdemos todo. UN TESTIMONIO DESTRUIDO Anteriormente mencionamos que en el contexto del ACO las batallas significaban la lucha de los dioses. Era la batalla entre Jehová y Dagón. Lamentablemente los filisteos, ahora, tenían la excusa perfecta para no creer en Jehová. Si su rey y su pueblo no nos pueden vencer, razonaban los filisteos, cómo vamos a creer en su 10
  • 11.
    Dios. Saúl fueel hazmerreír de los filisteos. A Saúl le cortaron la cabeza, y juntamente con sus armas, fueron a parar en el templo de Dagón, como señal de quien es el más fuerte (vv. 8-10). Muchas veces nuestro Dios es cuestionado por los incrédulos por causa de nuestros actos. Saúl fue levantado por Dios para ser un testimonio poderoso para las naciones, pero terminó trayendo desgracia e incredulidad sobre ellos. Ahora; creer en Jehová como el único y verdadero Dios sería más objetable para los filisteos. Empero, los de Jabes de Galaad vindica- rían el nombre de Jehová al recuperar el cuerpo de Saúl y sus hijos (vv. 11-12). SÍNTESIS DE UNA VIDA DESTRUIDA Los vv. 13-14 resumen brevemente las causas del ocaso del rey Saúl. En primer lugar el cronista destaca la primera causa de muerte de Saúl: la Rebelión; y especifi- ca que esa rebelión fue a la palabra de Jehová, al no obedecerla. Algunas versio- nes traducen rebelión como infidelidad. Un hijo o hija de Dios necesita escuchar la voluntad divina cada mañana por medio de su Palabra. Pero no es suficiente escuchar, se necesita obedecer la Palabra, ser fiel a los preceptos del Señor. El profe- ta Samuel fue muy específico con las ordenanzas de Jehová para con Saúl. Samuel le reveló detalladamente qué quería Dios. Pero Saúl quiso hacer como a él le parecía, quiso que prevalezca su voluntad; y cuando su voluntad era descu- bierta, quiso justificar sus decisiones. La rebelión es un rechazo a la autoridad divina. Saúl no fue un fiel mayordomo porque desobedeció a Dios en su palabra. Hoy podemos cometer el mismo pecado de Saúl: establecemos nuestros propios horarios para guardar el sábado, y luego nos justificamos; devolvemos parte del diezmo o lo desviamos como ofrenda o simplemente no lo devolvemos, y luego nos justificamos; vamos a una fiesta sólo para “saludar” y luego terminamos bailan- do, y luego nos justificamos, ingerimos un poco de cerveza para no quedar mal socialmente, luego nos justificamos; nos comprometemos sentimentalmente con un hombre o mujer no adventista, y luego nos justificamos. Es la misma actitud de Saúl: Rebelión, hacer mi propia voluntad, lo que yo quiero. Como resultados somos hallados infieles mayordomos ante el Señor. La segunda causa de muerte de Saúl fue: no consultar a Jehová. Esta falta está íntimamente relacionada con la primera; quien se rebela a la autoridad no la consul- ta. Cuando no respetamos a alguien no le pedimos permiso. Si un hijo de Dios no consulta a Jehová ¿a quién consulta enton- ces? ¿A sus amigos? ¿A sus asociados? ¿Escuchó alguna vez la historia de Roboam? Salomón había muerto y en sus últimos años había sido muy duro con el pago de los impuestos. Entonces los líderes de las tribus israelitas pidieron que él sea más clemente. Entonces; Roboam consultó a los ancianos y ellos le aconseja- ron que accediera al pedido del pueblo y ganaría inmediatamente su corazón. Sin embargo; Roboam cometió el error de consultar también a sus amigos. Sus inexpertos amigos le recomendaron que fuera más duro todavía que su padre, para ganarse el respeto y autoridad. Resultado: Roboam perdió el reino y se quedó 11
  • 12.
    solamente liderando ala tribu a la cual pertenecía. ¿A quién consulta usted sus decisiones? ¿Es Dios el principio de sus decisiones? ¿Prefiere consultar a quienes les dirán sí a todo lo que usted pide? Saúl fue más lejos. Saúl no sólo dejó de consultar a Jehová en varios episodios de su vida, sino que cuando Jehová no le quiso responder le consultó al enemigo de Dios. Aunque el profeta Samuel ya estaba muerto, y Jehová no contestaba por ningún sacerdote no era justificación para consultar a una adivina. La adivina le dijo todo lo que Dios ya había determina- do sobre él. No dijo nada nuevo. Pero su pecado consistió en recurrir al enemigo de Dios ¿Qué consejo puede dar el enemigo de Dios a un hijo de Dios? Hoy los enemigos de Dios te pueden aconse- jar: ¡Pero si es sólo un vaso! ¡Dios te va a perdonar! ¡Si se aman pueden tener relaciones sexuales! ¡Pero si en un mes ya estarán casados! ¡Es sólo un examen en sábado, Dios comprenderá! ¡Mejor entre- gue el diezmo a los pobres, ellos lo necesitan más! ¡Mejor utilicemos el diezmo para construir el templo, acaso no es lo mismo! Lea con cuidado el versículo catorce. La Biblia dice que Jehová mató a Saúl. Al repasar la historia vemos que Saúl se suicida solo ¿Qué quiso decir el cronista? Así como Dios proveyó oportunidades para que Saúl se arrepintiese, así también Dios determinó su fin para siempre. Es cierto el dicho que dice: “mientras hay vida hay esperanza”. Saúl no se humilló después de ser herido, tampoco lo haría si Dios lo salvaba. Por lo tanto; su muerte estaba determinada. Saúl en un mismo día perdió la batalla, perdió sus ciudades, perdió a su escudero, perdió a su familia, perdió su reino y perdió para siempre su vida. Saúl lo perdió todo en un mismo día. LLAMADO La vida de Saúl nos enseña que no podemos rebelarnos ante Dios impune- mente. Dios es bueno. Dios es misericor- dioso, y más de lo que imaginamos. Pero la gracia de Dios también tiene un límite. No podemos ser infieles a Dios todo el tiempo. Cuando la gracia de Dios se retira entonces los juicios caen inminentemen- te. Hoy podemos tomar una decisión definiti- va: terminar nuestra vida como la de Saúl, o comenzar una nueva vida al lado de Dios. Esto significa serle fieles, en todo. En el más mínimo detalle. En la comunión diaria cada mañana y durante el resto del día, en la observancia del día sábado, en la abstinencia de todo lo que dañe nuestro cuerpo, en la vigilancia de todo lo que ingresa por nuestros sentidos, en la devolución fiel del diezmo, en la entrega generosa de las ofrendas, en el cumpli- miento de la misión, en permanecer puros hasta el matrimonio, en mantener nos fieles dentro del matrimonio, etc… Mayordomía significa una vida de fidelidad completa a Dios. Mayordomía es agradar a Dios en todo. Entonces, nuestra vida no terminará destruida sino que será un claro y poderoso testimonio en favor de Dios, de la iglesia y de los hombres. Pr. DANIEL VILLAR E. Ministerio de Mayordomía Cristiana Unión Peruana del Sur 12
  • 13.
    Líder! ¡Cristo esel TEXTO BÍBLICO 1 Corintios1:12. «Yo sigo a Pablo; otros afirman: Yo, a Apolos; otros: Yo, a Cefas; y otros:Yo, a Cristo». CULTO JOVEN Sábado 24 de enero Un líder es aquel que tiene seguidores. De acuerdo al texto bíblico, Pablo, Apolos y Cefas, eran líderes, y sus seguidores se hallaban entre los miembros de la iglesia primitiva de hace unos dos mil años; pero es hasta finales del siglo XX que el tema del liderazgo adquirió renombre en el mundo de las organizaciones. Es hasta entonces que surgen los expertos en liderazgo, y con sus consejos inundaron el mercado con miles de libros, proponien- do enfoques de liderazgo capaces de conducir al éxito individual y organizacio- nal. El impacto de estos pensadores es tan poderoso, que los más influyentes fueron elevados a la categoría de «gurús», palabra de origen hindú que significa, «maestro», «guía». Una empresa llamada Leadership Gurus International, algo así como, «Gurús internacionales de liderazgo», se dedica a hacer encuestas mundiales para estable- cer quiénes son los 30 gurús del liderazgo más influyentes. Así es como John Maxwell, un experto en liderazgo que ha vendido unos 14 millones de sus libros, ha ocupado el primer lugar de la lista. Otros gurús en los primeros lugares son Robin Sharma,Tom Peters, Stephen Covey, Ken Blanchard y Warren Bennis. Estos hombres son tan influyentes en el mundo de las organizaciones, que por ejemplo, 13
  • 14.
    Tom Peters, hasido llamado, «gurú de gurús»; y a Warren Bennis, la revista Forbes, una publicación especializada en negocios y finanzas, lo describe como, «el decano de los gurús de liderazgo». Individuos y organizaciones, todos necesi- tamos de un líder a quien seguir, un líder que nos marque el rumbo, y en la iglesia de Corinto sus miembros no eran la excepción. Pero había confusión entre ellos, pues no estaban seguros del modelo a seguir. Por eso unos decían: «Yo sigo a Pablo»; y otros afirmaban: «Yo, a Apolos»; pero otros decían: «Yo, a Cefas»; y otros, acertadamente afirmaban: «Yo, a Cristo». Entonces, ¿a quién seguir? ¿Quién es mi líder? ¿Quién se ha ganado mi confianza y obediencia, para hacer todo cuanto me mande, a fin de triunfar en la vida? CRISTO ES EL MODELO Como cristianos es fácil decir que Cristo es nuestro líder, que obedeceremos los principios de su reino. Pero, antes de comprometernos, primero analicemos cuatro poderosas razones por las que en verdad Cristo es el modelo a seguir. Después de ser persuadidos por estas razones, entonces sí, podremos compro- meternos a obedecerle, y lo haremos porque habremos probado que no hay líder como él. Por cierto, son los mismos gurús del liderazgo quienes coinciden en señalar estas cuatro características que definen a un verdadero líder. Número uno: Visión; dos: generador de cambio; tres: trabajar en equipo, y cuatro: conocimiento de sí mismo. Ahora vamos a repetir estas características una por una, y a medida que lo vayamos haciendo veremos si se aplican al lideraz- go de Cristo. Si comprobamos que se aplican y si aún van más allá, entonces no habrá duda: él es el líder por excelencia, y es a él a quien debemos seguir. Vamos a la primera característica: visión. Los exper- tos enseñan, que el líder debe tener una visión más allá de sus fronteras y abarque el mundo entero. Entonces, si los gurús del liderazgo proponen una visión mundial, ¡la de Cristo es universal! Si la segunda característica es que el líder debe ser un generador de cambio, pues Jesucristo cambió la historia en antes y después de Cristo, y es más espectacular el cambio que genera en el corazón del hombre al hacerlo nacer a una nueva vida. ¡Qué líder humano podría generar un cambio así! Si en tercer lugar un líder debe saber trabajar en equipo, Jesús no solo armó un poderoso equipo de trabajo, sino que nos integró a ese equipo, orando para que fuéramos uno entre nosotros y uno con él. Y en cuarto lugar, si un líder debe tener conocimiento de sí mismo, Jesús lo tenía, sabía que era el Mesías, y cuando se presentaba como tal, ¡hasta los demonios temblaban! Allí tenemos las cuatro características aplicadas al liderazgo de Cristo. Desde el punto de vista de los expertos, ¿son suficientes para probar que Jesús es el líder incomparable? ¡Absolutamente! Queda demostrado: Jesús es el Líder. Cuando en 2008 la economía mundial entró en recesión, un perspicaz director de recursos humanos de cierta compañía hacía observar, que como por arte de 14
  • 15.
    magia los gurúsdel liderazgo desaparecie- ron, y no había siquiera uno capaz de aportar soluciones para sacarnos de la crisis económica. Sarcástico agregaba, que en cuanto volviera la bonanza financiera, entonces los gurús volverían a aparecer. Este ejecutivo concluía su análisis con esta pregunta: «¿Es que no hay nadie capaz de guiarnos?». Cuando las grandes crisis de la vida aparecen, no hay ser humano que pueda resolverlas. Sólo Cristo tiene el poder para hacerlo. CRISTO, GARANTÍA DE ÉXITO Cuando elegimos a un ser humano como modelo de liderazgo, Pablo advierte que estamos «actuando con criterios huma- nos» (1 Corintios 3:4). Él mismo, sabien- do que era humano, se pregunta: «¿Qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo?» (vers. 5). Con esta pregunta deja constancia de que Apolos, Cefas o él mismo, eran solo seres humanos, simples mortales incapaces de resolver nuestros grandes problemas. Por eso, para apartar nuestra mirada de los hombres y hacer que pongamos nuestros ojos en Jesús, nos hace saber, que «Dios ha dado el crecimiento», y que «no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer» (vers. 6, 7). Subrayemos dos conceptos básicos enseñados en estos versículos. Primero: Dios es el que hace crecer, no el hombre. Si afirmo que Jesús es mi líder, y luego obedezco su consejo, entonces el resulta- do será crecimiento, desarrollo, multipli- cación y bendición en las diferentes áreas de mi vida. Y todo esto es el resultado de una fiel mayordomía. Segundo: «no cuenta ni el que siembre ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer». Es decir, para que hubiera crecimiento, Apolos regaba, Cefas también; el mismo apóstol Pablo lo hacía, pero a pesar de sus influyentes liderazgos, eran solo instrumentos que Dios usaba para el crecimiento de su iglesia. Por lo tanto, Pablo concluye dándole todo el crédito a Dios: «no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer». El crecimiento individual u organizacional, la multiplicación, el desarrollo, eso lo da Cristo, el líder. Por eso la gloria es solo para él. Los expertos proponen varios modelos de liderazgo. Cada uno asegura, que si usted sigue sus principios, el éxito está asegurado. Entonces, ¿qué modelo seguir? ¿El del apóstol Pablo o el de John Maxwell, el de Stephen Covey o el de Cristo? Cuando una organización es establecida, sus fundadores lo hacen pensando en el éxito, jamás en el fracaso. Igual sucede con las personas; también vivimos pensando en el éxito, en lograr las metas de nuestras vidas. Para lograrlo, ¿los consejos de quién vamos a seguir? En 1989, Stephen Covey, uno de los gurús del liderazgo, publicó un libro titulado: Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Una de sus secciones lleva el siguiente título: Pensar en ganar/ganar. Con solo estos datos, ¿cuál se imagina usted es el propósito del libro? ¡Por supuesto! ¡Mostrarle a las personas cómo pueden llegar a triunfar en la vida, cómo ser exitosos! El mismo Covey ha tenido tanto éxito con esta publicación, que se ha 15
  • 16.
    convertido en unode los libros más vendidos de todos los tiempos: ¡unos 15 millones de ejemplares! ¿Por qué? Porque las personas anhelan triunfar, ser exitosas, y desean que alguien les enseñe cómo serlo, y cuando por ahí aparece un líder que sea convincente, multitudes están dispuestas a comprar sus secretos y obedecer sus consejos. OBEDECEMOS A UN MODELO Vivimos en un mundo dominado por la economía capitalista. Si no somos cuidadosos, podemos fracasar en el manejo de nuestras finanzas. ¿Hay conse- jo en Jesucristo, nuestro líder para librarnos de esta amenaza? ¡Por supuesto! Por ejemplo, si lo material te causa ansiedad, en Mateo 6:31 al 34, el líder Jesucristo dice qué debemos hacer para protegernos de ese mal: «No se preocu- pen diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿Qué beberemos? o ¿Con qué nos vestiremos? Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». Si usted sigue el consejo de su líder, entonces vivirá confiado, sin ansiedad material. Otro ejemplo: si alguien siente compul- sión enfermiza por acumular riqueza, en Mateo 6:19 y 20 el líder Jesucristo dice qué hacer: «No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo». Si usted sigue este consejo, ¿dónde estará su corazón? ¡En el cielo! ¿Tiene problemas con deudas? Probable- mente no puso en práctica el consejo que en Romanos 13:8 su líder Jesucristo le da: «No tengan deuda pendiente con nadie, a no ser la de amarse unos a otros». Si usted sigue este consejo, las deudas no lo ahorcarán. ¿Ha sido fiador de alguien que le quedo mal? Posiblemente pasó por alto el consejo que en Proverbios 22:26 y 27 le da tu líder Jesús: «No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas; porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes». ¿Es sabio este consejo? ¡Por supuesto! Entonces haga lo que su líder le aconseja. ¿No tiene ahorros, una provisión para hacerle frente a emergencias? En Prover- bios 21:20 el líder Jesús nos habla sobre la sabiduría de ahorrar: «En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra». En Proverbios 13:11 hay otro consejo: «El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece». Ponga en práctica este consejo, y luego cuénteme si le fue bien. ¡Le irá bien! ¿Experimenta conflictos en su conciencia relacionados con su fidelidad a Dios? Quizás no está practicando el siguiente principio enseñado por el líder Jesús en Lucas 20:25: «Denle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios». Pruebe este consejo, devuelva el diezmo fielmente y podrá contar a otros el resulta- do. ¿Trabaja solo para usted, y se siente mal porque no comparte con otros? Seguro que está pasando por alto un principio financiero que en Deuterono- 16
  • 17.
    mio 16:16-17 nosenseña nuestro líder Jesús. Dice: «... Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacias; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová te hubiere dado». Si usted practica este principio financiero, no solo será genero- so con otros, sino que tendrá paz en tu corazón. CONCLUSIÓN Y LLAMADO El liderazgo de Cristo como modelo a seguir; el obedecer sus principios y enseñanzas para triunfar en la vida; la multiplicación y el crecimiento que solo él pueda dar; la gloria y alabanza que solo a él corresponde por hacernos crecer y bendecirnos todo esto es principio y fundamento de la mayordomía. Si tomamos estos principios y los colocamos como pilares en la construcción de nuestra vida cristiana, estaremos edifican- do sobre la roca que es Cristo, ¡EL LÍDER! Podrán soplar vientos de destrucción, sobrevenir toda clase de crisis, pero su casa estará firme, sobre la Roca. Quién quiere venir a Cristo, el líder, y decirle: «yo te seguiré oh Cristo, donde- quiera que estés; donde tú me guíes sigo. Yo Señor, te seguiré.» ¿Quién quiere seguirlo? ¿Quiere pasar al altar? FUENTE: Unión Mexicana Central 17
  • 18.
    CULTO DE ADORACIÓN Sábado21 de febrero Creadospara Multiplicar TEXTO BÍBLICO Génesis 1:28 «Sean fructíferos y multiplíquense». Este día traigo conmigo dos exquisitas frutas (o algo saludable). Uno es para un niño y el otro para una niña. Se los van a ganar contestando dos preguntas fáciles. Veamos, levante la mano el niño y la niña que van a contestar las preguntas. Muy bien, ya tenemos a los dos. La primera pregunta es a la niña: ¿Cuánto es cinco más cinco? Ahora la pregunta para el niño: ¿Cuánto es cinco por cinco? Excelente: cinco más cinco es igual a diez, y cinco por cinco es igual a veinticinco. Observen la gran diferencia: ¡Cuando multiplicamos cinco por cinco obtenemos un 150 por ciento más que cuando sumamos cinco más cinco! Esta mañana queremos mostrar que el principio milagroso de la multiplicación es divino. Si en términos humanos la multipli- cación es una operación matemática, en términos bíblicos la multiplicación es una operación divina. Vamos a mostrar que en términos del reino de los cielos, el significado de la multiplicación difiere del significado que se le da en términos de la tierra. ¿En qué consiste esta diferencia? En que Dios multiplica para bendecir a otros, en tanto que el hombre multiplica para sí mismo. 18
  • 19.
    ORIGEN DEL CONCEPTODE MULTIPLICACIÓN Se dice que Pitágoras, un filósofo griego que vivió en el siglo VI antes de Cristo, fue el primer matemático puro de la historia. A él se le atribuye la invención de las tablas de multiplicación que todos aprendemos en la escuela primaria, y por eso, de alguna manera, se asocia su genio matemático con los orígenes de la multiplicación. Sin embargo, antes de Pitágoras, Dios ya era Dios, y al remontar- nos a la semana de la creación, lo encon- tramos dando origen al principio bíblico de la multiplicación. En efecto, en la semana de la creación, Dios ordenó que todo fuera multiplicado. La orden se cumplió, y efectivamente todo fue multiplicado. ¿Ha sido curioso en preguntarse por qué Dios ordenó que todo fuera multiplicado? ¿Será que lo hizo para beneficio de sí mismo, como tende- mos a hacer los seres humanos? ¡No! Dios multiplicó para bendición de todos los seres que poblarían la tierra, es decir, a favor de los demás. Por ejemplo, cuando usted lee Génesis capítulo uno, encuentra que en el tercer día de la creación Dios hizo la vegetación, que incluye hierba, plantas y árboles de toda especie, la cual debía producir semilla para multiplicarse: «Y dijo Dios: ¡Que haya vegetación sobre la tierra!; que esta produzca hierbas que den semilla, y árboles que den su fruto con semilla, todos según su especie» (Génesis 1:11). Pero toda esta creación vegetal, aún desde la humilde hierba, debían producir semilla para multiplicarse con un claro propósito: que animales y seres humanos tuvieran siempre alimento. Dios dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento. Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes» (Génesis 1:29, 30). En realidad, todos sin excepción, debían multiplicarse. Cuando en el quinto día Dios hizo las aves y los peces dijo: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares. ¡Que las aves se multipliquen sobre la tierra! (Génesis 1:22). Al día siguiente, el sexto de la creación, Dios hizo a los animales terres- tres según su especie, porque también debían multiplicarse: «Que produzca la tierra seres vivientes; animales domésti- cos, animales salvajes, y reptiles según su especie» (Génesis 1:24). Así que por donde se mire, el relato de la creación está saturado de un principio que es de origen divino: la multiplicación; y la abundancia que resulta por el efecto multiplicador del Dios Creador, es para beneficiar de una u otra manera a todas sus criaturas. ¡Alábenlo! Porque Dios es bueno. EL HOMBRE Y LA MULTIPLICACIÓN Pero el hombre no podía quedar fuera del efecto multiplicativo de la bendición del Creador. Por eso, después de crearlos, el relato bíblico nos dice que Dios «los bendijo con estas palabras: Sean fructífe- ros y multiplíquense» (Génesis 1:28). Entiéndase bien lo que acabamos de leer. El texto dice que Dios bendijo al hombre con dos palabras: fructificar y multiplicar; por lo tanto, la capacidad de fructificar, de 19
  • 20.
    multiplicar, le hasido dada al hombre como una bendición de su Creador. Es crítico y vital que este punto quede bien claro en nuestra mente: ¡Dios nos creó con la capacidad de fructificar y multiplicar! Por otro lado, debemos aclarar, que esta bendición multiplicativa no solo implicaba que el hombre y la mujer podían engen- drar hijos, sino que también incluía que fueran fructíferos en la administración de los vastos recursos que Dios recién había creado. La palabra de Dios dice, que él sometió al dominio del hombre todo lo creado, poniéndolo «en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara» (Génesis 2:15). Por eso es que Dios le dio la capacidad de fructificar y multiplicar, pues para que el hombre pudiera cultivar y cuidar aquellos vastos recursos, debía tener capacidad administrativa para hacer- los productivos. Por ejemplo, solo piense en la enorme capacidad que Adán y Eva debían tener para inventariar todos esos recursos. ¡Imagínelo! Como efecto del pecado, el principio bíblico de la multiplicación fue alterado en el hombre. A esto se debe que tendamos a multiplicar para nosotros mismos, en lugar de hacerlo para beneficiar a otros, como lo hace Dios. El hombre, ha tenido que reaprender los fundamentos de la multiplicación a lo largo de su historia. Por ejemplo, aunque los babilonios gozan del reconocimiento de haber sido grandes recopiladores de tablas aritméticas, y se les reconoce su mayor gusto por la multiplicación que por la división, su dominio de la ciencia de multiplicar era rudimentario. Los griegos gozan del prestigio de haber hecho de la multiplicación su guía para ordenar su conocimiento matemático. Pitágoras era griego, pero aun así, la multiplicación seguía en pañales. Si dejamos el viejo continente y nos traslada- mos a América, antes de que fuera coloni- zada por los españoles, es cierto que encontramos que entre los nativos del Perú y otros pueblos había dominio de ciertos conocimientos básicos sobre la multiplicación, pero también eran rudimentarios. En nuestro tiempo, es hasta que vamos a la escuela primaria, entre el segundo y tercer grado, que se nos enseñan los fundamentos de la multiplicación. Esto ocurre alrededor de los ocho años de edad. Ahora bien, todo este desarrollo del conocimiento sobre la multiplicación a lo largo de la historia, y luego el dominio de sus fundamentos en la escuela primaria, es cierto que es básico e importante, pero el principio de aprender a multiplicar como lo hace Dios, que multiplica para hacer crecer su obra redentora y para beneficiar a otros, es mucho más importante y básico, por lo que debe ser aprendido en cualquier etapa de la vida y practicado a lo largo de toda la vida. EL HOMBRE DEBE SABER MULTIPLICAR Cuidar y cultivar los recursos, es adminis- trarlos con eficiencia multiplicativa, fructífera. Dios mismo es fructífero en todo cuanto hace. Su plan para la creación del mundo fue fructífero. Su plan para la salvación del pecador es fructífero, pues cada día se siguen añadiendo a la iglesia los 20
  • 21.
    nombres de losque serán salvos. A su hijo Jacob, que es Israel, su pueblo, le garanti- za diciendo: «Yo te haré crecer, y te multiplicaré » (Génesis 48:4). Por eso usted y yo somos parte del crecimiento y la multiplicación que da Dios. La capacidad de multiplicar, de hacer fructificar ya nos ha sido dada, pero no estamos solos para lograrlo, pues Dios ha empeñado su palabra de hacernos crecer y multiplicar- nos en todas las áreas del desarrollo humano y cristiano. Cuando Jacob bendice a su hijo José le dice: «Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente» (Génesis 49:22). Luego José trasladó esta bendi- ción multiplicativa a su descendencia por medio de su segundo hijo, a quien llamó Efraín, que significa « ¡fructífero!». Note, observe, que el ser fructífero sigue siendo una bendición, exactamente de acuerdo a la intención de Dios al bendecir al hombre dándole la capacidad de fructificar y multiplicar cuando lo creó. Jacob colocó sus manos sobre su hijo José para bende- cirlo diciéndole: «Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente.» ¿Se cumplió esa bendición? ¿Fue fructífero José? ¡La Biblia dice que «el Señor estaba con José y lo hacía prosperar en todo!» (Génesis 39:3). Pero José quiso asegurarse de trasladarle esta bendición a su hijo. Sabemos lo significativo que eran los nombres en la antigüedad, y José, al buscar un nombre para su hijo, encontró uno en el que iba la semilla de la multiplicación: Efraín, «fructí- fero ». Esa fue la herencia que había recibi- do de su padre; esa fue la herencia que le legó a su hijo. Es que la consigna de ser fructíferos y multiplicativos, se transmite de generación en generación, desde Adán y hasta nuestros días. Por eso, a los que vivimos en esta generación, se nos ha heredado la capacidad de fructificar y multiplicar que Dios le dio al hombre al crearlo, y esto, con un claro propósito: cuidar y cultivar con efecto multiplicativo todo lo que Dios ha puesto bajo nuestra mayordomía. Usted es Efraín, «fructífero», porque esa es la herencia que le ha legado su padre que está en los cielos. Lo hizo desde los días de la creación. CONCLUSIÓN Y LLAMADO Jesús, en cuyo nombre Dios redime a su pueblo, nació en una pequeña aldea llamada «Belén Efrata». ¿De dónde viene lo de «Efrata»? Le viene de Efraín, «fructí- fero », lo cual indica que de su seno, no pudo nacer nada más fructífero que Jesús, el Autor de nuestra salvación. ¿Puede haber algo más fructífero que esto? Cuando José fue nombrado gobernador de Egipto, bajo la bendición del Dios multiplicador, la Biblia dice que «juntó alimento como quien junta arena del mar, y fue tanto lo que recogió que dejó de contabilizarlo. ¡Ya no había forma de mantener el control!» (Génesis 41:49). ¿Puede usted creerlo? Solo Dios puede multiplicar de tal manera que ya no haya forma de contabilizar tanta abundancia. En otra ocasión, Jesús tuvo que echar mano de su capacidad multiplicativa, para alimentar a una multitud de cinco mil hombres hambrientos, sin contar las mujeres y niños. 21
  • 22.
    Estos dos eventosilustran, que cuando Dios multiplica lo hace de manera geomé- trica. ¡Hace sobreabundar! Sí, Dios está empeñado en fructificarnos y multiplicar- nos, porque somos parte de la descen- dencia que él prometió hacer crecer y multiplicar; y ya sabemos que lo que él promete, lo cumple. «Yo te haré crecer, y te multiplicaré», dice el Señor en Génesis 48:4. Uno de los requistos bíblicos que Dios exige para multiplicar su benciones en usted y para otras personas, es el diezmo. Dios lo bendice a usted dándole un trabajo, una pensión, o alguna otra bendi- ción. Luego usted al diezmar multiplica la bendición de Dios para otros; porque con el diezmo se sustenta el avance del evangelio en muchos lugares; y aún en zonas remotas e inaccecibles, y si alcanza a personas que nunca conocieron de Jesús. ¿Quién desea que el Señor lo haga crecer? Levante su mano por favor. ¿Quién quiere que el Señor le multiplique? Diga, «yo quiero», levantando su mano. Ahora bien, hay alguien que quiera decirle al Señor: «Señor, sé que me has bendecido con la capacidad de fructificar y multiplicar. Por favor, te ruego que me ayudes a ser como Jacob, como José, como Efraín. Ayúdame a ser fructífero, a ser multiplicador de bendición, para beneficiar a tu iglesia y a los demás.» ¿Hay alguien que quiere hacerle esta oración al Señor? Por favor, póngase en pie y acérquese al altar todo aquel que quiera hacerle esta oración al Señor. Vamos a orar. Fuente: Unión Mexicana Central 22
  • 23.
    CULTO JOVEN Sábado 21de febrero Usemosloque Tenemos TEXTO BÍBLICO Mateo 25: 14-30. Suena como jactancia, ¿verdad? El primer siervo contestó: «¿Qué he estado hacien- do? Bien, tú me diste cinco y yo gané cinco más». El segundo siervo, de modo semejante, informó: «Me diste dos y conseguí dos más». Es como si estos dos hombres vinieran a su amo y quisieran que él notara sus realizaciones. «Mira lo que hemos hecho. ¿No estás orgulloso de nosotros?». Pero eso no es lo que realmente ocurrió. La historia es la siguiente: Un hombre salió de viaje y dejó sus bienes a sus siervos más leales. Sencillamente dividió su riqueza entre ellos. No les dijo que volve- ría. No les dijo que invirtieran el dinero. No les dijo que iban a ser juzgados por lo que hicieran con lo que les daba. No les dijo que quería el dinero cuando regresa- ra. Sin embargo, en alguna forma ellos sabían estas cosas. Tal vez estaba implícito que el amo «más grande» diera sus bienes a los siervos «más pequeños». Tal vez se debió a que conocían su personalidad y sabían lo que implicaban sus dones. Cuando regresó, estaban preparados para devolverle lo que les había dado. El primer siervo regresó con sus cinco talentos y cinco más. El amo estaba satisfecho. El siguiente siervo volvió con dos talentos adicionales además de los que el amo le había dado. La felicitación 23
  • 24.
    «bien hecho» sonóen sus oídos. El tercer siervo, sin embargo, volvió con un solo talento. No había hecho nada con lo que el amo le había dejado. El amo se disgustó mucho, no simplemente porque necesitaba el interés sobre su dinero, sino porque este siervo, por temor; no había hecho nada. Así que el amo dio ese talento al que tenía diez y despidió al tercer siervo. No podía aceptar el servicio de alguien que le temiera. CONTEXTO DEL JUICIO Al contar este relato, Jesús lo puso en el contexto del juicio y de la preparación. Estaba diciéndonos que no sabemos cuándo ocurrirá el juicio, de modo que debemos estar preparados. Entonces explicó cómo hemos de estar preparados. Nos recuerda que debemos estar prepa- rados, no prepararnos. Prepararse es para los no cristianos. Los que no conocen a Cristo y su salvación necesitan prepararse. Pero los cristianos que conocen la fuente de su salvación reciben la instrucción de estar preparados, lo que implica un estado de preparación. En Colosenses 1: 12 nos habla acera del «Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz». Esto no implica negligencia ni letargo. Al contrario, somos vigorizados con alegría ante la perspectiva de nuestro futuro: un futuro asegurado en el Padre y el Hijo por medio del ministerio del Espíritu Santo. Por causa de esto, permitiremos que Dios termine la obra que comenzó en nosotros cuando nos convertimos. Nues- tros caracteres son transformados, el pecado es atacado y vencido en su fuente y el amor se expresa mediante nuestras acciones y reacciones. LA FIGURA DE UN ESCLAVO Jesús usa tres palabras descriptivas en esta historia para transmitir la verdad que quería enseñar. El primer cuadro que pinta es el de un siervo. En realidad, esta persona es un esclavo. Es propiedad total de su amo. De todo lo que podamos imaginar respecto de qué es ser un esclavo, el aspecto más fundamental es que un esclavo es impotente. Y tal vez éste es el punto crucial del relato de Jesús. Estos tres esclavos, aunque impotentes, reciben suficiente riqueza para cambiar sus vidas completamente. El uso que cada uno de ellos hizo de su riqueza reveló su carácter. Algunos psicólogos dicen que uno de los impulsos básicos de nuestra humanidad es el ansia de poder. Luchamos por el poder; porque con el poder podemos proteger- nos a nosotros y a nuestros amados, y también influir sobre nuestro ambiente de modo que podamos controlar a otros. No podemos escapar del trato con el poder. O estamos sufriendo los intentos de otra persona para obtener poder, o tratando de obtener poder nosotros mismos. Pero ser un esclavo significa ser impotente. Si, usted y yo, estamos descri- tos en este relato, nuestra impotencia llega a ser un principio fundamental. No es extraño que muchos cristianos quieran apartarse del llamamiento de Dios al servicio. A nadie le gusta ser impotente. Sin embargo, esto es lo que se necesita. Un esclavo no tiene poder propio, pero tiene el poder de su amo a su disposición, 24
  • 25.
    si va arealizar la obra de su amo. John R. W. Stott, en la página 106 de su libro The Preacher´s Portrait [Retrato del predicador], dice que «el primer paso hacia una dotación de poder es el humilde reconocimiento de nuestra falta de él. Necesitamos poder –escribe- no sólo en nuestras vidas sino en nuestro ministerio. Nunca comenzaremos a buscar el poder de Dios hasta que lleguemos a ver la inutilidad de intentar proclamar la Palabra de Dios sólo con la debilidad del hombre». EL MENSAJE DE LOS TALENTOS El segundo cuadro que Jesús pinta es el de los talentos. No importa de qué manera calculemos la cantidad de dinero que recibieron, percibimos que aún un talento es mucho más de lo que los esclavos alguna vez poseyeran. El amo fue verda- deramente generoso. Dio a cada uno una cantidad que excedía por mucho sus cálculos más grandes. Siendo esclavo usted no tiene derecho a nada. Del mismo modo, Dios, al compar- tir los talentos con nosotros, nos otorga un espectro amplio de talentos y habilida- des que cada creyente puede desarrollar. Y cada uno de nosotros puede compartir entusiastamente a un Dios que nos da algo que excede nuestros sueños más inalcanzables. Si él no nos diera los talentos, no tendríamos nada de valor en nosotros mismos, Si añadimos nuestra inutilidad a nuestra impotencia, podemos comenzar a entender el estado de un esclavo. Pero para el cristiano hay una diferencia. Nuestro amo es generoso, amable, y nos conoce tanto que nos da en armonía con lo que nos hará más comple- tos y felices. A algunos les da cinco talentos; a otros les da dos; y a algunos les da uno. Pero no importa qué nos dé, nos hace increíblemente felices, o por lo menos debería hacerlo. RETRATO DEL AMO El cuadro importante es aquí el del amo. Demasiado a menudo vemos la autoridad como un cargo elegido o designado. Nuestros «amos» tienden a ser seres humanos que de alguna manera tienen autoridad sobre nosotros. Esto no es bíblico. ¿Quién posee autoridad de acuer- do con la Biblia? ¿Quién es el «Amo»? De acuerdo con la Escritura, usted y yo no tenemos autoridad. Hay sólo una autori- dad: Jesucristo. Nosotros somos esclavos que nacimos sin poder ni valor. Es el amo el que nos da poder y valor. Nuestro problema es la dificultad que tenemos en saber cómo permitirle ser la cabeza de todo. En forma equivocada, pensando que él nos ha señalado como cabeza, intentamos conducir nuestro ministerio mediante nuestros propios dones y habilidades. Sin embargo, lo que se nos ha llamado a hacer es someternos a él, percibiendo que los talentos que tenemos son de él. Los dones que tenemos son de él. Cuando comprendemos este principio comenzamos a entender la verdadera libertad. Mientras Jesús nos habla de la respuesta de los esclavos a su generosi- dad, vemos otra vez la libertad en acción. Los primeros dos esclavos informaron al 25
  • 26.
    amo en términosque al principio parecen jactancia: «Tú me diste cinco talentos. Tú me diste dos talentos. Y mira lo que hemos hecho con ellos. Los hemos duplicado». ¿Realmente los duplicaron? No. Porque solamente Dios da la ganan- cia. Entonces, ¿por qué dieron un informe tan entusiasta? Ellos sabían que el amo quedaría contento. COMPARTIR LAS BUENAS NUEVAS ¿Recuerda usted la ocasión en que compartió buenas noticias con sus padres o con alguna persona significativa en su vida? Tal vez fue una libreta de calificacio- nes de primer grado, un éxito en los deportes, o el ingreso a la Universidad. Su gozo sería fortalecido solamente si sus padres o amigos se unían con usted. Y al compartir con ellos su buena suerte, sus sonrisas le demostraban que ellos le asignaban valor y que todos estaban participando de su gozo. «Dios es el que nos da diferentes dones y habilidades basados en su propio poder y valor. Un Dios entusiasta y sonriente espera ansiosamente que compartamos su gozo». Estos dos esclavos sintieron lo mismo para con su amo. Ellos sabían que podían compartir su entusiasmo por las ganancias con él, porque sabían que él sonreiría con aprobación y se uniría a ellos en la celebración. Todo el cielo se uniría en su gozo. El máximo gozo de Cristo es que su pueblo comparta su gloria (véase Testimo- nios para los ministros, págs. 20, 21). Pero el tercer esclavo nunca conoció esta libertad. Escondió su talento en el suelo con estas palabras: «Tuve miedo» (Mat. 25: 25). Sintió que no podía compartir su entusiasmo con el amo. El temor al fracaso y al amo le impidió experimentar el gozo resultante de usar los talentos al servicio del amo. El temor es el mayor inhibidor del servicio. Dios nos provee abundantemen- te con dones y capacidades. Pero en la medida en que tenemos miedo o estamos inseguros de él, dejamos de usar esas capacidades y dones. Podemos entender que como cristianos se nos llama para usar nuestros dones como puentes hacia todos los segmentos de nuestra sociedad. Podemos entender que todo proviene de Dios. Podemos reconocer a Jesús como nuestro Señor y amo. Podemos tener muchos dones, más que uno o dos. Podemos saber que no hemos de quedar ociosos mientras esperamos el regreso de Cristo. Podemos reconocer que hay personas a quienes Dios ha puesto en nuestra esfera de influencia y a quienes podemos alcanzar para Cristo con más facilidad que ninguna otra persona. Pero si tenemos temor, nos esconderemos y rehusaremos arriesgarnos por miedo al fracaso. El llamamiento a hacer algo con nuestros talentos y dones es primero un llamamiento para conocer al amo. Por esto Jesús dijo, durante todo su ministerio, que si conocíamos la verdad, la verdad nos haría libres (Juan 8: 32). Una y otra vez, Jesús dice a sus discípulos: «No temáis». Y en 1 Juan 4: 19 nos recuerda que «el perfecto amor echa fuera el 26
  • 27.
    temor». La revolución delservicio y el reaviva- miento que esperamos se basa sobre la búsqueda de la verdad, la verdad de que como esclavos somos impotentes y sin valor. Dios es el que nos da los diferentes dones y habilidades, basados en su propio poder y valor. Un Dios entusiasta y sonriente espera ansiosamente que compartamos su gozo. ¿Necesitamos hacer algo? Primeramente, busquemos la verdad acerca de Dios con renovado vigor y determinación. Entonces él nos dará dones y talentos, con los cuales pueda realizarse una revolución de servicio. _______________________________ BOV BRETSCH, al escribir este mensaje era pastor de la iglesia de College View en el campus del Union College, Nebraska, Estados Unidos. Su esposa Bev comparte con él su ministerio. 27
  • 28.
    CULTO DE ADORACIÓN Sábado14 de marzo Nombradopara gobernarla Vida TEXTO BÍBLICO Daniel 2:48. «Luego el rey puso a Daniel en un puesto prominente… lo nombró gobernador de toda la provincia de Babilonia». Según el Salmo 90, nuestro promedio de vida es de 70 años. No queremos alarmar, pero cuando una persona cumple 35 años, de acuerdo al promedio, le quedaría el 50 por ciento de vida. Al cumplir 50 años habrá vivido el 71 por ciento, restándole un 29 por ciento por vivir. Lo cierto es que sin importar los años vividos, solo usted puede dar cuenta de la manera cómo se vivieron. Esto es porque a lo largo de su vida, usted es el único responsable de sus decisiones. Como escribiera el gran poeta Amado Nervo: «Porque veo al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino». La toma de decisiones es un proceso administrativo que consiste en elegir una alternativa entre varias. El libre albedrío que Dios nos dio, la libertad de elegir, lo ponemos en acción cada vez que tomamos una decisión, individual o empresarial, familiar o financiera, o de cualquier otro tipo. No creemos en el destino, esa idea de que lo que somos, que las cosas que nos ocurren, han sido determinadas por un poder sobrenatural que nadie puede evitar ni modificar. Dios nos dio la libertad de administrar nuestras vidas tomando nuestras propias decisio- nes, pero sin olvidar, que al final del rudo 28
  • 29.
    camino, cada unocomo arquitecto de su propio destino, verá los resultados de lo que en vida construyó. Debido a esta verdad, el autor del Salmo 90 ora al Señor suplicando: «Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría» (Versículo 12). Si los días de nuestra vida son 70 años, cada uno de ellos debe ser contado y administrado con sabiduría. Así vivió el profeta Daniel, consciente, desde muy joven, de que sus decisiones deter- minarían el éxito o fracaso de su vida. Así es como llegó a ser un triunfador. ¿Cuál fue su secreto para tomar buenas decisio- nes? ¿Cómo adquirió la sabiduría para contar y administrar sabiamente los años de su vida? ¿Qué nivel de éxito alcanzó como resultado de sus acertadas decisio- nes? LA DECISIÓN DE SER FIEL Cuando Daniel llegó a Babilonia tenía unos 14 años de edad, apenas un adoles- cente. Había sido arrancado con violencia de su hogar en Jerusalén, y ahora era un prisionero de guerra. Cuando el rey Nabucodonosor pidió que se llevara ante su presencia a algunos de los israelitas traídos como cautivos, indicó el perfil que debían tener. Daniel 1:4 presenta las cuatro características exigidas: Uno: «debían ser jóvenes apuestos y sin ningún defecto físico»; dos: que «tuvieran aptitu- des para aprender de todo»; tres: «que actuaran con sensatez»; y cuatro: debían ser «sabios y aptos para el servicio.» Si observamos, la primera característica tiene que ver con el parecer físico, pero las otras tres están relacionadas con el carácter. Hay una palabrita que hace la gran diferencia entre estas características: decisiones. ¿Por qué? Porque Daniel no tuvo que decidir ser apuesto y no tener ningún defecto físico, pues así había nacido, pero tener aptitud para aprender de todo sí exigió de él una decisión; comportarse con sensatez fue una decisión, y su disposición para el servicio también fue el resultado de una decisión. Daniel llegó a Babilonia como esclavo, pero esta condición no impidió que llegara a ser un triunfador. Sus decisiones construyeron ese éxito. Había decidido aprovechar toda oportunidad para apren- der; había decidido actuar con sensatez, y había decidido hacer del servicio una misión en la vida. Decisiones como estas lo convirtieron en el arquitecto de su propio destino. Cuando en Daniel 1:8 leemos que el jovencito «se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey», tan solo estaba reafirmando una decisión que ya había tomado, la de ser fiel a Dios, la más grande decisión que se pueda tomar en la vida. Daniel nació con buen parecer físico, pero no nació siendo fiel a Dios; tuvo que decidirlo. Esa fidelidad dio los resultados que a continuación vamos a mostrar. DANIEL, EL PROFETA TRIUNFADOR En Daniel 2:48 leemos, que «el rey puso a Daniel en un puesto prominente»: Nabucodonosor «lo nombró gobernador de toda la provincia de Babilonia». Sin embargo, antes de este nombramiento, otro Rey ya lo había nombrado para un puesto todavía más prominente: El Rey de reyes lo nombró gobernador de su propia 29
  • 30.
    vida, responsable desus propias decisio- nes, administrador diario de una empresa llamada vida. Cuando Daniel decidió ser un fiel mayordomo ante Dios, al no conta- minarse con la comida de Nabucodono- sor, tan solo estaba dando evidencia de que había aprendido a administrar su vida con sabiduría. Estaba preparado para triunfar. De principio a fin y contra toda oposición, la vida de Daniel siempre fue exitosa. Enfrentó adversidad, pero su decisión de ser fiel le aseguró la continua bendición del Señor. Cuando Nabucodo- nosor murió, Daniel fue marginado por el nuevo rey, Belsasar; pero en Daniel 5:29 leemos que este mismo rey terminó ordenando, «que se vistiera a Daniel de púrpura… y que se le nombrara tercer gobernante del reino». ¿Es esto éxito? Después de la caída del imperio babilóni- co, Daniel 6:1, 2 nos dice que el rey Darío «consideró prudente nombrar a ciento veinte sátrapas y tres administradores, uno de los cuales era Daniel». Ahora gobernaban los reyes medo persas, y la decisión de Daniel de seguir siendo fiel a Dios continuo asegurándole éxito total; tanto, que en el versículo 3 leemos, que «tanto se distinguió Daniel por sus extraordina- rias cualidades administrativas, que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino». La vida de Daniel contiene grandes leccio- nes relacionadas con la administración, tanto de la vida pública, como también de la vida privada. Los varios reyes que le conocieron se dieron cuenta de sus «extraordinarias cualidades administrati- vas», y por ello le confiaron altas respon- sabilidades públicas que Daniel desempe- ñó con fidelidad. Pero Daniel también fue siempre fiel en la administración de su vida privada. Cuando vivía en Jerusalén, antes de su cautiverio, había decidido ser fiel. En la época de los babilonios, siguió siendo fiel. En el periodo de los medos persas, reafirmó su decisión de ser fiel; y cuando llegó al final de sus días, su vida fue sellada como un monumento a la fidelidad. DANIEL Y SU SECRETO PARA TRIUNFAR Así de eficiente fue Daniel en la adminis- tración de su vida. ¿Cuál fue el secreto de su éxito? ¿Qué lo calificaba para tomar buenas decisiones? En el capítulo 6 de su libro hay un acontecimiento que nos ayuda a encontrar la respuesta. Resulta que, debido a las «extraordinarias cualida- des administrativas» que había en Daniel, un grupo de funcionarios que administra- ban el reino junto con él, celosos de su éxito, tramaron asesinarlo. Hicieron que el rey Darío firmara un decreto, según el cual, durante treinta días, nadie podía adorar a ningún otro dios sino solo al gran rey Darío. Por supuesto, Daniel se dio cuenta de que todo aquello era un complot para asesinarlo. ¿Qué decisión tomó Daniel al enterarse de semejante amenaza? El versículo 10 contiene la respuesta: «Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día». 30
  • 31.
    Daniel llegó aBabilonia siendo un adoles- cente. Posiblemente vivió hasta un poco más de los cien años de edad. Durante su larga vida enfrentó toda clase de amena- zas, celos, envidias, complots; pero nunca pudieron hacerlo fracasar. Siempre fue un triunfador. ¿A qué se debe ese éxito? ¿A sus «extraordinarias cualidades administra- tivas»? ¿O será que se debe a la total dependencia de su hábito de orar tres veces al día? ¡Por supuesto! Lo primero en lo que Daniel era eficiente y exitoso era en la administración de su vida espiritual. El desarrollo de sus «extraordinarias cualidades administrativas», lo sabio que era para tomar decisiones correctas, todo era consecuencia de su hábito de orar tres veces al día. Su eficiente relación con Dios le aseguraba el éxito en todo lo demás. En el año 2009 Sergio Marchionne fue nombrado presidente de Chrysler, una empresa automotriz al borde del fracaso financiero. Lo nombraron por el éxito que había tenido como presidente del Grupo Fiat, otro fabricante de autos en Europa. Esto significa que poseía extraordinarias cualidades administrativas. Así que, basado en estas cualidades ya probadas en Fiat, cuando fue nombrado para administrar Chrysler, seguro que Marchione analizó todo lo que debía hacer para repetir en Chrysler el éxito que había tenido en Fiat. Tenía que tomar grandes decisiones. Su prestigio de buen administrador estaba en juego. ¿Qué fue lo primero que hizo el señor Marchione al enfrentar el nuevo reto? ¿Será que se fue a orar para pedir sabiduría al Dios del cielo? Y usted, ¿qué es lo primero que hace cada día del año para enfrentar sus propios desafíos? Durante 365 días tiene que administrar su estilo de vida, sus hijos, su ministerio en la iglesia, su dinero, sus estudios, su matrimonio, sus bienes. Usted y yo hemos sido nombrados mayordomos o administradores, no necesariamente para administrar un reino como Daniel, ni una compañía como Chrysler, pero si para administrar una empresa que se llama vida. El éxito o fracaso de esta empresa, dependerá de la sabiduría que usted muestre en la toma de decisiones. Puede decidir administrarla como el señor Marchionne, usando su habilidad humana, o puede hacerlo como Daniel, orando tres veces al día y usando todo el poder de Dios. CONCLUSIÓN Y LLAMADO La empresa de la vida es más grande que el reino de Babilonia; infinitamente más grande que Chrysler. Por eso exige, para administrarla con éxito, la más grande entrega espiritual al Señor. Si el éxito es el objetivo buscado por cualquier empresa, la vida se administra con el mismo fin. ¿Cómo lograrlo? Decidiendo caminar por la senda de la fidelidad a Dios, como lo decidió Daniel. Haciendo de la oración un hábito de todos los días, para recibir sabiduría y tomar decisiones acertadas en toda circunstancia, buena o mala. Este es el secreto de una vida triunfadora. Lo vivió Daniel, y quedó probado para que en nosotros se repita el mismo éxito, si lo imitamos. Daniel fue un triunfador, un gran hombre; pero más grande fue su inquebrantable decisión de ser fiel a Dios. Un foso lleno de leones hambrientos no pudo quebran- 31
  • 32.
    tar aquella decisión.A lo largo de su vida en esta tierra fue muy bien recompensado por reyes y monarcas, pero a lo largo de la eternidad el Rey y Soberano del univer- so le cumplirá esta promesa: «Al final de los tiempos te levantarás para recibir tu recompensa» (Daniel 12:13). ¿Puede haber éxito más grande? Y todo como resultado de una decisión. ¿Qué decisión? La que leemos en Salmo 119:30: «He optado por el camino de la fidelidad». Por lo tanto, «sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida», promete el Señor en Apocalipsis 2:10. ¿Quieres hacer tuya esa promesa? Entonces opta, decide, «por el camino de la fidelidad». ¿Cuántos desean alcanzar del éxito de Daniel? ¿Puedo ver las manos? Entonces «sé fiel hasta la muerte» en gobernar tu vida, y sin duda, «al final de los tiempos te levantarás para recibir tu recompensa». Fuente: Unión Mexicana Central 32
  • 33.
    Oración Unpacto de TEXTO BÍBLICO 1 Timoteo5:8. «Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo» CULTO JOVEN Sábado 14 de marzo Si la misión de la iglesia es evangelizar al mundo, el propósito de la vida cristiana es alcanzar una estrecha relación con Dios. En la medida que el cristiano profundice su relación personal con el Señor, se fortalecerá su compromiso con el cumpli- miento de la misión de la iglesia y de cualquier otro deber. Por supuesto para profundizar nuestra vida espiritual hemos de cultivar una vida de oración y estudio diario de las Escrituras. Estas son las dos principales herramientas que el Señor nos ha proporcionado para fortalecer nuestra vida espiritual. En este sermón vamos a ver, que en términos estrictamente bíblicos, la mayor riqueza a la cual un cristiano puede aspirar es mantener una íntima relación con Dios; y vamos a conocer los grandes beneficios de entrar en una relación de pacto con el Señor. En realidad vamos a conocer tres pactos: En primer lugar, un Pacto de Oración, que lo haremos hoy al final del tema. En segundo lugar, un Pacto de Fidelidad al estudio de la Biblia, que lo haremos en un próximo mes. En tercer lugar, un Pacto de Compromiso Total con la causa del establecimiento del Reino de los cielos. Iniciemos pues con nuestro Pacto de Oración, mediante el cual usted decidirá cuánto tiempo diario le dedicará a la oración, a fin de adueñarse de una 33
  • 34.
    riqueza contra lacual no hay devaluación ni crisis económica. ¿El uno por ciento para orar? La vida es un período de tiempo extrema- damente breve. Job dice que «pocos son los días, y muchos los problemas que vive el hombre» y que «es como las flores, que brotan y se marchitan» (Job 14: 1, 2, NVI). Una imagen todavía más impactante es la de la sombra, en efecto, para Job la vida «es como efímera sombra que se esfuma» (vers. 2, NVI). Lo efímero de la vida se hace evidente cuando el hombre «muere y pierde su fuerza; exhala el último suspiro, y deja de existir. Y así como del mar desaparece el agua, y los ríos se agotan y se secan, así los mortales, cuando se acuestan, no se vuelven a levantar» (vers. 10-1 2, NVI). De hecho, para el Salmista la vida es tan fugaz, que «se esfuman nuestros años como un suspiro» (Salmo 90: 9, NVI). Según este Salmo, «algunos llegamos hasta los setenta años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las fuerzas nos acom- pañan » (vers. 10, NVI). Debido a esta increíble brevedad, asombrado el Salmista suplica al Señor: «Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría» (ver. 12, NVI). Es justo lo que el apóstol Pablo dijo usando otras palabras: «Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5: 16). Debido a la extrema brevedad de la vida lo más importante es cultivar una estrecha relación con el Señor, el apóstol Pablo invita con esta solemne amonestación: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo » (Efesios 5: 14). Administrar con sabiduría ese breve tiempo es una obliga- ción primordial de todo ser humano consciente. Por eso Pablo nos aconseja: «Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios» (ver. 15, NVI). Si de acuerdo con el Salmo 90 el prome- dio de vida son setenta años, al calcularlo en minutos el total sería 36.792,000. Si ya los años son breves, ¡no digamos los minutos! ¿Cómo vivirlos sabiamente y no como necios? Vamos a echar un vistazo a una tabla que compendia de las activida- des básicas que realizamos todos los días y el total de minutos que le dedicamos a lo largo de nuestra vida. Así podremos tomar conciencia de la facilidad con que se nos puede escapar el poco tiempo de vida que nos toca, en actividades que son necesarias, pero poco productivas. Estas actividades poco productivas son como una especie de impuesto que tenemos que pagar por el derecho de vida. Son inevitables, y hay que deducir estos impuestos del total de minutos de vida que nos toca. Para que la idea de la tabla quede clara, pensemos por ejemplo en los primeros tres años de vida, de los cuales nadie conserva recuerdo por sí mismo. Son indispensables, pero poco o nada productivos. Es un impuesto que hay que pagar por vivir. El cálculo matemático de nuestra tabla quedaría así: 34
  • 35.
    Expectativa de vida (70años) 36,792,000 minutos Porcentaje del total del tiempo Primeros tres años 1.576,800 4.28% Dormir 11.738,400 31.90% Necesidades biológicas 2.934,600 7.97% Pausa y movilidad 2.934,600 7.97% Vacaciones 1.728,000 4.69% Tiempo restante 15.879,600 43.16% El día tiene 1,440 minutos, si los multipli- camos por 365 días del año, tenemos un total de 525,600 minutos. Si multiplica- mos estos minutos por los primeros tres años de vida, nos da 1.576,800 minutos. • Las horas diarias de sueño hemos considerado que son: 8 horas • Las necesidades biológicas cotidianas (comer, aseo, vestirse, etc.): 2 horas • El tiempo diario de pausa y movilidad: 2 horas • Vacaciones anuales durante 40 años de trabajo: 30 días Los cálculos son aproximados, pero suficientemente representativos para nuestro propósito. Así que el tiempo que nos queda para dedicarlo a la vida produc- tiva es el 43%. Ahí tendríamos que colocar las horas de trabajo, el tiempo de estudio y otras actividades productivas. Como puede verse, no es mucho. Por eso Dios nos aconseja vivir, «aprovechan- do al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos» (Efesios 5: 16, NVI). Ahora usemos toda esta información y preguntémonos ¿cuánto tiempo vamos a dedicar al cultivo de nuestra vida espiri- tual?, puesto que no puede haber actividad más productiva que esta; que si nos hemos fijado, en la tabla, todavía no la hemos incluido. Cultivar la vida espiritual exige tiempo, y de calidad. Tiempo para orar, para la lectura y meditación de la Biblia, el estudio de la lección de la Escuela Sabática, la matutina, leer el Espíritu de Profecía. Por ejemplo, de los 36.792,000 minutos de la vida que nos toca, ¿cuántos minutos dedicaremos a la oración? Sabemos que la oración es el aliento del alma, el oxígeno que nos tiene que revitalizar durante setenta años de comunión con el Señor. Pero, ¿cuánto tiempo de nuestra vida dedicaremos a respirar dicho oxígeno? La oración nos introduce en la atmósfera celestial, y de esa atmósfera debemos respirar para no morirnos de asfixia espiri- tual. ¿Cuánto tiempo respiramos oxígeno de esa atmósfera celestial? Supongamos que decidiéramos diezmar el tiempo diario para respirar ese vital oxígeno llamado oración, Si aplicamos el diez por ciento a las veinticuatro horas que tiene el 35
  • 36.
    día, dedicaríamos ala oración unas dos horas media (exactamente 2 horas y 24 minutos). Recordemos que vamos a hacer un Pacto de Oración, y eso significa que debemos comprometernos con el Señor en la cantidad de tiempo que vamos a dedicar diariamente a la oración. Si decidimos un cinco por ciento y no el diez, eso sería más de una hora. Pero hagamos un ejerci- cio con el mínimo tiempo que podríamos dedicar para orar. Digamos que sea solamente el uno por ciento. ¿Cuánto es el uno por ciento de veinticuatro horas? Es algo así como un cuarto de hora (exacta- mente 14 minutos y 24 segundos). Analicemos bien este asunto. El día tiene 1,440 minutos, de los cuales dedicaría- mos solo quince a la oración. ¿Oramos al menos ese tiempo? No se puede pedir menos, pues por debajo del uno ya no hay otro número entero. Uno es el mínimo de lo contable en número natura- les. Ahora notemos lo siguiente. Si dedicára- mos el uno por ciento de nuestro tiempo diario a orar, y si llegamos a vivir los seten- ta años, habremos orado únicamente 410,625 minutos de los 36.792,000. Comparemos ese uno por ciento con los porcentajes dedicados a otras actividades que son poco o nada productivas. Es muy poco el uno por ciento para orar, pero es algo bueno para comenzar. Así que empecemos a respirar el oxígeno para el alma al menos el uno por ciento del día. Luego podemos subir al dos por ciento, o quizás al momento de hacer nuestro pacto alguno se decida orar el tres por ciento, o más. CONCLUSIÓN Y LLAMADO «Aprovechando al máximo cada momen- to oportuno, porque los días son malos», nos dijo el apóstol Pablo en Efesios 5: 16. Sí, nuestros días son pocos, y llenos de problemas, hasta que finalmente llega el día en que todo ser humano «muere y pierde su fuerza; exhala el último suspiro, y deja de existir. Y así como del mar desaparece el agua, y los ríos se agotan y se secan, así los mortales, cuando se acuestan, no se vuelven a levantar» (Job 14: 10-12, NVI). Mucho nos afanamos en nuestra breve vida. Corremos de acá para allá, y en tanto afán se nos van los minutos, los días, los escasos setenta años que nos toca vivir. A pesar de que la comunión con Dios es lo más importante, es la actividad a la que menos tiempo le dedicamos. Pasamos más tiempo durmiendo, vacacio- nando, comiendo, aseándonos, que orando. ¿Nos parece lógico? Por eso esta es nuestra oportunidad para tomar la decisión de dedicar más tiempo a la oración, y lo podemos hacer firmando un Pacto de Oración. Hagamos una oración silenciosa, individual; digámonosle al Señor qué clase de Pacto de Oración haremos con él; si vamos a orar el uno, el dos o el tres por ciento de nuestro tiempo. Es un pacto entre nosotros y Dios únicamente. Reparta las tarjetas “ Mi pacto de oración” Espere unos minutos para que la feligresia realice su compromiso. Termine con una oración de compromiso Fuente: Unión Mexicana Central 36
  • 37.
    Mi Pacto deOración «Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza» (Salmo 119: 147, NVI). Yo,__________________________________ _______________________ el día ______ de ___________________________ de 2015 me comprometo delante de mi Dios a encontrarme con él cada mañana por medio de la oración. Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese tiempo, mi Pacto de Oración será: ___________ minutos Basado en mi plan de oración podré exclamar gozoso: «Yo, en cambio, estoy lleno de poder, lleno del Espíritu del Señor, y lleno de justicia y de fuerza» Miqueas 3: 8, NVI. Mi Pacto de Oración «Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza» (Salmo 119: 147, NVI). Yo,__________________________________ _______________________ el día ______ de ___________________________ de 2015 me comprometo delante de mi Dios a encontrarme con él cada mañana por medio de la oración. Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese tiempo, mi Pacto de Oración será: ___________ minutos Basado en mi plan de oración podré exclamar gozoso: «Yo, en cambio, estoy lleno de poder, lleno del Espíritu del Señor, y lleno de justicia y de fuerza» Miqueas 3: 8, NVI. Mi Pacto de Oración «Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza» (Salmo 119: 147, NVI). Yo,__________________________________ _______________________ el día ______ de ___________________________ de 2015 me comprometo delante de mi Dios a encontrarme con él cada mañana por medio de la oración. Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese tiempo, mi Pacto de Oración será: ___________ minutos Basado en mi plan de oración podré exclamar gozoso: «Yo, en cambio, estoy lleno de poder, lleno del Espíritu del Señor, y lleno de justicia y de fuerza» Miqueas 3: 8, NVI. Mi Pacto de Oración «Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza» (Salmo 119: 147, NVI). Yo,__________________________________ _______________________ el día ______ de ___________________________ de 2015 me comprometo delante de mi Dios a encontrarme con él cada mañana por medio de la oración. Si el día tiene 1,440 minutos, de todo ese tiempo, mi Pacto de Oración será: ___________ minutos Basado en mi plan de oración podré exclamar gozoso: «Yo, en cambio, estoy lleno de poder, lleno del Espíritu del Señor, y lleno de justicia y de fuerza» Miqueas 3: 8, NVI. Nota: Fotocopiar la sufieciente cantidad para todos los participantes
  • 38.
    2.0 La vida queDios bendice 18 al 25 ABRIL
  • 39.
    CULTO DE ADORACIÓN Sábado16 de mayo Vidasaludableenel SigloXXI TEXTO BÍBLICO 3 Juan 2 «Y que tengas salud, así como prospera tu alma». Muchas veces equivocadamente creemos que la vida cristiana sólo tiene que ver con oración, estudio de la Biblia y testificación. También erróneamente creemos que Mayordomía sólo tiene que ver con Diezmos y Ofrendas. Sin embargo; una correcta visión bíblica de la vida cristiana y mayordomía incluye también el bienestar físico. Si llevamos una vida ordenada, tranquila, temperante; entonces se manifestará en una vida saludable. Cuando Dios bendice; bendice integral- mente. VIDA SALUDABLE DESDE EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO Existen más de 1000 textos bíblicos que se pronuncian sobre salud. El salmista afirmó “Él es quien perdona todas tus iniquidades; el que sana todas tus dolen- cias” (Salmos 103:3). Incluso; Dios mismo se autonombró como “Jehová tu sanador” (Ex 15:26). La obra misional de Jesús en esta tierra incluía el restablecimiento de la salud (Marcos 6:55,56). Bíblicamente podemos decir que la salud es el resultado de la obediencia a las leyes de Dios; y la enfermedad es el resultado de la desobe- diencia a las leyes divinas. Por esta razón; Jesús le dijo al paralítico de Betesda: “Mira has sido sanado; no peques más para que no te venga una cosa peor” (Juan 5:14). Aunque la Biblia declara que la enferme- dad es producto del pecado: también, pueden encontrase múltiples factores como en el caso del ciego de nacimiento (Juan 9:3). 39
  • 40.
    LOS 8 REMEDIOSNATURALES El Espíritu de Profecía manifiesta que: “La salud es un gran tesoro. Es la más rica posesión que los mortales tienen. Si se adquiere riqueza, honor o conocimiento a costa de la salud, se está pagando un precio muy alto. Ninguno de estos logros puede dar felicidad si se carece de salud. Abusar de la salud que Dios nos ha dado es un pecado terrible, porque cada vez que abusamos de ella, nos incapacitamos para hacerle frente a la vida, aunque hayamos obtenido una educación esme- rada” Elena G. White, Consejos sobre Salud, 182. Dios en su sabiduría proveyó 8 remedios naturales que; de ser practicados, preser- varían la salud de cada persona y conser- varían un buen estado de ánimo. “El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimen- tario conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos…” Consejos sobre salud, 89 1. AIRE PURO El oxígeno es fundamental para una vida saludable y representa un Elemento vital para el buen funcionamiento del cerebro; tales como la facultad de pensar, razonar, leer, almacenar información y memorizar. Recomendaciones: - Los ambientes de trabajo y de descan- so deben estar ventilados. - Una vez a la semana procure visitar lugares de campo alejados del tráfico y el bullicio. - Realice ejercicios de inspiración profunda por las mañanas. - Procure realizar ejercicios de respira- ción con el diafragma y no con el tórax. 2. LUZ SOLAR Nuestro cuerpo produce vitamina D cuando es estimulado por la Luz solar. La vitamina D es responsable por asimilar calcio; el cual es importante para el fortalecimiento de los huesos. También la Luz solar produce un estado de ánimo positivo; lo cual ayuda en el tratamiento contra el stress. Recomendaciones: - Procure pasear, jugar, caminar, trotar en lugares donde aproveche el sol. - Tome baños de sol hasta las 10:00 horas y después de las 16:00 horas. De lo contrario podría causar daños a la piel. 3. ALIMENTACIÓN SALUDABLE Desde el principio el plan de Dios para el hombre fue una alimentación saludable compuesta por frutas, oleaginosas, legum- bres, cereales y verduras (Génesis 1:29; 3:18). Actualmente, 2.7 millones de muertes anuales son atribuibles a una baja ingesta de frutas y verduras. En todo el mundo (sobre todo en países desarrolla- dos y también en países en vías de desarrollo) tenemos como principales desafíos para la salud pública al sobrepeso y la obesidad en todo el mundo. Recomendaciones: - Consuma por lo menos 400 gr diarios 40
  • 41.
    de frutas yverduras para prevenir enfermedades crónicas como cardio- patías, cáncer, diabetes y obesidad. - Reducir el consumo de grasas satura- das, productos industrializados, la ingesta de azúcar y sal. - Controle la obesidad abdominal de su cintura. En los varones no mayor a 95 cm y mujeres no mayor a 80 cm. - Controle su Índice de Masa Corporal (IMC). El rango normal de una persona sería entre 18.5 a 24.9. Si su IMC es de 25 a 29.9 usted tiene sobrepeso. Si su IMC es mayor a 30 mucho cuidado; usted tiene obesidad. Calcule su IMC personal dividiendo su peso exacto entre dos veces su estatura. Ejemplo: Antonio pesa 80 kilos y mide 1.60. Primero multiplicamos 1.60x1.60 = 2.56 Ahora dividimos 80/2.56 = 31,25. Como resultado notamos que Antonio tiene Obesidad Grado I. 4. EJERCICIO El ejercicio físico crea endorfinas. La endorfina es una hormona o sustancia química natural muy poderosa que tiene la capacidad de fortalecer el estado de ánimo, maximiza la actitud positiva, y crea una sensación de bienestar y satisfacción. Además; fortalece el corazón, reduce el colesterol malo y los triglicéridos, fortale- ce los huesos, alivia la ansiedad y el stress, y mejora notablemente el sueño y/o descanso. Recomendaciones: - Antes de comenzar una rutina de ejercicio consulte con un profesional en el área; quien considerará su peso y edad - El mejor ejercicio es aquél que a usted más le agrada - La caminata es uno de los ejercicios más sencillos y completos. - Una rutina de 20 a 30 minutos por día, de 3 a 4 veces por semana le resulta- rán en gran beneficio. 5. AGUA El cuerpo humano está compuesto en promedio de un 70% de agua. Por esta razón; el agua es necesaria para cada célula de nuestro cuerpo. La sangre es 83% agua; los músculos son 75% agua; el cerebro es 85% agua; y los huesos son 22% agua. Se calcula que durante el día se puede perder de 10 hasta 12 vasos de agua. Al tomar agua se benefician los riñones, se oxigena el cerebro, se protege el corazón, se hidrata la piel, ayuda al movimiento intestinal, lubrica las articula- ciones y músculos previniendo calambres, da mayor energía y regula la temperatura de tu cuerpo. Recomendaciones: - Tome de 8 a 10 vasos de agua por día. Sin embargo; esta cifra puede variar según la actividad física y mental de la persona. - Reemplace los refrescos, gaseosas u otros por agua. - Consuma agua hervida o purifíquela con pastillas u otros elementos. - Utilice el agua como factor curativo (Hidroterapia) CATEGORÍA IMC Debajo del Peso Normal - De 18 Peso Normal 18.5-24.9 Sobrepeso 25 – 29.9 Obesidad Grado I 30 – 34.9 Obesidad Grado II 35 – 39.9 Obesidad Grado III 40 a + 41
  • 42.
    - Las mujeresembarazadas necesitan más agua para producir mayor sangre y apoyar al bebé en crecimiento. También necesitan beber más agua cuando dan de lactar; de lo contrario podrían deshidratarse. 6. DESCANSO Cuando una pila o batería se descarga necesita recargarla; de lo contrario, no funcionará. Sin embargo; pareciera que nosotros no comprendemos esta ley tan simple. No dormir o dormir sólo unas horas no cargará suficientes energías. Un buen y completo descanso alivia el stress, también ayuda a mantener un corazón saludable, disminuye la depresión, ayuda a perder peso y mejora la capacidad de atención y memoria. Recomendaciones: - Duerma de 7 a 9 horas diarias según su edad. - Realice una pequeña siesta de 10 a 15 minutos a medio día o cuando su organismo lo necesite - Si usted no bosteza durante el día y se levanta sin despertador; entonces descansó lo suficiente. 7. TEMPERANCIA El consumo nocivo de alcohol causa 2,5 millones de muertes cada año. De esta cifra; 320 000 son jóvenes entre 15 y 29 años. Además; el alcohol está relacionado con problemas sociales, en particular la violencia, el descuido y maltrato de menores y el ausentismo laboral1 . En diciembre del 2009; el periódico Perú21 publicó el ranking de fumadores en América Latina. Esta lista es encabezada por argentina con 1014 cigarrillos al año por habitante mayor de 15 años. Le sigue Paraguay con 968 cigarrillos anuales y Chile con 909. Felizmente Perú es el país de la región en el que menos se fuma; con 129 cigarrillos por habitante al año.2 Ser temperante significa abstenerse de todos los alimentos y tóxicos que dañen nuestro cuerpo como evitar el fumar, las bebidas alcohólicas, uso de drogas y otros tóxicos como el café, el té y todo tipo de condimentos. Sin embargo; aún lo bueno en cantidades excesivas puede resultarnos perjudicial. Por lo tanto; Temperancia también significa autocontrol y modera- ción. Ya es conocido que comer, trabajar, ver TV y aún jugar; y todo lo que exceda lo suficiente traerá complicaciones a nuestra salud. Recomendaciones: - Realice un análisis personal de lo que usted está consumiendo y que podrían ser tóxicos como condimentos, café, té, etc. Luego deséchelos por comple- to. Es posible que usted necesite ayuda profesional; si éste fuera el caso busque ayuda urgentemente. - Analice concienzudamente cuánto tiempo invierte en sus horas libres como ver TV, jugar, etc y compárelos con Devoción Personal, Tiempo en familia, ejercicios, etc. Luego reflexio- ne. - Tenga un horario equilibrado para sus actividades diarias y semanales. 8. ESPERANZA 1 de cada 4 personas sufre un trastorno mental o neurológico a lo largo de toda su vida. 121 millones sufren depresión y 50 millones epilepsia. 24 millones sufren 42
  • 43.
    Esquizofrenia. Cada añose suicidan 1 millón de personas; y entre 10 y 20 millones intentan suicidarse.3 En Lima la depresión clínica es el trastorno psiquiátri- co más frecuente; seguido por el trastor- no de ansiedad generalizada.4 Debemos recordar que el enojo, el miedo, el resen- timiento, y la desconfianza debilitan el sistema inmunológico. Por el contrario; el amor, la alegría y la confianza producen substancias protectoras que fortalecen el sistema inmunológico. Dios es el médico de los médicos; y al mismo tiempo el remedio en sí mismo. Confiar en Dios es fundamental para una vida con salud en los aspectos físicos, mentales y espiritua- les. Recomendaciones: - Descanse o duerma lo suficiente. - Realice ejercicios regularmente. - Reúnete con amigos de antaño para comer o pasear juntos - Escucha música cristiana o clásica selecta; o toca un instrumento musical. - Sonríe “aunque no tengas dientes” - Mantén una actitud positiva. No tomes todos los comentarios como algo personal. Si la gente habla de ti es porque importas. - Camina por la orilla de la playa o en el pasto descalzo. - Pero sobretodo mantén una comunión diaria con Dios por medio del Estudio de la Biblia, la oración y la alabanza. Está científicamente comprobado que leer la Biblia, orar y alabar crea endorfinas y llena de energía al organismo. “Muy íntima es la relación entre la mente y el cuerpo. Cuando una está afectada, el otro simpatiza con ella. La condición de la mente influye en la salud mucho más de lo que generalmente se cree. Muchas enfermedades son el resultado de la depresión mental. Las penas, la ansiedad, el descontento, remordimiento, sentimiento de culpabilidad y desconfian- za, menoscaban las fuerzas vitales y llevan al decaimiento y a la muerte” Consejos sobre Salud, 341. “Encomienda a Jehová tu camino; confía en él; y él hará” Salmos 37: 5 CONCLUSIÓN • Hagamos un repaso de los 8 Remedios Naturales ¿Cuáles son? Aire, Descanso, Ejercicio, Luz Solar, Agua, Nutrición, Temperancia, Esperanza. Puede notar que como resultado tenemos la palabra ADELANTE. • Aquí sería bueno entregar detalles de la Campaña ADELANTE que se realizará del 23 al 31 de mayo. • Comprometa a la iglesia a participar del programa ADELANTE y a realizar cambios de hábitos en la vida personal. Fuente: Pr. André Jantas, Unión Norte Brasilera Adaptado por Pr. Daniel Villar, Unión Peruana del Sur _______________________________ 1 http://www.who.int/mediacentre/facts- heets/fs349/es/ 2 http://peru21.pe/noticia/381099/pe- r u - p a i s - a m e r i c a - l a t i n a - d o n - de-se-fuma-menos-tabaco 3 http://www1.paho.org/Spanish/DD/PIN/- saludmental_005.htm 4 http://www.insm.gob.pe/investigacion/ar- c h i v o s / e s t d i o s / 2 0 1 0 - A S - M/files/res/downloads/book.pdf 43
  • 44.
    Espiritual Gimnasia CULTO JOVEN Sábado 16de mayo TEXTO BÍBLICO 1Timoteo 4:7-8. “…Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera”» INTRODUCCIÓN En el año 2002 la OMS decidió que se tomara un día para recordarle al mundo la necesidad de moverse. Se recomendó a la población mundial ir al trabajo caminan- do o en bicicleta, o bajarse una o dos paradas antes, subir las escaleras en vez de usar el ascensor, caminar alrededor de un parque, sacar a pasear al perro, realizar trabajos de jardinería y muchas otras ideas y sugerencias; pero todas con el mismo mensaje: moverse, hacer ejercicio, no importa qué, lo importante es desarrollar una actividad física permanente. Posterior- mente, en el año 2008 la OMS publicó una guía para incrementar los niveles de actividad física; considerando que 1.9 millones de muertes son atribuibles a niveles bajos de actividad física hoy todos concordamos que es necesario hacer ejercicios para mantenernos sanos y prevenir enfermedades. Entonces; ¿por qué, aparentemente, el apóstol Pablo menospreció la actividad física? O ¿qué quiso decir realmente con estas palabras? Veamos. GIMNASIA CORPORAL Pablo comienza el capítulo cuatro compartiendo varias recomendaciones para Timoteo acerca de la apostasía, 44
  • 45.
    ordenanzas innecesarias, etc…y le advierte sobre las fábulas profanas. Luego utiliza la palabra griega gimnasia (γυµνασία) para recomendarle a Timo- teo lo siguiente: “ejercítate para la piedad”; luego vuelve a usar el término gimnasia al inicio del v.8 que ya leímos anteriormente; en el cual aconseja: “el ejercicio corporal para poco es provecho- so…” ¿A qué se refiere exactamente el apóstol al decir que el ejercicio corporal para poco es provechoso? Pablo en otros pasajes de sus epístolas utiliza figuras o ilustraciones de los deportes griegos de sus tiempos con la finalidad de llevar un mensaje a la iglesia; por ejemplo: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquél que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corrupti- ble, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea en el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” 1 Corintios 9:24-27 “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquél que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente” 2 Timoteo 2:4-5 En tiempos de Pablo existían los gimnasios griegos, muy similares a los que popular- mente conocemos ahora; sin embargo, aquellos gimnasios incluían pistas de carrera, de lucha, etc. Era un lugar donde los jóvenes desnudos promovían la fortaleza y habilidad de sus cuerpos a través de la preparación física. Los griegos tenían una devoción especial por la escultura física, las formas humanas, la fuerza y la habilidad de un deportista. Amaban la musculatura, un cuerpo portentoso, que impresione; mantenían en cierto grado un estado de narcisismo, que en el fondo manifestaba egoísmo. Por lo tanto; las motivaciones de los gimnastas griegos no estaban orientados precisa- mente al cuidado de la salud sino a la ostentación personal física. Por esta razón; es muy poco probable que Pablo esté menospreciando la actividad física en sí misma como un recurso de salud y prevención. Además; el Comentario Bíblico Adventista añade:“Pablo no está menospreciando los beneficios del ejercicio físico. El cuerpo humano es "templo del Espíritu Santo" (1 Cor. 6:19-20) y todo cristiano debe mantenerse en el mejor estado posible de salud. Esto requiere una razonable cantidad de ejercicio físico. Lo que preocupa a Pablo es que la austeridad o el ejercicio físico de cualquier naturaleza se conviertan en un fin en sí mismo, para detrimento de la piedad del carácter. El valor moral de cualquier aspecto de un sano vivir no consiste en lo que una persona está haciendo con su cuerpo, sino en el progreso espiritual que su buen estado físico ha hecho posible (ver com. 1 Cor. 9:24-27)”. 7 CBA, 314 Hoy es ampliamente comprobado y recomendado la práctica del ejercicio físico permanente. Tres a cinco veces por semana, de 25 a 40 minutos por sesión, fortalecerán y redundarán en un mejor 45
  • 46.
    estado físico impresionante.Los benefi- cios de hacer ejercicio son muchos: Mejora y fortalece el sistema osteomuscu- lar (huesos, cartílagos, ligamentos y tendo- nes); mejora su capacidad cardiovascular, elimina toxinas y oxidantes, favoreciendo la longevidad, mejora el aspecto físico de la persona, fortalece su sistema inmune, regula todos los índices relacionados con hipertensión, glucemia y grasas en la sangre, mejora la calidad de sueño y descanso, mejora el estado de ánimo produciendo endorfinas, reduce la ansiedad y el estrés, alivia los síntomas depresivos, y muchos otros beneficios más. Elena de White corrobora lo anterior y aun advierte: “Los que no usan sus extremidades todos los días notarán que se sienten débiles cuando tratan de hacer ejercicio… Un ejercicio moderado cada día impartirá fuerza a los músculos… Por medio del ejercicio activo y diario al aire libre el hígado, los riñones, y los pulmones también se fortalecerán para hacer su trabajo. Traed en vuestra ayuda el poder de la voluntad, que resistirá el frío y dará energía al sistema nervioso” Consejos sobre la Salud, 54. Entonces, el apóstol Pablo claramente no está en contra de la práctica del ejercicio. Eso no pudo haber recomendado. Por el contrario existen varios textos en el cual él mismo recomienda el cuidado de nuestro cuerpo. Hoy todos deberíamos practicar- lo. Quizá la traducción de la Nueva Versión Internacional expresa mejor lo que el apóstol Pablo quiso decir: “Rechaza las leyendas profanas y otros mitos seme- jantes. Más bien, ejercítate en la piedad, pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también para la venide- ra” 1Timoteo 4:7-8 NVI GIMNASIA ESPIRITUAL El otro término importante en estos dos versículos es la palabra piedad. Esta palabra “piedad” (gr. eusebeia) significa vivir conforme a la voluntad de Dios. Piedad aparece 15 veces en la Biblia; y 8 veces están en 1 Timoteo. Pablo la usó reiteradas veces para recalcar en Timoteo la importancia de ella. Pablo conocía las prioridades de un verdadero cristiano; y con justa razón se las recomendó a Timo- teo. Piedad tiene que ver con verdadera religión, tiene que ver con la vida devocio- nal del cristiano, con la adoración a Dios, con integridad como también con la actitud hacia su prójimo. Piedad es una característica en un cristiano verdadero, genuino. No puede existir un cristiano real sin ser piadoso. EJERCÍTATE EN LA PIEDAD Hay tres aspectos relacionados con la piedad desarrollados por Pablo entre el versículo 7 y 8 que debemos considerar: Y ¿Cómo uno hace gimnasia de la piedad? ¿Qué ejercicios tendría que hacer? Naturalmente no puede referirse a ejerci- cios físicos. No podemos hablar de trotes, caminatas o maratón. Pero lo que ocurre en la naturaleza física también ocurre en la naturaleza espiritual. Si nuestros músculos espirituales dejan de ejercitarse nos sentiremos débiles, incapaces de resistir pruebas y vencer tentaciones, hasta finalmente morir en sentido espiritual. “Dios desea que el hombre ejercite sus 46
  • 47.
    facultades de raciocinio;y el estudio de la Biblia fortalecerá y elevará el intelecto como ningún otro estudio puede hacerlo. Es el mejor ejercicio intelectual y espiritual para la mente humana…” 2 Joyas de los Testimonios, 308. “La oración es el aliento del alma. Es el secreto del poder espiritual. No se la puede sustituir por ningún otro medio de gracia y conservar, sin embargo, la salud del alma. La oración pone al corazón en inmediato contacto con la Fuente de la vida, y fortalece los tendones y músculos de la experiencia religiosa. Descuídese el ejercicio de la oración, u órese espasmó- dicamente, de vez en cuando, según parezca propio, y se perderá la relación con Dios. Las facultades espirituales perderán su vitalidad, la experiencia religiosa carecerá de salud y vigor…” Ser Semejante a Jesús, 32. “…La vida de aquél en cuyo corazón habita Cristo revelará una piedad práctica. El carácter será purificado, elevado, ennoblecido y glorificado. Una doctrina pura acompañará a las obras de justicia; y los preceptos celestiales a las costumbre santas” Hechos de los Apóstoles, 447. Los ejercicios espirituales o la gimnasia espiritual que debemos hacer están defini- damente relacionados con el Estudio de la Biblia, la Oración y un buen testimonio acompañado de obras de acciones de justicia. Esto era necesario para Timoteo, para los primeros cristianos y aún para nuestro tiempo. LA PIEDAD PARA TODO APROVECHA Es aquí en que el apóstol hace contraste entre el ejercicio físico y el ejercicio de piedad. De nada sirve sólo preocuparse de mi apariencia física y no comprometer- me con Dios. No buscamos que las personas sean “pecadores saludables”, deseamos que lleguen al reino de Dios. Por lo tanto; la piedad práctica tiene un mayor provecho. Es provechosa para todo. Sus efectos serán sentidos en la salud física, espiritual, familia, trabajo, influencia, decisiones, proyectos, etc. Una vida de oración, una vida de estudio de la Biblia, una vida que ayuda al prójimo traerá muchos beneficios físicos, menta- les, sociales y espirituales. En todas las dimensiones de nuestra vida. LA PIEDAD TIENE PROMESA EN LA VIDA PRESENTE Y VENIDERA Debemos reconocer que por mucho que una persona haya seguido principios saludables, se haya cuidado, haya realiza- do ejercicios físicos de forma regular durante la mayor parte de su vida; de todas maneras, un día tendrá que morir. Y si esta persona saludable no tuvo un compromiso con Dios, no aceptó a Jesús; pues habrá vivido sólo mejor en la vida presente, pero no en la venidera. Sin embargo; la piedad práctica tiene un mayor beneficio, un beneficio que trasciende hasta la eternidad. De allí la comparación de Pablo ¡El ejercicio claro que tiene beneficios!. El ejercicio claro que tiene grandes beneficios; Pero sin piedad práctica no lo llevará más lejos, que a su funeral inevitablemente. 47
  • 48.
    “La bendición queprocede del ejercicio físico, por grande que sea, es definida- mente inferior a la recompensa que promete la vida piadosa. Lo primero, en el mejor de los casos, concede salud, vigor, hermosura física. Estas cosas son maravillosas y deben ser apreciadas. Pero lo segundo concede vida eterna; la esfera en que el ejercicio físico es de provecho es mucho más restringida que aquella en que la vida piadosa otorga su recompensa. Lo primero tiene que ver con el presente y aquí. Lo segundo con el presente y aquí, pero también tiene un alcance mucho mayor”. William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: 1 y 2 Timoteo y Tito, 172. CONCLUSIÓN Hoy el mundo está sufriendo por causa de un pésimo estilo de vida. Hábitos destruc- tivos, comida insana, muy poca temperan- cia, poca ingesta de agua, sedentarismo y otros factores están llevando a más perso- nas rápidamente a una muerte prematura; por otra parte, el promedio de años que muchas personas viven son de mucho dolor al punto de desear la muerte, antes que seguir conviviendo con la enfermedad que los consume lentamente. No se trata sólo de vivir más años sino de vivir con calidad de vida. Un factor importantísimo, demostrado ampliamente por la ciencia, son los múltiples beneficios de la actividad física o el ejercicio. Este factor forma parte de los 8 remedios naturales recomendados muchos años atrás por Elena G. White. Lamentablemente, los medios de comu- nicación han incidido en la poca práctica del ejercicio, deportes, o cualquier otro tipo de actividad física. Hoy los menores prefieren jugar al futbol por medio de un videojuego que practicarlo realmente; los jóvenes prefieren chatear por horas que dialogar mientras caminan; y los adultos preferimos mirar televisión que trabajar en un huerto. Es una tragedia que cada vez más países están reduciendo o eliminando las horas de educación física en los colegios por considerarlo como de interés secundario. El apóstol Pablo nunca se refirió en menoscabo del ejercicio. Por su parte recomendó cuidar el templo del Espíritu Santo que es nuestro cuerpo. Pero no tiene sentido cuidar nuestro cuerpo y descuidar nuestra vida espiritual. Existe una mayor necesidad que sólo cuidar de nuestro cuerpo: el ejercicio de la piedad. Así como nuestra vida se desgasta y se enferma sin actividad física, también nuestra vida espiritual se debilita y puede morir si es que no se ejercita. Cada día necesitamos disciplinarnos y ejercitar esos músculos espirituales, quizá ya atrofiados, al punto de haber perdido comunión con Dios. El estudio de la Biblia, la oración, un buen testimonio y una vida de ayuda al prójimo de forma práctica fortalecerán no sólo la vida física sino todas las dimensio- nes de nuestra vida. Los resultados se verán en nuestro rostro primeramente, en nuestra mirada, en nuestra salud, familia; pero, sobre todo, en una vida de santificación y poder. Si los deportistas entrenan, se cuidan y se preparan cada día para alcanzar una medalla o título terrenal ¡cuánto más nosotros si buscamos la corona de vida eterna! 48
  • 49.
    Hoy podemos tomardos decisiones sumamente relevantes: a. Hacer ejercicio físico. Comience por lo menos con 5 o 10 minutos al día y luego aumente el tiempo progresiva- mente, pero comience. Camine, salte, juegue, pero muévase; fuimos creados para movernos. Mantenernos sedentarios nos llevará más rápido a la tumba y no nos permitirá ser eficientes en esta vida. b. Ejercitar la Piedad. ¿Cómo está su vida de comunión diaria? ¿Está dedicando suficiente tiempo para orar, estudiar la Biblia? ¿Su vida presenta un buen testimonio? ¿Está interesado en ayudar al prójimo? c. Del 23 al 31 de mayo todos tenemos la oportunidad de comenzar un nuevo estilo de vida con el programa ADELANTE (Una vez más, puede darse detalles de todo el programa). Además; el domingo 31 de mayo tendremos una extraordinaria movili- zación de personas con el programa “Muévase por la Vida” ( dar detalles de este programa). Con este programa estaremos cerrando el programa de toda la semana ADELANTE. ¿Por qué no decide hoy cambiar su estilo de vida para servir mejor al Señor Jesucris- to? Pronto esta vida acabará. Nuestro mayor deseo es seguir viviendo por la eternidad con Jesús. Estar cerca de él. Aprender de él. Escucharlo hablar directa- mente. Nada se compara a eso. Tome la mejor decisión hoy. Pr. Daniel Villar Ministerio de Mayordomía y Salud Unión Peruana del Sur 49
  • 50.
    50 Reflectores Graciadesu ¿Qué hace lagracia de Dios a favor del pecador cuando éste se arrepiente? ¿Cómo vive una persona que ha sido beneficiada por la gracia de Dios? Y ahora una pregunta que quizá suene un poco extraña: ¿En qué continente se refleja más la gracia de Dios, en Europa o en África? Meditemos en las siguientes respuestas a estas interrogantes. LO QUE LA GRACIA HACE POR EL PECADOR Lo primero que la gracia hace por el pecador es restaurarlo. Este poder restau- rador se manifestó en la vida del apóstol Pablo. Para probarlo, en 1 Timoteo 1:12 dice: «Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio». Como perseguidor de la iglesia, por supuesto que Pablo no era «digno de confianza» como para que el Señor lo pusiera al servicio del evangelio. Hechos 9:26 dice que después de su conversión, «cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos tenían miedo de él, porque no creían que de veras fuera discípulo». Está claro entonces porque no lo consideraban «digno de confianza»: «no creían que de veras fuera discípulo». Es más, el versículo 21 dice que desconfiados se preguntaban: «¿No es éste el que en Jerusalén perse- guía a muerte a los que invocan ese nombre?» Sin embargo, a pesar de no ser TEXTO BÍBLICO 1 Corintios 15:10 «Por la gracia de Dios soy lo que soy». CULTO DE ADORACIÓN Sábado 20 de junio
  • 51.
    confiable para losdemás, Cristo Jesús sí lo «consideró digno de confianza». ¡Eso se llama restauración! Y es lo primero que la gracia de Dios hace por el pecador: lo restaura. Meditemos en lo siguiente: Dios, la Majes- tad del universo, me considera digno de confianza, y en función de ello me pone a su servicio. El pensamiento sobrecoge, y nos enseña que servir al Señor no es una humillación sino un honor. Nos pregunta- mos: ¿de qué condición fuimos rescatados y colocados en esta posición de honor? En Timoteo 1:13, 15 y 16 Pablo responde así: «Anteriormente yo era un blasfemo, un perseguidor y un insolente». Luego confiesa que entre todos los pecadores, «yo soy el primero», y todavía más: se reconoce a sí mismo como: «el peor de los pecadores ». Entonces, ¿cómo es que Dios le confiaría sus tesoros al número uno de los malhechores? ¿Cómo es que lo hizo digno de su confianza y lo puso a su servicio? Solo hay una respuesta posible: ¡Por la sublime gracia del Señor! La gracia restaura. La gracia de Dios confunde. ¿Cómo es que nos considera dignos de confianza y nos pone a su servicio a pesar de ser peores pecadores que Pablo? Porque debemos reconocer que Pablo era un santo a la par nuestra. Pero no somos los únicos confundidos, pues de la gracia que había restaurado a Pablo, en Hechos 9:22 dice que también «confundía a los judíos que vivían en Damasco» al ver que Dios lo consideraba «digno de confianza» para hacerlo su servidor. ¿Cómo es que Pablo fue elevado a seme- jante posición de honor? En 1 Timoteo 1:13, 16 Pablo contesta: «Dios tuvo misericordia de mí». Y más adelante agrega: «Dios fue misericordioso conmi- go», y luego concluye diciendo que Dios hizo toda esta obra de restauración en él, para que «Cristo Jesús pudiera mostrar su infinita bondad. Así vengo a ser ejemplo para los que, creyendo en él, recibirán la vida eterna». Así que, por esa misma misericordia, tan solo por el poder de esa sublime gracia, usted y yo también fuimos restaurados y tenidos por dignos de confianza y puestos al servicio de su Majestad. A través de esa restauración Cristo Jesús ha mostrado su infinita bondad concediéndonos la vida eterna. ¡Eso es restauración! No hay duda de lo que hasta aquí hemos dicho. En 1 Timoteo 1:15 Pablo dice, que «este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos». Así que, juntamente con Pablo usted puede decir, que de una condición de descrédito, Dios me tuvo por «digno de confianza» y me hizo su servidor, pues tal como el apóstol enfatiza en el versículo 14: «la gracia de nuestro Señor se derramó sobre mí con abundancia». Es por esa gracia que estamos en esta posición de honor. Éramos indignos de confianza, pero Dios consideró que nos podía confiar sus riquezas eternas, y lo hizo. Y todo, solo por gracia. Entonces, ¿cómo respondere- mos a esa gracia restauradora? ¿Acaso lo mejor no sería que vivamos de tal manera que seamos reflectores de esa gracia y de bendición para los demás? 51
  • 52.
    ¿CÓMO VIVE UN RESTAURADOPOR GRACIA? En Ezequiel 18:5, 7 leemos: «quien es justo… no oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo». Notemos que esto es lo que hace el justo. Ahora bien, ¿quién es ese justo? ¿Cómo es que los pecadores llegan a ser declara- dos justos delante de Dios? Romanos 3:24 responde: «Por su gracia son justifica- dos gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó». Entonces, si esta redención es solo por gracia, las buenas obras que definen al justo en el texto de Ezequiel no salvan a nadie. Buenas obras como no oprimir, no robar, devolver lo robado, alimentar al hambriento y vestir al desnudo, no sirven para salvar a nadie. ¿Es correcta esta conclusión? Veamos. En Ezequiel capítulo 18 Dios presenta más obras con las que va definiendo quien es el justo. Las enumera en los versículos 8 y 9. Por ejemplo, dice que el justo «no presta dinero con usura ni exige intere- ses». Luego agrega: «Obedece mis decre- tos y cumple fielmente mis leyes». Y concluye con esta afirmación: «Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el Señor omnipotente». Resumiendo todo esto, en Romanos 3:24 el justo es redimido y llega a vivir solo por gracia, ¡pero ya vimos que Ezequiel 18:5-9 declara que el justo «ciertamente vivirá» por las buenas obras descritas en el pasaje! ¿Cómo explicar esta aparente contradicción? Muy simple. Es que Roma- nos 3:24 y otros pasajes similares en la Biblia explican cómo es que el pecador es declarado justo, y Ezequiel 18:5-9 y otros textos similares explican el estilo de vida del justo después de haber sido justificado y restaurado por la fe. Es decir, explican cómo es que el justo refleja que ha sido tocado por la gracia de Dios. Así que, entre las muchas características del estilo de vida del justo, tenemos que «no oprime a nadie». Ni al cónyuge, ni a los hijos, ni a sus empleados ni a sus dirigidos. Si el justo ha sido redimido, ¿cómo no redimirá a los demás en lugar de oprimirlos? Napoleón Bonaparte escribió que «a la mayor parte de los que no quieren ser oprimidos no les disgusta- ría ser opresores», desenmascarando la tendencia en todos a oprimir al otro. Pero el justo «no oprime a nadie». Otra característica en Ezequiel es que tampoco el justo roba. Ni la prenda, ni la propiedad, ni el dinero de nadie. Es honesto con Dios y con los hombres. Francisco Quevedo, el gran escritor español dijo: «Muchos son limpios de manos porque se las lavan, no porque no roben», en alusión a aparentar honesti- dad, pero en lo secreto ser deshonesto. Pero el justo no tiene problemas con esto pues es honesto en el corazón. Sencilla- mente no roba. Pero además el justo le «da de comer al hambriento y viste al desnudo». No lo hace de vez en cuando, sino que es parte de su estilo de vida. ¡Vive siempre sembrando! Arthur W. Pinero, el drama- turgo inglés, escribió: «Tu vida, es lo que has dado». Tal es el estilo de vida del justo: 52
  • 53.
    «De gracia recibisteis,dad de gracia». Por gracia usted recibió la declaración de ser justo, ahora refleja esa gracia dándose en beneficio de los demás. Así vive quien ha sido justificado y restaurado por la fe. CONFIANZA DEL RESTAURADO POR GRACIA En Proverbios 11:28 leemos: «El que confía en sus riquezas se marchita, pero el justo se renueva como el follaje». De acuerdo a este texto, «el justo se renueva como el follaje», porque no pone su confianza en las riquezas. El no poner su confianza en el dinero se convierte en una característica que le vale para ser llamado justo, y por tenerla, en lugar de marchitar- se se renueva. Hagamos una comparación entre Europa, aunque hoy sufre una gran recesión, siempre fue la economía más grande del mundo; y África, el continente más pobre. Europa es poderosa; sus conquistas sociales, sus leyes progresistas, su patrimonio cultural, hablan de su riqueza. Pero tal parece que es el continente que menos tiende a poner su confianza en Dios. José Pérez Adán, profesor de la Universidad de Valencia y autor de más de 20 libros dice: «No creo que la cultura europea actual sea una cultura cristiana». El ateísmo y el secularismo son distintivos de Europa. El filósofo Friedrich Nietzsche, uno de los más influyentes proclamó: «Dios ha muerto», y casi todo un continente expulsó a Dios de sus tierras y de sus almas. ¿El resultado? Europa como sociedad se va marchitando. Por el otro lado la pobreza en África es grande. En términos de riqueza material, imposible compararlo con Europa, pero parece que entre los africanos la confianza y fe en Dios es mayor. ¡Y esa sí que es una riqueza incuantificable! Si la comparación es entre miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en África hay más de 3 millones, mientras que en Europa apenas hay un poco más de 100 mil. Todo parece indicar que en África hay muchos más justos que se renuevan como el follaje que en Europa. Hay más confianza en Dios, no en el dinero. Han puesto su esperanza en la eternidad de Dios, no en la tempo- ralidad de las riquezas. Esta es una característica que en vida reflejan aquellos que han sido beneficiados por la gracia de Dios: confían en el Dios de la gracia, no en el dios dinero. CONCLUSIÓN Y LLAMADO A pesar de ocupar los primeros lugares entre los pecadores, Dios nos tuvo por fieles y dignos de confianza. Nos puso a su servicio cuando nadie lo hubiera hecho, y nos confío sus riquezas eternas. Así opera el poder restaurador de su gracia. Luego de experimentar esta transformación, nuestro estilo de vida refleja que hemos recibido la gracia de Dios en nuestros corazones. En Ezequiel 18:5 y 7 leímos que «quien es justo… no oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo». Así vive un justificado por la fe. Pero de la misma manera, quien es justo, pone su confianza en el Señor, no en los bienes temporales de esta vida, y así es como en lugar de marchitarse se renueva como el follaje y siempre perma- nece verde. Así vive quien ha sido benefi- 53
  • 54.
    ciado por lagracia de Dios. Esto es reflejar la gracia de Dios al mundo. ¡Es imposible vivir de otra manera! A la luz de lo estudiado en nuestro tema, ¿cuántos de los presentes consideran que Dios los tiene por dignos de confianza? ¿Quieren ponerse en pie todos los que creen que la gracia de Dios los ha restau- rado? Levanten la mano izquierda todos los que crean que Dios los ha puesto bajo su servicio dándoles un lugar de honor. La mano bien en alto por favor. Y ahora, ¿cuántos sienten, que es su responsabili- dad, reflejar la gracia de Dios mediante un estilo de vida lleno de generosidad para con Dios y con el prójimo? Levanten su mano derecha para responder a esta última invitación. Ahora, así con las manos levantadas al Dios del cielo, vamos a orar brevemente: «Señor y Padre Eterno. Gracias por tu sublime gracia. Gracias por restaurarnos a tu favor, por tenernos por dignos de confianza, y por producir obras de bien que glorifiquen tu nombre y sean de bendición para nuestro prójimo. Y Señor, gracias por ponernos a tu servicio. Lo hacemos y seguiremos haciendo con el mayor placer. Úngenos con la bendi- ción de tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús, amén». Fuente: Unión Mexicana Central 54
  • 55.
    El apóstol Pablose preguntaba: «¿Quién ha conocido la mente del Señor?» (Roma- nos 11: 34 NVI). El mundo ha conocido mentes brillantes pero, «¿quién ha conoci- do la mente del Señor?». O con las palabras del profeta Isaías: «¿A quién consultó el Señor para ilustrarse? […] ¿Quién le impartió conocimiento o le hizo conocer la senda de la inteligencia?» (Isaías 40: 14, NVI). De la mente de Dios podemos conocer únicamente lo que nos ha sido revelado en su Palabra: «Las cosas secretas perte- necen a Jehová, nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta Ley» (Deuteronomio 29: 29). Ahora bien, cuando alguien estudia su Biblia «la mente del hombre se pone en comunión con la mente de Dios; lo finito, con lo infinito. El efecto que tiene esta comunión sobre el cuerpo, la mente y el alma sobrepasa todo cálculo» (Consejos para los maestros, p. 18). Por eso «aquel que con espíritu dócil y sincero estudia la Palabra de Dios para comprender sus verdades, se pondrá en contacto con su Autor, y, a menos que sea TEXTO BÍBLICO Romanos 11:33 «¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!». Biblia Pactodefidelidad ala CULTO JOVEN Sábado 20 de junio 55
  • 56.
    por su propiaelección, no tienen límite las posibilidades de su desarrollo» (Exaltad a Jesús, p. 116). ¿Puede haber una riqueza más grande que esta? ¡Imposible! LA MAYOR RIQUEZA El apóstol Pablo, al reflexionar en cuanto a la omnisapiencia de Dios, no puede menos que exclamar: «¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!» (Romanos 11: 33. NVI). Se dice que en el mejor de los casos apenas usamos el diez por ciento de nuestra capacidad cerebral. Si con ese escaso porcentaje a veces nos asombra- mos de lo que nos parecen increíbles logros de algunos seres humanos, no puedo imaginarme qué sucedería si usáramos el ciento por ciento de nuestra capacidad intelectual. Pero por mucho que esa expectativa nos asombre, queda- ríamos empequeñecidos hasta la infinitud, comparado con «las riquezas de la sabidu- ría y del conocimiento de Dios». Las empresas más avanzadas consideran el conocimiento como su activo más valioso. Por eso lo llaman «el capital intelectual», e invierten enormes sumas de dinero en adquirirlo y aumentarlo. Administrar el conocimiento es un proce- so que hoy es parte de la actividad diaria de las empresas de éxito; por eso cuentan con un departamento de «Gerencia de Gestión del Conocimiento» y sus respon- sables son los «ingenieros del conocimien- to». Las compañías que no saben administrar su capital de conocimiento van quedando rezagadas en el competitivo mundo de los negocios. Por ejemplo, de las cuarenta empresas de tecnología más grandes del mundo, solo dos pertenecen al continen- te europeo, mientras que un país peque- ño como Corea tiende dos, y China también tiene dos. Europa no ha avanza- do lo suficiente en la sociedad del conoci- miento, y por eso ha perdido competitivi- dad. Ahora bien, de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios, podemos conocer solo lo que él nos ha revelado en su Palabra. Hay, sin embargo, tanta rique- za en esa revelación, que «como medio de educación intelectual, la Biblia es más eficaz que cualquier otro libro o que todos los demás libros juntos […]. Ningún otro estudio puede impartir poder mental como el que imparte el esfuerzo que se realiza para abarcar las estupendas verda- des de la revelación. La mente que en esa forma se pone en contacto con los pensa- mientos del Ser infinito no puede sino desarrollarse y fortalecerse» (La educa- ción, p. 112). Si el diez por ciento de nuestra capacidad cerebral es iluminada por el Espíritu Santo a través del estudio de la Biblia, podremos apropiarnos de una riqueza de conoci- miento mucho más profunda y útil que el conocimiento intelectual del ser humano y que el «capital intelectual» de las empre- sas; pues según Elena G. de White, como medio de educación intelectual la Biblia es más eficaz que cualquiera de los libros que se han escrito o que todos ellos juntos. 56
  • 57.
    En el mundocomercial, si las empresas no desarrollan su capital de conocimiento están condenadas al fracaso. Lo mismo puede suceder con nosotros a menos que estudiemos diariamente la Palabra de Dios. Si no lo hacemos, se nos escurre de las manos el capital del conocimiento de las verdades divinas, y nuestra empresa espiritual puede irse quedando rezagada hasta llegar a la quiebra. EL MEJOR NEGOCIO DE NUESTRA VIDA En Proverbios 3: 13, 14 se nos sugiere la posibilidad de hacer el mayor negocio de nuestra vida: «¡Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y obtiene la inteligen- cia, porque su ganancia es más que la ganancia de la plata, sus beneficios más que los del oro fino!». Los seres humanos hemos complicado el proceso de adquirir ciertos conocimien- tos. Un ejemplo es la Filosofía, una ciencia cuyo conocimiento está reservado solo para los iniciados. Una de las tres partes en la que se divide la Filosofía se dedica a explorar qué es el conocimiento y cómo es que conocemos. Grandes filósofos han escrito complicadísimos volúmenes tratando de explicar esto. Los filósofos han profesado amar más la sabiduría que la plata y el oro, puesto que suponen que en el conocimiento hay mayores ganancias. Hemos de imitarlos en esto nosotros, que tenemos al alcance un conocimiento mayor que el de la Filosofía. La afirmación de Proverbios que hemos leído sugiere la posibilidad de hacer un gran negocio; tan bueno, que nos rendiría más provecho que la plata y más ganancias que el oro. Es el negocio de adquirir sabiduría y conocimiento de Dios. ¿Cómo comienza este conocimiento? La Biblia contesta: «El temor del Señor es el principio del conocimiento» (Proverbios 1: 7, NVI). El conocimiento no solo empieza con Dios, sino que él es el funda- mento de todo conocimiento. Isaac Newton, uno de los científicos más grandes de todos los tiempos, tenía en máximo aprecio el conocimiento científi- co, pero por encima de él valoraba el estudio de las Escrituras. Con cincuenta años de edad llegó a tal convicción de que el conocimiento que se adquiere en la Biblia es de más provecho que la plata y rinde más ganancias que el oro, que dejó de lado la investigación científica, y hasta su muerte, treinta y cuatro años después, se dedicó solo a estudiar la Biblia. Nunca más escribió un tratado científico, pues se entregó con todas sus fuerzas a la publica- ción de escritos teológicos. Al morir a los ochenta y cuatro años, era rico y «pode- roso en las Escrituras», como Apolo (Hechos 8: 18:24). Newton comprendió que, en relación al estudio de la Biblia, «ningún otro estudio puede impartir poder mental como el que imparte el esfuerzo que se realiza para abarcar las estupendas verdades de la revelación» (La educación, p. 112). Se dio cuenta que «la mente ocupada solamente con asuntos vulgares se empequeñece y debilita», que «si nunca se empeña en comprender verdades grandes y de vasto 57
  • 58.
    alcance, después deun tiempo pierde el poder de crecer», y que «como salvaguar- dia contra esta degeneración, y como estímulo para el desarrollo, nada puede igualar al estudio de la Palabra de Dios» (ibíd.,). Y nosotros, ¿nos hemos dada cuenta de todo eso? El mayor negocio de nuestra vida nos está esperando. Solo tenemos que hacer un pacto con Dios de estudio diario de su Palabra, y el mayor negocio es nuestro. ¿Cuántos capítulos leemos por día? CRISTO, LA EXCELENCIA DEL CONOCIMIENTO En Colosenses 2: 2, 3 leemos lo siguiente: «Lucho para que sean consolados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el miste- rio de Dios el Padre y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento». Ya vimos que el conocimiento es riqueza, un tesoro incalculable. Es el «capital intelectual» de las empresas y el tesoro acumulado de las sociedades, pero solo en Cristo «están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimien- to». Tola la Escritura ha sido inspirada para poner a nuestro alcance «la excelencia del conocimiento de Cristo» (Filipenses 3: 8). Cristo, es la Sabiduría que «clama en las esquinas de calles transitadas» diciendo: «Les daré a conocer mis pensamientos» (Proverbios 1: 21, 23, NVI). Es Cristo quien «clama desde lo más alto de la ciudad: «¡Vengan conmigo los inexpertos! […] Dejen su insensatez y vivirán; andarán por el camino del discernimien- to»» (Proverbios 9: 3-6, NVI). «¿Hasta cuándo, ustedes necios, aborre- cerán el conocimiento?» (Proverbios 1: 22, NVI). Cristo, la Sabiduría, dice: «Entonces me llamarán, pero no les responderé; me buscarán, pero no me encontrarán. Por cuanto aborrecieron el conocimiento»; entonces «cosecharan el fruto de su conducta […] su descarrío e inexperiencia los destruirán» (vers. 28-32, NVI). En Oseas 4: 6 Dios es más contundente: «Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te rechazo como mi sacerdo- te». El mismo pasaje presenta la conse- cuencia final: «Pues por falta de conoci- miento mi pueblo ha sido destruido». CONCLUSIÓN Y LLAMADO En propósito de las Escrituras es «hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús» (2 Timoteo 3: 15). Ente los intelectuales del mundo se considera que en los escritos de los grandes filósofos y científicos se encuentra la excelencia del conocimiento; pero no es así. El verdade- ro conocimiento radica en conocer al Cristo de la Biblia. Por lo tanto, Proverbios 4: 6-8 nos aconseja diciendo: «Retén mis razones en tu corazón, guarda mis mandamientos y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia, no te olvides de ella ni te apartes de las razones de mi boca; No la abandones, y ella te guardará; ámala, y te 58
  • 59.
    protegerá. Sabiduría antetodo, ¡adquiere sabiduría! Sobre todo lo que posees, ¡adquiere inteligencia! Engrandécela, y ella te engrandecerá, te honrará, si tú la abrazas». ¡No hay riqueza mayor que esta! Por lo tanto te invitamos a realizar delante del Señor un pacto de estudio diario de la Biblia. Vamos a orar en silencio, y en esa intimidad pídele perdón al Señor por descuidar su palabra. ¿Cuántos capítulos diarios leerás de su Palabra?. Esto es una decisión muy personal. Hazlo en este momento (repartan las tarjetas de pacto de fidelidad a la biblia, permita unos minutos para llenar las tarjetas y culmine con una oración de compromiso). Fuente: Unión Mexicana Central Pacto de Fidelidad a la Biblia «Ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece» (1 Pedro 1: 23, NVI). Yo,_____________________________________ el día ______ de ___________________________ de 2014 2014 me comprometo delante del Señor a convertirme en un estudioso de las Sagradas Escrituras. Puesto que la Biblia tiene 1,189 capítulos, hago pacto con el Señor de leer cada día: capítulo diario según el programa Reavivados por su Palabra «Como medio de educación intelectual, la Biblia es más eficaz que cualquier otro libro o que todos los demás libros juntos» (Reflejemos a Jesús, p. 154) 1 Pacto de Fidelidad a la Biblia «Ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece» (1 Pedro 1: 23, NVI). Yo,_____________________________________ el día ______ de ___________________________ de 2014 2014 me comprometo delante del Señor a convertirme en un estudioso de las Sagradas Escrituras. Puesto que la Biblia tiene 1,189 capítulos, hago pacto con el Señor de leer cada día: capítulo diario según el programa Reavivados por su Palabra «Como medio de educación intelectual, la Biblia es más eficaz que cualquier otro libro o que todos los demás libros juntos» (Reflejemos a Jesús, p. 154) 1 59
  • 60.
  • 61.
    A lasombradesu INTRODUCCIÓN El conceptode sombra, tal como es usado en Eclesiastés 7:12 da la idea de protección. Esta idea la entendemos mejor, si nos imaginamos caminando a la altura del medio día en un paraje abierto a una temperatura de 45 grados centígra- dos, y de repente aparece frente a nosotros la sombra de un frondoso árbol. ¿Buscaríamos protección debajo de esa sombra? Nuestro texto bíblico presenta dos tipos de sombra, y cada una de ellas ofreciendo protección: la sombra de la sabiduría y la sombra del dinero. ¿Debajo de cuál usted siente inclinación para protegerse? Obser- vemos que el pasaje también indica que cada individuo tiene la opción de escoger debajo de qué sombra buscará protec- ción: «Puedes ponerte a la sombra de la sabiduría o a la sombra del dinero». Usted escoge. Preguntamos: el dinero, ¿proporciona sombra protectora? ¿Conoce usted esa sensación de protección proporcionada por el dinero? ¡Por supuesto! Todos sabemos lo que es sentirse protegido por el dinero. Nos da seguridad, confianza en que todo estará bien. Sentimos que el dinero puede resolver casi todos nuestros males y ansiedades. ¿Y qué diremos de la TEXTO BÍBLICO Eclesiastés 7:12 «Puedes ponerte a la sombra de la sabiduría o a la sombra del dinero, pero la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee». Sabiduría CULTO DE ADORACIÓN Sábado 22 de agosto 61
  • 62.
    sabiduría? ¿Proporciona sombraprotecto- ra? ¿Sabe usted lo que significa ponerse debajo de la sombra de la sabiduría? ¿Conoce la sensación de protección que la sabiduría ofrece? La protección brindada por la sombra del dinero es evidente; y si me protege, ¿por qué buscar otra sombra? ¿Qué ventajas ofrece la sombra de la sabiduría que la sombra del dinero no puede garantizarme? Son preguntas que vamos a resolver en el desarrollo de nuestro tema. Al final, vamos a ser invitados a que nos reguardemos debajo de aquella sombra que nos garantice la protección más duradera. Pero esa será su decisión. UNA ELECCIÓN PERSONAL Lo primero que debemos observar es que nuestro texto bíblico nos da la opción a elegir bajo qué sombra buscaremos protección: «Puedes ponerte a la sombra de la sabiduría o a la sombra del dinero». Ya mencionamos este hecho en la introducción, pero lo repetimos para enfatizar la importancia de elegir entre una y otra sombra. Cada quien escoge. Ahora bien, no podemos negar que los dos paraguas protegen. Un paraguas propor- ciona protección contra las inclemencias del tiempo. Pues la sombra de la sabiduría es como un paraguas bajo el cual podemos refugiarnos; pero no hay manera de negar que la sombra del dinero es otro paraguas que ofrece protección. El paraguas del dinero proporciona una sombra muy agradable, y asegura protec- ción contra las inclemencias de la pobreza, la amenaza de inseguridad y el miedo a un futuro incierto. Sin embargo, el paraguas de la sabiduría protege contra todas las inclemencias de la vida que ricos y pobres por igual deben enfrentar, incluyendo la amenaza de extinción total. Esas son las dos ofertas de protección, y escoger uno u otro paraguas determinará quién es realmente sabio. Si se escoge el paraguas del dinero, luego queda demostrado que no es una elección sabia, pues al venir la lluvia el papel dinero con el cual está hecho pronto se deshace y hasta allí llega la sombra protectora. Contrario a esto, el material del paraguas de la sabiduría es impermeable, y ni la muerte puede penetrarlo, pues nuestro texto bíblico dice que la sombra de «la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee». El dinero no tiene esta ventaja. LA SOMBRA DEL DINERO En el mercado económico del mundo de hoy abundan las ofertas de paraguas que ofrecen la sombra del dinero. Esto se debe a la creencia de que la sombra protectora que provee es de lo mejor. Por ejemplo, T. Harv Eker, un autor que escribe mucho sobre cómo adquirir riqueza vende muchos de estos paraguas. Uno de sus libros lleva por título: Los secretos de la mente millonaria, en el que contrasta las diferencias entre la filosofía de vida que tienen los ricos y la de los pobres. Eker afirma, que en tanto los ricos piensan: «Yo creo mi vida», los pobres dicen: «La vida es algo que me sucede». Los ricos piensan: «Las dos cosas», pero los pobres dicen: «O se tiene una cosa, o se tiene la otra», pero nunca las dos. Los ricos se centran en su fortuna neta, en tanto que los pobres se centran en lo que 62
  • 63.
    ganan con sutrabajo. Entonces, para Eker el asunto está claro: la sombra que proporciona el paraguas del dinero es de lo mejor. Observemos que Eker resalta la filosofía de vida de los ricos como superior a la de los pobres, como si tal filosofía de la riqueza fuera la esencia de la sabiduría. Pero hay otro escritor que va más allá, dándole a la riqueza la dignidad de ciencia. Nos referimos a Wallace D. Wattles, autor del libro: La ciencia de hacerse rico, en donde afirma, que «hay una ciencia para alcanzar fortuna y es una ciencia exacta, como el álgebra o la aritmética». Pues bien; por un lado tenemos a los profetas del dinero, ofreciendo la sombra de la comodidad y la abundancia material, y por el otro tenemos a los profetas de la sabiduría bíblica, ofreciendo la sombra de la salvación. Cada quien escoge el paraguas bajo cuya sombra se va a prote- ger. Pero antes de hacer su elección, tome en cuenta que Wallace ya murió. La sombra y protección del dinero en el cual puso su confianza no pudo evitarlo; pero contrario a esto, «la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee». Entonces, ¿qué sombra va a escoger? Está claro, nos vamos a refugiar bajo la sombra de la sabiduría. ¿Está usted de acuerdo? ¿ES MALO EL DINERO? ¡Por supuesto que no! El dinero represen- ta riqueza, y todo el oro y la plata del mundo pertenece a Dios, por lo tanto, la riqueza como propiedad de Dios no puede ser mala, y si no es mala, entonces tiene que ser buena. En Eclesiastés 10:19 leemos: «Para alegrarse, el pan; para gozar, el vino; para disfrutarlo, el dinero». Seamos honestos, ¿hay alguien entre nosotros que no disfruta del dinero?Z¿A- caso no nos proporciona el placer de los alimentos que consumimos, o de la comodidad de lo que vestimos y cuantas otras cosas más? Si el dinero sirve para disfrutar de los beneficios legítimos que nos puede proveer, entonces tiene que ser bueno. Todo depende del uso y el valor que se le dé. Veamos algunos ejemplos: ¿Es bueno el dinero que se usa para financiar la predicación el evangelio? ¿Ha sido buena la riqueza usada para construir miles de iglesias, hospitales, casas publicadoras e instituciones educati- vas alrededor del mundo? ¿Es bueno el dinero que usamos en asuntos de salud? ¿Se da cuenta? Todo depende del uso y valor que demos al dinero. DINERO MALO Y DINERO BUENO Una encuesta realizada en la República Dominicana en 2007, reveló que la pobla- ción gastaba un poco más de 36 millones de dólares al mes en bebidas alcohólicas y tabaco. Sin duda ese dinero es muy malo, por el uso que se le da. La misma encues- ta mostró que gastaban algo más de 34 millones de dólares al mes en educación. En este caso el dinero es bueno, aún cuando ese dato indica que se usa menos dinero para lo bueno y más para lo malo. En los Estados Unidos unos 120 millones de personas gastan alrededor de 70 mil millones de dólares anuales en alcohol. Ese es un pésimo uso del dinero. Sin embargo, si el uso es bueno, «para disfru- tarlo, el dinero», leemos en la Biblia. ¿Qué diríamos del dinero del diezmo y las ofrendas? ¿Es bueno ese dinero? ¿Y qué decimos del dinero del diezmo cuando no se devuelve? ¿Es bueno? ¿Es malo? 63
  • 64.
    Alberto Masferrer, unode los mejores escritores de El Salvador, es autor de un ensayo moral titulado, El dinero maldito, en el que revela interesantes detalles acerca del dinero. Por ejemplo, habla del dinero ganado honradamente, el que llamamos dinero bueno, pero si luego ese dinero es gastado en vicios denigrantes entonces se vuelve malo. Es una transfor- mación en la que el dinero tiene un origen bueno pero un destino malo. De esta manera Masferrer se refiere al dinero que es usado para sacar a relucir lo peor que hay en el ser humano, llamándolo dinero perverso, y a ese dinero usado en los vicios como el alcohol es al que se refiere como dinero maldito. ESCLAVO, NO AMO Pero no solo el uso, sino también depen- diendo del valor que se le da al dinero, puede convertirse en maldición en lugar de bendición. Por ejemplo, al dinero no se le puede dar el valor de un amo, de un señor, porque Henry G. Bohn, el editor inglés, observó que «el dinero es un buen sirviente, pero un mal amo.» Pero para reforzar esta idea, Pierre Bonnard, el pintor francés, apuntó que «el dinero no debe ser sino el más poderoso de nuestros esclavos», y no nuestro amo. Por lo tanto, como esclavo, al dinero debemos mantenerlo dominado. Así pues, «puedes ponerte a la sombra de la sabiduría o a la sombra del dinero». Cada quien escoge, pero no olvidemos que solo «la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee». Puesto que Cristo es la sabiduría hecha persona en las Escrituras, entonces él será mi amo, mi Señor, y yo su siervo. Jamás el dinero podrá ocupar el lugar de Cristo en mi vida. Jesús siempre reinará supremo sobre mí, y a ese dinero que él me provee, con el cual puedo disfrutar de tantas cosas buenas que hay en la vida, a ese dinero lo mantendré sometido a mis pies como manso esclavo. Cuando un hijo o hija de Dios toma esta decisión, es entonces que «la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee». El dinero no puede dar vida, pero Cristo, la sabiduría personificada en el libro de Proverbios nos da vida, y vida eterna. CONCLUSIÓN Y LLAMADO Cristo es la sabiduría, el camino, la verdad y la vida. El dinero es el dinero, bueno solo para esta vida, pero inútil más allá de la eternidad. La sombra que ofrece es muy seductora, pero la sombra de la sabiduría es más ventajosa pues puede «dar vida a quien la posee». ¿Posee usted dinero, ya sea mucho o poco? Bueno, todos poseemos algo de dinero. Es que no se necesita ser rico para hacer del dinero una sombra bajo la cual buscar protección. Es la actitud que asumimos hacia el dinero, el lugar y valor que le demos en nuestra vida, lo que determina si su sombra es nuestro paraguas protec- tor. Y hacia la sabiduría de la Biblia que nos conduce a Cristo, ¿cuál es nuestra actitud? ¿Hemos hecho de esa sabiduría nuestra sombra protectora? La siguiente pregunta puede ayudarnos a conocer nuestra actitud: ¿Qué es lo que más buscamos, más dinero o más de Jesús? ¿A qué le dedicamos más tiempo y esfuerzo, a la 64
  • 65.
    búsqueda de Jesúso a la búsqueda de dinero? La respuesta a esta pregunta nos da una idea de la actitud que podemos asumir hacia Cristo o hacia el dinero. En lugar de vivir afanosos por lo material, el Señor Jesús nos dice en Mateo 6:33 que «más bien busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». ¿Quiere usted afirmar su decisión de hacer de esta búsqueda su primera ocupación cada día, temprano por la mañana? ¿Cuántos deciden colocarse bajo la sombra de la sabiduría? ¿Quiere ponerse en pie? Hay una promesa: «La sabiduría tiene la venta- ja de dar vida a quien la posee». Fuente Unión Mexicana Central 65
  • 66.
    CULTO JOVEN Sábado 22de agosto Salario? ¿Cuálesmi Los discípulos habían presenciado la conversación de Jesús con el joven rico, y la reacción de éste todavía estaba fresca en sus mentes. El joven se retiró triste de la presencia de Jesús, incapaz de separarse de los tesoros terrenales que, en su caso, se levantaban como un muro de separa- ción entre él y el reino de Dios. Teniendo este hecho como telón de fondo, la pregunta de Pedro tiene especial significado. «He aquí nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?» (Mat. 19: 27). En otras palabras: «Señor, nosotros hemos actuado de manera muy diferente que este joven. En realidad, hemos abandona- do todo lo que estaba entre tú y nosotros para seguirte. En tal caso, ¿qué tendre- mos? LA RESPUESTA DE JESÚS Es interesante ver que Jesús aceptó la pregunta como válida. No la rechazó como si fuera expresión de egolatría o egoísmo. Él sabía lo que significaba darlo todo por el reino de Dios, incluso la vida misma. Entendía que el hombre necesita una palabra de aliento en tales situaciones; una visión futura que lo fortalezca y lo sostenga. TEXTO BÍBLICO Mateo 20:1 «Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña» 66
  • 67.
    De modo querespondió a Pedro: «De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna» (vers. 28, 29). Pero Jesús agregó algo que hizo que Pedro y los otros escucharan aún más atentamente: «Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros» (ver. 30). ¿Qué significa esto? ¿Significa que quienes han dedicado toda su vida al servicio cristiano no tendrán ventaja sobre quienes comenzaron a último momento? Esta confusión, reflejada en el rostro de los discípulos, no escapó a la consideración de Jesús. Forma la base de la parábola de los labradores de la viña, que encontra- mos en Mateo 20: 1-16 (leerla). Los conceptos vertidos en esta parábola nos resultan familiares. Habla de labradores, de desocupados esperando algún trabajo y de negociacio- nes de contrato; todos estos aspectos resultan muy comunes para quienes trabajamos sobre la base de día por día. Desde esta perspectiva podemos visuali- zar el escenario de la parábola, y vernos en ella. Podemos identificarnos con los labradores, esperando recibir una justa remuneración al final del día como algo correctamente merecido. ¿ES DIOS ARBITRARIO? Pero de una manera u otra la mayoría de nosotros experimenta cierta ambivalencia acerca de la parábola; cierta confusión de sentimientos. El método parece ser injusto: quien trabaja todo el día en la viña, quien soporta la carga y el calor del día, se siente defraudado al compararse con quienes fueron contratados a la hora undécima. La parábola debió haber sido como un golpe duro para Pedro y los demás. Sin embargo, aunque difícil de entender, éste es, en realidad, el principio sobre el que se fundamenta el reino. Por ejemplo, consideremos el caso del ladrón crucificado al lado de Jesús. Por así decirlo, el ladrón llegó a última hora. Pero, a pesar de todo, la riqueza completa de la redención llegó a ser suya, así como había llegado a serla para quienes siguieron a Jesús desde el principio. Desde el punto de vista humano parece arbitrario e injusto. Pero si ponemos aparte nuestras ideas humanas sobre la remuneración o salario, y tratamos de verlo desde la perspectiva de Dios, entonces todo se aclara. Lo que necesitamos tener en cuenta es la cuestión real de la parábola. En realidad está hablando del trabajo en la viña del Señor. Y aquí lo que importa primero es el servicio, no la remuneración. Porque, debidamente entendido, el servicio a Dios ya es un don, un privilegio. Pensemos, por ejemplo, acerca de los profundos sentimientos de felicidad, agradecimiento y gozo que nos llenan 67
  • 68.
    cuando ganamos aalguien para Cristo. Nuestros ojos se iluminan; nuestros rostros brillan con la delicia de presenciar su entrega y bautismo en el nombre de Cristo. ¿Qué puede producir mayor satisfacción interior? ¿Ya no es ésta una remuneración en el verdadero sentido de la palabra? Y lo mismo se puede decir del discipulado cristiano en general. Estar activos en el discipulado es igual que un don y un privilegio. La vida con Cristo es en sí misma la recompensa. Se nos dan riquezas especiales; riquezas que exceden completamente en valor a cualquier riqueza terrenal. En el fundamento de todo esto está la riqueza del conocimiento; el conocimien- to de que estoy en las manos de Dios, que tengo un Padre celestial que me ama, quien está interesado en mí, y quien me conduce por sendas de luz. Puede que no siempre comprenda la sabiduría de todos sus caminos, pero puedo saber que si camino por ellos, confiando siempre en él, finalmente resultarán ser los mejores para mí. Porque «sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Rom. 8: 28). CAMINANDO CON CONFIANZA Con este conocimiento especial, enton- ces, puedo caminar a lo largo de la vida con serenidad y confianza, sin temor a la muerte o al mañana. Porque podemos tener la seguridad de que «ni la muerte, ni la vida. . . ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (vers. 38, 39). Existen otras riquezas que obtienen los que fueron a trabajar temprano a la viña: la certeza de la redención; de ser hijos de Dios; la experiencia de una vida verdade- ramente significativa; y el sentido de satisfacción como resultado del conoci- miento de ser creados a la imagen de Dios. Todo esto y mucho más son beneficios actuales en nuestra vida de discipulado y servicio cristiano. Desde esta perspectiva, quienes ya trabajan en la viña desde muy temprano en verdad tienen una aprecia- ble ventaja sobre quienes vienen a última hora. ¡Cuántos de estos recién llegados se han perdido! ¡Pero, a pesar de eso, hay gozo por todos los que han venido! Considerándolo así, la parábola, que en una primera visión parecía presentar algunas dificultades de interpretación, se esclarece repentinamente. Vemos que no hay clases privilegiadas y que nadie es tratado injustamente. Si alguien está en desventaja, es quien llega a última hora, y ha perdido todos los privilegios gozados por quienes vinieron temprano. Pero aún el que llega a la hora undécima recibe las mismas bendiciones que corresponden a quienes llegaron antes que ellos: el rico conocimiento de estar en las manos de Dios, la experiencia de una vida verdade- ramente significativa, y el sentido de satisfacción como resultado del conoci- miento de haber sido creado a la imagen de Dios. En realidad, es en este sentido 68
  • 69.
    que ellos obtienenla misma recompensa que los trabajadores que vinieron tempra- no. También hay algo más que es igual para ambos grupos, el mayor regalo de todos: la vida eterna. Es aquí donde se clarifica que, en el servicio a Dios, todos son iguales. Porque no puede haber remune- ración más grande que la vida eterna. Quienes vienen temprano no pueden pedir más. A quienes vienen al último no se les puede dar menos. La vida eterna deber ser lo mismo para todos. La parábola de los labradores nos ayuda a examinar nuestros motivos de servicio. ¿Por qué somos cristianos? ¿Por qué estamos en el discipulado con Cristo? ¿Por qué trabajamos en la viña del Señor? El amor debería ser nuestra motivación; amor a Jesús, y amor por nuestros seme- jantes. Si llegamos a ser plenamente conscientes de esto, entonces nuestro servicio, nuestro discipulado, no será moldeado por pensamientos de remune- ración, sino antes bien por el esfuerzo de mostrar al Señor nuestro amor y agradeci- miento por lo que ha hecho por nosotros. Y si, a su vez, hemos experimentado esta misma clase de amor en nuestras vidas, no dejaremos de ayudar a quienes nos necesiten. Dios busca hombres y mujeres que estén dispuestos a ir a su viña. ¡Qué privilegio el nuestro! Esto sólo sería suficiente recom- pensa. Quizás usted ha vacilado hasta ahora. Recuerde: el día terminará pronto. La noche viene. No hay mucho tiempo que perder. Cada uno debería aprovechar la oportunidad puesta delante de nosotros, diciendo sí a Dios. Jesús lo espera a usted porque lo ama; y su amor, en verdad, ¡es suficiente recompensa! _______________________________ HARALD KNOTT, cuando escribió este mensaje era presidente de la Asociación Alemana del Sur, perteneciente a la División Euroafricana. 69
  • 70.
    Mundo Eldueñodel INTRODUCCIÓN Hay una razónpor la cual Dios es el Dueño de la tierra: «Él la afirmó sobre los mares, la estableció sobre los ríos», declara el Salmo 24 en el versículo dos. Por lo tanto, por derecho de creación, el versículo uno de este Salmo establece, que «del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan». Entonces, basado en estos derechos de posesión absoluta otorgados por la vía de la creación, el Dueño del mundo, el Creador, le dice a la criatura humana, obra de sus manos, lo siguiente: «Si yo tuviera hambre no te lo diría, pues mío es el mundo y todo lo que contiene.» ¿Cuánto tiene Dios como Dueño del mundo? ¿Puede contabilizarse el monto de las riquezas que hay en el planeta? Con tanta riqueza, ¿necesita Dios algo de nosotros? Y si no lo necesita, ¿por qué nos pide que demos? Debe haber alguna buena razón, y vamos a buscarla contes- tando estas curiosas interrogantes. ¿CUÁNTA RIQUEZA CONTIENE EL MUNDO? Pongamos como ejemplo la plata, un metal precioso y muy codiciado. En Hageo 2:8 el Dueño del mundo dice: «Mía es la plata.» ¿Cuánta plata hay en el mundo? Bueno, para que se haga una TEXTO BÍBLICO Salmo 50:12 «Si yo tuviera hambre no te lo diría, pues mío es el mundo y todo lo que contiene». CULTO DE ADORACIÓN Sábado 12 de setiembre 70
  • 71.
    idea, en elaño 2008 se extrajeron de las minas de plata en todo el planeta unas 21,178 toneladas del precioso metal. ¿Es eso bastante? Para calcular su valor en dinero tenemos que usar el precio del metal en el mercado mundial. En 2012 la plata tenía un valor mayor que en 2009, pero quedémonos con el precio de este último año. En el mes de octubre andaba cerca de 18 dólares la onza. Así que tiene que multiplicar el número de onzas que hay en 21,178 toneladas por 18 dólares cada onza. ¿Cuál es el resulta- do? Asómbrese: ¡Es un poco más de 12 mil millones de dólares! Y Dios, el Dueño del mundo nos recuerda: «Mía es la plata». Además, tenga presente que esa es la plata extraída de las minas solo en un año, pero en el mundo hay mucho más, y toda es de Dios por derecho de creación. Pero en Hageo 2:8 aparte de señalar que él es el Dueño de la plata, Dios agrega: «y mío es el oro». ¿Cuánto oro hay en el mundo? Bueno, la producción mundial del llamado rey de los metales es de unas 2,500 toneladas anuales, y se considera que en el mundo existen unas 160 mil toneladas extraídas de las minas. ¿Cuál sería el valor de todo ese oro en dinero? Si tomamos el precio actual por tonelada, el cual anda alrededor de 45 millones de dólares, ¡el resultado es un poco más de 7 mil billones de dólares! Y Dios es el Dueño de esa inmensa riqueza. ¡Pero eso no es todo! Especialistas financieros han calculado el valor de todos los bienes, inversiones y servicios del mundo, y el resultado aproximado es de unos 65 trillones de dólares, una cantidad difícil de imaginar. «Mío es el mundo y todo lo que contiene», dice el Señor. Pero aún hay más. Los expertos consideran que en realidad, la mayor riqueza del planeta es su extraordinaria diversidad biológica. Hasta este momento, esos especialistas, llamados taxónomos, han logrado clasificar cerca de 2 millones de especies vivas, pero creen que puede haber unos 13 millones y aún más. Todas creadas por Dios. Por lo tanto, ¡le pertenecen! Pero hay más. Veamos el agua, el recurso natural más importante y la base de toda forma de vida en el planeta. Es tan valiosa, que el Banco Mundial ha acuñado la siguiente frase: «si el siglo XX fue el de lucha por los combustibles fósiles, el siglo XXI lo será por el agua». Así de valiosa es el agua, ¡más que el oro por supuesto! Osvaldo Canziani, Premio Nobel de la Paz 2007, dijo lo siguiente: «Las expectativas comer- ciales, respecto del agua, la ubican como un negocio del orden de trillones de dólares para el siglo XXI». De hecho, la cotización del agua embotellada es mayor que la del petróleo. ¡Y pensar que Dios cubrió la superficie de su planeta con un 70% del preciado líquido y que todo es de él! ¿Y qué decir de los demás recursos naturales de la Tierra? ¡Todo es propiedad del Señor! ¡Él es el Dueño! La Tierra también es rica en plantas alimenticias. Se calcula que hay unas 80 mil que son comestibles, de las cuales usamos apenas unas 100, las que proveen alrededor del 90 por ciento del alimento que la humanidad consume. Pruebe hacer una lista de los alimentos que usualmente 71
  • 72.
    consume, y sedará cuenta de lo difícil que será escribir al menos unos 100 alimen- tos. ¡Pero Dios ha creado más de 80 mil plantas comestibles! Basado en esta súper abundancia es que Dios, el Creador, le dice a la criatura que él creó: «Si yo tuviera hambre no te lo diría, pues mío es el mundo y todo lo que contiene». ¿NECESITA DIOS ALGO DE NOSOTROS? No, Dios no necesita nada de nosotros; pero nosotros sí necesitamos todo de él. Por ejemplo, si él tuviera hambre, no necesitaría que le diéramos algo para saciarla, pero nosotros, que todos los días sentimos hambre, y tres veces por día, sí clamamos a él suplicantes: «danos hoy nuestro pan cotidiano», tal como el Señor nos enseñó a rogar en la oración modelo de Mateo 6:11. ¿Y qué hace el Dios proveedor para responder esta oración? Cada nueva mañana nos provee el pan nuestro de cada día. Por lo tanto, nosotros somos los necesita- dos; no él. Recordemos que Dios no es hombre para que sienta hambre como nosotros. De hecho, en el versículo 21 de nuestro Salmo 50 nos pregunta: «¿Acaso piensas que soy como tú?» Para el hombre, el hambre es una realidad diaria, pero para Dios es solo una figura que usa para explicar que no necesita nada de nosotros, pues «el mundo, y todo lo que contiene» es de él. ¡Y ya vimos que las riquezas de su planeta Tierra son incuanti- ficables! Los griegos, al observar la súper abundan- cia que hay en la tierra para alimentar a tantas criaturas vivas, la compararon con una madre alimentando a sus hijos, y entonces le pusieron a la tierra el nombre de «Gaia», palabra que significa «madre proveedora». Ese es el origen de la expre- sión «madre tierra», que tan a menudo escuchamos en nuestros días, o también la expresión «madre naturaleza». Los griegos se referían a la tierra como una «madre proveedora», debido a las incalculables riquezas que hay en el plane- ta con las cuales las criaturas suplen sus necesidades. Pero estaban equivocados, pues no tenemos una madre proveedora, sino un Padre proveedor que satisface todas nuestras necesidades. «Mío es el mundo, y todo lo que contiene», dice nuestro Padre, y puesto que él se compa- dece de nuestras necesidades, las satisface plenamente son su súper abundancia. Si cada día oramos: «danos nuestro pan cotidiano», él tiene de sobra para suplir nuestra necesidad de alimento, y lo hace; día tras día. ¿CÓMO RESPONDERLE AL SEÑOR? Ante el despliegue que el Dueño del mundo hace de toda esta provisión para satisfacer nuestras necesidades, ¿cuál será nuestra respuesta? Debemos pensarla bien, muy bien. Luego de poner frente a nosotros los hechos de su híper abundan- te creación, diciéndonos que el mundo y todo cuanto contiene es de él, en el versículo 22 del Salmo 50 el Señor nos invita a reflexionar en estos hechos con las siguientes palabras: «Consideren lo que he dicho». Es decir, piénsenlo bien, analícenlo detenidamente, dedíquenle profunda reflexión. Es una invitación a meditar en nuestro Dios como Dueño del 72
  • 73.
    mundo y todocuanto contiene, pero también como proveedor que satisface todas nuestras necesidades con su súper abundancia. Después de hacer esto, debe haber una respuesta. No nos podemos quedar solo con la reflexión. Debe haber una respues- ta. ¿Cuál será? El salmista nos la indica en el versículo 14 del Salmo que estamos estudiando: «Ofrece a Dios tu gratitud, cumple tus promesas al Altísimo». Note- mos, es una respuesta en dos direcciones. Primero, «ofrece a Dios tu gratitud», y segundo, «cumple tus promesas al Altísimo». Ofrecer gratitud es expresarla, pero también es ofrendarla. Decir gracias es muy fácil, solo requiere palabras; pero mostrar gratitud requiere hechos. Lucas 7:37 literalmente nos habla de «una mujer que tenía fama de pecadora», pero luego que Jesús perdonara sus pecados, en este versículo y en el 38 leemos que llena de gratitud y amor, «se presentó con un frasco de alabastro lleno de perfume. Llorando, se arrojó a los pies de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos, también se los besaba y se los ungía con el perfume». Eso es gratitud, al borde del renunciamiento de un perfume que costaba el salario de un jornalero durante un año de trabajo. Aquel perfume se convirtió en una ofrenda de gratitud. Pero aparte de ofrecer a Dios mi gratitud en respuesta a su abundante provisión para satisfacer mis necesidades, parte de esa respuesta debe ser el cumplimiento de mis promesas de fidelidad en todo aquello que demande serle fiel: «Cumple tus promesas al Altísimo». Por lo tanto, debo ofrecerle mi gratitud de manera evidente, y también debo serle fiel en todo cuanto de mí exija fidelidad total. Así es como se le responde a un Dueño del mundo y todo cuanto contiene y que usa toda esa súper abundancia para satisfacer todas nuestras necesidades. No puede ser menos. CONCLUSIÓN Y LLAMADO Entonces, ¿por qué Dios nos pide que demos? Porque a través de nuestras ofrendas le expresamos de manera tangible y evidente nuestra profunda gratitud. Y Dios, el Dueño del mundo, en el versículo 23 de nuestro Salmo dice: «Quien me ofrece gratitud, me honra». Por lo tanto, honremos al Señor ofrecién- dole nuestra gratitud por ser nuestro Padre proveedor, y seamos íntegros en cumplirle nuestros votos de fidelidad. «Mía es la plata, y mío es el oro», dice el Dueño del mundo en Hageo 2:8. «Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan», reafirma el Salmo 24:1. La incalculable riqueza biológica del planeta, sus inmen- sos recursos naturales, todo le pertenece al Dueño que los creó. Toda esa sobre abundancia, Dios la usa para satisfacer nuestras necesidades, como buen Padre proveedor que él es. La única respuesta posible ante el desplie- gue de su bondad, es ofrecerle nuestra gratitud y cumplirle nuestras promesas de serle fiel, porque quien le ofrece gratitud lo honra. Cuando devolvemos el diezmo somos fieles a Dios, y cuando entregamos 73
  • 74.
    una ofrenda¿ generosasomos agradeci- dos con él. ¿Desea usted en esta hora honrar el nombre del Señor? ¿Siente el vivo deseo en su corazón de expresarle su gratitud? ¿Quiere reconfirmar su deseo de serle fiel en todo cuanto él pida que lo seamos?Venga al altar y vamos a orar por usted. Fuente: Unión Mexicana Central 74
  • 75.
    «¿Quién es, pues,el siervo fiel y pruden- te, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aún a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes» La segunda venida de Cristo ha estado en boca de los cristianos durante casi dos mil años. Aunque una lectura somera de los evangelios demuestra que Jesús se ocupó mucho más de asuntos prácticos, del diario vivir, que de su regreso, no por eso deja ser éste un tema prominente en el Nuevo Testamento. La Iglesia Adventista del Séptimo Día enseña acerca de la llegada del «tiempo del fin» (que comenzó en 1798 con la culminación de los 1,260 años de perse- cuciones) y del juicio previo al regreso de Cristo (que comenzó en 1844, al cumplir- se la profecía de los 2,300 años de Dan. 8: 14). Esos son puntos de referencia válidos que nos muestran claramente dónde nos encontramos en la corriente TEXTO BÍBLICO Mateo 24: 45-51 Esperar? ¿Cansadosde CULTO JOVEN Sábado 12 de setiembre 75
  • 76.
    de la historia.Pero más allá de estas demarcaciones proféticas, algunos celosos miembros de iglesia han sucumbido a veces ante la tentación de señalar un momento más o menos definido para el regreso de Cristo. Puesto que la personalidad humana sólo es capaz de sostener transitoriamente un clímax de excitación y de expectación, esos intentos y las desilusiones consiguientes generan desánimo. Esto no significa que nuestra iglesia no deba hablar acerca del regreso de Cristo. Pero sería mejor que evitáramos el uso del factor tiempo como elemento de presión para motivar a los hermanos a «estar listos». En lugar de eso, podríamos poner más énfasis en cómo pueden los cristianos crecer en la fe y llegar a ser personas maduras y productivas. En 1851, Elena de White escribió: «El Señor me mostró que el mensaje debe avanzar, y que no debe depender del tiempo, pues éste no será nunca más una prueba. Vi que algunos estaban siendo objeto de una falsa excitación provocada por predicar fechas, que el mensaje del tercer ángel puede permanecer sobre su propio fundamento y que no necesita de fechas para fortalecerse». Y en 1892, ella decía: «No hemos de vivir dependiendo de la excitación originada por fechas especiales. No hemos de enfrascarnos en especulaciones en cuanto a los tiempos y las sazones que no ha revelado Dios. Jesús ha dicho a sus discípulos que velen, pero no fijándose en una fecha definida» (Mensajes selectos, t. 1, págs. 220, 221). Se ha hecho a veces, inadvertidamente, un uso erróneo de la doctrina de la segun- da venida. Se ha hablado de esta hermosa enseñanza a los afligidos como si el dolor y el pesar que ellos experimentan fueran a desaparecer en forma inmediata por ese solo hecho. Algunos sugieren que no deberíamos expresar tristeza en vista del inminente regreso de Cristo. Como padres y maestros tal vez hemos sido culpables de usar inadecuadamente la promesa del retorno de Cristo para intimidar a los jóvenes y hacer que adopten ciertas maneras de comportarse que consideramos esenciales para la salvación. NO PARA PREOCUPARSE Pero el peor uso de la doctrina de la segunda venida de Cristo es aquel que hacemos cuando, en lugar de enseñar a la gente a enfrentar sus angustias y ansieda- des aquí y ahora, solamente les asegura- mos que Jesús vendrá pronto y que cuando eso ocurra ya no tendrán que preocuparse por esos problemas. La teología de las promesas vacías no suministra ni técnicas para enfrentar los problemas ni un sentido de cuál es nuestra realidad presente. Los cristianos que están motivados por el temor suelen renunciar a su fe para ir en pos de otros recursos o movimientos que los ayuden a olvidar su aflicción presente. La doctrina acerca de la segunda venida de Cristo tiene como propósito producir gozo, no pesar; esperanza, no lobreguez; una experiencia positiva y benéfica, no negativa; paz, no angustia. Es una preciosa 76
  • 77.
    convicción según lacual Dios tiene todo bajo control y eso hace que todo esté bien para nosotros. El texto bíblico escogido para hoy, Mateo 24: 45-51, contiene iluminadora informa- ción para quienes preguntan: «¿Dónde está la promesa de su advenimiento?» (2 Ped. 3: 4). El texto de Mateo tiene que ver con un esclavo del primer siglo de nuestra era. Los esclavos de esa época no recibían recompensa por cumplir con su deber. Algunos de ellos, como consecuencia de su integridad y de su fiel mayordomía, recibían de sus amos posiciones de autori- dad sobre los otros esclavos que servían en la misma casa. No obstante, no por eso dejaban de ser esclavos y se seguía esperando de ellos que cumplieran sus deberes con diligencia. El esclavo de la parábola parece haber ambicionado la posición más encumbra- da: la de administrador de todos los bienes de su señor. El hecho de estar a cargo de los gastos y de los ingresos da al esclavo el virtual control de los bienes puestos a su cuidado. Él es motivado por la posición que ocupa y por el poder de que ha sido hecho depositario. Cuando el señor regrese, él resultará promovido a un puesto superior. Pero el amo se demora, o eso es lo que piensa el esclavo, y la codiciada posición no está aún a la vista. Aunque este esclavo parece exitoso y promisorio, la demora en el regreso de su amo y la incumplida promesa de su promoción sólo sirven para que el esclavo se muestre tal cual es. Su conducta disipa- da comienza a demostrar que no estaba preocupado por el señor de la casa sino sólo por sí mismo. No cuidó a sus consiervos, y, en realidad, la parábola registra su crueldad hacia ellos. ELIGIENDO LA LIBERTAD No todos los esclavos del siglo I d.C. eran tratados de la misma manera. Algunos esclavos encargados de la casa recibían no sólo comida, lugar donde vivir, educación, atención médica y lugar para su entierro en caso de muerte, sino también una cierta suma de dinero que le permitía comprar su propia libertad. En otras palabras, los esclavos del siglo primero podían hasta abandonar la casa de su amo si así lo decidían, y nada les impedía tomar esa decisión. No obstante, si un esclavo era cruel con sus consiervos y no llevaba a cabo las tareas que le habían sido asignadas en la casa de su amo, resultaba claro que ese esclavo era incompatible con la casa. En ese caso, podía ser vendido a otro amo. En la mayoría de los casos, los esclavos eran tratados con respeto por sus amos y se le hacía sentir que eran parte de la familia. El pensamiento del esclavo: «mi señor estará afuera mucho tiempo», es una fuerte advertencia para los Adventistas del Séptimo Día. A menudo hemos pensado que el cronograma de Dios es exacta- mente igual al nuestro y, por ende, nos ha resultado difícil entender por qué aún no ha regresado Cristo. Damos por sentado 77
  • 78.
    que Dios hatenido ya tiempo suficiente como para terminar con el juicio. Y puesto que no comprendemos los providenciales caminos de Dios, algunos de nosotros hemos llegado a sentirnos descontentos y desanimados. La duda ha sido a veces exacerbada por entusiastas poco sabios que proponen fechas para el regreso de Cristo cada vez que estalla una guerra o que ocurre una catástrofe natural, sólo para demostrar poco después que estaban equivocados. La parábola de Mateo es para nosotros. El esclavo sólo tenía que preparar la comida para la familia. Ese sencillo y terrenal deber era una tarea diaria y necesaria. Eso representa nuestra vida cotidiana, las tareas necesarias como ganarse la vida, cuidar de nuestras familias y ser cristianos compasivos. En un sentido, la parábola significa que debemos vivir diariamente con fidelidad e integridad. La parábola nunca dice cuánto tiempo permanecerá fuera el señor ni resulta importante para la veracidad del relato. No podemos empujarnos a nosotros mismos ni al mundo al arrepentimiento valiéndonos de la proclamación de una fecha específica para el retorno de Cristo. Hacer conjeturas acerca del momento exacto del regreso de Cristo, no importa cuán atractivo resulte ello, nunca produce el resultado esperado. Ocuparnos de los negocios de la casa de nuestro amo es una demostración de que somos siervos fieles. Tenemos que cumplir la misión que nos encomendó nuestro Señor, la de esparcir el evangelio (Mat. 28: 19, 20), y mientras cumplimos alegremente con nuestro deber, tenemos que «esperar de los cielos a su Hijo» con paciencia (1 Tes. 1: 10). La admonición de Mateo: «estad prepara- dos», sugiere que deberíamos evaluar cuáles son las razones que tenemos para creer en el inminente regreso de Cristo. ¿Es porque esperamos escapar de esa manera de la primera muerte? ¿Es porque no queremos tener que luchar en un mundo difícil como el nuestro? ¿Espera- mos de esa manera no tener que apren- der a madurar emocional y mentalmente? Si es así, me temo que seremos tristemente decepcionados. La esperanza de la segunda venida de nuestro Salvador, genuinamente abraza- da, no nos libera de los desafíos propios de la vida presente ni de la necesidad de ser personas solícitas y de influencia edificadora. Tomemos entonces seriamente el significado de la parábola. Como cristianos, está a nuestro cuidado la familia del Señor, la familia del mundo. Dejemos de tratar de hacer encajar el cronograma de Dios en nuestro propio esquema de tiempo. Tenemos una bendi- ta esperanza; no hagamos que ella se vuelva un chasco desanimador. Y puesto que la palabra demora se aplica mejor a nuestro desánimo y desilusión antes que al cronograma de Dios, no la usemos para referirnos a la segunda venida de Cristo. No podemos comprender de manera absoluta e inequívoca, usando un criterio de causa y efecto, la manera como Dios opera en nuestro mundo. El universo 78
  • 79.
    tiene muchas cosasdemasiado complica- das que están más allá de nuestra capaci- dad de comprender. Los escritores bíblicos dejaron registrado un escueto bosquejo de acontecimientos y de profe- cías, con frecuentes y espaciosas brechas de tiempo entre sí. En vista de que Dios no consideró que fuera apropiado completar esos vacíos, cuidémonos de no hacerlo nosotros. El siervo infiel trató de determinar en qué momento regresaría su señor. Suplió la información faltante con su propio concepto de lo que constituía un lapso razonable para un viaje. La parábola muestra que el comportamiento motiva- do por el deseo de obtener una recom- pensa o por el temor a sufrir calamidades no es genuino. Cuando no se concreta la recompensa que motivó esa clase de conducta, ésta vuelve a estar de acuerdo con la realidad. En vista de que Dios no consideró apropiado comunicarnos la fecha exacta de la aparición de nuestro Señor y Salvador, seríamos prudentes al seguir el consejo registrado en el Antiguo Testamento: «Aguarda a Jehová; esfuérza- te, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová» (Sal. 27: 14). _______________________________ Fuente: MADELYNN JONES-HALDEMAN, doctora en Teología, al escribir este mensaje se desempeñababa como profesora de Religión en la Universidad de Loma Linda, California, EE.UU. 79
  • 80.
    CULTO DE ADORACIÓN Sábado17 de octubre Mayor Unaobligación La primera venida de Jesús ha sido tan determinante para la humanidad, que hemos dividido nuestra historia en antes y después de Cristo. Similar impacto tiene su segunda venida, pues antes de que ocurra hablamos de un estado del pecado, y después del evento prevalecerá sólo el estado de la gracia. En relación a su primera venida, en Mateo 3:2 Juan el Bautista anunciaba que el reino de los cielos se había acercado. Se ha acercado, pero su establecimiento no se ha consu- mado. Estamos viviendo en el proceso de su consumación, hecho que ocurrirá en la segunda venida del Señor. En tanto esto ocurre, vivimos entonces, de este lado de la eternidad, en lo que hemos llamado el estado del pecado. Del otro lado de la eternidad es cuando viviremos por siempre en el estado de la gracia. Por lo pronto, entonces, en este estado del pecado, en el cual vivimos, uno de sus componentes es el dinero, un recurso sin el cual la vida actual es impensable. Porque seamos honestos, ¿puede usted imaginar esta vida que vivimos sin dinero? ¿Es necesario el dinero? ¿Es posible que toda la vida usted se la pase sin dinero? ¿Cuál es el papel del dinero en la vida de los hijos de Dios? Y si el dinero es impor- tante para los individuos, ¿es importante TEXTO BÍBLICO Romanos 13:7 «Paguen a cada uno lo que le corresponda: si deben impuestos, paguen los impuestos, si deben contribuciones, paguen las contribuciones». 80
  • 81.
    para las organizaciones?¿Necesita la iglesia dinero? EL DINERO Y LOS REINOS DEL MUNDO De acuerdo a Mateo 4:8, cuando la Biblia se refiere a los gobiernos de las naciones de la tierra los llama: «los reinos del mundo»; y según Mateo 3:2 cuando se refiere al gobierno de Dios lo llama: «el reino de los cielos». Uno de los reinos del mundo es los Estados Unidos, cuyo gobierno proyectó un presupuesto de gasto para 2010 de 3,552 billones de dólares. De esa enorme suma, 663,700 millones eran para defensa, 46,700 millones para educación, 76,800 millones para salud, entre otros rubros. Pregunta- mos: el país más poderoso del mundo, ¿de dónde obtiene esas colosales sumas de dinero para financiarse? Solo hay una posible respuesta: ¡Lo consigue con el pago de impuestos de los contribuyentes! ¿Podrían los reinos del mundo defender la práctica de exigir el pago de impuestos basándose en la Biblia? ¡Por supuesto! Seguro que empezarían citando Romanos 13:1: «Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autori- dad que Dios no haya dispuesto». Luego agregarían el versículo 6: «Por eso mismo pagan ustedes impuestos»; y concluirían con el versículo 7: «Paguen a cada uno lo que le corresponda: si deben impuestos, paguen los impuestos, si deben contribu- ciones, paguen las contribuciones». Con un presupuesto para el 2010 de 3,552 billones de dólares, ¿qué pasaría si los contribuyentes dejaran de pagar sus impuestos al gobierno más poderoso de la tierra? ¡Se hundiría en la más completa bancarrota! Y está claro que las autorida- des jamás permitirían eso. Para evitarlo, el gobierno de los Estados Unidos cuenta con una agencia especializada, El Servicio de Rentas Internas (IRS), cuya misión es hacer que todos los contribuyentes paguen sus impuestos. Por cierto, es proverbial la fama del IRS de que nadie se le escapa por evasión de impuestos. Por ejemplo, Al Capone, el gánster que siempre evadió la ley cuando lo arresta- ban, fue sentenciado a once años de prisión y una multa de 80 mil dólares por evadir impuestos. Julio César Chávez, ex campeón mundial de boxeo, fue deman- dado por evasión de impuestos por seis millones de dólares. Pete Rose, famoso beisbolista, fue condenado a cinco meses de cárcel y 50 mil dólares de multa por el mismo pecado. Y fuera de Estados Unidos, Luciano Pavarotti, el famoso tenor italiano, fue sentenciado a pagar once millones de dólares por evasión de impuestos. ¿Por qué eran evasores? Por una razón común a todos los hombres: avaricia, deshonestidad y codicia. No perdamos de vista este motivo. Un viejo refrán dice: «Hay dos cosas que no se pueden evitar: la muerte y pagar los impuestos». Las leyes tributarias de los Estados Unidos son implacables al exigir el pago de impuestos. ¡Hasta de lo ganado en las apuestas hay que pagarlos! Por ejemplo, Joseph Nunan, comisionado del IRS en los años cuarenta, hizo una apuesta de 1,800 dólares a que Harry Truman ganaría las elecciones presidenciales. Nunan ganó la apuesta, pero olvidó 81
  • 82.
    declarar su ganancia.¿El resultado? ¡Fue acusado de evasión de impuestos! Perdió su empleo, y fue obligado a pagar una penalidad. Si esto es así con los reinos del mundo, ¿qué del reino de Dios? Si para los reinos de este mundo el dinero es importante, ¿lo es también para el reino de los cielos? ¿Cuál es la importancia que el dinero tiene para Dios? ¿Cómo financia el reino de los cielos sus operaciones aquí en la tierra? ¿Son acaso el diezmo y la ofrenda un tipo de impuesto? EL DINERO Y EL REINO DE LOS CIELOS Ya constatamos que autorizadas por Dios las naciones cobran impuestos para financiar sus gobiernos. Si el reino de los cielos se ha acercado, como se anunció de Jesús en ocasión de su primera venida, y si su gobierno está aquí, entre nosotros, ¿con qué financia todas sus actividades? Estamos claros en que nuestras oraciones, la lectura del año bíblico, ayunar; todo eso es importante en el contexto amplio del reino de los cielos, pero no es con esas prácticas que se pagan sus operaciones aquí en la tierra. Entonces, ¿con qué? Solo hay una posible respuesta: ¡Con dinero, contante y sonante! Cualquier organiza- ción, con fines o sin fines de lucro, necesi- ta dinero para financiar sus operaciones, y la iglesia no es la excepción. Ahora, ¿por qué la iglesia debe financiar con dinero sus actividades encaminadas al establecimiento final del reino de Dios? Sencillo, ¡porque Dios así lo ha dispuesto! Leamos con cuidado la siguiente cita nada menos que inspirada por el Espíritu Santo: «El dinero de Dios ha de ser empleado para realizar, de la manera en que él lo indica, la obra que él ha declarado que debe ser hecha en nuestro mundo» (El evangelismo, p. 67). ¿Cuál es esa obra? La predicación del evangelio; y la cita dice que se financia, ¡«con el dinero de Dios»! ¿Y dónde tiene Dios su dinero? Otra cita de la misma inspiración nos dará la respuesta: «Si los medios fluyeran a la tesorería exactamente de acuerdo con el plan de Dios, la décima parte de todas las ganancias, habría abundancia para llevar adelante su obra». (El evangelismo, p. 187). Note que la primera cita se refiere al «dinero de Dios». Observe la preposición de pertenencia «de», que señala la perso- na a quien pertenece el dinero menciona- do. Es, «de» Dios; pertenece, a Dios. Puesto que la única fuente de recursos financieros con que cuenta la iglesia para cumplir su misión es el diezmo, queda claro que ese es el dinero al cual se refiere la cita, el cual, de acuerdo a Malaquías 3: 10, debe ser llevado íntegro, para que haya fondos en el templo. Estos son los medios aludidos en la segunda cita, los cuales deben fluir a la tesorería, que es el alfolí, «exactamente de acuerdo con el plan de Dios». Ahora, observe que tanto la Biblia como el Espíritu de Profecía definen claramente esta exactitud, estableciendo que es «la décima parte de todas las ganancias». Como resultado, si así fuera, «habría abundancia para llevar adelante su obra.» Esto indica que tal abundancia no existe, precisamente porque no hay exactitud en devolverle a Dios un dinero que él ya 82
  • 83.
    definió como suyo.Ese es el dinero «de» Dios, y él ya indicó para qué debe ser usado. Este es el contexto en el que cada miembro de iglesia debe entender por qué el dinero es importante para Dios. Pero, ¿este es el único propósito por el cual se nos pide fidelidad exacta en relación con el diezmo y la ofrenda? LA EVASIÓN FISCAL Y SUS RIESGOS La Biblia establece el castigo para los que se rebelan contra las leyes del estado, y por supuesto, esto incluye las leyes que condenan la evasión fiscal. Dice en Roma- nos 13:2: «Todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo». Un buen ejemplo de esto es lo ocurrido al UBS, el mayor banco suizo, el cual accedió a pagar 780 millones de dólares al fisco de Estados Unidos por haber ayudado a clientes estadounidenses a evadir impuestos. El banco también fue obligado a entregar la lista con los nombres de los evasores, quienes habían acumulado cuentas por 20,000 millones de dólares, y que ahora debían enfrentar la justicia en su país. Alexander Acosta, fiscal del Distrito Sur de la Florida, explica de la siguiente manera la razón de esta conducta: «Este no fue simplemente un descuido a la hora de cumplir la ley, sino un crimen deliberado motivado por la avaricia». Algunos gobiernos exigen más del 30% de los ingresos en concepto de impues- tos. Por ejemplo, en Dinamarca, la tasa impositiva individual está entre el 38 y el 59 por ciento; sin embargo, el gobierno de Dios demanda solo el 10 por ciento, y aunque no es un impuesto, al menos la comparación sirve para entender por qué el dinero es importante para el financia- miento de la misión de la iglesia. Sin el dinero que es producto de la fidelidad de cada miembro de iglesia, sencillamente no habría la abundancia de recursos financie- ros que se necesitan para «realizar, de la manera en que él lo indica, la obra que él ha declarado que debe ser hecha en nuestro mundo». El diezmo y las ofrendas no son compara- bles con los impuestos; porque son mucho más que un impuesto, ya que busca eliminar la avaricia, la codicia y el egoísmo del corazón de todo evasor, en tanto que el impuesto es solo una obliga- ción ciudadana. Así como hay evasores de impuestos, de igual manera hay evasores del diezmo, y pocos contribuyentes de ofrendas; así como los reinos del mundo pierden potencial de financiamiento debido a la evasión fiscal, de la misma forma el reino de los cielos pierde poten- cial de financiamiento de la misión debido a la evasión e inexactitud en la devolución del diezmo y las ofrendas. No olvidemos, que «si los medios fluyeran a la tesorería exactamente de acuerdo con el plan de Dios, la décima parte de todas las ganan- cias, habría abundancia para llevar adelan- te su obra». CONCLUSIÓN Y LLAMADO Resulta asombroso que un fiscal califique de «crimen deliberado» la evasión de impuestos, y que explique que la avaricia es el móvil que impulsa a aquellos que lo cometen. Y la devolución inexacta del diezmo y la mezquindad en las ofrendas, 83
  • 84.
    ¿podría ser calificadacomo «crimen deliberado»? El propósito de los impues- tos es financiar las operaciones de un gobierno, pero el propósito del diezmo y las ofrendas son financiar la predicación del evangelio para que se establezca sobre esta tierra el eterno reino de Cristo. Además, busca arrancarnos del corazón el egoísmo y la avaricia para tener acceso a un lugar en ese reino. ¿Hay comparación entre estos dos propósitos? ¡Ninguna! Entonces, si ambas conductas son criminales, ¿cuál lo es más? La respuesta lógica a esta pregunta nos ayuda a enten- der por qué este asunto del dinero del diezmo y las ofrendas son tan importantes para nosotros y para Dios. Para nosotros, porque debemos ser fieles y exactos al devolverlo, para no ser juzgados por ningún tribunal como deshonestos, y para Dios, porque si le permitimos vencer en nosotros el egoísmo y la deshonestidad asociada con la avaricia, logrará meter nuestros corazones a buen seguro en la bóveda del banco del reino de los cielos, allí donde el orín no corrompe ni la polilla destruye. ¿Cuántos desean que su corazón esté asegurado en la bóveda del banco del cielo? Es cierto que la salvación es solo por gracia, pero también es cierto que sin fidelidad nadie verá a Dios. Por lo tanto, ¿quiere usted en esta hora reafirmar su decisión de ser fiel a Dios en los diezmos y las ofrendas y en todo cuanto él le pida? Si esa es su decisión, le invito a que venga al altar, reconociendo quizá su descuido, pero a la vez su promesa de ser fiel a Dios en el diezmo y muy generoso en las ofrendas. Oremos. Fuente: Unión Mexicana Central 84
  • 85.
    Planes? ¿Existealgúnfuturo ensus Necesitamos un compromisoinmediato y total con Jesucristo. Establecer un día en el que dedicamos tiempo especial para la oración y los temas espirituales, de ningu- na manera quiere significar que es suficiente. Por el contrario, porque reconocemos que las cosas de este mundo pueden resultarnos demasiado insoportables, apartamos no sólo el sábado, si no también un tiempo para las reuniones de grupos pequeños, semina- rios, capacitaciones, campañas de evange- lismo, noches de oración, etc; en un esfuerzo por incrementar la conciencia de nuestra necesitad de un crecimiento de nuestra relación personal con Jesucristo cada semana. Existe una necesidad de prepararnos para el regreso de Cristo. Una cosa es saber que Jesús viene, incluso creer que vendrá pronto; otra cosa es estar listos para su venida. Cuando Jesús vino a la tierra por primera vez, mucha gente sabía, como resultado del estudio de las profecías, que su aparición era inminente, pero todavía no estaban listos para recibirlo en sus corazones. Para ayudarnos en esta preparación, estudiamos algunas de las parábolas que, sobre el tema, Jesús usó tan efectivamen- te. Jesús utilizó las parábolas como un método de enseñanza; no sólo para aclarar sus puntos de vista, sino también TEXTO BÍBLICO Lucas 16:1-12 CULTO JOVEN Sábado 17 de octubre 85
  • 86.
    para que cadavez que sus oyentes se encontraran en alguna situación de la vida diaria de la cual él les había hablado, pudieran recordar las lecciones espiritua- les que había desarrollado. De esta manera, sus sermones se repetían con frecuencia en sus vidas. Era como poder oír su voz de nuevo. EL ASPECTO CONTRARIO No todas las parábolas de Jesús fueron del estilo «ve y haz tú lo mismo». Algunas otras eran del aspecto opuesto: qué cosas no hacer. Algunas veces sacó lecciones de la naturaleza humana perversa para ilustrar el contraste entre una forma de hacer las cosas y la forma de Dios. Por ejemplo, contó el relato del juez injusto (Luc. 18: 1-8), y del amigo inoportuno (Luc. 11: 5-13). En la parábola de las diez vírgenes (Mat. 25: 1-13) tenemos un ejemplo tanto de lo positivo como de lo negativo; lo que deberíamos y lo que no deberíamos hacer. La parábola que utilizaré para introducir los mensajes de esta Jornada es la del mayordomo infiel (Luc. 16: 1-12). Jesús la narró en primer lugar para beneficio de sus discípulos, pero, como sucedía habitualmente, también estaban presentes otras personas. En esta ocasión estaban los recolectores de impuestos y los fariseos, representantes de las situaciones sociales y religiosas más opuestas. Jesús incluyó a todos en sus enseñanzas. SACAR VENTAJA Jesús contó la historia de cierto «hombre rico» que tenía un mayordomo o adminis- trador que se ocupaba de sus asuntos. Este administrador estaba a cargo de todos los negocios de su empleador: la compra y venta de bienes, el control del inventario, el manejo del personal, la contabilidad y otros aspectos importantes. Tenía una posición de responsabilidad y, probablemente, era remunerado como correspondía a su cargo. Pero llegó a oídos del propietario que este hombre, en quien él había depositado tanta confianza, no era merecedor de ella. No sabemos exactamente cómo este mayor- domo estaba sacando ventajas de su empleador; quizás estaba haciendo malversación de fondos o tomando comisiones a escondidas, o realizando tratos ilícitos. Existen muchas maneras de ser un estafador, pero sólo una forma de ser honesto. El propietario llamó a su administrador para poner las cosas en claro. Él tenía suficientes evidencias como para despe- dirlo en el acto, pero primero deseaba que el hombre pusiera sus asuntos en orden. Quizá fue demasiado clemente; quizá debió haber contratado a un investi- gador especial y haberle dado poder para actuar. ¿Fue ingenuo el propietario al permitir que una persona de carácter sospechoso «arreglara » sus libros antes de entregarlos a un sucesor? ¿O en realidad el propietario estaba revelando su ética y carácter al mostrar confianza y buena fe? El administrador reconoció que su situación era crítica, No sólo sabía que pronto perdería el trabajo, sino que sus actividades infieles probablemente se conocerían entre los demás propietarios 86
  • 87.
    de la comarcay nunca conseguiría otro trabajo similar. Pensó que no era capaz de hacer trabajos manuales, duros, y era demasiado orgulloso como para perder el gran estatus de administrador y comenzar de nuevo. Sólo tenía una posibilidad: usar su ingenio. De manera que maquinó un plan en conformidad con su naturaleza descarriada. Revisó los registros de la lista de cuentas a cobrar en el libro mayor, y luego procedió a llamar a los deudores de su amo. Entonces le preguntó a cada uno de ellos si sabían cuánto le debían al propietario. Les fue diciendo que cambia- ría los registros para que mostraran sólo una fracción de su deuda real. De esta manera, el astuto administrador estaba haciendo que los deudores de su amo se vieran libres de la deuda, y que, cuando quedara sin trabajo, se vieran obligados a devolverle el favor, y contratarlo. Los detalles de los acuerdos no éticos del administrador llegaron a oídos del propie- tario. Aunque era el perdedor en la situación, se vio forzado a admitir que, siguiendo modelos de conducta humanos, su administrador había llevado a cabo con éxito un arreglo astuto. Pero ahora viene el punto clave del relato: la razón por la que Jesús lo contó. Él no aprobó la desho- nestidad del administrador como tampo- co lo hizo al alabar al juez injusto al comentar la conducta de las cinco vírgenes insensatas. Jesús señaló que lo que hizo el mayordomo fue demostrar su habilidad para planificar para el futuro por medio del uso discreto y diligente de las oportunidades presentes. Hay varias lecciones morales en la parábola de Jesús, así como hubo diversos oyentes. La parábola era un relato verda- dero, y el incidente era familiar para los recolectores de impuestos. Ellos eran, como grupo social, expropiadores de dinero. Estaban preparados para usar diversos medios, honestos o no, para obtener ganancia. La parábola de Jesús les dio una ilustración sorprendente y deplo- rable, y mostró cuán hondo puede llegar, en una espiral descendente, una persona por amor al dinero. Para los fariseos había una lección diferen- te. Dios le había confiado al pueblo judío un vasto depósito de bendiciones y conocimientos espirituales. Se esperaba que los compartieran con otros; que todo el mundo pudiese ser llevado a una relación salvadora con el Dios Creador. Pero habían acumulado esas bendiciones para sí mismos, así como el mayordomo de la parábola de Jesús se había apropiado de los bienes de su señor para sí mismo. Pero aún en su egoísmo, los fariseos no hicieron provisión para el futuro. Sólo pensaban en el presente. Sin embargo, podían aprovechar una hoja del libro de texto del mayordomo injusto. Al cambiar su comportamiento, al pensar en el bienestar de los demás, podían preparar- se para su propio destino eterno. Como puedo ser mal interpretado, repito que en la parábola Jesús no defiende el fraude o el engaño. Él estaba enfatizando la necesidad de mirar hacia adelante, de prepararse para el futuro. Si los hombres de negocio honestos actúan sagazmente, ¿por qué no 87
  • 88.
    pueden los «hijosde luz», los ciudadanos del reino celestial, ser tan previsores como ellos? Entonces Jesús hizo una declaración que parece inusitada en él; para muchos es un rompecabezas a primera lectura. Él dijo: «Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas» (Luc. 16: 9). Los comentadores bíblicos entienden, y Elena de White concuerda, que en este caso «las riquezas injustas» no se refieren a las ganancias mal habidas, sino simple- mente a la clase de dinero que usamos en la tierra en contraste con la riqueza espiri- tual de los cielos (véase Palabras de vida del gran Maestro, págs. 304, 305). En otras palabras, el dinero que ganamos en esta tierra se debería usar de manera tal que haga felices a Dios y a los ángeles. Entonces, cuando el dinero se vuelva inútil y todas las cosas temporales fracasen, los ángeles nos recibirán alegremente en los cielos. Jesús llegó a decir: «Y si en lo ajeno [los bienes de este mundo] no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro [las bendiciones celestiales]?» (vers. 12). APLICACIÓN DE LA PARÁBOLA La lección de esta parábola es para todos. La vida es muy solemne como para estar absorbidos en asuntos temporales o terrenales. ¿Dónde nos encontramos en la parábola? Porque nosotros también estamos entre el auditorio. Quizá podamos ser considerados una combina- ción del auditorio original de Jesús: los recolectores de impuestos, tan interesa- dos en lo que este mundo presente les puede ofrecer; los fariseos, confiados en un mensaje salvador para el mundo; y los discípulos, quienes tenían el privilegio de la comunión diaria con su Señor. Toda esta parábola tiene que ver con la preparación para el futuro. Mientras tuvo un trabajo, el mayordomo injusto no pensó en el futuro. Cuando el futuro le saltó al rostro, concentró todos sus pensa- mientos en el problema. El asunto no es si su esquema era inapropiado o ilegal; el punto en consideración es que ¡él estaba pensando hacia adelante! Jesús dice que los santos del reino deberían estar por lo menos tan «afligidos» e interesados acerca del futuro como la gente del mundo. EL ACONTECIMIENTO MÁS IMPORTANTE La segunda venida de Jesús es el aconteci- miento más importante que verá este mundo. Es impensable que no estemos listos para ello. Nuestro futuro eterno es muchísimo más importante que el futuro de nuestros negocios. Si podemos administrar nuestros asuntos terrenales, deberíamos ser capaces de ver que es necesario prepararse para el cielo y obrar en consecuencia. Cuán fácil es, sin embargo, conseguir tergiversar las cosas y desarrollar priorida- des confusas. A veces llegamos a estar tan ocupados en «prosperar» que pareciera que perdemos la percepción y el juicio espiritual. «Los que pasan la vida acumu- lando tesoro mundanal, manifiestan menos sabiduría, menos reflexión y 88
  • 89.
    cuidado por subienestar eterno de lo que manifestaba el mayordomo infiel por su sostén terrenal» (Palabras de vida del gran Maestro, pág. 309). Necesitamos recordar la advertencia de Jesús contra el hecho de llegar a estar atrapados por las amenidades que ofrece este mundo. En su relato del sembrador, algunas de las semillas cayeron entre las espinas. Jesús dijo que las espinas repre- sentan «los afanes y las riquezas y los placeres de la vida» (Luc. 8: 14) que ahogan las consideraciones espirituales. No tenemos que ser adinerados para caer presa de esas tentaciones. A propósito, sin necesidad de querer ser ricos, simple- mente dedicando mucho de nuestro tiempo e intereses a los asuntos tempora- les, resulta en lo mismo. En esencia, Jesús pregunta: «¿Por qué gastan energías en asuntos temporales cuando vuestro destino eterno está en juego?» Ciertas personas mentalmente ágiles pueden ser capaces de dedicarse a pensar en más de un asunto a la vez. Pero no es posible concentrarse en más de un tópico por vez, porque dicha palabra significa enfocar, hacer converger en un solo punto nuestros pensamientos. El apóstol Pablo dice: «Una cosa hago. . . prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil. 3: 13, 14). En Apocalipsis, la iglesia de Laodicea no se esfuerza por nada. Está satisfecha con su condición presente. «Ni eres frío ni calien- te. . . Tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad» (Apoc. 3: 15-17). ¡Es inconce- bible que exista tal actitud entre quienes pretenden creer que Jesús viene pronto! Esa gente, que ve el cumplimiento de casi todas las señales de la venida de Cristo, debería estar al filo de la vida: despierta, alerta, sobria, expectante y preparada. Pero el ángel de Laodicea dice que está aletargada y soñolienta. Harry Emerson Fosdick, un notable predicador de años pasados en la zona de la ciudad de Nueva York, contó que un compañero de colegio decidió realizar sus tareas escolares de una forma «científica». Compró un escritorio especial para sostener su libro exactamente en el ángulo apropiado, una lámpara para iluminar el libro convenientemente, viseras para bloquear luces extrañas, pantuflas y una chaqueta para disponerse de manera tal que tuviera ánimo para estudiar. Este estudiante llegaba a la casa, ajustaba sus vestimentas, sus luces, sus viseras, su escritorio, su libro. . . hasta que se quedaba dormido. ¡Laodicense! NEGANDO LO OBVIO Forma parte de este cuadro que las mismas personas que niegan ser laodicen- ses, con tal actitud demuestran el epítome del laodiceanismo. Los que dicen que «el reavivamiento es sólo para algunos; yo estoy muy ocupado ahora, gracias», son los que más necesitan de un reavivamien- to. De manera que Jesús suplica: «Sé celoso y arrepiéntete». Arrepiéntete de tu tibieza, tu suficiencia propia, tu prontitud para conformarte a este mundo. Sé 89
  • 90.
    celoso: lo másopuesto a la tibieza. Sé como fuego. Hace pocos meses atrás la Iglesia Adven- tista abría las sesiones de su Congreso Mundial. Después de oír los informes de los progresos del evangelio en muchas partes del mundo, la iglesia adoptó los planes para una estrategia global de evangelización. No es más que una aproximación por partes; el mundo es nuestro blanco, y todos nuestros recursos estarán dedicados a evangelizar el mundo. «Pasan los días, las semanas y los meses y tenemos un día, una semana, un mes menos en que hacer nuestra obra. Algunos años más, cuando mucho, y la voz a la cual no podemos negarnos a contestar, será oída diciendo: ‘Da cuenta de tu mayordomía’» (Palabras de vida del gran Maestro pág. 307). ¿Aceptaremos un compromiso, o renova- remos nuestro compromiso con Dios hoy? No lo posterguemos hasta el fin de semana, o hasta el final del día. Conside- remos el costo: ¿están las cosas principales de su vida -esto es, las cosas en las que más debe preocuparse- dirigiéndolo hacia el cielo o alejándolo de él? Si su vida continuara como hasta ahora, ¿dónde terminaría? El apóstol Pablo hace el siguiente llamado a la iglesia de Colosas (y ciertamente también a nosotros): «Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. . . Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. . . Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedum- bre, de paciencia. . . Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. . . Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él» (Col. 3: 1-17). Esta última oración resume todo el asunto: «Hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús»: Si tenemos esta clase de compromiso, las cosas de esta tierra se volverán extrañamente oscuras. Cuando entremos en esta clase de compromiso, Cristo llega a ser lo primero, lo último y lo mejor, y entonces todas las cosas tomarán su legítimo lugar; nosotros también tomaremos nuestro justo lugar, el cual está del lado de Jesús, ahora y por la eternidad. _______________________________ NEAL C. WILSON, expresidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. 90
  • 91.
    91 Dueñodemi Adoración CULTO DE ADORACIÓN Sábado14 de noviembre TEXTO BÍBLICO Mateo 4:10 «Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a Él». Baal es quizás el dios falso más famoso del Antiguo Testamento. Era adorado por los pueblos cananeos para recibir a cambio bienes materiales y riquezas. Por lo tanto, el culto a Baal era una religión materialista, directamente relacionada con el dinero, aunque en aquella región no eran dólares los que circulaban. Con tal de hacer dinero, los adoradores de Baal tenían permitido utilizar la mentira, el fraude y toda clase de engaños comerciales. Para su religión, que era su estilo de vida, este tipo de conducta relacionada con el dinero era una práctica común y normal. Los israelitas vivían expuestos a estas influyentes creencias paganas de sus vecinos. Eran una continua amenaza a su integridad, como pueblo de Dios, y para contrarrestarlas, el Señor les enseñaba todo lo opuesto. La religión que adoraba al Dios verdadero invitaba a las balanzas justas, a la honestidad en relación con el dinero, a ser veraces, generosos, solida- rios y compasivos; un estilo de vida totalmente diferente al de los pueblos cananeos. Pero esta adoración al Dios de Israel debía ser demostrable, y esto se lograba mediante la obediencia. Si el culto a Baal permitía el comercio engañoso, los israelitas debían obedecer las leyes que prohibían tales métodos de hacer riqueza. Si obedecían, podían entonces ser llamados adoradores en espíritu y en
  • 92.
    verdad del Diosverdadero. Si la desho- nestidad era permitida en la religión cananea, en el pueblo de Israel Dios la llamaba pecado; por lo tanto, era necesa- rio obedecer el mandamiento que ordena no robar. Si se obedecía, entonces había verdadera adoración a Dios; en espíritu y en verdad. De esta manera, a lo largo de la experien- cia de la vida, la riqueza y los bienes materiales, que tan importantes eran para los cananeos, para los israelitas iban quedando relegados a lugares secunda- rios, y la obediencia a Dios llegaba a ser lo primero en sus vidas. En esto consistía la adoración, pues demostraban amar más a Dios que a las posesiones materiales u otras cosas. Por lo tanto, y puesto que la tendencia humana es amar los bienes materiales y vivir afanosos buscándolos, adorar a Dios es amarlo más a él por encima de todas las demás cosas. Esto es justo lo que en Mateo 23:37 se le pide al adorador: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente». ¿Y cómo se demuestra este amor a Dios por encima de todo lo demás? Juan 14:15 responde: «Si me amáis, guardad mis mandamientos». ¿Ama usted a Dios? ¿Lo ama más que al dinero, más que a su cónyuge, más que a sus hijos? ¿Lo adora? ¿Y cómo lo adora? UN SOLO DIOS VERDADERO Para todos es conocido que los hombres han hecho del dinero un dios falso. El dinero es adorado como un ídolo, llevan- do al hombre al terreno de la idolatría. En este contexto, en 1 Corintios 8:4 el apóstol Pablo escribió contundente: «Sabemos que un ídolo no es absoluta- mente nada, y que hay un solo Dios». Por lo tanto, si los hombres han hecho del dinero un falso dios, tal ídolo es «absoluta- mente nada», y no merece que lo amemos, que lo adoremos, pues «hay un solo Dios» digno de nuestro amor y de nuestra adoración. Su nombre: Jehová de los ejércitos. Que Dios existe y que hay un solo Dios, es parte de la realidad de la tierra, con todo y la guerra que el hombre ha librado para desterrar a Dios del planeta. Si el hombre ha guerreado para expulsarlo de su pensamiento, Dios sigue allí, enquista- do más profundo. Si ha inventado dioses para sustituirlo, la verdad del Dios uno los ha hecho polvo. Del vasto patrimonio de conocimiento que posee la humanidad, el conocimiento de Dios es el más antiguo; por eso Dios es parte del devenir de la existencia humana. No es posible separar al hombre del Dios verdadero, aunque la humanidad se haya inventado a Baal, al dios dinero y tantos otros dioses falsos. Cuando Blas Pascal murió, en 1662, cocido al traje del célebre matemático y filósofo francés se encontró una nota cuidadosamente escrita desde 1654. Entre otras cosas decía: «El Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, no el dios de los sabios y filósofos… Seguridad plena, seguridad plena… Tu Dios debe ser mi Dios. Olvido del mundo y de todas las cosas, excepto de Dios… Padre santo a quien el mundo no ha conocido, pero yo sí que te he conocido… Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, verdadero y único Dios… 92
  • 93.
    Amén». Este escritoes conocido como el Memorial, y Pascal acostumbraba cocerlo de un traje a otro. Así pues, está demostrado: es imposible separar al hombre del Dios verdadero. Siempre ha habido seres humanos que lo adoran solo a él, y no han doblado sus rodillas ante Baal, ante el dinero, ni ningún otro dios falso. El Dios de Abraham es el mismo Dios de Pascal, quien vivió unos 3,300 años después del patriarca. Abraham es el padre de Israel, una nación cuyo estado se basó totalmente en el conocimiento y adoración del Dios verdadero, no en el materialismo del culto a Baal. Como resultado, la historia de Israel es única en el mundo. Ningún otro pueblo puede rastrear sus orígenes y encontrarlos en Dios sino solo Israel. En tanto que otros pueblos reconstruyen sus textos para conocer su historia, para Israel la Biblia es su texto de historia. Aúnque el Israel literal no es más el pueblo escogido de Dios, el efecto de haberlo sido es históricamente evidente. Todavía Israel cosecha bendicio- nes de aquel pasado. Solo su literatura, ya es parte de esa enorme riqueza nacional. Cuando Dios llamó a Abraham prometió levantar de sus lomos una nación que sería bendición para todas las familias de la tierra. Para hacer efectiva esa promesa debía dotarlos de especial sabiduría y hacerlos entendidos en todo arte y en toda ciencia. No hace falta comprobar esa herencia en la historia de esa nación, aun cuando ya no sean el Israel espiritual. Con toda esta evidencia, nos unimos al apóstol Pablo en el versículo 6, y juntamente con él decimos: «Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos». Ni Baal y sus promesas de riqueza, ni el falso dios dinero, pueden ganarse el afecto de nuestro corazón, nuestra obediencia o nuestra adoración. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de Pascal, solo él, es el Dueño de mi adoración. DIOS Y EL DINERO Dios es celoso de la adoración que solo a él corresponde. Por eso, en Éxodo 20:3 el único Dios verdadero ordena diciendo: «No tengas otros dioses ajenos delante de mí». Ya dijimos que aparte del único Dios verdadero hay muchos dioses falsos. Los hay de piedra, de madera, de oro y plata, de carne y hueso como reptiles, aves, cuadrúpedos y humanos, e increí- blemente, hay un dios de papel: ¡el dios dinero! A pesar de lo frágil que es, pues si apenas se moja se deshace, sus adorado- res lo han elevado a la categoría de todopoderoso, y lo han sentado en el trono que pertenece solo al Dios verda- dero. Ciertamente, el dios dinero es adorado en espíritu y en verdad, adora- ción que pertenece solo a Dios. Cargamos dinero en nuestros bolsillos, y es feliz quien no ha caído en la trampa de adorar algo tan frágil como un pedazo de papel. Sin embargo, hay millones que sí lo hacen, aunque tengan que cargarlo, pues el dios dinero no tiene pies para andar, manos para hacer, boca para hablar ni oídos para oír. Es que la falsa adoración 93
  • 94.
    entorpece la razón,haciendo que un ser inteligente actúe por debajo de los instintos de una serpiente. Incluso la violación al primer mandamiento es más generalizada que la violación del cuarto, pues el dios de papel puede tener adora- dores, aún entre los defensores del día de reposo. ¡Un verdadero peligro! como tristemente lo fue para muchos israelitas, que seducidos por el afán de riqueza, se dejaron influenciar sin oponer resistencia por las creencias materialistas del culto al falso Baal. Hasta el mismo rey Salomón, en el esplendor y la embriaguez de su riqueza, en Eclesiastés 10:19 llegó a declarar: «El dinero lo llena todo». Sí, tal parece que el dinero lo llena todo, que lo resuelve todo, y como las personas perciben el dinero más inmediato que Dios, han puesto su confianza en el dios de papel antes que en el Dios viviente. Giovanni Papini, un escritor italiano, reflexionando acerca del atontamiento producido por el falso dios dinero, dice que el dinero es en realidad, «el estiércol del diablo». De esta manera ilustra cuan aborrecible se vuelve cuando ocupa el primer lugar en nuestras vidas. No se discute el valor del dinero, pero cuando permitimos que su valor reine en nuestras vidas, todas las demás cosas que tienen un valor mayor quedan relegadas. Así es como en la vida de muchos el dinero ha relegado a Dios a un valor menor. CONCLUSIÓN Y LLAMADO Muchos no creen en Dios, pero sí creen en el dinero. Otros creen en Dios, pero en secreto apostatan de su fe depositando su confianza en el dios de papel. Por eso, en Isaías 46:5-9 Dios, el único y verdade- ro Dios, nos pregunta: «¿Con quién vas a compararme, o a quién me vas a igualar?... Algunos contratan a un joyero para que les haga un dios… lo levantan en hombros y lo cargan… por más que clamen a él, no habrá de responderles, ni podrá salvarlos de sus aflicciones… piénsenlo bien, ¡fíjenlo en su mente!... yo soy Dios, y no hay ningún otro, yo soy Dios, y no hay nadie igual a mí». El dinero no es igual a Dios; ni siquiera se le parece, ni de lejos. Es cierto que cada día lo necesitamos, al menos en esta realidad del pecado en el cual vivimos. Lo usamos para comprar y suplir nuestras necesidades, pero solo a tu Dios adorarás y a él solo servirás. El dios de papel se apolilla y el orín lo oxida, pero el Dios verdadero permanece para siempre; es eterno. «Piénselo bien, ¡fíjenlo en su mente!», es el consejo del profeta Isaías. Intentando despertar en Jesús codicia por la riqueza material de los reinos del mundo, Mateo 4:8, 9 dice que Satanás tentó a Jesús, «llevándolo a una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor», y le dijo: «Todo esto te daré si te postras y me adoras». Pero Jesús no sucumbió a la codicia, y rechazó la gloria, el esplendor, la fama, el poder y la riqueza de todos los reinos del mundo respondiendo: «¡Vete Satanás! Porque escrito está: Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él». Y usted, ¿qué haría si le ofrecieran la riqueza y el esplendor de todos los reinos del mundo? ¿Se postraría ante el dios dinero? Hacerlo 94
  • 95.
    equivaldría a venderleel alma al diablo, y eso jamás lo haremos. Por lo tanto, solo Dios, el único Dios, solo él es el Dueño de mi adoración. ¿Cuántos quieren decírselo al Señor en esta hora? Póngase en pie, y venga al altar, dígale al Señor que ni Baal, ni el dinero ni ningún otro dios falso es digno de su amor y obediencia, y que sólo Jehová es el Dueño de su adora- ción. Realice una fervorosa oración por aquellas personas que respondieron al llamado. Fuente: Unión Mexicana Central 95
  • 96.
    El 28 deagosto de 1963, Martin Luther King, pronunció un discurso en el que expresaba las profundas convicciones por las que luchaba. Aquel discurso es considerado, una pieza maestra de orato- ria. En uno de sus párrafos dijo que el gran defensor de los derechos civiles: «Yo aún tengo un sueño […]. Sueño en que un día en las rojas colinas de Georgia, los descendientes de los esclavos y los descendientes de los dueños de esclavos, serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad […]. Sueno, que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por los rasgos de su personalidad». En 1964 se le concedió a Martin Luther King el Premio Nobel de la Paz. El mundo lo reconoció como un hombre compro- metido con una causa. No obstante, ese mismo sentido de compromiso lo llevó a la muerte, cuando el 4 de abril de 1968 cayó abatido por las balas de un segrega- cionista blanco. Su lucha, sin embargo, no fue en vano, pues parte de las grandes conquistas sociales que logró a favor de su marginado pueblo, hoy es reconocido como uno de los más grandes líderes y héroes de los Estados Unidos y del mundo. Para honrarlo, en su país natal se celebra el Día de Martin Luther King. TEXTO BÍBLICO Salmo 128:5 «Que el Señor te bendiga desde Sión, y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida». Reino Comprometidos conel CULTO JOVEN Sábado 14 de noviembre 96
  • 97.
    • Primera granlección: La gente comprometida lo da todo por la causa con la que está comprometida. • Segunda gran lección: A las perso- nas comprometidas siempre se les recuerda. Taylor Branch, el biógrafo de Martin Luther King, dice que la autopsia que le practicaron reveló que aúnque tenía apenas treinta y nueve años de edad, su corazón parecía de un hombre de sesen- ta, a consecuencia del estrés generado por los largos años de lucha en pro de los derechos civiles. En los últimos once años de su vida Martin Luther King había recorrido cerca de diez millones de kilómetros y pronunciado más de dos mil quinientos discursos. Había sido arrestado más de veinte veces y en varias ocasiones agredido físicamente. Sin embargo, nada lo hizo desfallecer. Se había comprometido a vivir completa- mente entregado a una noble causa, y para lograrla lo dio todo, incluso la vida misma. Y nosotros, ¿para qué vinimos al mundo? ¿Cuál es el propósito de nuestra existencia? ¿Hay una causa por la que estaríamos dispuestos a darlo todo? Si la hay, ¿cuál es? LA MÁS GRANDE DE LAS CAUSAS Hay muchas causas nobles en este mundo, y todas tienen sus apóstoles, pero ninguna se compara a la del Reino de los cielos. Jesús, el mejor ejemplo de lo que significa darlo todo por una causa, expresó la suya con estas palabras: «Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19: 10). Luego nos hace saber que estuvo dispuesto a darlo todo para lograr el triunfo de su causa, pues «nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos» (Juan 15: 13), y él lo hizo. Con una escueta frase Jesús expuso cuál era su causa: «El Reino de los cielos se ha acerca- do» (Mateo 3: 2), y se comprometió a establecerlo en ocasión de su segunda venida. ¿Pero qué implica el estableci- miento de su reino? Elena G. de White nos dejó dicho que «todo el cielo, con sus recursos ilimitados, ha sido colocado a nuestra disposición», a fin de asegurar la consumación del plan de salvación (Men- sajes selectos, t. 1, p. 461). ¿Si el cielo ha estado dispuesto a darlo todo, es porque el establecimiento del reino conlleva logros tan extraordinarios, que bien vale la pena cualquier sacrificio y esfuerzo? Acerquémonos pues al Reino de los cielos, y demos un rápido vistazo para hacernos una idea del alcance de esos logros. Según Apocalipsis 21: 4 en el Reino de los cielos, una vez establecido, Dios «enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir» (NVI). Entre esas cosas que habrán dejado de existir, podemos mencionar los cementerios, puesto que ya no habrá más muerte. No hay lugar donde el ser humano esté presente en donde no haya uno; el mundo entero es como un gigantesco cementerio, pero en el Reino de los cielos habrá dejado de existir el hedor de la muerte. No más funerarias, ni más ataúdes; no más hospi- tales, ni más médicos; no más ejércitos, ni más guerras; no más hambrunas, no más 97
  • 98.
    sida, ni otrasplagas; no más cárceles, no más divorcios, no más vicio. ¡No más pecado! ¡No más autor del pecado! Ese es el Reino de los cielos: inmensurable, inagotable, eternal. Por un reino así el cielo lo dio todo. ¡Había demasiado en juego! Fijémonos en algo realmente extraordina- rio: La inmensa cantidad de beneficios que se reciben con la consumación del reino, empezando con la vida eterna, son provistos exclusivamente a favor del ser humano, el beneficiario del plan de salvación. Lo que «ninguna mente humana ha concebido», es «lo que Dios ha preparado para quienes lo aman» (1 Corintios 2: 9, NVI). ¡Nosotros, tú y yo, somos los grandes beneficiarios! Debido a esto, no solo se esperaría que seamos los más interesados en que el establecimiento del reino, sino que deberíamos estar dispuestos a darlo todo, a comprometerlo todo, para apresurar su consumación. Los primeros en vivir comprometidos con el reino somos nosotros. Es una incongruencia decir que vivimos comprometidos con el reino, o que deseamos su pronto establecimiento, sin estar dispuestos a darlo todo para que sea consumado. A LA MEMORIA DE LOS COMPROMETIDOS La gente comprometida con una causa permanece en la memoria de los pueblos. Días festivos en su honor; calles con sus nombres; plazas, edificios, monumentos, son levantados y bautizados en memoria de ellos. El gran monumento a Lincoln, en Washington, fue construido para honrar al hombre que hizo de la abolición de la esclavitud su causa. Por eso, reverentes, nos postramos ante el Crucificado, por el más grande de los sacrificios hechos para libertarnos de la peor de todas las esclavitudes, la del pecado. Así que, subyugados de amor rendimos a sus pies nuestras coronas, que recibimos en ocasión de la consumación de su reino, repitiendo con inefable gozo: «¡Digno es el Cordero!» «¡Digno es el Cordero!» (Apocalipsis 5: 12). • Jamás nos olvidaremos de la «viuda pobre» que «llegó y echó dos monedi- tas de muy poco valor», porque «de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento» (Marcos 12:44), pues sabía que era para la consumación del reino. • Nunca olvidaremos a Josué, de pie ante los israelitas, ratificando su compromiso con el reino diciendo: «Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor […] mi familia y yo serviremos al Señor» (Josué 24: 15, NVI). • Jamás nos olvidaremos de José, cuando «su alma se conmovió y tomó la solem- ne decisión de mostrarse fiel a Dios y de obrar en cualquier circunstancia como convenía a un súbdito del Rey de los cielos» (Patriarcas y profetas, cap. 20, p. 192). Y cuando entramos en el salón de los héroes de la fe en Hebre- ros 11, mudos de asombro caminamos por sus galerías contemplando los monumentos allí descritos de gente que vivió comprometida con el reino. • Allí está Abraham, que creyó «que Dios 98
  • 99.
    tiene poder hastapara resucitar a los muertos» (vers. 19, NVI), una de las promesas del reino. • Allí figura Moisés, quien «renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón», porque prefirió «ser maltratado con el pueblo de Dios antes que gozar de los deleites temporales del pecado, tenien- do por mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de los egipcios, porque tenía puesta la mirada en la recompensa » (vers. 24, 26), que es la promesa del reino. ¡Qué momentos! Son tan extraordinarios, que en un arranque de entusiasmo el apóstol Pablo exclamó: «¡El mundo no merecía gente así!» (vers. 38, NVI). Con todo, a pesar de haberlo dado todo por su compromiso con el reino, todavía no lo han alcanzado; «ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa» (vers. 39, NVI), porque el reino todavía no es consumado. ¿Por qué? ¿Cuál es la razón por la que el reino no se ha establecido? «Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor» (ver. 40, NVI). ¡Nos están esperando! ¡Aleluya! «¡Digno es el Corde- ro!» EN MEMORIA Y RELEVO DE LOS PIONEROS • En un cementerio de Battle Creek, la ciudad donde floreció la obra adventis- ta, yacen Jaime White y su esposa Elena. • Joseph Bates, el otro cofundador de la iglesia, descansa en un lugar cercano. Ya no están entre los vivos, pero «sus obras con ellos siguen» (Apocalipsis 14: 13). • John N. Andrews, otro de los pioneros, murió consumido en pleno servicio activo a la edad de cincuenta y cuatro años. Su sentido de compromiso lo expresó con las siguientes palabras que escribió en su último artículo el día de su muerte: «Mi corazón está ligado a esta obra tan sagrada, que con alegría estoy dispuesto a gastar y ser gastado. El tiempo para trabajar es corto. La noche pronto viene en la cual nadie puede obrar». ¡Lo dieron todo por el reino! La memoria de estos siervos caídos en el cumplimiento del deber nos compele a que reflexionemos y tomemos una decisión. • El 19 de noviembre de 1863 el presidente Abraham Lincoln pronunció su famoso y conmovedor Discurso de Gettysburg. Aquel día hubo otros discursos, incluso uno de más de trece mil palabras y dos horas de duración. En cambio el de Lincoln no pasó de tres minutos; tenía menos de trescientas palabras. En los alrededores de Gettys- burg se había desarrollado la batalla más sangrienta de la guerra civil estadouni- dense, y para conmemorar la memoria de los caídos, el presidente Lincoln dijo concluyendo su breve alocución: «El mundo apenas advertirá, y no recorda- rá por mucho tiempo lo que aquí decimos; pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí. Somos nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquí a la tarea inconclusa que los que aquí lucharon, hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Noso- tros, lo que vivimos, tenemos la sacro- santa obligación de continuar y terminar dignamente la obra que comenzaron 99
  • 100.
    los que aquísucumbieron. Ahora nos corresponde a nosotros dedicarnos por entero a la gran empresa que todavía está inconclusa, para que seamos dignos de los venerados muer- tos, para que nos apliquemos con la misma devoción a la causa por la que dieron la suprema prueba de afecto. Que resolvamos aquí, firmemente, que estos muertos no habrán dado su vida en vano». Tomamos prestadas las conmovedoras palabras de Lincoln, y con ellas honramos la memoria de aquellos que lo dieron todo por la causa del Reino de los cielos, y las usamos para desafiarnos a nosotros, los vivos, para que «tomemos de ellos la misma devoción a la causa por la que dieron la suprema prueba de afecto». CONCLUSIÓN Y LLAMADO Tomemos la decisión: comprometámo- nos con el reino, démoslo todo, no nos reservemos nada, y pronto podremos decir, como dijo Martin Luther King en las últimas palabras de su discurso: «¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios Todopoderoso, ¡Por fin somos libres!». Este es el momento propi- cio para que renovemos nuestro compro- miso con el Señor por la más grande de las causas, la del establecimiento de su reino eterno. ¿Cuántos quieren ponerse de pie en este momento y decirle a su Señor: «Señor, aquí estoy en tu presencia. Lo que ves aquí es todo lo que soy. Mi espíritu, alma y cuerpo, mi ser mi vida entera, cual viva y santa ofrenda, lo entre- go a ti Señor. Mi todo a Dios consagro, todo lo que soy, todo lo que tengo, todo rindo a ti. Descienda el fuego santo, su sello celestial, y sella Señor mi pacto de compromiso contigo»? ¿Cuántos se deciden a darlo todo por el Reino de los cielos? Pongámonos de pie y digámosle al Señor que estamos dispues- tos a invertirlo todo por el reino. Que el Dios del pacto eterno selle con su Espíritu esta decisión. Amén. Ahora te invito a pasar aquí al frente del altar. Estaremos orando por tu decisión. Dios te bendiga en este proceso. Oremos. Fuente: Unión Mexicana Central 100
  • 101.
    101 Ricos Inmensamente CULTO DE ADORACIÓN Sábado12 de diciembre El mundo palpita obsesionado por la riqueza. Las naciones le apuestan al crecimiento económico como medio de lograr una mejor calidad de vida en beneficio de sus ciudadanos. Los individuos hacen esfuerzos sobrehuma- nos en pos del éxito financiero. En la economía capitalista en la que vivimos el amplio concepto de la prosperidad ha sido reducido a los mezquinos límites de las posesiones materiales. La revista Forbes, una publicación especia- lizada en finanzas y negocios, anualmente publica los nombres y el monto de las fortunas de los hombres y mujeres más ricos del mundo. Solo las personas que tienen un patrimonio mínimo de mil millones de dólares pueden formar parte de esa privilegiada lista. Es así como en el año 2013 la lista estaba compuesta por 1,426 personas, a las que el mundo no dudaría en reconocer como individuos inmensamente ricos, los más ricos del mundo. ¿Lo son en realidad? Si los hombres hacen sobrehumanos esfuerzos para llenarse de riqueza, Dios hace sobre divinos esfuerzos para contra- rrestar nuestra tendencia a asociar riqueza solo con dinero, mostrándonos otros tipos de riqueza, e iluminándonos con su Espíritu para discernir que estas otras riquezas exceden en mucho a las moneta- TEXTO BÍBLICO 1 Corintios 1:5 «Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza».
  • 102.
    102 rias. ¿Cuáles sontales riquezas? ¿Realmen- te podríamos llamarlas riquezas? En medio de un mundo tan necesitado de dinero, ¿podríamos satisfacer al hombre hablándole de riquezas diferentes al dinero? LA RIQUEZA ESPIRITUAL En nuestra lectura bíblica leímos que el apóstol Pablo le dice a los miembros de la iglesia en Corinto: «Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza». Notemos el énfasis que Pablo pone en la expresión, «toda riqueza». Estas dos palabritas indican claramente que hay otros tipos de riqueza con las cuales la vida de una persona puede ser llenada. Es más, estas riquezas están reservadas para llenar la vida solo de los cristianos, pues es a los cristianos de la iglesia de Corinto que Pablo les dice: «Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza». Es decir, estas riquezas no son para todos en general; están reservadas solo para los que tomen la decisión de vivir unidos a Cristo. Pero, ¿en qué consisten estas riquezas? Bueno, en los versículos inmediatos a 1 Corintios 1:5 Pablo nos muestra algunas de tales riquezas. De hecho, en la última parte del versículo citado dice que tal riqueza es «tanto en palabra como en conocimiento». Está claro que aquí Pablo no está hablando de riqueza material, y si no es esto, entonces tiene que estar hablando de riqueza espiritual. Leamos el versículo completo para que captemos bien este concepto: «Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento». Luego, y siempre siguiendo la línea de pensamiento relacionada con la riqueza espiritual, en el versículo 7 Pablo le dice a los corintios que ellos poseían tanto de esta riqueza, «que no les falta ningún don espiritual». Eran espiritualmente ricos. Pero Pablo también se refiere a una riqueza relacional con Cristo. En el versículo 9 nos lo explica: «fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo». Es precisamente en esta comunión con Cristo donde encontramos el secreto para satisfacer nuestra necesidad de aquellas riquezas más valiosas que las monetarias, pues solo «unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza», nos había dicho el apóstol en el versículo 5. Así que la clave para ser rico en todo es estar «unidos a Cristo». ¿Cómo lograrlo? Bueno, para ayudarnos con la respuesta vamos a pensar en una persona que sea materialmente rica. ¿Cómo llegó a serlo? Ilustrémoslo con el señor Warren Buffett, el hombre más rico del mundo en 2008 con una fortuna calculada en 62 mil millones de dólares. Para ese entonces el señor Buffett tenía 78 años de edad, pero empezó a relacionarse con el dinero a la edad de 6 años, cuando compró seis botellas de bebida gaseosa por veinticinco centavos y las revendió a un centavo por botella, obteniendo una ganancia de cinco centavos. Así empezó el señor Buffett su relación con el dinero. Cuando tenía 11 años compró sus primeras tres acciones de una compañía, y desde entonces inicio una historia de enriquecimiento continuo, producto de su permanente relación con
  • 103.
    103 el dinero. Porfavor, tome cuidadosa nota del énfasis que le estamos dando a la estrecha relación entre el Señor Buffett y el dinero. Ahora, y volviendo a nuestro texto bíblico, para ser «llenado de toda riqueza», Pablo dice que es necesario estar «unidos a Cristo». Ser «llenado de toda riqueza» no es algo instantáneo, como no lo ha sido la riqueza acumulada por el señor Buffett. «Ser llenado de toda riqueza» es el producto de una relación con Cristo de toda la vida, como la diaria relación que el señor Buffett ha tenido con el dinero a lo largo de su vida. Es la única manera de enriquecerse: dedicar su mejor tiempo, su mejor esfuerzo, sus mejores facultades, para relacionarse con aquello en lo cual se quiere ser rico, ya sea en Cristo o en billetes. Mis hermanos, todos sabemos que la oración y el estudio de la Biblia son las dos herramientas por excelencia que el Señor nos ha dejado para cultivar una relación estrecha con Cristo, para que así, unidos a Cristo, seamos llenados de toda riqueza, pero para lograrlo, en lugar de orar de vez en cuando, el consejo del Señor en 1 Tesalonicenses 5:17 es: «Orad sin cesar». Y en cuanto al estudio de su Palabra en Juan 5:39 nos manda: «Escudriñad las Escrituras». Haciendo esto cada día de nuestra vida, se alimenta nuestra relación con Cristo y así llegamos a estar unidos con él y como resultado de esta unión es que somos llenados de toda riqueza. Sí, hay riquezas que superan a las materia- les, y se obtienen solo permaneciendo «unidos a Cristo». Un ejemplo es la riqueza de permanecer unido al cónyuge de toda la vida. Si los esposos dedican lo mejor de sí a cultivar una relación que los haga estar «unidos a Cristo», también permanecerán unidos el uno al otro. Lamentablemente el señor Buffett enveje- ció sin la esposa de su juventud, al separarse cuando él tenía 45 años de edad. Así que cada quien decide en qué ser rico. Y usted, ¿en qué quiere serlo? ¿En Cristo o en billetes? Tenemos la vida por delante, y si decidimos vivirla unidos a Cristo, cada uno puede llenarse «de toda riqueza». Solo tiene que cultivar una diaria relación con él, y ya enfatizamos que la oración más el estudio diario de la Biblia es el secreto para vivir unidos a Cristo. Entre lo espiritual y lo material, lo espiritual es de valor incomparable. Por eso, en Mateo 6:33 el Señor Jesús aconsejó: «Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». Mediante la práctica de hacer de la búsqueda del reino de Dios y su justicia la primera ocupación de cada mañana, el hombre se va haciendo menos material y más espiritual. ¿Cuál es el resultado de esta conversión progresiva? Lo veremos en la segunda parte de nuestro sermón. EL HOMBRE ESPIRITUAL De acuerdo al Salmo 1:3, el hombre espiritual, «¡Todo cuanto hace prospera!» Erróneamente, en nuestro mundo materializado, el significado de prosperi- dad tiende a ser muy escaso, y esto es
  • 104.
    104 debido a loslímites que le imponemos al relacionarlo solo con riqueza económica. Pero si le soltamos las amarras, la prospe- ridad puede llevarnos a encontrarla en la crianza de los hijos, sin que los padres sean ricos; podemos cultivar matrimonios prósperos, aun teniendo solo lo necesario para vivir. Tampoco es necesario ser rico para prosperar en lo intelectual, y abundan las personas cuya salud es próspera y no son ricas en dinero. Puesto que la riqueza económica es asociada con prosperidad, permítame presentarle a un hombre rico, que goza solo de prosperidad material, en contraste con un hombre espiritual, que es capaz de prosperar en todas las cosas. Shaún Sanders y Don Muro, de la Universidad de Newcastle, en Australia, condujeron un estudio para probar científicamente, que «el dinero no hace la felicidad». Sus hallazgos fueron presentados en el Congreso Europeo de Psicología, mostrando que las personas materialistas se sentían menos satisfechas con sus vidas. Presentaban una tendencia muy marcada hacia la depresión y la ira, sin amor a la vida. Eran prósperos en lo material, pero miserables en otras áreas de la vida. Contrario a lo anterior, nuestro Salmo en los versículos 1 y 2 dice que es «dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita». En el Deseado de todas las gentes, en la página 21, Elena de White comenta, que entre los israelitas, «se arraigó en ellos la convicción de que su prosperidad dependía de su obediencia a la ley de Dios». Es decir, tenían la convic- ción de que su relación personal con Dios los haría prósperos. Quien cultivara una relación así de estrecha, como dice el versículo 3 de nuestro Salmo, sería «como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan». Pues este es el hombre, que como resultado de su espiritualidad, «¡Todo cuanto hace prospera!». Notamos que esta prosperidad es más bien una experiencia de continuo crecimiento en el conocimiento de Dios y un mayor alejamiento del pecado. Pero también se extiende a otras áreas de la vida, a la crianza de los hijos, a la salud, al matrimonio, al desarrollo profesional. Si cada día usted cultiva esa relación personal con el Señor y se deleita en su ley, inevita- blemente será «como el árbol plantado a la orilla de un río, cuando llega su tiempo», dará abundantes frutos, y se mantendrá siempre verde. En realidad, prosperará en todo cuanto haga. Es promesa de Dios. CONCLUSIÓN Y LLAMADO «Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza», le escribió el apóstol Pablo a los corintios. ¿Cuántos de los aquí presentes quieren ser llenados con todas esas riquezas? Bueno, para serlo hay que estar unidos a Cristo. ¿Y cómo lograr esta unión? Ya lo dijimos, practicando dos ejercicios diarios: la oración y el estudio de la Biblia. Ahora bien, ¿cuántos quieren vivir unidos a Cristo? Levanten su mano bien en alto por favor. Veo muchas manos. Bueno, ya sabemos que para
  • 105.
    105 lograrlo hay queperseverar en la oración y el estudio de la Palabra. Por lo tanto, lo que necesitamos hacer ahora es tomar una decisión para velar en oración y en el escudriñamiento de las Escrituras. Así nos relacionaremos día tras día con Cristo y llegaremos a ser inmensamente ricos en toda riqueza. Así pues, es necesario que cada uno de los aquí presentes tome a continuación una decisión de oración y estudio de la Palabra. Voy a pedir que se ponga en pie todo aquel hijo e hija de Dios, niños, niñas, jóvenes y señoritas, adultos y ancianos; todo el que resuelva velar cada día en oración y leer dos o tres capítulos diarios de la Palabra de Dios, voy a invitar- lo a que se ponga en pie y de esta manera le diga al Señor: «Señor, yo quiero vivir unido a ti, mediante mi vida de oración y estudio de tu Palabra, porque quiero ser llenado con toda esa riqueza que para vida eterna permanece». Fuente. Unión Mexicana Central
  • 106.
    106 CULTO JOVEN Sábado 12de diciembre John Calvin Coolidge, presidente de los Estados Unidos de 1923 a 1929, dijo una verdad bien pensada acerca de la prospe- ridad. Aquí están sus palabras: «La prospe- ridad es solo un instrumento para usar, no una divinidad para adorar». Lamentable- mente la prosperidad se ha convertido en una divinidad adorada por cristianos y no cristianos. Es buscada como un fin en sí misma, no como medio para alcanzar propósitos más elevados. En nuestro mundo capitalista la prosperidad es asocia- da esencialmente con dinero, y los cristia- nos no hemos sido inmunes a esta influen- cia tan materializada. Por ejemplo, a finales de los 70 surgió un movimiento evangéli- co enfatizando la prosperidad económica. El famoso Club PTL, el Club 700, o evangelistas como Jim Bakker, Jimmy Swaggart o Pat Robertson, son algunos representantes de esta nueva corriente conocida como «el evangelio de la prosperidad». En 3 de Juan 1:2 leemos: «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma». Pasajes bíblicos como este son usados por estos carismáticos líderes para construir una teología de la prosperidad. Pero el mismo texto desba- rata el énfasis que ellos ponen en una prosperidad económica, pues en el pasaje el Señor expresa su deseo de que seamos Unpueblo Prospero TEXTO BÍBLICO Salmo 128:5 «Que el Señor te bendiga desde Sión, y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida».
  • 107.
    107 «prosperados en todaslas cosas», sin ningún énfasis específico en lo económico. Por lo tanto, desde el punto de vista bíblico, es legítimo desear ser prósperos, porque Dios desea que lo seamos, pero es ilegítimo asociar prosperidad solo con dinero. ¿Cuál es el balance bíblico en relación con la prosperidad? Dios desea que nuestra alma prospere, pero, ¿es posible alcanzar prosperidad espiritual sin prosperidad material? ¿Qué significa prosperar en todas las cosas? ¿Es posible sentirse rico, aunque los recursos materiales sean solo lo suficiente? PROSPERIDAD INDIVIDUAL En la primera parte del versículo 1 del Salmo 128 se habla de «los que temen al Señor», y luego, en la segunda parte, define quiénes son los que le temen. Dice que son, «los que van por sus caminos». Leámoslo: «Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos». Luego, en el versículo 2 se le dice al que teme al Señor lo siguiente: «Gozarás de dicha y prosperidad». Observemos la clara relación de causa y efecto que se da en estos pasajes. Los que temen al Señor no lo dicen solo de palabra, sino que lo demuestran andando en los caminos de Dios; es decir, son obedientes. Luego, el resultado de esta vida de obediencia es la dicha y prosperi- dad que se les promete. Por eso es que en el versículo 1 se los llama «dichosos», pues la prosperidad que disfrutan los hace sentirse bienaventurados. Ahora bien, ¿qué tipo de prosperidad es esta? Los versículos 2, 3 y 4 nos darán algunas ilustraciones. Por ejemplo, la primera parte del versícu- lo 2 dice: «Lo que ganes con tus manos, eso comerás». Esta promesa asegura que el resultado del esfuerzo de nuestras manos será próspero. Tendremos lo necesario para comer y satisfacer nuestras necesidades. Aquí Dios no está prome- tiendo una prosperidad consistente en tener mucho dinero. Si así fuera, entonces todos los cristianos fieles y obedientes deberían poseer una gran fortuna, pero la realidad no es así. Esto quiere decir que tener lo suficiente para vivir, eso ya es prosperidad. Dichoso el cristiano que teme a Dios, andando en sus caminos, y tiene lo necesario para vivir. Lo entende- mos mejor si consideramos que hoy cerca de mil millones de seres humanos en el mundo pasarán hambre. Otro ejemplo de prosperidad bíblica lo leemos en el versículo 3: «En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas». Esto es verdadera prosperidad, especialmente si consideramos que en el mundo el número de divorcios ya supera el número de nuevos matrimonios; en cambio, al que teme al Señor y anda en sus caminos, se le asegura prosperidad matrimonial. Veamos en el versículo 3 un ejemplo más: «Tus hijos serán como vástagos de olivo ». Cuando consideras que unos 6 mil jóvenes son infectados diariamente por el SIDA; que entre los 11 y 14 años los adolescentes empiezan a consumir drogas, pero tus hijos han sido guardados de estos y otros males como resultado de tu obediencia al andar en los caminos del Señor, entonces entiendes mejor qué es
  • 108.
    108 prosperidad bíblica. Finalmente,en el versículo 4 el salmista concluye: «Tales son las bendiciones de los que temen al Señor», dejando bien claro que esta prosperidad es para «los que van por sus caminos». PROSPERIDAD COMUNITARIA Pero la prosperidad de la cual habla el Salmo 128 no es solo individual, porque el individuo a quien Dios hace prosperar «en todas las cosas» pertenece a una comuni- dad de creyentes que en conjunto adoran y temen al Señor, y a esa comunidad como tal, Dios también la hace prosperar. Veamos lo que dice el versículo 5: «Que el Señor te bendiga desde Sión, y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida». Note como Dios expresa su deseo de bendecir al individuo: «Que el Señor te bendiga desde Sión»; pero luego expresa su deseo de prosperarlos como comunidad, de tal manera que cada individuo pueda ver y ser testigo de esas bendiciones: «y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida». Esta próspera Jerusalén es su pueblo, su iglesia en el mundo, y así como Dios le asegura prosperidad a cada miembro de su pueblo que anda en sus caminos, su pueblo como cuerpo, como iglesia, es igualmente próspero. De hecho, es el plan de Dios, que «veas la prosperidad » de su iglesia, «todos los días de tu vida». ¿Ha cumplido el Señor esta promesa? Al repasar la historia denominacional, podemos confirmar cómo Dios ha hecho prosperar a su iglesia para el cumplimiento de su misión. Jaime White, su esposa Elena y José Bates, los fundadores de esta iglesia, empezaron de cero. Por ejemplo, el ministerio de las publicaciones adventis- tas comenzó con Jaime White trabajando en un campo de heno. Así ganó el dinero con el que se pagó la impresión del primer folleto adventista. De aquel humilde comienzo hoy tenemos unas 61 casas publicadoras en el mundo. ¿Es esto prosperidad? En 1867 se estableció la primera escuela adventista en Battle Creek. Hoy tenemos alrededor de 5,763 escuelas primarias, 1,678 colegios secun- darios y 111 universidades. ¿Es esto prosperidad? En 1866 se abrió la primera institución de salud, y hoy tenemos alrededor de 171 hospitales y sanatorios, 429 clínicas y dispensarios, 44 escuelas de enfermería, y varias escuelas de medicina y odontología. ¿Es esto prosperidad? Esta iglesia nació con un puñado de personas humildes en Battle Creek, una pequeña aldea, allá por 1844. Cuando el 21 de mayo de 1863 fue organizada oficialmen- te, contaba con tan solo unos 3,500 miembros. Hoy cuenta con alrededor de 17 millones de miembros que se reúnen en unas 65,961 iglesias organizadas más 62,430 grupos en 209 países. ¿A qué se debe tanta prosperidad? «Tales son las bendiciones de los que temen al Señor», de «los que van por sus caminos». Esta iglesia ha sido temerosa del Señor; ha andado en sus caminos; ha ensalzado la doctrina de Cristo como el Salvador del mundo; ha sido una iglesia fiel en la prácti- ca, pues si el mandamiento del sábado estaba olvidado, por su observancia ha sido rescatado, reivindicando así la ley de Dios.
  • 109.
    109 ¿PARA QUÉ HEMOSSIDO PROSPERADOS? Ya dijimos que la prosperidad no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar propósitos más elevados. Recordemos la gran verdad dicha por el ex presidente Coolidge: «La prosperidad es solo un instrumento para usar, no una divinidad para adorar». Entonces, ¿qué uso instru- mental podemos darle a nuestra prosperi- dad individual y comunitaria? ¿Para qué Dios nos hace prosperar como individuos y como iglesia? La respuesta es clara: ¡para una misión de servicio! Para ilustrar lo anterior podríamos usar diferentes ramos de la obra adventista, pero vamos a limitarnos al campo de las publicaciones. Esta obra comenzó con una visión que Dios le dio a Elena G. de White en noviembre de 1848. Después de salir de la visión, ella le dijo al pastor White: «Tengo un mensaje para ti. Haz de comenzar a imprimir un pequeño periódi- co y enviarlo a la gente» (El Colportor Evangélico, pág. 1). Como no había recursos, el pastor White se fue a trabajar a un campo de heno para reunir el dinero y pagar la primera impresión. Es de aquel pequeño comienzo que hoy tenemos unas 61 casas publicadoras en el mundo. ¿Para qué todo este éxito? ¿Para qué toda esta prosperidad? Hablando acerca de la misión de las publicaciones, la Sra. White escribió: «es una obra misionera del más elevado carácter, y para presentar a las gentes las verdades importantes para nuestros tiempos no se puede emplear método mejor y más afortunado» (Ibíd, pág. 16). Esto significa que las publicacio- nes son un medio para alcanzar algo más grande: cumplir la gran comisión evangéli- ca. Por eso Dios anticipó el éxito de las publicaciones con estas palabras: «será un éxito desde el mismo principio. Se me ha mostrado que desde este pequeño comienzo saldrán rayos de luz que han de circuir el mundo» (Ibíd, pág. 1). Por lo tanto, prosperar para servir, es el santo y seña de la prosperidad bíblica. CONCLUSIÓN Y LLAMADO No nos hemos postrado en adoración ante la prosperidad, ni como individuos ni como iglesia. Como iglesia, hemos usado las bendiciones de la prosperidad para cumplir la gran comisión de predicar el evangelio del reino a todo el mundo. Como individuos, cada uno debe tomar la decisión de usar todo aquello en lo cual Dios lo prospere, para convertirlo en canal de bendición a favor de otros. En otras palabras, si queremos prosperar, es para tener siempre algo que dar. Si la iglesia prospera para dar el evangelio, sus miembros lo hacemos también para dar de lo que tenemos. Hagamos una comparación entre dos hombres bien conocidos. Por un lado tenemos a Jaime White, uno de los funda- dores de la Iglesia Adventista, y por el otro lado tenemos a Steve Jobs, el genio creador de las computadoras Apple. Jaime White murió a los 60 años de edad, sin riqueza material. Steve Jobs falleció en el año 2011 a los 56 años de edad, con una fortuna calculada en unos 7 mil millones de dólares. ¿Quién de los dos gozó de mayor dicha y prosperidad? Jaime White dedicó su vida, sus dones, talentos y bienes al servicio de Dios, de su iglesia y
  • 110.
    110 de los demás.De Steve Jobs, el diario The New York Times aseguró que nunca hizo donaciones a asociaciones de beneficen- cia. Incluso se negó a ser parte de Giving Pledge (Promesa de Dar), un club de multimillonarios filántropos. En 1997, como presidente de Apple, canceló todos los programas caritativos, argumentando que la empresa debía volverse más rentable. ¿Quién cree usted que gozó de mayor dicha y prosperidad? ¿Jaime White o Steve Jobs? ¿Qué clase de prosperidad le interesa a usted; la prosperidad del mundo, o la que Dios ofrece? Por supuesto, el dinero es importante, ¿pero será que ser económi- camente próspero lo llena todo? ¡No! Entonces la prosperidad que Dios da es la más grande, la más deseable. La alcanzan «los que temen al Señor, los que van por sus caminos». Sí, «tales son las bendicio- nes de los que temen al Señor.» ¿Cuáles? Un matrimonio estable; buenos hijos; el pan de cada día, en fin, como dice el último versículo del Salmo 128: «¡Que haya paz en Israel!» No hay prosperidad más grande que esta. ¿Cuántos la desean? ¿Quieren ponerse en pie para pedírsela al Señor? Fuente: Unión Mexicana Central
  • 111.
  • 112.