El síndrome nefrótico se caracteriza por proteinuria mayor a 3.5 g/24 horas, hipoalbuminemia, edema y dislipidemia, afectando inicialmente la función renal. Su patogenia incluye mecanismos de edema relacionados con la hipoalbuminemia y disfunción tubular, así como un riesgo incrementado de trombosis y susceptibilidad a infecciones. El diagnóstico y tratamiento adecuados son cruciales para prevenir complicaciones graves, con opciones terapéuticas que incluyen modificaciones dietéticas y medicamentos como inhibidores de la ECA.