Los vitrales se usaron originalmente en templos romanos pero alcanzaron su apogeo en la arquitectura gótica desde el siglo XIII, presentando escenas religiosas o históricas en compartimentos de vidrio de un solo color. En el siglo XIV los compartimentos y figuras se hicieron más grandes e incluyeron claroscuro, y en el siglo XV se añadieron los colores amarillo, rojo y vidrios dobles. En el siglo XVI se desarrollaron vitrales de una sola pieza pintados con esmalte y luego con