Los judíos en la época de Cristo formaban parte del Imperio Romano y tenían cierta libertad para practicar su religión. El período fue relativamente pacífico y propicio para la misión de Cristo y el establecimiento de Su Iglesia. Los sistemas religiosos dominantes eran el judaico, pagano y en menor medida el samaritano. Dentro del judaísmo había varias facciones como los fariseos, saduceos y esenios.